42-Sam...

2.4K 136 3
                                    

                          SAM

Si iba a ser padre de un niño debía empezar pensando como uno. Correría mucho riesgo a lo que realmente me dedicaba, torturar personas no ers algo que pueda contarle a un niño, debo hacerlo, necesito hacerlo si quiero cambiar y dejar de ser la oveja negra de la familia. Quiero ser libre, referido a la pandilla, que pueda tener lo que quiera sin riesgo de perderlo por la simple influencia de ser un asesino serial. Perder a Sarah me hizo abrir los ojos, me hizo saber que estaba cambiando sobre bombas terrestres que tarde o temprano explotaria y destruiría todo lo que esté a mi alrededor.
No quería ,ya no más. Y si la libertad fuera la muerte , la prefiero mil veces antes que estar condenado y no poder hacer ambsolutamenre nada al respecto. No quería ser como mi padre, quería ser lo que a mi hubiera gustado del mío.
No pude volver a dormir y ya no quería seguir pensando, ya había tomado mi descicion y estaba dispuesto a correr el riesgo, todo para sentir lo que es la libertad y poder liberar a las personas que tanto han aguantado por mi.
Me levanté algo somnoliento, me duché con agua fría y me vestí, eran las 6 de la mañana y ya había salido el sol. Tomé un lápiz y un papel y escribí allí mis últimos deseos, bajé las escaleras encontrandome con Emily deborando un pastel, por autoreflejo mi mirada fue a su vientre, maldita sea  si que comía mucho. No pude ni siquiera mirarla, pero sus ojos se sorprendieron al verme.

— lo siento si te desperté, antojos —dijo divertida y rió. Yo me límite a sonreír y la ignore— ¿a dónde vas? —preguntó.

— voy a salir y por si acaso —le arroje las llaves de la casa y ella me miró confundida— estaré fuera todo el dia —dije algo preocupado.

— está bien es normal que desaparezcas, a veces lo haces por semanas así que un día no es nada —dijo y simule una sonrisa. Salí de la casa y subí a un taxi que por suerte conseguí. Hice que me dejara a unas cuadras del club y fui caminando hasta ella, para no dejar huellas. Entré y no había casi nadie, fui a la zona VIP y hay estaba Martín aún bebiendo y riendo con los muchachos.

— Sam hasta que apareciste —dijo Eathan arrastrando las palabra.

— le dí tiempo, pero no pensé que te tardaras tanto —dijo Martin— ¿los acabaste? —preguntó y le entregué el sobre que había escondido en mi chaqueta, él al abrirlo sonrió— perfecto —

— debo ahablar contigo Martin —dije seriamente y todos se callaron para mirarme— en privado —agregué y él entendió que era importante.

— vamos a mi oficina —dijo y comenzó a caminar conmigo detrás. Entramos a su oficina y cerré la puerta con valentia.

— bien —dijo tomando asiento detrás del escritorio— ahora dime —

— voy a dejar la pandilla —fui directo y él me miró serio.

— sabes que soy un hombre que respeta y piensa que lo más importante es la familia, el hecho de que serás padre no significa que el niño lo será también, además sabes que no solo no interferire en tu vida personal sino que también la protegere —habló con calma.

— precisamente es por eso que quiero dejarlo —dije serio y Martin me observó con determinación— no quiero ser como mi padre, quiero estar presente y éste lugar, éste trabajo, no solo atrae riesgos sino que también consumirá gran parte de mi tiempo —explique con lentitud para que entendiera.

— podemos llegar a un acuerdo, Pero no necesitas salir por completo —

— no Martin! ¿no lo entiendes? ¿jamás pensaste en la vida que pudo tener tus hijos lejos de ésta mierda? —dije señalando el lugar.

— ésta mierda... —se levantó molesto— es una familia también, tal vez nuestro sustento dependa de cosas fuera de la ley, pero sigue siendo una familia y si metí a mis hijos en esto es porque no tuve elección, cometí errores también pero supe sobrellvarlo y aquí estoy, en mi imperio y con mis hijos a salvo, porque pudieron estar muertos hace tiempo, pero les enseñe a sobrevivir y aquí siguen comnmigo —

Mi Amor PeligrosoWhere stories live. Discover now