Una semana despues...
SARAH
Era viernes por la noche, la semana paso rapidísimo, no volví a ver a Sam había estado faltando toda la semana, sentí un vacío y sabía que era por él, extrañaba sus besos y en la manera en que me hablaba, enserio me importaba ese chico ,pero dejó en claro que yo a él no. Con Rachel las cosas se arreglaron, hablamos durante horas, obviamente le conté lo que pasó , pero algunas cosas no se lo dije, ella ahora estaba más al pendiente de mi. Y con Augusto las cosas marcharon bien, aunque me confesó que le gustaba, ambos aceptamos solo ser amigos, él por una parte estaba trizte pero dijo que también feliz porque podía pasar tiempo con Rachel ,Britt , su nuevo amigo Philip, el chico que Sam golpeo, y en especial yo. Todos nos llevábamos muy bien, los chicos eran súper divertidos y siempre reíamos, hacían cualquier cosa para hacernos reir, salimos toda ésta semana, ibamos a parques a pasear o a hacer picnic, a la playa ,a tomar helado y todas esos tipos de cosas que hacen los amigos,me divertía mucho junto a ellos, tanto que en el momeno me hacían olvidar a Sam y nuestro ruptura, no sabía absolutamente nada de él, pero creí que debería olvidarlo era la única forma de estar estable.
Rachel me invitó a una fiesta y no tenía idea de quien era el organizador o donde se ubicaba ,pero los chicos me suplicaron para que vaya ,literal, eran tan graciosos cuando me hacían puchero, no tuve alternativa que aceptar, de todos modos, Rachel dijo que si rechazaba la oferta, iría hasta mi casa y me secuestraria para llevarme a la fiesta. Bueno ahora estaba en mi habitación tratando de buscar que ponerme, cuando mi madre entró por la puerta.
- ten, Rachel dijo que te lo pongas -dijo entregandome una mochila de cuero negra, la miré con los ojos entrecerrados, sabiendo que sería algo descubierto. Mi madre me sonrió picara y salió de mi habitación. Saqué un vestido color negro, muy descubierto para mi gusto, encontré un trozo de papel dentro de la mochila, donde decía :
"Pontelo sin dudar"
La mas linda Rachel.
Sonreí al terminar de leer, me duché rápido y me coloqué lo que Rachel me dejó, me quedaba algo ajustado y descubierto, no me gustaba, pero si no me lo ponía Rachel lo haría .
Me seque el cabello y lo dejé suelto para que tapada un poco el escote, me maquille un poco, un poco de perfume y luego me puse unos zapatos negros, que rezaba por no tropezar. Esperé hasta que la camioneta de Britt tocó bozina fuera de mi casa, salí saludando a mi madre y entré a la camioneta, los chicos me miraron con los ojos muy abiertos y Rachel tenía una sonrisa triunfante en su rostro, yo solo rodé los ojos.
- woo Sarah estás preciosa -habló Augusto ,quien estaba a mi lado, en la parte trasera de la camioneta, mientras Britt conducía y Rachel de copiloto. Se lo agradecí mientras escuchábamos música y cantabamos a todo pulmón .El teléfono de Britt comenzó a sonar, bajó el volumen de la música y atendió.
- ¿hola?...¿dónde?...okey estaremos hay -dijo y cortó , Rachel preguntó que pasaba- Philip dijo que habrá una pelea dentro de 15 minutos, unos de sus amigos boxea, quiere que vayamos a ver y si gana, que es lo más seguro, la noche será mas interesante -sonó contento.
- suena emocionante -dijo Augusto de la misma manera.
- ¿qué dicen chicas vamos a ver la pelea? -preguntó Britt sonriendo, Rachel aceptó pero yo estaba en duda, no quería ver a unos tipos matándose a golpes, pero tampoco quería quedarme sola así que acepté, Britt nos llevó hasta un club, donde el guardaespaldas no nos dejaba entrar.
- vienen conmigo Will -dijo la voz de Philip apareciendo por la puerta, el hombre gordo nos dejó entrar, cuando lo hicimos vimos una especie de cuadrilatero y muchas personas alrededor haciendo bullisio y bebiendo, drogandoce o fumando. Yo solo me aferraba al brazo de Augusto para no perderme, nos ubicamos en un lugar cerca del ring para ver mejor. Jamás creí que Philip se relacionara con ésta clase de gente.
Un hombre con canas subió al ring con un micrófono en la mano.
- buenas noches damas y caballeros, ésta noche serán testigo de un pelea inolvidable, todos se deben estar preguntando quién es el contrincante desconocido, pues en unos instante lo sabran -anunció- pero primero dejenme presentarles al mejor de los mejores, al monstruo que todos temen y quieren ver romper huesos, él es ROMPE CRANEO! -dijo alargando el nombre. Un chico subió al cuadrilatero, musculoso ,tatuado
y con pinta de asesino, la gente comenzó a gritar como locos al igual que mis amigos mientras el chico buscaba aliento- ahora presentamos al desconocido, según lo que dicen es uno de los mejores peleadores Callejero ,a dejado a muchos en estado de coma y es su primera pelea aqui, él no tiene piedad por nadie, se hace llamar EL TRITURADOR -mi corazón paró de palpitar cuando mis ojos vieron a Sam entrar al cuadrilatero, todos comienzan a abuchearlo. Lo observé sorprendida sin saber como reaccionar, después de una semana lo veía, y a punto de golpearse en una pelea callejera. Solo estaba en unos pantalones de boxeo, sin camiseta y descalso, ambos se ubicaron en una esquina, el chico ya estaba listo para pelear , en cambio Sam solo lo miraba con superioridad, como que le ganaría sin hacer nada.
- lo matará -escuché mascullir a Philip. Y hay era donde mi preocupación apareció ¿por qué mierda me preocupaba por él sabiendo que no le importo? Sam miró a nuestra dirección y nuestras miradas se cruzaron, sentí como el vacío en mi se agrandaba como si estuviera en un agujero y ese agujero se hiciera más profundo. Él me observó serio por unos segundos y luego me ignoró.
La campana sonó y la pelea comenzó, ambos se golpeaban mutuamente , minutos después Sam tenía su labio partido, un moreton en la ceja junto con una cortadura y el chico un ojo morado, su nariz sangraba al igual que su boca.
- YA DEJA DE JUGAR Y ACABALO -gritó un chico rubio con ojos celestes, que estaba a unos metros de mi. Sam lo miró y rodó los ojos. Él se acercó al chico y éste intentó darle un puñetazo pero Sam lo esquivó y con una mano tomó su antebrazo y la otro se posó detrás de la nuca del chico haciendo que su cabeza se inclinara hacía delante, lo suficiente para estampar su rodilla en la cara del chico con tanta fuerza que lo dejó desorientado y no logró ponerse de pie. Me quedé pasmada por todo lo que estaba pasando. Sin saber que hacer, por un lado me asustaba ver cuanta violencia ejercía cuando se lo proponía, pero por otro lado sentí que él podía cuidarme de todo- ESO ES!! -volvió a gritar el chico rubio y Sam le sonrió. Bajó del cuadrilatero y vi que hablaba con los que parecía ser sus amigos, sin pensar mis pies comenzaron a caminar a su dirección, mis brazos abrían paso, escuché que los chicos me llamaban pero no les hice caso y seguí mi camino sin pensar. Vi que entró a un tipo de vestidor, intenté entrar pero un tipo de traje me detuvo, la puerta aún estaba abierta y es cuando Sam se volteó, me vio y se acercó.
- dejala entrar -dijo y el tipo se hizo a un lado, entré mirando a Sam justo a los ojos, ya no vi el brillo ,y las cosquillas en mi estómago fueron sustituidas por un escalofrío en mi espalda- largo -habló duro mirando a los tipos que estaban con él, ellos obedecieron sin decir nada y mirándome con sorpresa, salieron cerrando la puerta- ¿qué quieres? -me preguntó friamente.
- solo quería saber como estás -dije y él me miró serio.
- ¿por qué quieres saberlo? ¿no tienes cosas MÁS importante que hacer? -remarcó con molestia mientras se quitaba los guantes de box y los metía en una mochila, una lágrima rodó por mi mejilla.
- me gustaría que no me importara, pero de alguna forma lo necesito, necesito saber que estás bien y solo entonces calmare ésta...angustia de verte allí arriba y así -hablé mientras me abrazo a mi misma, Sam me miró pensativo. Lágrimas salían sin parar de mis ojos.
- estoy bien -soltó dejando de mirarme- ya puedes volver a lo tuyo -dijo sin interés colocándose su camiseta.
- solo quiero que me respondas una última pregunta -dije con un nudo en la garganta, él suspiró con cansancio y me miró.
- ¿y me dejarás en paz? -su pregunta fue un cuchillo en el corazón, mi pecho se sintió comprimido. Yo asenti queriendo verme sería pero mis mejillas estaban empanadas- está bien -dejó su mochila a un lado y prestó toda su atención en mi.
- ¿por qué? -hablé en un hilo de voz, Sam me observó dudoso- ¿por qué hiciste eso? -me acerqué un paso y él se vio amenazado.
- porque quería protegerte de personas como Augusto, tú solo conoces lo que él quiere que veas, pero no puedo obligarte a nada, tarde o temprano lo verás -su mandíbula se apretó- eres muy buena persona Sarah, pero debes entender que no todos son como tú -oírlo pronunciar mi nombre hizo eco en mi corazón.
- conozco a Augusto desde hace mucho tiempo -dije a lo que él gruño y se puso de pié inquieto.
- conocemos diferente fasetas de él, pero son la misma persona Sarah -sonó muy molesto- tal vez no quieras verlo, solo quieres ver lo bueno de la gente...como lo hiciste conmigo -bajó su mirada.
- no te compares con él por favor -dije acercándome un paso más- tú eres totalmente diferente -sus ojos me miraron y por fin después de una semana volví a ver ese brillo que me dejó cautiva- sé que quieres cuidar de mi, lo entiendo, pero no puedes ir amenazando a quien no te cae bien para que se aleje de mi, mucho menos de la forma en que lo hiciste -Sam suspiró y se rindió.
- niña esgrima -me llamó retorciendo mi corazón de alivio- jamás me oiras decir que me importas, ni tampoco que te quiero, pero todo lo que hice fue por eso, tal vez creas que exagere pero ese hijo de puta se lo buscó, arruinó muchas cosas y momentos entre nosotros -dice bajando la mirada- hasta el punto de esto -dijo señalando la distancia que había entre nosotros.
- ¿por qué no solo hablaste conmigo? -
- porque eres demasiado ingenua y no conoces nada sobre el pasado y sé que querrás saber más pero yo no quiero hablar sobre eso, quiero que veas el Sam de ahora, el idiota enamorado que estaría dispuesto a todo, por verte feliz y a salvo -su pecho subía y bajaba. Aquello reconforto y relajó mi pecho, suspire con dudas pero simplemente no me resisti y lo me corté con la distancia, tomé su rostro y lo besé de una forma salvaje que indicaba cuabto lo extrañaba, cuanto lo deseaba.