The one that got away [Yoon G...

By mgmazzoni

69.7K 5.1K 567

- ¿Quieres jugar a un juego, Yoon Gi? - ¿Qué juego? - Se llama "¿Qué tal si?" Yo comenzaré... - Paris se acom... More

p l a y l i s t
p r ó l o g o
u n o
d o s
t r e s
c u a t r o
s e i s
s i e t e
o c h o
n u e v e
d i e z
o n c e
d o c e
t r e c e
c a t o r c e
q u i n c e
d i e c i s é i s
d i e c i s i e t e
d i e c i o c h o
d i e c i n u e v e
v e i n t e
v e i n t i u n o
v e i n t i d ó s
v e i n t i t r é s
v e i n t i c u a t r o
v e i n t i c i n c o
v e i n t i s é i s
v e i n t i s i e t e
v e i n t i o c h o
v e i n t i n u e v e
t r e i n t a
t r e i n t a y u n o

c i n c o

2.4K 196 9
By mgmazzoni

Eventualmente, los días que pasaron luego se volvieron una especie de rutina de manera inevitable, aunque una rutina agradable ya que tenía aquel condimento de sorpresa al estar viviendo bajo el mismo techo con cinco muchachos, en especial cuando tres de ellos eran Ji Min, Tae Hyung y Jung Kook. ¿Qué tipo de grupo de personas normal decidía una tarde que irían a pescar en jet skis o que arrojarían edredones en el jardín para acampar mirando las estrellas a pesar de saber que esa misma noche caería una tormenta y terminarían entrando corriendo de regreso a la casa antes de la medianoche? De no ser por la deliciosa comida que Seok Jin preparó para hacerlos entrar en calor, los cinco habrían terminado enfermos y en cama el resto su tiempo allí. Sin contar con los litros y litros de café que bebieron al ocurrírseles la maravillosa idea de quedarse mirando películas.

¿Qué habría dicho su madre al verla despertándose a las dos de la tarde? Definitivamente le contaré al respecto, se repetía en su mente al recordarlo. Cuando me independice de mis padres, me haya vuelto la Presidenta de Corea del Sur y tenga la seguridad del estado protegiéndome de ser apuñalada con una pluma de plata, se lo diré. Sin embargo, hasta entonces, mandarles fotografías diarias de todas sus actividades – dejando de lado a los atractivos y hormonales muchachos que la acompañaban – era suficiente para mantener a sus padres lejos de tomar un coche, buscarla y encerrarla en algún internado religioso el resto de sus años de juventud.

Por el otro lado, a pesar de que las fiestas, la cerveza y los adolescentes mitad desnudos harían a cualquier joven feliz, Paris seguía sin poder evitar el deseo de dar un vistazo en dirección a la casa vecina algunos metros a la derecha donde, ocasionalmente, cruzaba miradas con Yoon Gi, quien no volvió a insistir en salir en una cita pero siempre le sonreía como si fuese la mujer más hermosa del mundo. No tenía idea de cómo lo hacía, pero esa era la impresión que daba cada vez que sus ojos se conectaban. ¿Qué era lo que veía en ella, de todas maneras? Con las ardientes extranjeras de cabello rubio y cuerpos bronceados, ¿qué podía ofrecer una muchacha que fingía ser alérgica al sol para poder salir con su sudadera y sus zapatillas a la playa? Alguien como él podría encontrar algo mejor.

¿Qué es lo que planea? Se preguntó a sí misma esa mañana, al igual que cada mañana después de una semana y media desde su encuentro en el muelle. Apenas le quedaban algunas semanas más antes de regresar y trataba de no pensar en ello cuando estaba pasando un buen rato con sus amigos, pero comenzaba a arrepentirse de haber rechazado la invitación de Yoon Gi. ¿Y si no volvía a verlo de nuevo después de ese verano? Era lo más seguro. No tenía el acento de Seúl, por lo que no eran de la misma ciudad, probablemente ni siquiera del mismo distrito. Todo acabará en cuatro semanas, admitió mientras terminaba de atar su cabello en una coleta y salía de la habitación usando un vestido celeste hawaiano con flores rosadas. El cielo se veía nublado y, debido a la tormenta, la humedad era insoportable, así que su plan del día era dar un paseo por la ciudad, donde habían escuchado que se llevaría a cabo un pequeño festival y aprovecharían para comprar helado para pasar el calor.

Encontró a los muchachos en la cocina, sentados alrededor de la mesa con tazas de té o café. La comida se les había acabado por lo que no tenían muchas opciones para desayunar, otra razón por la que debían ir a la ciudad. No obstante, Paris buscó por los gabinetes por algunos minutos al mismo tiempo que los demás la observaban somnolientos desde sus asientos.

- Lotería – exclamó de pie sobre la alacena para alcanzar un estante alto -. ¿Quién quiere ramen instantáneo? - Todos alzaron la vista al escucharla con los ojos brillantes de expectativa, lo cual la asustó. Fingió un escalofrío. – No saltarán sobre mí, ¿verdad?

- ¿Hay kimchi? – quiso saber Tae Hyung, poniéndose de pie para ayudarla a bajar.

- En algún sitio en el país de Corea del Sur, ne, hay kimchi – respondió una vez que sus pies estuvieron de nuevo en el suelo y caminaba para llenar una olla con agua.

- ¿Y en esta cabaña?

Paris volvió la vista a verlo por algunos minutos de silencio y luego repitió:

- ¿Quién quiere ramen instantáneo?

En cuanto tuvieron los estómagos llenos y tomaron algunas botellas de agua y la cámara fotográfica en una mochila, Ji Min y Tae Hyung se marcharon temprano para poder llegar al festival. Se encontrarían allí con Seok Jin, Ho Seok y Jung Kook, quienes se ofrecieron en volver a hacer las compras. Ellos caminaron por las calles de tierra por un tiempo, encontrándose con grupos de adolescentes que se dirigían a la misma dirección, e incluso pasaron frente a la casa de Yoon Gi, donde Paris recibió un codazo en las costillas de parte de Tae Hyung debido a que su amigo seguía molestándola por haberla atrapado intentando espiar el interior. Fue mi límite de momentos vergonzosos por el verano, se dijo, sintiendo sus mejillas enrojecerse, evitando mirar hacia la casa.

No obstante, cuando se encontraron lo suficientemente alejados, la joven fingió atarse los cordones para dar una rápida ojeada a sus espaldas. Allí estaba, igual de maravilloso que la primera vez, con su camiseta de palmeras, un traje de baño a las rodillas que mostraban sus piernas delgadas y llevando una tabla de surf debajo del brazo. Él hizo a un lado su cabello azabache después de colocar la tabla en la parte trasera del Jeep y, al girarse para hablar con Nam Joon, sus ojos se encontraron. Con los días, su piel blanca había comenzado a tomar color. Se ve hermoso. Aún acuclillada en el suelo, levantó una mano con disimulo en señal de saludo a la que el muchacho respondió con una perfecta sonrisa y volvió a levantarse para alcanzar con un rápido trote a sus amigos con su corazón latiendo descontrolado en su pecho. Parece como si fuese a tener un ataque, vaciló. Necesito empezar a ir al gimnasio antes de que verlo por más de diez segundos termine matándome.

- ¿Viste algo que llamó tu atención, noona? – inquirió Ji Min con la ceja enarcada.

- Ani, sólo pensaba.

- ¿Sobre qué?

- Sobre que deberíamos comer más pastel.

Por fortuna, no volvieron a hacer más preguntas por lo que quedó del camino y, en cuanto llegaron al centro de la ciudad, la cantidad de pequeñas tiendas que vendían recuerdos los distrajeron tanto que, en menos de una hora, Paris se encontró a sí misma usando la cámara para sacar fotografías de todo a su alrededor al mismo tiempo que los muchachos revisaban la enorme cantidad de obsequios que compraron para sus familias en Seúl. Ella sabía que llegaría su turno para hacerlo también. No quería regresar a casa con las manos vacías y recibir reprimendas por ello. Aunque, si lo pensaba bien, no importaba qué le regalase a su madre, esa mujer siempre creería que lo había comprado en rebaja en una gasolinera a menos que tuviese un certificado que corroborara que se trataba de algo original conseguido en un centro comercial por más de mil wons. Lo demás sería sólo basura a sus ojos.

- ¡Miren! – llamó a sus amigos cuando algo a lo lejos llamó su atención - ¡Es un cachorrito!

Con ambos siguiéndola por detrás, Paris corrió hacia un pequeño siberiano que una pareja estaba paseando y se arrodilló para acariciarlo, recibiendo sus lengüetazos como respuesta.

- Es tan adorable, deberíamos ponerle un nombre.

- Ya tiene dueños – le recordó el joven, quedándose de pie a su lado.

- Se llamará John Lennon, ¿qué te parece? – continuó ella sin prestarle atención.

- Es una hembra – le dijo la mujer que lo paseaba.

- Oh, mian – se disculpó hacia la aludida y luego volvió al perro -. Te llamarás Yoko Ono. Yoko Ono es lindo y estuvo casada con John.

- Al ass eo, creo que es hora que te alejes. – Tae Hyung la tomó de un brazo para obligarla a levantarse y la alejó en dirección contrario, regresando con Ji Min. – Hyung, debo irme.

Éste se apresuró en volverse a verlo con los ojos abiertos como platos.

- ¿Mwo? – escudriñó - No puedes irte, yo debo irme.

- Tengo que terminar de comprar obsequios para mis hermanitos.

- Y yo tengo una cita con una chica que conocí la otra noche.

- ¿Quién la cuidará, entonces? – prosiguió Tae Hyung.

- Ya, no tengo cuatro años – se defendió Paris ofendida, pero ellos decidieron ignorarla.

- Puedo cuidarla si tienes que irte ahora, pero debes regresar en una hora para relevarme – expuso Ji Min.

Ella aplaudió en alto para que dejaran de discutir y se irguió en su lugar para hablar.

- Heol. Me he alimentado sola con éxito desde los últimos cinco o seis años, ¿saben? – De repente, atisbó una figura en la distancia y agregó: - Además, Kookie está allí. Él me cuidará.

- Ye.

- Eso funcionará.

Se despidió de los dos para poder alcanzar a Jung Kook, quien se había separado momentáneamente de Seok Jin y Ho Seok al buscarla, y caminaron juntos por algunos minutos en los que se divirtieron jugando a inventar las vidas de los desconocidos que circulaban a su alrededor. Cuando pudieron sentarse con un refresco en las manos de cada uno, ya habían planeado las historias completas de un anciano ex proxeneta que vivía en un apartamento junto a sus diez esposas jóvenes que esperaban a que muriera para heredar su fortuna, y también de una niña de padres gays que se escondía en su habitación para practicar malabares con su sueño de unirse a un circo donde, en el futuro, se convertiría en la más famosa adiestradora de elefantes. No obstante, en el instante en que se decidieron por encontrar a una persona cercana a su edad, Jung Kook quedó helado al darse cuenta que una muchacha lo observaba, ignorando a su grupo de amigas que la rodeaban. Paris supo reconocer los nervios del menor, quien era incapaz de mantener la mirada, y le propinó un golpe en el brazo.

- ¿Cuánto quieres para que te levantes y vayas a hablarle ahora? – curioseó con una sonrisa.

- ¿No tienes nada mejor que hacer? – El aludido fijó la vista en su reloj. – Deberíamos volver.

- No hasta que la invites a salir.

- ¿Wae?

- Estoy aburrida.

- ¿Y es mi deber entretenerte, noona?

- Pues... ye – contestó frunciendo el ceño, fingiendo sorpresa por su pregunta -. Es esto o esta noche te obligaré a recrear The Rocky Horror Show. Te haré vestir unas medias de red negras, un corsé ajustado, tacones de quince centímetros y tal vez unos guantes de seda. Tú decides.

Jung Kook le lanzó una mirada asesina por algunos minutos hasta que soltó un fuerte resoplido y se puso de pie, acomodando su camisa y quitándose el ridículo sombrero de la cabeza.

- Al ass eo – aceptó -. Sólo déjame cambiar mi estilo.

Lo vio revolverse el cabello y desabotonar los primeros botones.

- Wa – soltó ella, llevándose las manos a la cabeza y dando vistazos a su alrededor, como buscando algo -. ¿A dónde fue Kookie?

- Muy graciosa.

Queriendo darle un poco de privacidad, Paris le hizo una seña para indicarle que seguiría paseando por la feria mientras el menor llevaba a cabo sus tácticas de conquista. Continuó tomando fotografías y acercándose a distintos puestos de comida hasta que, con el lente de su cámara, reconoció a Yoon Gi a lo lejos acompañado por Nam Joon y dos muchachas que vestían la parte de arriba de sus trajes de baño y unos pantaloncillos cortos que prácticamente lucían como ropa interior. El moreno se veía desinteresado por la conversación que se estaba llevaba a cabo entre ellos, o al menos esa era su deducción por la manera en que daba vistazos a su reloj cada diez segundos y respondía con monosílabas y movimientos de cabeza. Luce aburrido, pensó para sus adentros con agradecimiento. Quizás estarían preguntando de qué parte de China eran ya que, por sus enormes ojos redondos, era evidente que no pertenecían a ningún país asiático. Aunque sus faroles celestes sí la intimidaban un poco. ¿Por qué no había podido ella heredar los ojos claros de su madre? ¿O sus interminables pestañas? Podría jurar que a veces sentía un tornado pasar por encima de su cuerpo en cada ocasión que parpadeaba. Y fingir que lo hacía al arrojarse al suelo dramáticamente no la hacía feliz tampoco, recordó, sin poder evitar soltar una risa por lo bajo. ¿Por qué el molestar a su madre era tan divertido?

- Creí que estabas con Jungkook-ah – la sorprendió la voz de Tae Hyung a su lado.

Ella bajó con rapidez la cámara y volvió la vista a verlo, aterrada de haber sido descubierta.

- Lo perdí hace unos minutos cuando fue a invitar a una chica a salir – explicó encogiéndose de hombros -. Supongo que jugué mi carta de casamentera un poco.

- Paris, ¿cuántas veces te he dicho que no debes meterte en los asuntos de los demás? – inquirió en un fingido acento italiano con una también fingida expresión de asombro.

- Jamás.

- Buena chica – la felicitó, guiñándole un ojo -. Entonces, ¿qué haces aquí?

- Yo... - ¿Por qué su mente brillante decidía dejar de trabajar cuando necesitaba una excusa? – estaba tomando fotografías.

- Nada requiere tanta concentración con una cámara desechable de compraste en la estación de autobuses – dijo el muchacho, y se colocó a su altura para poder mirar en la misma dirección que ella. Al reconocer a Yoon Gi, se volvió a erguir cruzado de brazos y sonrió. – Ya veo.

- V, no es eso, es sólo una persona – se apresuró en aclarar.

- ¿Una persona?

- Una persona masculina.

- Ah, el tipo preferido de las mujeres.

- Ni siquiera lo conozco – mintió.

- Al ass eo, no lo conoces.

- Aniyo.

- Ya lo dejaste claro.

Se miraron por unos segundos con las mejillas de Paris ardiendo y ésta suplicó:

- No le digas a nadie.

- Prometo no decirle a nadie que no conoces a ese sujeto.

- Gamsahabnida.

- Aunque creo que él todavía no lo sabe – le susurró al oído antes de alejarse en sentido contrario, dejándola confundida.

Antes de poder pensar en lo que había querido decir, su respuesta llegó cuando la imagen de Yoon Gi se materializó a su costado, casi provocándole un ataque al corazón, no sólo por el susto sino también por lo cientos de veces más perfecto que se había vuelto su rostro con el tono bronceado en su piel. Gimnasio, mañana, anotó en su cabeza.

- ¿Cuántas canciones debo cantar para que aceptes acompañarme al muelle?

Entrelazó sus dedos para no demostrar que temblaban y alzó la mirada, aparentando tranquilidad.

- ¿Conoces a Taylor Swift? Ella parece convertir cualquier situación en una canción.

- Por favor, nada de Taylor Swift – rogó en algo parecido a un berrinche. Dulce.

- Al ass eo, supongo que tendré que conformarme viendo tus pasos. Anda, vaquero, baila.

- ¿Qué te parece si te compro una cerveza? ¿O quizás café?

- ¿Y una torta de arroz? – Al verlo asentir, Paris estiró una mano. – Hecho.

En el momento en que sus manos se estrecharon, una sensación incómoda revolvió su pecho y estómago. Desayunar ramen no debió ser la mejor opción.

- Si hubieses preferido la cerveza, tal vez habrías podido verme bailar – bromeó Yoon Gi.

- No hagas eso o te obligaré a imitar Touch my body de Sistar.

- Me callaré ahora.

Caminaron juntos hacia la playa después de que el muchacho le hiciese una seña a Nam Joon para informarle que se iría y Paris tuviese que arreglárselas con sus graciosos movimientos de manos al comunicarse en la distancia con Tae Hyung, quien no lucía convencido. Compraron el café y las tortas de arroz en uno de los puestos y continuaron en silencio por el resto del camino. Para su sorpresa, el mutismo entre ambos no era incómodo, aunque las ocasiones en que él la pescó observándolo sí la obligaron a sacar un tema de conversación antes de que terminase baboseando sus zapatillas. Se decidió por algo seguro y habló sobre las vacaciones, con lo cual pudo enterarse de que ese era su primer viaje al mar a pesar de vivir en la ciudad de Daegu – dato que guardó en su memoria. Explicaba el acento en satoori. Al parecer, al igual que ella, Yoon Gi no era amante de la playa, cosa que la sorprendió ya que el simple hecho que supiese surfear no concordaba con la información que estaba recibiendo.

- Nam Joon me enseñó hace unas semanas – fue su explicación -. Supongo que soy un aprendiz rápido. Pero sigo prefiriendo quedarme en casa y escuchar música.

Es un completo desinteresado por la actividad física, vaciló en su cabeza. Mi pareja perfecta.

Una vez que estuvieron en el muelle, se sentaron en el extremo de éste con los pies colgando sobre el agua, a veces sintiendo las gotas saladas golpeando sus piernas, con sus cafés aún en las manos. Las tortas de arroz habían desaparecido antes de encontrarse a mitad de camino.

- Ya – habló el joven.

- Espera, espera – lo interrumpió mientras tomaba la cámara y lo apuntaba con ella -. Ahora di: "Le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar" con la mano en alto, como si sostuvieras un cigarro.

- ¿Mwo?

- ¿"El Padrino"? ¿Vito Corleone? ¿"Acepta o te encontrarás con la cabeza de un caballo metida entre sus sábanas"?

- En verdad, eres impresionante.

- Gamsahabnida – agradeció incómoda por la sinceridad con la que dijo esas palabras -. Ahora, quédate quieto. Lo tienes todo, esa mirada dirigida al horizonte, muy familia de la mafia italiana, tú entiendes. Creo que Francis Ford Coppola debería-

- ¿Saldrás conmigo o no? – la cayó él.

Paris bajó la cámara, aturdida.

- Wa...

- No quisiera perder la oportunidad de salir contigo antes de que termine el verano.

Volvió a dar un sorbo de su café mientras pensaba en esas palabras y sonrió.

- ¿Pondrás una cabeza de caballo bajo mis sábanas si digo que no?

- Lo consideraría como una opción – contestó divertido, dedicándole una sonrisa blanca que podría haberle lastimado los ojos por su belleza.

Clavó su mirada en su regazo y lo pensó por unos segundos.

- ¿Por qué quieres salir conmigo?

- Pues, es evidente que estamos atraídos uno por el otro.

- ¿Esa es tu razón? Estoy atraída por las tortas de arroz, no significa que quiera salir con ellas – se justificó, haciendo a un lado los mechones de su cabello con nerviosismo -. ¿Wae?

Su respiración se detuvo al reconocer una mano bronceada de Yoon Gi posarse sobra las suyas, que seguían aferradas con una fuerza innecesaria a la taza cerrada de cartón con café. Insegura, alzó la vista y chocó con los ojos oscuros y brillantes del joven, los cuales la veían con fijeza. Es la primera vez que lo veo tan serio, reconoció.

- Porque creo que eres alguien especial – admitió con una voz grave que le encantó. "Especial." – Y creo que, si no consigo que salgas conmigo al menos una vez, terminaré arrepintiéndome de por vida por ello.

- ¿En verdad?

- Ye. – De repente, la sonrisa regresó a su rostro y usó su mano libre para darle un ligero golpe en la frente. – No te sonrojes, es vergonzoso.

Ni siquiera se había dado cuenta del calor que sentía en sus mejillas hasta que él se lo dijo.

- Mianhaeyo – se disculpó, soltándose de su mano y ocultando su rostro con su cabello -. Creo que debería irme ahora. Mis amigos estarán esperándome.

Amenazó con ponerse de pie después de terminar con el café de un solo trago cuando la mano de Yoon Gi se aferró con cuidado a su muñeca, sin llegar a hacerle daño pero manteniéndose firme.

- ¿Qué dices, entonces?

Ella ya estaba de pie por lo que tuvo que mirar abajo al asentir con la cabeza.

- No te arrepentirás – se entusiasmó el muchacho dejándola ir.

- Escoge otra frase.

- No tendrás que pagar.

- ¡Mucho mejor! – exclamó mientras caminaba de espaldas y se despedía con una mano.

Continue Reading

You'll Also Like

197K 11.1K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
891K 105K 121
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
629K 58.2K 45
"ADAPTACIÓN" Me ví obligado a casarme con el hombre más frío, cruel, orgulloso, prepotente y multimillonario de todo el país solo por un contrato que...
1.5M 135K 41
¡Está historia ya no está disponible para su adaptación!. →Dónde Jungkook es el padrastro de Jimin y descubre que Jimin tiene OnlyFans← - Quiero que...