33-cafetería...

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(Tyler Joseph Is Eathan )

                      SAM

Solo reí cuando me apartó las manos, Sarah me miró a los ojos molesta.

— entiendo que te importe una mierda lo que piensen de ti, pero para mi es importante, y necesito que controles tus manos en lugares así —señaló la calle. Entendí que no le agradó despertar y encontraste sola.

— sé que estás molesta por lo de ésta mañana, entremos por un café y hablemos —le propuse y suspire poniéndome serio. Ella asintió e ingresamos al local y nos sentamos en una mesa junto a una pared de cristal, frente a frente sin contacto físico, me dasanimo entender una vez más que realmente estaba molesta, aún no me acostumbraba a estar en una relación formal, es decir, siempre hice lo que quería, cuándo y dónde lo quería, sin importarme nada, pero ahora entendí que de verdad tengo a alguien que se preocupa por mi. La mesera nos pidió nuestras ordenes y se retiró, me quedé mirando a Sarah mientras ella observaba su teléfono, de alguna manera me tenía a sus pies, haría cualquier cosa con tal de ver su hermosa sonrisa, que hacía valer la pena estar vivo. Cuando de repente alguien se sentó junto a mi empujandome a un lado, lo miré con el ceño fruncido cuando me di cuenta de quien era.

— ¿qué haces aquí? pense que estarías entrenando con Marshall —preguntó Eathan mirándome. Maldito idiota.

— me tomé el dia —le hablé lento para que supiera que no era el momento— y es mejor que te vayas, estoy ocupado —dije enojado sin quitarle la mirada de encima.

— ya veo —dijo serio mirando a Sarah, quien sonrió incómoda— bien, entonces me iré, un gusto saludarte Sam —se levantó— ha, una cosa más —se inclinó hacía mi— Martin tiene un trabajo muy importante para ti —me susurró al oído, miró a Sarah por última vez y sonriendo se fue.

— ¿quién era? ¿uno más de tus amigos? —preguntó ella queriendo disimular la curiosidad.

                       SARAH

— si —dijo con amargura dejando en claro que le agradó su repentina llegada. El desayuno se puso tenso gracias a la precencia de aquel tipo, miré por la gran vidriera como las gotas de lluvia se deslizaban por el cristal, un silencio mutuo se generó. Yo comencé a pensar en todo lo que había pasado, Sam Golpeó y amenazó  a Augusto, el tema del "juego " que nadie quería decirme de que mierda se trataba, la advertencia de Britt contra Sam Y todos los malditos sentimientos que van despertando.

— sé que debería disculparme por haberme ido de la casa en plena madrugada —comenzó a decir con su mirada baja, parecía costarle y molestarle decir esas palabras— necesito que entiendas que siempre he sido así y además de que apenas ayer te recuperé dame tiempo para adaptarme —me miró serio y luego los desvió— de todos modos solo fui a la casa de un amigo, quien tenía unos problemas y solo fui a ayudarlo —dijo como si nada y hasta quise darle un golpe.

— ¿qué tipo de problemas resolvieron en plena madrugada? —le pregunté atenta, él me miró serio.

— me propusieron volver a las peleas clandestinas —contó colocando sus antebrazos sobre la mesa, volviendolo mas privado.

— ¿accediste? —pregunté preocupada pero viéndome molesta.

— no, pero estoy ayudando a entrenar a uno que si —dijo volviendo a su lugar. No quería que estuviera allí, pero debía entender que ese era el entorno en el que estuvo casi toda su vida, no podía simplemente prohibirle por la preocupación que sentía al verlo serca de un peligro inminente, porque en esos lugares nada bueno se espera. Además no quería volver a verlo luchando sobre ese ring empapado de sangre, fue duro verlo de muchas manera, golpeado, ebrio y enojado. La violencia física nunca fue parte de mi vida, tampoco sabía manejarla, más bien fue sicológico, que es mucho peor. Luego su fanatismo al alcohol, aún que era divertido en ese estado, pero el alcohol nubla tu conciencia y no quería que algo malo pasará, otra vez, con esa mierda. Y por último, su temperamento y su nivel de violencia,  lo vi dejarse llevar por la ira y me dolió mucho verlo así, incluso hubo un pequeño instante en que creí que me lastimaria. No merecía eso, pero al verlo noté en sus ojos que estaba triste, sentí soledad en su mirada y después de conocerlo un poco más, entendí que estaba sólo sentimentalmente, le costaba expresar muestras de cariño, lo sé, lo sentí así. La vida que le tocó fue dura.

— ¿tú me amas? —le pregunté y él pareció ofendido.

— ¿de verdad? —se molestó— creí que había quedado claro eso —se inclinó hacia delante.

— lo está, sé que me quieres de alguna forma —dije estratégicamente.

— claro que si, yo... —no terminó la frase y se hizo hacía atrás. Me desanimo que no dijera que me amaba, pero lo entendí.

— entiendo, solo quería oirte decirlo —le sonreí— sé que andas en malos pasos —solté en un suspiro y noté como desvió su mirada preocupado y se acomodó— esas peleas no traerán nada bueno, entiendo que ser independiente es tu estilo, pero ahora me tienes a mi, tienes a Sucie —miré mi taza y luego volví a él— ella no sabe sobre esa pelea — afirme.

— no y no se lo digas, no creo que aguante más regaños —dijo tirándose hacía atrás.

— esos regaños como le dices es porque nos importas Sam, nos importa tu estado, a donde vas, que haces, porque cada desicion que tomes nos afectará también, por eso nos importas Sam, solo quiero que lo entiendas —solté un suspiro y él pareció conmovido por lo que dije, pero era la verdad.

— estoy intentando cambiar Sarah, solo dame tiempo —me pidió con sus ojos clavados en mi, aquella fue una promesa la cual acepté porque tenía fe en él y quería que saliera de esas mierdas y viera el mundo desde otro ángulo, pero hasta ese momento había sido difícil. 

Mi Amor PeligrosoWhere stories live. Discover now