CAPÍTULO 5

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                     SARAH

Estuve todo el fin de semana viendo la chaqueta de ese chico.
Cuando era lunes por la mañana, me levanté y me alisté para ir a la preparatoria, sin pensar ni perder tiempo. Tomé la chaqueta y la olí por última vez, me obsesioné con ese aroma, parecía una acosadora haciendo eso, pero era fascinante.

En la preparatoria, llegué más temprano de lo normal, Rachel me llamó y dijo que estaba en el gimnasio muy ocupada, ya que el baile era este viernes y quieren que todo luzca perfecto, y también que tal vez llegue tarde a la primera clase.
Me fui al aula y me senté en mi lugar, tenía en mi mano la chaqueta de Sam, volví a olfatear y el aroma me seguía cautivando, lo dejé a un lado y me puse a repasar unos apuntes.

Después de veinte minutos de lectura , mis compañeros comenzaron a llegar, cuando la profesora de química entró y cerró la puerta, me di cuenta de que Sam no había llegado, lo cual me decepcionó un poco. Cuando empezó a tomar asistencia me rendí y admití por completo que no vendría.
Después de unos minutos de que inició la clase, él entró por la puerta con una venda en la mano, mí corazón suspiró, se sentó al mismo tiempo que se disculpó por la tardanza, ni siquiera me miró y luego entró Rachel, también disculpándose, ella me saludó con una sonrisa y yo hice lo mismo.

La clase transcurrió rápido y en silencio. Luego de dos horas eternas, la campana sonó y todos se marcharon, incluso Sam, mientras guardaba mis cosas con delicadeza, Rachel me estaba esperando sentada en su banco, su teléfono sonó y soltó un suspiro al ver la pantalla.

— los chicos del centro estudiantil me tienen loca, quieren que diseñe las decoraciones para el baile y el puto gimnasio es enorme, estaré ocupada todo el día, te importa si...te quedas solita, será solo por hoy, mañana me tomo el día libre e iremos al cine ¿te parece? —me hizo puchero como una niña y juntó sus manos suplicando— porfis —rodee los ojos.

— anda ve ,te necesitan, yo estaré bien, tendré mas tiempo para estudiar —dije tranquilamente.

— ¿segura que vas estudiar? —pregunta provocativamente.

— ve ya —le regañe y ella me enseñó la lengua infantilmente, me lo agradeció y se marchó. Pues la verdad no estaré sola o eso esperaba.
Cuando cerré la mochila, la puerta del aula también y muy fuerte ,tanto que salté en mí lugar. Al alzar la mirada, vi a Sam, quien me miró mientras yo traté de sonreír, él suspiró y se acercó.

— Hola —me saludó sin ganas, sus ojos estaban rojos y con un poco de ojeras.

— Hola —dije tratando de sonar alegre. Miré su mano y me pregunté que le habrá pasado ¿será que se peleó con alguien?.

— Te debes estar preguntando en qué lío me metí —dijo leyendo mis pensamientos y mirando el suelo.

— Bueno tal vez si pero ¿quién soy yo para meterme en tu cosas? —bromee para que el ambiente no sea tan serio— ten tu chaqueta —le digo con egoísmo entregándole la prenda , él la tomó y la revisó, yo miré hacia la puerta para poder salir corriendo. Mi pánico se hizo presente cuando sacó su paquete de cigarrillos. Recordé lo del condón y por eso lo miré raro.

— Aquí estabas —dijo tomando un cigarrillo del paquete y colocándolo entre sus labios.

— No puedes fumar en el aula —lo regañe al instante con el ceño fruncido y él me sonrió ¿Acaso quiere meterse en problemas para tratar de impresionarme? o tal vez solo quiere llamar la atención.

— Muy bien niña mandona, como tú digas —habló con ironía y volvió a colocar el cigarrillo en el paquete, le sonreí victoriosa provocando un gruñido suyo— eres tan sigue reglas y una aguafiestas —habló con desagrado y yo abrí la boca fingiendo indignación, la verdad tenía razón así que no le contesté solo me quedé callada— ¿revisaste mi chaqueta? —me preguntó casi enojado mirándome a los ojos.

— ¿Por qué haría eso? —pregunté nerviosa y volví a ver la puerta para salir corriendo pero mis malditos pies traicioneros no se movían.

— Porque el cierre de este bolsillo está un poco abierto —dijo y lo abrió, sacó el condón y lo miró con el ceño fruncido, me tapé la boca para no reír a causa de su cara— ¿tu metiste esto aquí? —me preguntó con una ceja alzada.

— Claro que no! ¿por qué pondría un condón en tu chaqueta? —digo molesta— esa es tu chaqueta ,así que el condón es tuyo —crucé mis brazos y él rió.

— Matt —dijo riendo— si no lo hiciste tú de seguro fue él quien metió esto aquí —miré el condón y reí.

— ¿Quién es Matt ? —le pregunté dejando de reír.

— Un amigo —dijo y se acomodó la venda de la mano, lo miré fijo y él se dió cuenta— ¿quieres saber el por qué de esto? —me preguntó mostrándome su mano vendada, yo asentí.

— Soy curiosa —justifique y sonreí  con orgullo.

— Está bien niña curiosa ¿quieres ir por un café primero? —me preguntó sensualmente ,provocando una risita mía.

— Está bien niño condón, vamos por un café —digo y el rió al igual que yo por como lo llamé— ¿Puedo hacerte un pregunta? —hablé rompiendo el silencio en el trayecto.

— Ya me la estás haciendo —dijo burlón.

— ¿Puedo hacerte tres preguntas? —seguí si juego y él sonrió. Asintió con humor y yo lo observé pensativa— ¿fue una broma o de verdad te diviertes de seguido? —mi pregunta lo hizo reír.

— Sarah ,no tenía la menor idea de que eso estaba allí —respondió seguro y me miró serio. Yo solo le hice una pequeña sonrisa y no dije más nada.

Mi Amor PeligrosoWhere stories live. Discover now