Instituto de Elementos

Af _pinkdove

4.2M 322K 43K

La epidemia comenzó hace 18 años, el mundo ha sido diferente desde entonces, las vidas de todos cambiaron, la... Mere

Capítulo 1
Capítulo 2: La Prueba.
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5: Un nuevo lugar.
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo Especial
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29: Una cosa más...
Capítulo 30
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Especial 3k vistas
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Aviso
Continúo?
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50 (final)
Epílogo
¡Spoiler! Presentación De Personajes
Notishia
Segunda Parte ¡Ya Disponible!

Capítulo 31

54.2K 4.9K 1K
Af _pinkdove

No podía respirar. Quería tirarme al suelo y llorar. Pero una vez más quede paralizada viendo aquella escena. Ahí estaba Evan, en medio de un beso con Ava, una de mis compañeras de la zona de preparación. En cuanto me vio, acabó con el beso, que tuviera el coraje para mirarme a los ojos me hizo empezar a llorar.

—Avril, no es lo que crees— me logró decir antes de que saliera corriendo.

Corrí por los pasillos que llevaban a mi habitación, tomé el camino largo para no tener que pasar por el vestíbulo y que todos vieran y pensaran sobre mi dolor, no lo soportaría.

En cuanto entré en la habitación, cerré con llave por si Evan me seguía. Acto seguido me arrojé sobre mi cama y empecé a llorar como nunca, repito ¡Nunca!, había llorado en la vida. Todo dentro de mí estaba completa y absolutamente destrozado. Mi corazón no lo podía soportar.

No entendí que fue lo que hice, pero un tornado comenzó a formarse al rededor de mí, además una nube, que hizo que lloviera sobre mí. Mi dolor estaba ocasionando todo esto. Un sentimiento tan fuerte y poderoso hizo que todo lo que hice hoy fuera en vano, pues mi segundo elemento había vuelto a despertar y estaba reaccionando, no solo, pues el agua también actuaba. Pronto mi habitación se convirtió en un huracán, no sólo de aire y agua, sino también de dolor.

Desperté al siguiente día llena de cólera. El huracán aún estaba aquí pero ya no era tan fuerte. Con mi simple voluntad lo desintegré. Me puse en pie, pero no duré mucho. Mis piernas estaban débiles y caí de rodillas al suelo. Era insoportable. ¿Qué hice yo para merecer esto? Confié en él, confíe en su amor, confíe en el amor que yo sentía hacia él, y todo eso me había decepcionado. El solo recordar aquella escena era una fuerte punzada en mi corazón, ahora roto.

No pude irme, ni siquiera moverme, me estaba consumiendo. Ya ni siquiera salían lágrimas de mis ojos, solo el alarido de mi dolor.

Sabía que iba a ser un día difícil, no quería salir de la cama. Hoy harían esa estúpida prueba para encontrarme, así que los pasillos debían estar vacíos. No iba a ir. No quiero y no lo haré. Si me descubren, ¡pues al diablo!, en mi vida ya nada tiene sentido.

Debía comer o tomar algo si no quería morir en mi cama, aunque en ese momento no sonaba tan mal, liberarme de todo, de la traición, de la cólera, del sufrimiento... Debería pensarlo. Estaba dispuesta a ir por aunque fuese una botella de agua, pero, al abrir la puerta, Evan estaba en posición fetal con la cabeza entre las piernas justo al lado de la puerta. Cuando me vio se puso en pie de golpe.

—¿Qué rayos haces tú aquí?— pregunté enfadada pero con la voz entre cortada.

—Yo...— trató de decir. Noté en sus ojos que había estado llorando, claramente no tanto como yo. ¿Tenía el maldito descaro de llorar por algo que él hizo?

—No, no me respondas.

—Avril...

—Vete.

—¿Qué?

—No lo voy a repetir.

—Déjame que te explique— la gota a colmado el vaso.

—¡¿Cómo puedes venir aquí a mi puerta después de haberte besado con una de mis compañeras, después de que prácticamente te entregué mi corazón, a pedirme que te deje explicar?!— pude ver que mis palabras le dolían, pero esa era claramente mi intención. Una ráfaga de viento empezó a recorrer el pasillo, cada vez más fuerte.

—Avril, por favor...

—¡Cállate! ¡Cállate de una maldita vez! ¡¿No crees que ya hiciste suficiente daño?! ¡Lo único que te estoy pidiendo, es que te largues maldición!— le grité con lágrimas en los ojos.

Se rindió. Las lágrimas también salieron de sus ojos, dio media vuelta y se marchó. Espero haberle hecho sentir aunque sea la mitad del dolor que él me hizo sentir a mí. Rápidamente el viento se detuvo y cerré la puerta con un portazo. Me volví a echar en mi cama y me quede dormida.

Cuando desperté, ya no me encontraba en mi habitación, estaba en la de la directora. ¿Cómo llegué aquí? La directora estaba leyendo el periódico en una silla. Al verme despertar, dobló el periódico y lo puso sobre la mesilla, se aproximó a mí.

—¿Qué hago aquí?— pregunté adormilada.

—Yo te traje aquí. No fuiste a la prueba.

—Si iba me descubrirían.

—¿No hiciste lo que te dije?

—Claro que lo hice, pero...— las lágrimas volvieron.

—¿Qué ocurre?— preguntó preocupada.

—Yo... Lo que hice fue en vano, mi otro poder reaccionó ante... Ante el dolor— sollocé.

—Oh Avril— me rodea con sus brazos —, ¿quieres contármelo?

—La verdad es que no— sequé mis lágrimas.

—Está bien. Pero, déjame decirte que en la vida todo tiene solución, ¿okay? Y oye, tranquila, él o lo que te haya causado dolor, no merece la pena de que sufras.

—Si.

—Bueno, si quieres ya te puedes ir.

—Gracias.

—Oh y Avril. Piensa en lo que te dije.

—Lo haré.

Salí. Y me fui a la habitación. Raiza aún no llegaba. El hecho de que mi interior estuviera en pedazos, no significaba que mi exterior también lo estuviera. Me arreglé cuanto pude y salí a dar una vuelta por el hotel. Si tenía suerte tal vez me encontraba a Evan besando a Ava de nuevo o incluso a Raiza *sarcasmo*. Me senté en el vestíbulo a leer, eso me distraería por un rato.

Raiza llegó un tiempo después, me fulminó con la mirada y se acercó a mí, me tomó del brazo y me dijo:

—Hay algo que debes saber.

Después comenzó a halarme por todo el hotel en busca de más personas: Matthew y Evan. A todos nos dijo lo mismo: «hay algo que debes saber». Cuando nos tuvo a los tres, nos llevó a un lugar privado. Había tensión entre Evan y yo, pero si Raiza nos necesitaba a los tres sería por algo importante, así que tuve que resistir.

—Muy bien chicos, lo que estoy a punto de contarles no puede salir de aquí, ¿okay?— los tres asentimos.

Raiza abrió una laptop que tenía en mano y puso play a un video. En este se le veía a Daniel (el hombre que le ayudó a los chicos en la zona de preparación) entrando en la habitación de la directora mientras ella no estaba, buscaba algo, abrió todos los cajones y los armarios en busca de quién sabe qué. Cuando no encontró nada, simplemente se fue.

—¿Y bien?— dijo Raiza.

—¿Qué creen que buscaba?— pregunta Matthew.

—No lo sé— respondimos Evan y yo al unísono, lo fulminé con la mirada.

—¿Deberíamos decirle a la directora Rogers?— pregunta Raiza.

—No, primero debemos averiguar más. De seguro lo que busca está en el instituto y no aquí. Yo digo que lo investiguemos y encontremos lo que busca antes que él— dije.

—Avril tiene razón. Necesitamos un plan— dijo Matthew.

  —Okay, entre los cuatro tenemos los cuatro elementos, por ende tenemos los cuatro poderes secundarios, eso puede ser útil...— se detuvo al ver lo que acababa de decir sin pensar, prácticamente dijo mi secreto.

  —Pero somos dos de tierra, uno de fuego y una de agua, ¿porque dices que los cuatro elementos? Alto, ¿alguno de ustedes es la mezcla y no me lo dijo? ¿Eres tú Raiza?— dijo Matthew.

  —Yo no...— dijo Raiza, se sentía mal por hablar sin pensar, aún así me miró delatándome.

  —¿Avril?...— dijo Matthew observándome.

  —Gracias Raiza, parece que todo el mundo me traiciona estos días— dije molesta, miré de reojo a Evan. Salí de ahí con paso rápido.

A penas había atravesado la puerta y Raiza salió tras de mí.

  —Avril espera— me dijo.

  —¿Qué?— dije molesta dando media vuelta para darle la cara.

  —Ni siquiera alcancé a decirte que guardaría tu secreto porque eres mi mejor amiga y puedes confiar en mí, y ya lo arruiné. Hablé sin pensar, en serio. Por mi culpa ahora Evan y Matthew ya saben tu secreto y yo... Me siento terrible.

  —Pues, si te hace sentir mejor, Evan ya lo sabía— me acerqué a ella.

  —¿Qué? ¿Evan lo sabía y yo no?— fingió estar desconcertada.

  —Si, lo supo por accidente y... Digamos que antes era mi novio.

  —¿Antes? ¿Qué pasó?

  —Yo...— una lágrima salió de mis ojos pero la sequé —Prefiero no hablar de eso.

  —Tranquila, puedes contármelo luego— asentí.

Vi que Evan se asomaba por la puerta, ver su rostro me resultaba doloroso.

  —Será mejor que me valla, ¿te importa si resolvemos luego el asunto del plan?— le dije a Raiza.

  —Seguro. Te veo en la habitación más tarde— asentí.

Volví a mirar a Evan con expresión triste y me dirigí a mi habitación.

Wow, dos capítulos seguidos en una semana? Uh va a temblar. Nah! Es que la verdad no me pude contener, quería que supieran lo que pasaba rápido. Como sea, ya saben, comenten, voten o lo que sea y nos leemos la próxima.

Pao.

Fortsæt med at læse

You'll Also Like

260K 17.3K 25
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
36.1K 2.1K 15
Karma Summer tiene 13 años. Su vida es algo rara y alocado, aún así teniendo apenas 13 años le suceden muchas cosas que hacen ver su vida aún más int...
40.9K 5.9K 22
"Capturada y silenciada por mi fe... más Dios me dará la victoria al final." ➡Historia original. ➡No copiar ni adaptar. ➡Registrada en Safe Creative:...
74.9K 10K 63
˚→ ˚→ ˚→ Ann Taylor una joven mexicana de 22 años, llena de sueños viaja por primera vez a Italia, en medio de su recorrido en las ruinas antigu...