capítulo 8

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-Paulo, te vas a matar y perderemos un buen jugador de fútbol

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-Paulo, te vas a matar y perderemos un buen jugador de fútbol. -bromeé balanceándome en el columpio y el argentino escalaba la pequeña casita de madera por la parte de afuera.

-De pequeño solía hacer esto todos los días, así que soy un experto. -me guiñó un ojo en lo que llego al interior de la casa.

Paulo me había traído a un pequeño parque que había cerca del club donde estábamos, me dijo que quería traerme a un lugar tranquilo donde se pueda hablar con calma.

-¿Qué te gustaría que fuera tu carrera? -aparté la mirada del cielo estrellado y la dirigí a Paulo. Esa fue una pregunta que me tomó por sorpresa.

-Cuando era pequeña quería ser modelo. -reí recordando esos tontos recuerdos.- Pero ahora me gustaría ser periodista deportiva, pero fútbol en la mayoría. -comenté. He visto tantas chicas hacer ese trabajo, logran ir a diferentes países, conocen a los jugadores y tienen la oportunidad de hablar y entrevistarlos, cosa que a mí, me encantaría.

-Modelo... -se quedó en silencio un momento y me miró de arriba a abajo como pudo.- De modelo serías grandiosa, creéme. Todas te tendrían envidia. -se sentó en la parte de arriba del tobogán.

-No lo creo, no tengo nada de práctica. -me encogí de hombros.

-Subí. -ordenó.

Me bajé del columpio y subí por las escaleras a la casita. Me coloqué detrás de Paulo, quien en cuanto llegué se dio la vuelta. Me senté quedando frente a él.

-Hola. -me dijo con su preciosa sonrisa.

-Ciao. -él relamió sus labios por un segundo.- ¿Cómo supiste de este parque?

-Cuando veníamos en el bus, le pasamos por al lado y vi que tenía el club de camino. -explicó. Nos quedamos en un silencio que sorpresivamente era cómodo. De un momento a otro estábamos hombro con hombro, recostados de la madera de la casita, viendo hacía el cielo.

Mi mano estaba recostada al lado de mi pierna, sentí como la mano de Paulo agarró delicadamente la mía y la entrelazó con la suya. Sonreí inconscientemente y apreté nuestro agarre. Él trazaba círculos con su pulgar. Giré mi cabeza para verlo un momento, pero lo que no sabía era que él ya tenía su mirada en mí.

-Tienes unos ojos muy bonitos, Paulo. -dije sin pensar. Se me había escapado de los labios. Él sonrió de lado y se acercó más a mí.

-Vos sos bonita. -se inclinó a mí y dirigió su mirada a mis labios, en ese momento supe lo que iba a hacer. Bajé mi vista esta vez a sus rosados labios naturales. Nos fuimos acercando más hasta que nuestros labios se unieron y se movieron lenta pero sincronizadamente.

Era un beso tierno y cálido, me provocaba una sensación extraña en el estómago. Colocó su mano en mi mejilla y con su pulgar la acarició. Se me escapó una sonrisa, cosa que lo hizo sonreír a él.

Rivals // Paulo Dybala Where stories live. Discover now