-¿Segura que no prefieres quedarte aquí a descansar? -volvió a preguntar Isco antes de salir.
-Sí, Francisco, estoy segurísima. -puse los ojos en blanco. Ya era como la enésima vez que me preguntaba lo mismo.
-Okay, entonces vámonos. -salimos de la casa y nos subimos al carro para dirigirnos a casa de Álvaro.
Luego de unos minutos ya nos estábamos estacionando en el garaje.
-Nada de hablar con hombres. -Isco me advirtió antes de tocar la puerta.
-La mayoría allá dentro son hombres. -le respondí viéndolo mal.
-Entonces habla con la minoría.
-Solo toca en bendito timbre, Román. -dije fastidiada.
-No me digas así. -se cruzó de brazos.
-No me hagas hacerlo. -alcé una ceja retándolo.
-Bien. -suspiró y tocó el timbre, unos segundos después apareció Álvaro detrás de la puerta.
-¡Llegaron los Alarcón! -gritó emocionado.- Hola, chicos. Ya Alice llegó. -nos dejó pasar. En lo que volteé, Isco y Álvaro habían desaparecido, genial.
Visualicé a Alice sentada en uno de los sofás y decidí acercarme.
-¿Giselle? -Alice me vio confundida y emocionada a la vez.- ¡Hola! Tanto tiempo sin verte, Gigi. -se levantó del sofá y me abrazó.
-Feliz cumpleaños, Ali. -le deseé y ella sonrió.
-¡Gracias! -me tomó del brazo y me llevó a la cocina. Donde habían menos personas.- ¿Hace cuánto llegaste? -me preguntó, tomando dos vasos de plástico de la mesa.
-Llegué hoy. -comenté. Ella dejó de servir el líquido en el último vaso y me miró impresionada.
-¿Hoy? ¡Deberías estar descansando! -me entregó el vaso y le di un sorbo luego de agradecer.
-No podía perderme tu cumpleaños. -le dediqué una sonrisa y me abrazó.
-Aww, gracias por venir, Gigi. -reí ligeramente.
-Iré al baño y vuelvo. -avisé y ella asintió.
Estaba sumida en mis pensamientos que no me di cuenta que había chocado contra alguien, además de derramar toda mi bebida en su camisa, salpicando un poco en mí.
A veces me preguntaba por qué era tan torpe.
-Oh Dios mío. Lo lamento demasiado. - no quería levantar la mirada y enfrentarme con la persona que seguramente estuviera disgustada por mis torpes actos.
-Deberíamos dejar de encontrarnos así. -ese acento y esa voz... Alcé la cabeza.
-Paulo. -fue lo único que dije. Sus ojos verdes me veían y sonrió.
-Hola, Gigi. -saludó cortésmente.
-De verdad lo siento. Puedo ayudar a quitar la mancha. -ofrecí con una media sonrisa de disculpa.
-Dale. -respondió sencillamente.
-Ehm, bueno. Sígueme. -comencé a caminar hacía el baño con Paulo detrás de mí. Abrí la puerta, entré y él después de mí, cerrando la puerta a su espalda.
Maravilloso Giselle, no podías escoger un baño más pequeño.
-Sería más fácil si... Ya sabes...-tomé una bocanada de aire.- Te quitaras la camisa. -tragué saliva luego de decirlo. Él me vio con una sonrisa pícara, levantó sus brazos y pasó la camisa por su cuello, dejando a la vista su marcado abdomen.
Alguien debería poner un pote debajo de mí, seguro comenzaría a babear.
-Aquí tenés. -me tendió la camisa y yo la tomé. Me di la vuelta y comencé a limpiarla en el lavamanos. Paulo se sentó en la tapa del inodoro con los brazos detrás de su cabeza.
-¿Sos amiga de Alice? -interrumpió el silencio que había en la habitación. Lo miré a través del espejo.
-Sí, pero más de Álvaro. -cerré la llave del agua y exprimí la camisa para sacar el agua en exceso.- Ya está limpia pero necesito buscar algo para secarla mejor. -extendí la camisa en la mesa que había al lado. Me di la vuelta y comencé a buscar.
-Vi que llegaste junto a Isco. -fruncí el ceño, imaginándome la siguiente pregunta.- ¿Estás saliendo con él?
Lo primero que hice fue soltar una carcajada, y seguida de esas vinieron muchas más. Ya me costaba respirar. Me llevé el antebrazo a la boca para tratar de calmarme ya que mis manos estaban aun mojadas, pero todavía seguía riéndome. Dirigí mi mirada a Paulo y estaba serio.
-¿Isco y yo? Somos hermanos. -solté una última risa y su expresión se relajó, causándome más gracia.- Ay, Paulo, que risa me haz causado. -encontré un secador de cabello y lo saqué del armario. Lo conecté y lo prendí, apuntando todo el aire caliente a la camisa. En lo que ya estaba menos húmeda se la tendí.- Aquí tiene, señor Dybala. -se la devolví.- Como nueva y con olor a jabón de vainilla. -bromeé mientras colocaba el secador en su sitio.
-Vaya, gracias. -la tomó y se la colocó. Quedamos un momento en silencio viéndonos a los ojos. Se comenzó a acercar a mí lentamente, mi corazón empezó a latir muy rápido. Llevó su mano a mi mejilla y sentí un hormigueo por todo mi cuerpo.
Cerré los ojos, esperando el gran momento, cuando unos golpes en la puerta me hicieron abrirlos.
-¿Giselle? -escuché la voz de mi hermano detrás de la puerta. Vi asustada a Paulo, no sabiendo que hacer.
-No, soy Paulo. -intervino, lo mire confundida.
-¿Has visto a mi hermana? -preguntó Isco.
-Yo la vi entrar a la cocina. Buscála ahí. -respondió Paulo.
-Vale, gracias, hombre. -escuché sus pasos distanciarse y fue ahí cuando Paulo abrió la puerta del baño.
-¡Salí, rápido! -apresuró y yo asentí. Tomé la iniciativa de irme pero Paulo me cogió del antebrazo.- ¿Saldrías conmigo? -preguntó agitado. Mi corazón comenzó a latir fuertemente y sonreí.
-Por supuesto. -corrí a la cocina y choqué con Isco.- ¡Hermano! Te he estado buscando. -dije con la respiración entrecortada.
-¿Dónde estabas? -preguntó viéndome con los ojos entrecerrados.
-Estaba con unas amigas de Alice. -mentí tratando de disimular mi nerviosismo.- Y tú ¿dónde estabas? -traté de cambiar el tema.
-Con Álvaro y unos amigos. -se encogió de hombros.- Bueno, solo venía a ver cómo estabas. -se rascó la nuca.- Avísame cuando quieras irte. -sabía que él la estaba pasando bien, así que dije:
-Podemos quedarnos un rato más. -su sonrisa se amplió y asintió. Se fue con sus amigos otra vez.
Nuevo mensaje de numero desconocido:
"¿Qué tal la escapada? ¿Funcionó?"
Reí al saber quién era, lo busqué a mis alrededores pero no lo vi.
Mensaje para Paulo:
"¿Dónde estás?"
Nuevo mensaje de Paulo:
"Tuve que irme pronto. ¿Mañana a las 7pm?"
Mensaje para Paulo:
"Claro ¿elegante o casual?"
Nuevo mensaje de Paulo:
"Casual, iremos a un lugar que sé que te gustará."
Mensaje para Paulo:
"Está bien, nos vemos entonces. :)"
Bloqueé el teléfono y sonreí inconscientemente. Estaba cayendo profundamente.
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