capítulo 15

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A la mañana siguiente, desperté en mi habitación temporal. Aún tenía la ropa de ayer así que tomé una ducha y ponerme un short de blue jean, junto a una camiseta de tirantes blanca. Dejé mi cabello suelto para que se secara y bajé las escaleras.

-Buenos días. -saludé a Paulo que estaba sentado en el sofá frente al televisor, viendo un partido de fútbol.

-Buenos días, preciosa. -me senté a su lado.- Olés a shampoo. -comentó y lo miré con el ceño fruncido y una sonrisa.

-Pues sí, me bañé. -dirigí mi mirada al televisor y vi que era una repetición de un partido del Real Madrid contra el Barca. -¿De qué año es esto, Paulo? -le pregunté, ya que no había un clásico desde hace tiempo y además, no era de esta temporada.

-Final de la Copa del Rey del 2014. -respondió atento a la televisión, vi a mi hermano y sonreí, recuerdo lo feliz que estaba, mamá, papá y yo pudimos ir a Valencia para verlo. Había ganado su primer título con el Real Madrid y había sido uno de los jugadores más destacados, le agradecía a Ancelotti por darle la oportunidad de estar en el once inicial. En ese entonces yo sólo tenía dieciséis años.

Escuché unos ruidos provenientes de la cocina y al ver que Paulo ni se inmutaba, pregunté:

-¿Hay alguien más aquí?

-Oh, no te preocupés, es Alda. -dijo sin descuido.

-¿Quién? -fruncí el ceño y me dirigí a la cocina, encontrándome con una señora mayor.

-Buongiorno, bambina. -saludó con una gran sonrisa detrás de la encimera.

-Eh, hola. -respondí saludándola con la mano.

-¿Tu sei Paulito ragazza? -me quedé en silencio, tratando de descifrar que es lo que acababa de decirme. La verdad ni tenía idea.

-Non, lei no é la mia ragazza. -escuché la voz de Paulo a mis espaldas.- Ancora. -volvió a decir y Alda rió cómplice.  Era más lindo de lo normal hablando italiano.

-¿Qué me preguntó y qué le dijiste? -me dirigí a Paulo.

-Te preguntó que si eras mi chica. -relamí mis labios sonrojada.- Y yo le dije que no. Lo otro es un secreto. -alzó ambas cejas varias veces- Questa é Giselle, Alda. Lei non parla italiano. -Alda colocó dos platos de comida en la mesa del comedor y ambos nos sentamos a comer.

-Oh, capisco. Hola, Giselle. No saber mucho español. -reí. Escuchar a un italiano hablar español era más gracioso que un gringo hablándolo.

Rivals // Paulo Dybala Where stories live. Discover now