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-Ya vamos llegando. -avisó Paulo sobre la música de la radio. Giré mi cabeza hacía la ventana para ver al exterior. Estábamos llegando a una feria, las luces de colores brillaban por todas partes, reflejándose en la parte interior del carro.
-Dime qué vamos a la feria. No me importa el frío que hace afuera solo dime qué vamos a la feria. -lo miré emocionada. Noté como una sonrisa se formaba en sus labios y me miró.
-No, vamos al lugar que está al lado. -fruncí el ceño y dirigí mi mirada hacía afuera para ver el lugar del que me estaba hablando pero no se veía nada.
Una sonrisa apareció en mi rostro cuando se estacionó cerca de la feria.
-Es mentira, sí iremos a la feria. -apagó el carro y salimos de este mientras él metía las llaves en su bolsillo y yo me acomodaba mi chaqueta y bufanda.
-¡Gracias por traerme aquí! Hace tiempo que quería ir a una. -le dediqué una sonrisa y comenzamos a caminar hacía la entrada.
-Me da dos tickets, por favor. -Paulo se acercó a la pequeña casa donde los vendían. Yo me pasaba las manos de arriba a abajo por los brazos para darme calor. Él se dio la vuelta y se encontró conmigo, regalándome una hermosa sonrisa y alzando los tickets.
-Vamos. -indicó y caminamos hacía la entrada, entregamos nuestros tickets y pasamos.
-Desde pequeña siempre he amado estos lugares. Había uno en Málaga que iba a todos los años, siempre Isco me llevaba. -conté en lo que caminábamos hacía la primera atracción, eran las sillas voladoras, pero mucho más altas.
-¿Empezamos aquí? -preguntó y yo asentí emocionada. Nos situamos al final la fila.- Cóntame de vos. Solo sé que te llamás Giselle, sos hermana de Isco y sos de Málaga. -íbamos avanzando y yo lo vi alzando una ceja.
-¿Qué quieres saber? -puse mi mano en mi cintura, él vio hacía el oscuro cielo con rostro pensativo y luego volvió a mirarme.
-¿Cuántos años tenés? -quedamos de primeros y esperamos hasta la próxima vuelta para poder subir.
-Tengo 18. Soy legal. -bromeé y él soltó una risa.
-23. -asentí.- ¿Te gusta algún deporte?
-Que te puedo decir, gracias a Isco me volví una aficionada al fútbol pero soy malísima jugando. -reí recordando todas las veces que había intentado jugar.- ¿A ti? -la atracción se detuvo y comenzamos a pasar, nos sentamos en las sillas que eran una al lado de la otra.
-Creo que por ahora solo me he fijado en el fútbol. -empezó a sonar una canción que indicaba que la vuelta ya iba a empezar.
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