27-mierda...

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                           SARAH

Sam se fue sin decir nada, eso me ponia un poco trizte pero el dias apenas comienza, tal vez más adelante me sienta mejor.
Me dolía saber que él también bebía y que le gustaba la vida nocturna, por primera vez me sentí insegura.

Después de secar y sepillar mi cabello, un poco de perfume, maquillaje, desayuno y cepillar mis dientes ,tomé  mis cosas y fui a la preparatoria.

Cuando llegué  todos se me quedaban viendo como si fuera una extraña, pasar de ser invisible a esto me incomodaba pero lo ignoré y seguí mi  camino.

Las dos primeras clases ya pasaron y no había visto a Sam, a Rachel la había cruzado pero no me ha hablado, eso en verdad me dolía y mucho, por dios espero que mi día no siguiera así ,necesitaba que sucediera algo para sacarme ésta amargura.

Estaba caminando tranquila por los pasillos como normalmente lo hacía, aun que lo normal era que nadie me miraba ¿a caso tengo algo en la cara? .
Al llegar a mi casillero, guardé mis libros y me observé en el pequeño espejo de la puerta del mismo, para confirma que no tenía nada, al cerrarlo vi a lo lejos a Sam recargado contra la pared y a Augusto hablando con él , después este último le entraga algo negro y cuadrado, un momento , era el celular de Sam. Entonces fue Augusto quien se hizo pasar por él . Sam lo revisó y lo guardó en su bolsillo trasero de sus jeans negros, luego se fue caminando por el pasillo, Augusto me vio y se acercó, yo solo me lo quedé mirando preguntándome ¿por qué carajo aría eso?. Se paró frente a mi y trató de sonreír.

— ¿por qué? —le pregunté directa y con tristeza. Creí que era un buen chico en quien podía confiar y armas una hermosa amistad. Pero confirmé  que no era así. Me fijé tanto en su físico que no preste atención en su actitud.

— ¿podemos hablar en un lugar mas privado?—preguntó mirando por todas partes, también lo hice y noté  que todas las miradas se posaban en nosotros. Se les perdio algo?. Miré a Augusto nuevamente y asenti, me tomó de la mano y me llevó hasta el aula de laboratorio, donde no había  absolutamente nadie, entramos y el cerró la puerta, se volteó a mirarme y tragó saliva.

— ¿que te pasó? —le pregunté al notar el moreton en su frente.

— será parte de lo que te voy a contar —dijo con pesadez,me senté en un banco y él en otro frente a mi— seré directo ¿si? —

— solo dilo —me puse de brazos cruzados y él se acercó un poco más y me miró directo a los ojos. Noté que los suyos no brillan como los de Sam.

— me gustas —contó así sin más , me quedé algo atontada y no logré reaccionar ¿es enserio?— siempre me has gustado Sarah, pero nunca tuve las agallas de decirtelo, porque creí que me rechazaría como a los demás —

— Augusto tu me gustabas desde tercer grado... —él miró el piso.

— si lo sé , pero es que...no sabía como decirtelo y cuando terminé con Ashley yo quise hablar contigo pero apareció Sam y no se cómo supo que me gustas y decidió adelantarce y enamorarte, él ...en verdad me odia y todo por un estupidez que hice hace años, yo no quería que tú estuvieras con alguien que no siente nada por ti, porque es solo para molestarme —habló temeroso y sentí como algo dentro de mi se rompió y un balde de agua fria cayó sobre mi, luego sentí como una lagrima rodó por mi mejilla.

— yo...no... —dije y un sollozo se me escapó. Eso era demasiado.

— tranquila, no quise que te pusieras así, pero quería que supieras antes de que cometas el error de quedarte con él, hice lo que hice para que no sufrieras como lo a estado haciendo con todas —dijo y yo lo abracé, él me lo devolvió frotando una de sus manos en mi espalda— Sarah no puedo estar mucho tiempo junto a ti —advirtió de repente y yo me aparte.

— ¿por qué? —le pregunté secando mis mejillas.

— Sam...él me amenazó de que me alejara de ti, no creí que fuera capaz pero es cruel, es muy cruel —dijo triztemente mirando el piso. Mire su moreton en la frente y lo acaricie.

— él fue quien te hizo eso ¿verdad? —pregunté con mi voz temblorosa. No puede ser tan cruel para amenazar a alguien para que se alejara de mi.

— si, yo en verdad...no quiero tener problemas con él, es peligroso —dijo tratando de levantarse, pero yo lo tomé de la mano.

— Auguto el no te hará nada, si lo quiere hacer lo hará por encima mio —hablé muy decidida y valiente.

— no quiero arruinar su relación —

— ya lo está —dije y otra lágrima cayó por mi mejilla. Era lo único que hacía desde que estuve saliendo con Sam, no sabía que hacer, ni siquiera sabía si ahora me gustaba, pero no lograba estar tranquila, él me preocupaba por todas las cosas que había pasado. Tal vez solo fueron mentiras para que tuviera lástima de él. Tal vez mi subconciencia tenía razón subconciencia, no sabía que pensar o hacer.
Salimos de el aula sin decir nada más.

— ¿puedo saber que demonios estaban haciendo hay dentro? —preguntó la voz de Sam a nuestras espaldas, sentí punsadas en el pecho que ivan y venían. Nos volteamos y él estaba de brazos cruzados mirando fijamente a Augusto con odio, me paré frente a él ,también de brazos cruzados.

— a ti que te importa —solté  rechiando los dientes, estaba molesta por lo de anoche y por lo de ahora. El miró a Auguto y tenso la mandíbula .

— voy a matarte maldito —habló con mucho enojo y Augusto tragó saliva.

— tú no mataras a nadie —Sam me observó con el ceño fruncido.

— ¿qué te dijo? ¿qué mierdas te metió en la cabeza ahora? —preguntó mirándome directo a los ojos. Ya no vi el hermoso brillo, lo unico que noté y sentí era el frío de estos.

— dimelo tú ¿por qué fuiste a amenazarlo para que se alejara de mi? Ho no es necesario que lo digas, fue para que él no me dijera que solo estas conmigo para hacerle la vida imposible... —no logré terminar porque Sam trató de lanzarse encima de Augusto pero yo lo detuve.

— niña egrima no le le creas, es un bastardo con cara de mendigo —dijo Sam tratando de controlar su respiración . No sabía que mierda hacer, Sam me importaba pero lo que hizo fue algo horrible. No podía ir amenazando a la gente para que se alejara de mi. Al ver que no reaccionaba estampó su puño en uno de los casilleros y lo abollo, solo me quedé mirándolo sin hacer nada, los golpes eran parte de él— BIEN ¿SABES QUÉ? SI QUIERES ESTAR CON ESE MALDITO HIJO DE PUTA , VE CON ÉL , ME IMPORTA UNA MIERDA LO QUE HAGAS —y se fue, sentí mis lágrimas caer sin parar y ese dolor en el pecho aumentar.

Mi Amor PeligrosoWhere stories live. Discover now