- Carlos -
Estaba enojado porque el profesor me había castigado y tuve que quedarme unas horas más en la escuela, aprendiendo a hacer las cosas bien y repasando las reglas.
"Fue una de las cosas más divertidas que he hecho" pensé con sarcasmo.
Tenia la suerte que mi castigo había terminado y ahora me estaba yendo a mi casa, encima el aula de castigo estaba en el segundo piso de la escuela, así que tenía que bajar unas escaleras grandes para salir de aquí.
Mientras me acercaba a la entrada, me pareció escuchar unos sollozos, pero no me importo, quería irme de aquí. Pero aunque fuera lo que fuera nunca me gusto escuchar llorar a una mujer, eso era lo único bueno que mi padre me enseño.
Me acerque de donde provenían esos sollozos y lo confirme, alguien encerrado había allí, intente abrir la puerta pero estaba cerrada con llave.
-¿Hay alguien allí?- pregunto.
-Si- se escucho una voz entrecortada.
- Tranquila ya te voy a abrir la puerta - le dije.
Inmediatamente busque entre las cosas algo para abrir la puerta y sacarla de allí, pero no había nada.
-Busca en... el closet... del conserje - dijo la chica entre sollozos.
Inmediatamente fui hasta allí y después de revisar, todo el armario encontré un par de copias de las llaves. Cuando la tenia entre mis manos, me dirigí hasta el hueco de la escalera y abrí la puerta, tengo que confesar que me sorprendí al ver quien era y lo que hizo después de que lograra abrir la puerta y sacarla de allí.
- Jane -
Estaba hace horas encerrada allí, aun no sabia como, ni quien me encerró, solo se que me empujaron y me quede allí desde ese momento, hice todo lo posible para llamar la atención de alguien pero nada de eso funcionaba.
Ademas mi madre estaba en su despacho y se quedaba hasta altas horas de la noche y nadie viene hasta aquí, hasta mañana que abren la puerta de la escuela una hora antes para limpiarla y poner todo en orden.
Cuando vi que nadie me iba a sacar de allí, empece a llorar por lo que había pasado. Tuve la suerte que escuche la voz de alguien y después de unos minutos bastante largos la puerta se abrió.
Estaba tan agradecida en ese momento, que no me importo si era una de las persona que no me agradaban, me acerque a Carlos y lo abrace por haber abierto esa bendita puerta. Me di cuenta que no estaba acostumbrado a los abrazos.
- Lo siento - le dije avergonzada por lo que había hecho.
- ¿ Est... Estas bien ?- el me pregunto.
- Si - le dije - Gracias por sacarme de allí -
-No agradezcas - el me dijo.
Antes de salir de allí rápidamente y alejarse de mi, cuando me dirigí a la entrada vi que la luz del despacho de mi madre estaba prendida y decidí esperarla, deje mis cosas en la antesala de su despacho y después me fui a lavar la cara, no quería que mi madre se preocupe por mi o que esa persona que me encerró tenga problemas, tal vez no se dio cuenta y ademas un error lo comete cualquiera.
A/N: ¿Que les parece ? Aquí tenemos el primer momento Janlos, no se preocupen porque habrá mucho mas.