SAM
Había terminado de trabajar y me reuní en mi casa con los chicos. Me hicieron hablar sobre los idiotas que se aparecieron aqui, solo les dije que eran compañeros de las peleas clandestinas, que vinieron a ofreserme algunas peleas pero las rechaze. En realidad quisiera volver a pelear, puedo desquitar mi ira en alguien.
- NO HAGAS TRAMPA IDIOTA -le gritó Mati a Henry mientras juegaban en la Imbox, mientras Larry estaba con un saco de boxeo y Matt junto a mi bebiendo mientras veíamos el juego.
- esos idiotas no sabían ni siquiera pelear para ser de las clandestinas -dijo Larry golpeando el saco.
- porque ellos planean esas peleas no combaten -dije sin ganas.
- oigan ¿iremos a la fiesta de la playa no? -preguntó Matt y yo lo miré.
- ¿fiesta en la playa? -pregunté.
- vamos Sam, eres el mayor fiestero de New York, deberías saber sobre esa fiesta -dijo Henry sin despegar su mirada del televisor.
- oh será que tu noviesita no te dejara ir -habló Mati burlón. Idiota.
- por supuesto que iré -dije no seguro.
Después de la noche de chicos ellos se marcharon y yo me metí a la cama realmente cansado.
Al otro día no fui a la preparatoria, lo que hice fue ir a trabajar nuevamente, tenía unos diseños que terminar ,no me preocupaba por la escuela tendría clases privadas y solo iría para los examenes.
Estaba en mi oficina terminando un diseño cuando el teléfono de mi escritorio comenzó a sonar, gruñi cansado pero aprendí.
- ¿Si? -contesté sin ganas.
- una chica llamada Rachel quiere verlo -dijo y frunci el ceño ¿qué mierda hace Rachel aqui? Las clases aún no habian terminado.
- dile que la veré otro día estoy muy ocupado -intenté evitarla .
- dice que debe hablar urgente sobre una joven llamada Sarah -y entonces asumí que era importante al escuchar su nombre. Rapidamente le dije que la dejara subir, unos minutos después entró Rachel a mi oficina algo exaltada con su cara empapada y su maquillaje corrido.
- ¿qué sucede con Sarah? -pregunté preocupado poniéndome de pie.
- la estúpida de Ashley le dijo sobre lo de año nuevo -contó seria.
- maldición -dije pateando la silla lejos ¿justo ahora MALDICIÓN? Tenía que ser una una broma- creí que ya lo sabía -le proteste molesto.
- creí que era lo mejor, además solo fue una noche -dijo soltando un sollozo.
- maldita Ashley, esa tipa es una... -no terminé la frase y suspire queriendo controlarme- seguro el maldito de Augusto está con ella en estos momentos -susurré enfadado.
- ¿tú la amas? -su pregunta me desequilibro.
- me importa mucho, es lo único que diré -respondí dándole la espalda y viendo por la ventana, sintiendo que ya la había perdido.
- entonces vamos y expliquemos lo que pasó, hagamos que entre en razón -propuso. Pero con todo lo que pasó, con todo el daño que le he causado, ya no quería seguir, era obvio que el mundo nos tiraba abajo y evitaba que estuviéramos juntos, ya no lo soporte.
- de que servirá, ya la perdi, solo le e hecho mucho daño y no quiero seguir así, es una tortura -dije apretando la mandíbula- es tu culpa, debiste decírselo -la miré y ella bajó la mirada.
- solo dale tiempo, se calmara y todo volverá a ser como antes -dijo con esperanzas. Pero por dentro no lo creí.
Rachel se fue sin decir nada más dejándome con mi soledad. Sentí el pecho contraido y un nudo en la garganta ya la perdí , perdí por completo su amor. Cualquiera diría que solo fue un mal capítulo,una lección de la vida pero para mi fue muchísimo más que eso, ella era mi estabilidad.
Te amo Sarah Elmor y espero que algun día me perdones por lo que he causado. Tal vez, solo tal vez si no hubiera aparecido en si vida, ella estaría feliz y tranquila, solo quería eso para ella.
SARAH
Estaba en mi habitación, sentada en mi cama, mirando el oso de felpa que Sam me habria regalado el día en que fuimos al mismo parque en el cual mi padre me habría llevado hace años, hoy, esos felices recuerdos caían por mis mejillas ¿cuántas cosas más tendré que aguantar para saber dejar ir algo que me hace mal? No podiamos estar juntos. Creí que eso quería decir toda la mierda que nos pasó .Me hacía mal estar junto a él y solo debía dejarnos ir. Lo amaba tanto que no sabía si podría sentir amor de nuevo por alguien, o simplemente no querría. Debía hacerlo, debía dejarlo ir, tal vez nuestro destino no era estar juntos por más amor que sintieramos. Mi corazón estaba destruido, había logrado destrozarme por completo de muchas formas, ya cumplió su misión de darme una lección, que el amor solo existía para esto, para destruirte o simplemente hacerte ver la realidad y no vivas en un cuento de hadas que no debería existir.
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Los dias pasaron, ya era sábado y debía ir a la fiesa con los chicos como lo planeamos, no tenía ganas de hacerlo, después de lo que ocurrió con Rachel ya no podía confiar en nadie, pero aun así quise hacerlo, quise demostrar que era fuerte, que nada me tiraría abajo, además como dije estar con los chicos me hacía bien y era lo que comenzaría a pensar en adelante, en mi bienestar y no en los demás como siempre lo había hecho, comenzaré a preocuparme por mi y mi estado, nada más. No hablé con Rachel y Sam, a él literalmente no lo ví, no sabía nada de él, ni siquiera se digno en hablarme, seguro ya sabía lo que pasó y al parecer no tenía los huevos para enfrentarme. No era de extrañarse, su nivel de orgullo era bastante.
Britt dijo que me pasaría a busar junto a Philip y Augusto. Me duché, me vestí adecuadamente, me maquille y fui con ellos directo a la fiesta. Era enrealidad un recital ubicado en la playa al aire libre, todos en traje de baños y anteojos, aun que era de noche. Decidí relajarme un poco,bebiendo y bailando. Sabía que no era normal eso en mí pero quería cambiar la rutina.
Reía junto a los chicos hasta que lo ví, ví a la persona que más esperé, después de desaparecer por unos días el muy cobarde, lo vi en una fiesta, me sentí tan jodidamente estúpida que pensé que esto era un juego suyo, seguiré su juego, espero que recuerde que yo juego sucio.
Miré a Augusto y lo besé, si lo sabía, era estúpido usar a Augusto para causarle celos a aquel chico que estaba torturandome. Me separé de él bruscamente y miré en dirección a Sam y confirmé que nos estaba viendo con una cara de pocos amigos, noté como tenso la mandíbula y sentí el dolor en mi pecho golpearme tan fuerte que por un momento sentí que iba a desamayarme y así fue ,caí a la arena y todo se nublo.
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Desperté y visualice una linda habitación lujosa color blanca, me levanté y sentí que mi cabeza iba a explotar, caminé un par de pasos y la puerta de la habitación se abrió dejando ver a Augusto con un vaso de agua ,una pastilla y una amplia sonrisa.
- despertaste -dijo alegremente.
- ¿qué pasó? ¿dónde estoy? -pregunté tocando mi cien.
- el idiota de Philip le puso algo a la bebida y te cayó mal, te juro que no lo sabía -dijo apresurado. Me molesté.
- ese imbécil me drogo -solté estupefacta, no podía creer todo lo que me pasaba y por culpa de malas compañías.
- no fue intencional, bebiste demasiado además tu jamás lo hacías -dijo apenado. Solté un suspiro molesta queriendo pensar con claridad, no quería volver a ver a Philip eso era seguro.
- ¿cuánto tiempo estuve inconciente? -pregunté arrugando la nariz por el dolor.
- unos 10 minutos -respondió. Fui hacia la ventana, corrí las cortinas y noté a lo lejos las luces y la música de la fiesta, había mucha más personas, no encontrábamos en una especie de hotel- toma la pastilla se te irá el dolor de cabeza -dijo y la tomé- entiendo lo que tratas de hacer -habló de repente y lo miré- sé que me besaste para causarle celos a Sam -dijo haciéndome sentir una estúpida por jugar con sus sentimientos.
- lo siento, es que me sinto tan mal que ahora todo lo hago mal -dije sentándome en la cama.
- no te preocupes, por mi está bien, haz que sepa lo que perdió -habló con una sonrisa de lado, lo miré con el ceño fruncido.
- no lo sé, no soy de ese tipo de perosnas que se vengan y no me agrada la idea de hacer sufrir a las personas -conté mirando mis manos.
- eso es injusto -dijo y yo lo miré- dejas que cualquiera te haga sufrir y luego pueda irse asi como si nada -en parte tenía razón, pero no quería ver sufrir a Sam después de todo lo que pasó, ni a Rachel, simplemente me sentiría mucho peor ¿de qué serviría hacer daño? No era esa clase de persona.
- ya dejalo, ya pasó -le dije sin más y me levanté de la cama, él me miró algo extrañado y de repente se levantó, se acercó a mi y velozmente me besó, no pude confundirme por qué lo hacía, solo intenté dejarme llevar pero fue imposible no recordar mi primera vez, pero sus manos no tenían la suavidad de las de Sam y eso me indignó, porque al parecer mi cuerpo no quería otras manos, otros besos, otro amor .
Augusto me tiró a la cama y comenzó a besarme salvajemente y por el exceso de alcohol en mi sistema ya no me importaba nada.
- yo haré que lo olvides -me susurró entes de quitarse su camiseta y dejar ver su moldeado cuerpo, por un momento creí que estaba cometiendo un error. Solo cerré los ojos he imaginé que después de eso todo estaría bien, pero no, en cuanto me quitó la blusa ,lo detuve.
- lo siento, no puedo -dije y él al parecer se enojó.
- ya dejalo! -me exigió y volvió a besarme con rapidez creí que me violaria, pero en cambio de eso me besó en la frente calmandome- ya dejalo y prueba algo diferente, tal vez te termine gustando -susurró y volvió a besarme pero sentir su piel no fue como la primera vez, pero creí que debía darle la razón a Augusto. Pero cuando iba a quitarme los short volví a sentir esa maldita sensación de que estaba a punto de cometer un error del que me arrepentiria. Lo tomé de su mano deteniendolo, él al notar mi agarre me miró a los ojos y fruncio el ceño.
- basta, en verdad no puedo -le pedí y tomó fuertemente mi cabello- Augusto me lastimas -le dije casi en un sollozo.
- esto te hará olvidarlo de una vez -dijo enojado tomándome con más fuerza el cabello e comenzamos a forzejear porque quería quitarme los short, era demasiado fuerte. Lloré, grité, pero nadie me oía y nadie lo haría, eran las 3 de mañana, ni un alma estaría por allí.
En un segundo me rendí. Cerré los ojos esperando lo peor, ya estaba cansada física y emocionalmente para seguir luchando.