Jace
-No sé si fue buena idea venir a la fiesta luego de lo pasó-. Dijo mi hermana, mientras arreglaba el vestido que le había comprado a Lux para el cumpleaños de Ed.
- ¿Por qué no? Aquí, el que importa es él y estoy seguro que estará feliz de verme. Soy lo más cercano que tiene a una figura paterna-. Tocando el timbre de la casa, me acomodé mi saco y esperé impaciente a que alguien abriera la puerta. Poco después, Harry la abrió y nos dejó pasar, pese a que sus ojos guardaban en su interior un poco de sorpresa en intriga.
- ¿Y Ed?-. Le pregunté, esperando escucharlo en aquella inmensa sala que estaba adornada con globos y algunas guirnaldas. Una decoración sencilla pero colorida para festejar en familia.
- Diana lo está cambiando todavía. Pronto, bajarán para comenzar con la fiesta-. Tomando un control remoto, dio play a una serie de canciones infantiles que empaparon nuestros oídos luego de unos segundos.- Jace, necesito hablar contigo-. Dijo, en cuanto mis hermanos subieron a la recámara de Diana para saludarla y de paso, ver anticipadamente al cumpleañero. Dirigiéndome una mirada rápida, asentí para escuchar lo que iba a decir. No podía negar que tenía curiosidad.
- ¿Qué sucede, Harry?-. Tratando de no ponerme a la defensiva, mantuve una postura serena frente a sus ojos verdes.
- Diana ha estado estos días un poco sumida en sus pensamientos por lo que sucedió con Lizzy pero realmente, no entiendo qué sucedió porque ella no me dio muchos detalles cuando hablamos sobre ello. ¿Podrías contarme algo más?-. Escuchando nuevamente el sonido del timbre, me contuve de decir algo pero en cuanto Lizzy traspasó la puerta de entrada, supuse que debía hablar sinceramente con él para que contuviera a Diana debido a que no podría hacerlo al estar distanciado de ella.
- Por favor, tomen asiento-. Ofreciéndoles algo de beber, se alejó de ellos que comenzaron a intercambiar algunas palabras mientras Harry se acercaba nuevamente para indicarme que nos alejáramos un poco más y así, hablar calmadamente.- Entonces, ¿qué sucedió?-.
- En simples palabras, Lizzy rompió la relación de amistad que tenía con Diana debido a su desconfianza. Ella sabía que Hea, mi esposa, era su hija pese a lo que le había dicho a Diana, unos meses antes. Lo único que buscaba era protegerlas pero se le salió de las manos la situación en cuanto pensó que Diana firmó los papeles de la clínica para extraer los gametos y así, quedar embarazada a propósito-.
- ¿A propósito? ¿Qué ganaría ella con eso? -. Frunciendo su ceño, esperó a que siguiera hablando.
- No lo sé, tal vez tener el lugar de mi esposa o de su hija-. Encogiéndome de hombros, traté de restarle importancia porque esto iba más allá de la mentira que había salido de mis labios hace un momento. Quizás, esto estaba más orientado a que Lizzy no sabía amar a sus dos hijas por igual.
Diana
- Sí, creo que estaremos bien con la comida que hemos preparado con Harry-. Aseguré, mientras iba bajando los peldaños con Ed en brazos.
- Mientras que no sean vegetales...-. Luke susurró, tratando de aligerar el ambiente.
- Aunque no lo creas, he pensado en ti y en tu estómago carnívoro, Luke-. Con sorna, giré hacia la sala para encontrarme cara a cara con mis padres que se mantenían absortos en sus palabras de intercambio.- Buenas tardes-. Saludé pero no me acerqué en cuanto vi que mi madre hacía en ademán de levantarse para saludarme cariñosamente como si nada hubiese pasado.
- ¡Mamá!-. Girando sobre mis talones, sonreí al ver a Lux. Flexionando mis rodillas, bajé a su altura para abrazarla.
- Parece que nos ha extrañado, Ed-. Deshaciéndome de nuestro abrazo, permití que ambos pudieran haber lo mismo para luego ir hacia sus abuelos en busca de alguna aventura divertida.
- Deberías hablar con ella, Diana. Nada ganarán con distanciarse-. Sabiamente, Araceli habló al verme prestar atención a la interacción que había entre ellos.
- Me hizo mucho daño y no es fácil que mi corazón se olvide de ello-. Posicionando mis manos en mi abdomen, sentí cómo la tristeza invadía mi cuerpo-. Será mejor que traiga la comida y deje de pensar en problemas que sólo logran alterar mis hormonas y con ello, mis emociones-. Caminando hacia la cocina, tomé alguna de las bandejas que contenían sándwiches o bocadillos de todo tipo para llevarlas hacia la mesa de la sala que sólo se encontraba cubierta por un mantel.
- Por favor, acérquense a comer-. Luego de algunos minutos, los llamé a la vez que acomodaba algunos vasos que Araceli se encargaba de llenarlos con jugo natural o en el caso de los mayores, con alguna bebida alcohólica.
- Nunca pensé decir esto pero creo que hoy disfrutaré de comer con ustedes-. Haciéndonos reír, Luke tomó asiento y comenzó a comer con ganas, ganándole a Niall que siempre parecía ser el más glotón.
- ¿Preparaste algo para ti? -. Escuchando su voz, sólo asentí. No guardaba rencor hacia él pero era preferible guardar la distancia para no generar más problemas.
- Harry, ¿me puedes alcanzar mi comida?-. Acomodando a nuestro hijo que no quería distanciar de su hermana, sonreí al verlo tan unidos. Parpadeando, alejé las lágrimas de mis ojos para no armar una escena sentimental en un momento que pertenecía a mi hijo.
- ¿Estás bien?-. Sin mirarla, asentí nuevamente tratando de que el dolor no se adueñara de mi corazón porque era difícil mantenerme alejada de mi madre que no hace mucho había vuelto a mi vida luego del pasado tormentoso que nos seguía a través de la oscuridad que proyectaban los ojos de Erick. – Luego, me gustaría hablar contigo, Diana-. Deteniendo mis acciones casi mecánicas, traté de tomar con calma sus propias palabras pero el remolino de emociones que ella alimentó explotó en mi interior y a duras penas, me mantuve en mi lugar, pese a que quería salir corriendo.
- Cariño, aquí está tu comida-. Sintiendo sus dedos tibios acariciando mi espalda, cerré momentáneamente mis ojos para envolverme en ellas y serenarme poco a poco a través de su tacto singular.- Por cierto, ¿qué les pareció el partido de ayer?-. Así fue que todos se prendieron en la conversación para olvidarse de los fantasmas del pasado que nos rondaban sin que nos percatáramos de ellos. Sin embargo, al no participar en la misma, me mantuve atenta de refilón a los movimientos de mi madre que cada tanto dirigía una mirada llena de esperanza hacia mi rostro que no denotaba ningún cambio favorable para ella.
- ¡Diana! -. Sin prestar atención a las novedades de mi entorno, me sorprendí al escuchar la voz de Gemma, la hermana de Harry, que venía acompañada de un chico.- ¿Qué tal? ¿Cómo están todos? -. Besando mi mejilla, saludó a todos con su mano-. Este es Nowski y es mi amigo-. Al decirlo, sus mejillas tomaron un color rosado por lo que inquirí que algo más sucedía.
- Luego, tú y yo debemos hablar-. Susurré, en cuanto le entregó el regalo a su hermano que dejaba de dirigirle una mirada penetrante a su "amigo".
- Sólo somos amigos, Diana-. Sin agregar algo nuevo, tomó un sándwich y comenzó a devorarlo como si se le fuese la vida en eso.
- Parece que Niall no sólo envió a Luke para que arrasara con la mesa de comida sino que también te encomendó la tarea a ti-. Riendo suavemente, me levanté de mi asiento para bajarlo a Ed que iría a jugar con Lux mientras los demás terminaban de comer.- Por favor, no se alejen y no hagan alguna de sus travesuras-. Mirándolos por un rato, volví la mirada a mi plato que ya se encontraba casi vacío.
- Oye, has comido poco hoy-. Sonriendo, besé su mejilla sin importar que un enjambre de ojos se mantuviera expectante de nuestros movimientos.- Parece que no te gustó mis bocadillos-. Haciendo un puchero, negué con la cabeza a la vez que sonreía sinceramente.
- Claro que me gustaron. Sólo que hoy no tengo tanto apetito como los días anteriores-. Encogiéndome de hombros, tomé su mano al sentirla cerca de la mía y entrelacé nuestros dedos por unos minutos hasta que mi vejiga imploró piedad.- Necesito ir al baño, enseguida vuelvo-. Abandonando mi asiento, eché una mirada rápida a los niños que se encontraban sobre la alfombra mirando algunos libros de dibujos que habían sido coloreados en su mayoría por Lux debido a que Ed todavía no había aprendido a manejar los lápices de colores con prolijidad. Entrando al baño, me mantuve recostada por un rato sobre la puerta para ordenar mis pensamientos y así, evitar colapsar nuevamente. Poco después, al hacerme mis necesidades salí para encontrarme con mi padre que estaba apoyado en la pared contraria con su celular en manos.- Espero no haberte hecho esperar demasiado, papá-. Dije, tratando de aligerar la atmósfera que ahora nos estaba envolviendo de una manera casi violenta.
- ¿Por qué evitas a tu madre? -. Su pregunta me tomó por sorpresa pero no del todo porque sabía que él abogaría por ella debido al amor que sentía en su interior.- No justifico lo que hizo pero las amo y no puedo verlas así-. Guardando su teléfono en los bolsillos de su chaqueta, se acercó para abrazarme.
- Necesito pensar, papá. No puedo cerrar los ojos y seguir como si nada hubiese pasado-. Alejándome del calor que irradiaba su cuerpo, lo miré a los ojos para buscar algo de comprensión.- Sé que también he cometido errores pero el que cometió es muy grave como para no enojarme-. Haciendo una mueca, ciertos vestigios de aquel día volvieron a mi mente haciéndome daño por segunda vez.
- Está bien, tomate un tiempo para pensar pero por favor, no dejes que el rencor se apodere de tu corazón porque tu mamá se pudo equivocar pero lo hizo porque es tu madre y una madre, muchas veces se equivoca al busca el bien de sus hijos.
- ¿Querrás decir el de Hea? -. Sintiendo que la decepción penetraba por cada uno de mis poros, respiré profundamente para sacarme de la cabeza cualquier pensamiento que me llevara otra vez al limbo de los pensamientos negativos.
- Deberías hablar con tu madre. Sólo ella podrá responder todas las preguntas que rondan por tu cabeza-. Besando mi frente, se alejó silenciosamente para dejar que asimilara sus palabras. Tal vez, tenía razón, pensé.- Será mejor que lleve la torta-. Me dije, comenzando a caminar hacia la cocina para buscar las velas que colocaría sobre el pastel de cumpleaños de Ed que hoy, estaba cumpliendo dos años.- ¡Es hora de la torta, niños! -. Exclamé, al momento de acercarme a la mesa que ya se encontraba limpia por la intervención de Harry.
- Ed, debes soplar la velas pero con cuidado, ¿sí? -. Le dije, esperando que él pudiera entenderme. Fue así, que todos le cantamos alegremente "feliz cumpleaños" en tanto Gemma tomaba fotos de aquel momento especial.- Te quiero mucho, Ed-. Dije, besando su mejilla luego de que logró soplar sus velitas con ayuda de Lux.
- ¿Y a mí? -. Susurró, una vez que Gemma repartía los pedazos de pastel que había cortado para los invitados. Sonriendo, giré mi rostro para besar sus labios.
- Y a ti, simplemente te amo-. Permitiendo que su brazo rodeara completamente mi cintura, tomé mi porción pero antes de comer si quiera un pequeño trozo, me detuve abruptamente al escuchar lo que los labios de Ed pronunciaron porque sin despegar los ojos casi grises de Harry, le dijo "papá".
- ¡Ha dicho "papá"! -. Exclamó, Gem con bastante asombro.
- Ya lo ha dicho antes-. Fue lo primero que dije ni bien logré conectar mi mirada con Jace que se encontraba anonadado porque él sabía que lo que había dicho era mentira.
- De igual forma, fue lindo escuchar que hablara-. Asintiendo, dejé que ese momento se esfumara con ayuda del tiempo y poco después, me encontraba despidiendo de todos ya que debían volver casa antes de que se hiciera más tarde y el tráfico se intensificara.
- ¿Cuándo volverás? -. Sin rodeos, Jace preguntó.
- Mañana, ya estaremos nuevamente con ustedes-. Haciendo una mueca casi imperceptible, tomé el picaporte con disimulo.
- Bien. Cuídate-. Acercándose, besó mi mejilla para luego retirarse junto a sus hermanos que volvieron a saludarme por la ventanilla ni bien se alejaron de la cabaña.
- Sí, será necesario que vayan a casa para firmar los papeles y así, quedar oficialmente inscriptos en la competencia nacional-. La voz de mi papá hizo que me girara para encontrarme con él y Harry hablando sobre el torneo de tenis.- En cuanto vuelvan, comenzaremos a entrenar porque ya no queda mucho tiempo y aunque no esté de acuerdo con que juegues Diana, te apoyaré en lo que necesites para que estés cómoda y el bebé no corra peligro-. Acercándose, me abrazó cortamente para permitir que mi madre también cortara el espacio que había entre nosotras pero ni bien sentí su proximidad la detuve al extender mi mano hacia ella.
- Nos estamos viendo, Lizzy-. Sin esperar que ella aceptara mi mano, en un intento de demostrarle que todavía seguía enojada, me acerqué hacia Harry que frunció el ceño al ver la frialdad que reflejó mi gesto anteriormente.- Adiós, Nick-. Saludé como si nada para girarme sobre mis talones e ir hacia mi habitación donde se encontraba Ed durmiendo plácidamente sobre la cama de doble plaza que compartía con Harry.- Ya está, ya pasó-. Me repetí, al escuchar el ruido que produjo el motor del auto de mi papá al arrancar.
- ¿Estás bien? -. Entrando a la habitación, se sentó a mi lado a la vez que dejaba que mis lágrimas fluyeran a través de mis mejillas.- No debiste comportarte así, Diana. La has lastimado más de lo que ya estaba-.
- Eso es lo que hacen los corazones rotos, Harry-. Sollozando, dejé que él me abrazada y me susurra cariñosamente que todo pronto estaría bien pero para lograr eso, debía curar mis heridas y luego, dejar de lado mi orgullo para perdonar sinceramente a mi madre que era una víctima más del destino que sin darnos cuenta, estaba siendo manejado por Erick desde la oscuridad de la noche que ahora se apoderaba de los últimos rayos de sol que nos brindaba el final desasosegante de este día tan peculiar.
¡Nuevo capítulo!
Espero que les guste y puedan votar o comentar algo sobre el mismo.
La semana anterior ha sido muy cargada para mí debido a que comencé a cursar nuevamente la carrera que estoy haciendo pero, pese a todo, he cumplido con mi palabra y he cumplido con mi parte.
Ojalá, estén bien y disfruten de lo que he escrito.
PD: Foto de la vestimenta de Diana para el cumpleaños de Ed.
Saludos.
Ana.