¡Un asunto conejudo!

By EstherQuesada

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TABLERO DE ANUNCIOS: 20/Agosto/2017: - Corrigiendo el capítulo 18 del PDF. __ La relación entre Judy y Nick e... More

Parte 1 - El favor
Parte 2 - Karin
Parte 3 - Los sueños están para cumplirse
Parte 4 - No hay perdón que valga
Parte 5 - Hogar, dulce hogar
Parte 6 - ¿Acaso es el día de los inocentes?
Parte 7 - Las rosas son rojas
Parte 8 - Un asunto que resolver
Parte 9: Tengamos la fiesta en paz
Parte 10 - Vistas dramáticas
Parte 11 - Hurón a la carrera
Parte 12 - Si las hormigas pueden yo también
Parte 13 - Tarta de arándanos
Parte 14 - Equipo a la fuerza
Parte 15 - Nos vamos a poner morados
Parte 16 - Dulce de luna y cereales
Parte 17 - En territorio comanche
Parte 18 - El laberinto del zorro
Parte 19 - No hay dos sin tres y cuatro
Parte 20 - Encuentros en la tercera fase
Parte 21 - Respóndeme si puedes
Parte 22 - Vamos avanzando
Parte 23 - Un, dos, tres, responde otra vez
Parte 24 - Zanahorias
Parte 25 - Las cartas sobre la mesa
Parte 26 - Las luces de Primavera
Parte 27 - Verdades ocultas
Parte 28 - Efecto esquivo
Parte 30 - En el amor y en la guerra
Parte 31 - La elección es tuya
Parte 32 - Quiero y no puedo
Parte 33 - Snarlbucks
Parte 34 - El dinero no lo es todo
Parte 35 - Trapicheos en la sombra
Parte 36 - Intocable
Parte 37 - Te quiero
Parte 38 - Cuéntame lo que sabes
Parte 39 - La que se va a armar
Parte 40 - Los tejemanejes del destino
Parte 41 - Conejita boba
Parte 42 - Pasado, presente y futuro
Parte 43 - Charity
Parte 44 - En situaciones desesperadas...
Epílogo - El final de la aventura

Parte 29 - I got my mind set on you...

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By EstherQuesada

Recordatorio: Actualizo cada dos semanas más o menos. Podéis ver comentarios de los avances en mi perfil, donde pone "Tablero de anuncios" con su fecha.

Hola a todos!

Siento muchísimo el retraso, por ello tenéis un laaaaargo capítulo por delante como disculpa.

Antes que nada, aprovecho para deciros que me tomaré unas vacaciones dentro de un mes. Subiré el último capítulo de 2016 el 18 de diciembre y retomaré las actualizaciones a partir del 15 de enero, cuando ya hayan pasado todas las fiestas y no tenga asuntos pendientes con nadie. Es que de verdad necesito un descanso y reposar la historia un poco, que últimamente estoy espesa.

Recordando cómo empecé... No puedo creer que en apenas nueve meses hayamos llegado ya a los 500 seguidores! Yuhuuuuu! *confeti y champán* Vuestro apoyo me da fuerza, aunque he pasado una semana horrible, pero no quiero amargaros con detalles. En vez de ello, voy a responder a algunos de los últimos comentarios.

Respuesta a comentarios:

Primero, gracias por vuestras ideas sobre las canciones a usar. No obstante, me encantan las canciones de los ochenta y creo que la que tenía pensada salió el mismo año que yo nací. Hehe!

Por cierto, mil y una gracias también a Canariam, que ha encontrado la palabra sustituta para "racismo". O sea, "especismo". Aunque no esté incluida todavía en la RAE, existe desde 1970 por lo visto. A partir de ahora, intentaré usarla más a menudo.

Segundo; un par de vosotros me comentasteis que algunas partes estaban resultando algo lentas y os entiendo. En mi defensa, sólo puedo decir que me supone bastante esfuerzo encontrar tiempo para escribir y, como ya dije en el capítulo anterior, escribí las siete páginas a tamaño 12 en un sólo día y con un montón de trabajo. No es que busque excusas, pero estos días debo concentrarme en otros proyectos bastante urgentes, y más teniendo en cuenta que se acerca Navidad. Haré todo lo posible por llegar a tiempo con las actualizaciones, pero recordad que soy humana. ;)

Tercero. Me conservo las respuestas a vuestras teorías para no spoilear, pero me parecen muy interesantes. ;) No váis del todo desencaminados. Hehe!

Otra persona me preguntó por la manera de publicar un fanfic aquí en fanfiction (punto) net. Ese tema es aparte, así que si necesitáis ayuda con eso, enviadme un mensaje privado desde vuestra cuenta. Si me lo enviáis como "Guest" (Huésped) no puedo responderlos. No es por nada, es que de verdad no hay botón de "responder".

Para aquellos que habéis tenido algún problema y estáis o no en el hospital, espero que todo vaya lo mejor posible. Quiero daros las gracias, pues me emocionáis con vuestros comentarios de apoyo y admiración. Si logro animaros con mis capítulos, me doy por satisfecha. Seguiré esforzándome todo lo que pueda por ayudaros también a sonreír (o a odiar a Glenn, que eso ya es inevitable) XD

Gracias de nuevo por todo! He aquí el esperado numerito de Karin y Nick. A leer!

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Banda sonora:

A partir de Karin:

Busy workshop (Rise of the Guardians) - Alexandre Desplat

Family Therapy (Leave it to Beaver) - Randy Edelman


Glenn y Judy:

The fountain scene (The terminal) - John Williams


De vuelta a Nick y Karin:

Peter's family (While you were sleeping) - Randy Edelman


Los Arándanos:

Got my mind set on you - George Harrison (Ojo, la batería inicial debe sonar tres veces antes de que aparezca la voz).

Un consejo: Leeros la parte como podáis e imagináosla luego con la canción, con las voces de los personajes. (Me habría gustado usar la de "The time of my life" de Dirty Dancing, o "You're the one I want" de Grease, pero habría sido muuuucho más cliché. XD )

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Capítulo 29: I got my mind set on you...

El público se quedó completamente en silencio cuando presentaron al primer grupo y éste apareció dando saltitos. Estaba formado por dos adolescentes que apenas habían conseguido alcanzar la puntuación mínima en las pruebas anteriores pero que, sin duda, estaban dispuestas a conmover al público. Inauguraron el festival de colores con un atrevido baile lleno de brincos al más puro estilo animadoras, lo que les consiguió una buena ronda de aplausos y admiración.

Apenas salieron de escena que el segundo ya estaba ocupando su lugar con una pequeña orquesta compacta, hecha de material reciclado. El sonido era bastante primitivo, pero no se podía menospreciar su esfuerzo.

Karin observaba al público a través de un agujero en la cortina, ignorando a todos los demás participantes que corrían de arriba abajo por toda la parte trasera del escenario. La mayoría tenían los nervios a flor de piel, pero algunos estaban sufriendo verdaderos ataques de pánico.

Como ocurre a menudo entre bastidores, se encontraban con que el material no estaba listo, el vestuario incompleto, los miembros desperdigados, accidentes puntuales con los instrumentos, equivocaciones con el maquillaje, objetos perdidos, malentendidos con el encargado de los efectos de luz y sonido, y otras barbaridades que sembraban el caos.

Sin embargo, la pequeña estaba más pendiente de localizar a su família que de todo lo demás, pues en su caso no había demasiado a preparar. Si bien la idea de Nick era muy simple, contaban con una ventaja, aunque el resultado podría no ser el esperado. De todas formas, el zorro ya hbía dejado muy clara su forma de pensar. Ganaran o perdieran, el objetivo era conectar con la multitud.

—¿Aún estás así? —Hablando del susodicho...

Karin giró la cabeza para dirigirle una mirada fugaz.

—Estaba buscando a mi hermana...

—Fila veintiuno, asiento tres. —Respondió Nick, uniéndose a ella.

—Qué rápido...

—Hubo un tiempo en que jugaba a hundir la flota con un colega. —Le explicó, todo orgulloso. —He practicado mucho.

La niña enarcó una ceja.

—Pues tendrás que afinar un poco la puntería para hundir al portaaviones. ¿Has visto quién está detrás de ella?

El zorro entornó los ojos y descubrió, muy a su pesar, que Richfield se había unido a la fiesta. No había vuelto a acercarse a Judy con ánimos de seducirla desde el numerito que habían montado en casa de los Hopps, al menos, que él supiera; pero nuestro pelirrojo no podía evitar sentir recelo hacia el ricachón. Era consciente de la antipatía que Glenn había demostrado por Gideon, aunque hubiera pasado desapercibida para los demás, y también de que sus endulzadas palabras hacia el "noviazgo" que él tenía con Judy no eran precisamente sinceras. Richfield no admiraba a los zorros ni de lejos, y eso le daba más razones para sospechar que su acercamiento a la família no era casual.

—Dime una cosa —le preguntó a Karin —, ese tipo... ¿es muy amigo de la família o...?

—Si lo recuerdas, era compañero de primaria de mi hermana en el colegio. Luego se fue y reapareció unas semanas antes de que mis padres le organizaran la cita con ella. Antes de eso, nunca habían tenido demasiada relación.

—Entiendo. —Nuestro pelirrojo se apartó de la cortina. —Supongo que sigue interesado en Judy.

—¿Crees que estará intentando acercarse a ella a tus espaldas? —A la pequeña pareció divertirle la idea.

—De ser así no importa. —Él se encogió de hombros, pero sus orejas se inclinaron ligeramente, prueba de que no las tenía todas consigo. —Tu hermana tiene otros planes en su vida y no creo que le interese.

—Bueno, pues tendremos que asegurarnos de que tú sí entres en esos planes. —Le dio la patita. —Y no hemos llegado hasta aquí sólo para que me quede sin un cuñado original, así que esforcémonos al máximo, ¿vale?

Nick sonrió, vencido por aquella alentadora carita, y apretó suavemente sus deditos con su propia pata.

—Ya que salimos en último lugar y aún quedan muchas actuaciones por delante... —comentó, algo más relajado —¿qué te parece si vamos a tomarnos un chocolate? Los organizadores han preparado un refrigerio para los participantes fuera de la carpa y creo que nos vendrá bien algo calentito.

—¡Guay! ¡Vamos!

Karin tiró de su brazo y caminaron entre los estresados miembros del cuarto grupo, que ya estaban saliendo al escenario.

Mientrastanto, el joven Richfield observaba la deliciosa nuca de su objetivo con perverso gusto en la oscuridad. La presencia de la família no le otorgaba la intimidad que habría deseado tener y el escandaloso ambiente tampoco le permitía comunicarse con Judy en su tono habitual. No obstante, gozaba de una posición privilegiada entre sus dos guardaespaldas, que controlaban el espacio vital de su jefe con severa profesionalidad.

Aprovechando que el cuarto grupo ya había terminado su pobre presentación, se inclinó hacia delante, captando nuevamente la atención de la coneja cuando su aliento le rozó la mejilla.

—Ahora que lo pienso... con todo lo que ha pasado estos días, no te he preguntado todavía cuándo termináis las vacaciones Nick y tú.

—Oh, em... —Judy sonrió forzadamente tras el susto que le provocó —bueno, en teoría... tenemos que regresar a Zootrópolis este viernes. Hoy estamos a martes, así que... pronto.

—Es una lástima. —Susurró él, acercándose un poco más a su lado izquierdo para evitar que Bonnie entrara en el campo de escucha. —¿Sabes?, me habría encantado invitarte a cenar,... aunque hubiera sido una sola vez. Por los viejos tiempos.

Judy giró la cabeza tanto como pudo, topándose con sus intensos ojos, y algo en ella se perturbó. La experiencia que había tenido con Nick la noche anterior la había dejado tocada, pero ahora mismo no estaba muy segura si el tembleque de sus piernas se debía al estrés o a la extraña conversación que estaba teniendo con Glenn. ¿Acaso había oído bien?

—Me... ¿me estás...?

—Oh, no me malinterpretes. —Se apresuró a añadir él. —Nick me cae muy bien y no tengo intenciones de entrometerme entre vosotros, sólo faltaría. Aunque... me duele no haber tenido la oportunidad de pasar más tiempo contigo antes de que lo conocieras. Las cosas tal vez habrían resultado... diferentes.

Ella sintió una punzada en el corazón y se percató, muy a su pesar, de que Glenn continuaba siendo atractivo a sus ojos. No obstante, y aunque no se lo hubiera propuesto, el zorro apareció también en su mente, haciéndola sentir culpable... Un momento. ¿Culpable? ¿Por qué? Se tensó al darse cuenta de lo absurdo de la situación. Nick y ella no eran pareja. Nunca lo habían sido, y menos tras su bromita anterior, y ahora encima sentía como si lo estuviera traicionando, cuando el chico que alguna vez le había gustado de verdad parecía estar realmente interesado en ella. ¡¿En qué se había convertido su vida?! Además, seguía enfadada con el cola larga por su falta de tacto y... se sentía responsable de haber engañado a todos. ¿Cuándo había perdido su honestidad? Su yo del pasado no estaría ni mucho menos orgullosa...

Sus orejas gachas le confirmaron a Glenn lo que estaba pensando, así que éste optó por darle una pequeña tregua.

—Lo siento, creo... que no debería haberte dicho eso. A veces hablo sin pensar. —Posó una pata en su hombro a modo tranquilizador.

—No... esto... n-no importa. —Ella cruzó las patas inconscientemente, como protegiéndose. —Es sólo que...

—Entiendo que no quieras por Nick. —Añadió él. —Yo también me sentiría mal si mi prometida fuera con otro macho. —Dejó escapar una risita. —Aunque en mi caso... no me sorprendería. Hay tantas hembras que se fijan en mí sólo por el dinero...

Judy levantó lentamente una de las orejas, atraída por lo injusto de la frase.

—Glenn... estoy segura de que no todas piensan eso...

—Eres tan buena conmigo. —Él le devolvió una sonrisa triste. —Y quizás... la única que sabe ver más allá de lo que tengo. Y de verdad lo siento, pero... no creo que vuelva a interesarme por nadie más cuando ya no estés. Tan sólo me arrepiento... de no haberme declarado antes.

Una ronda de aplausos estalló entre el público para ovacionar al sexto grupo, que justo había terminado con su pequeña obra de teatro mudo. Judy, en cambio, no era consciente de sus alrededores.

Aunque los sentimientos de Glenn no resultaban un secreto para ella, estaba realmente conmovida por sus palabras. Quizás era su eterna buena fe, siempre intentando confiar en los demás, pero el caso es que tuvo ganas de cumplir su deseo de cenar juntos. No tenía intención de quedarse en Burrows ni tampoco pretendía darle esperanzas, pero... se sentía bastante culpable por no poder decirle la verdad. De hecho, habría sido aún más cruel confesarle la farsa y admitir que no tenía intenciones de salir con él, pero tampoco podía dejar las cosas así. Y además, Nick no tenía realmente nada que decir al respecto. Era ella la única con derecho a decidir y, francamente, estaba harta de dejarse controlar. De todos modos, ¿qué importaba que pensaran los demás? ¿Acaso el estar prometida significaba que no podía pasar un rato agradable con un amigo? Cuando se fueran del pueblo, todo volvería a la normalidad. Era estúpido pensar que pudiera acarrear más consecuencias que un chismorreo que quedaría olvidado en cuanto regresaran a Zootrópolis.

—En fin, olvida lo que he dicho. —Glenn gesticuló con la pata para restarle importancia, aprovechando que el público se había quedado de nuevo en silencio con la entrada del séptimo grupo. Sin embargo, ella se agarró a la silla para mantener su cuerpo en curva.

—No, escucha... —cuando él levantó las orejas, "sorprendido", añadió: —esto... me encantaría compartir una cena contigo, Glenn. Nick no... no me dirá nada. Al fin y al cabo, somos amigos de la infancia; lo entenderá. —Mintió. —Y creo que te debo al menos una disculpa por... el rechazo. Después de tantos años... no sabía nada y... siento mucho que te tomaras tantas molestias por mí, así que... si te parece, podemos vernos antes de que me... de que Nick y yo nos vayamos. —Se corrigió, recordando que no tenía otra excusa para no herir más al pobre conejo.

Glenn sonrió lo más dulcemente posible y atrapó una de las patas de Judy con tierno cuidado, depositando un beso entre sus dedos, lo que consiguió subirle los colores a la cara.

—Entonces, me ocuparé de tratarte como una reina. —Respondió, dejándola ir lentamente. —¿Qué tal mañana por la noche? Así podrás pasar el jueves con la família y terminar de empacar sin prisa.

—Me... me parece perfecto. —Ella asintió, devolviéndole una sincera sonrisa.

—No se hable más. —Concluyó él. —Te pasaré a buscar yo mismo, pero no te diré dónde cenaremos. Prefiero que sea una sorpresa.

—De acuerdo.

—Genial.

Se quedaron mirando uno al otro durante unos segundos, hasta que Bonnie hizo un comentario sobre la atrevida vestimenta de los Lanahorias, que justo estaban actuando en séptimo lugar. Judy aprovechó el momento para colocarse bien en la silla mientras Glenn regresaba a su posición correcta entre sus dos guardaespaldas.

"No estoy haciendo nada malo" Se repetía, jugueteando con los dedos. "Nick no es mi prometido. Esto no le incumbe."

_____________________________________

—Grupo ocho, salís en dos minutos. —Gritó uno de los organizadores tras el telón.

—¿Dónde he puesto mi corona de flores? —Musitaba una ovejita desesperada mientras su compañera intentaba negociar unos minutos más con el encargado.

—¿Alguien a visto a Clara? —Preguntaba un conejo, buscando a una compañera.

—Lo tengo decidido. —Musitó Karin, terminando el sándwich de apio y salsa tártara que había tomado del festín. —El mundo del espectáculo no es para mí. Demasiado estrés.

Nick sonrió divertido, bebiendo un sorbo de su café mientras aguantaba la bebida de la pequeña con la pata libre, dejándola comer.

—No todo el mundo ha nacido para ser una estrella. —Se mofó.

—Ya habló el experto. —Ella le sacó la lengua tras tragar lo que tenía en la boca. —Puede que el escenario no sea lo mío, pero te aseguro de que bailo mejor que tú. Veremos qué tal se te da lo de mover las caderas.

A él se le escapó una carcajada.

—Te sorprenderías. Olvidas que soy un artista nato.

—Sí... bueno. de todas formas, espero que surta efecto con mi hermana. Te estás jugando algo más que tu dignidad.

—Niña, me ofendes. —Él apretó los morros en una expresión teatral. —¿Acaso no confías en mí?

—No es que no confíe... pero te juro que si hacemos el ridículo, te las haré pagar. Y más si Eric está...

—¡Hey, os estaba buscando!

Como por arte de magia, el jovencito apareció de repente, arrancándole un grito a Karin, quien lanzó lo que quedaba de su sándwich al aire, yendo a parar al suelo y provocando el tropezón inesperado de uno de los músicos de la octava pareja de participantes, que ya estaban saliendo en dirección al escenario.

Nick se quedó mirando al pobre cerdito con cierta compasión y un "lo siento, compañero" en mente.

—Vaya, no pretendía asustarte. —Se excusó Vegginy, posando su patita en el brazo de su amiga. —¿Estás bien?

—S-sísístoybien. —Respondió ella, apenas sin respirar. Su reacción también hizo sonreír al gafitas.

—Quería desearos suerte, ya que nosotros vamos a salir antes.

—¿Qué tenéis pensado hacer? —Nick creyó oportuno intervenir para darle tiempo a su compañera de recuperarse.

—Steven y yo haremos un experimento con electricidad estática. Creemos que es original y les enseñará algo interesante a los demás.

—¿S-s-sales tú entonces? —"¡Boba, por supuesto que sale él!" Se respondió a sí misma, en mente. "Si no, no estaría aquí".

Eric asintió con su cabecita y añadió: —Cuando terminemos buscaré un hueco para cuando salgáis vosotros, así que esforzaros al máximo.

—Descuida, chaval, ganaremos la prueba. —Declaró Nick.

—Eso ya lo veremos. —Eric le sonrió de vuelta, aceptando el desafío. —En fin, voy a regresar con Steve. ¡Mucha suerte!

—A vosotros también. —Aunque fue el zorro quien lo dijo, Karin movió la boca con intención de decirle lo mismo... pero sin ser capaz de articular palabra. —Respira. —La alentó.

—Argh... —Nuestra chiquilla dejó escapar todo el aire por la boca. —Esto me está matando... Eric debe pensar que soy idiota...

—No lo creo. —Él sonrió para sus adentros. —De hecho, diría que hasta le gusta cuando pones carita de besugo.

Ella se tensó y le propinó un golpe en el costado con su pequeño puño mientras él se carcajeaba. Segundos después, nuestro cola larga le pasó su bebida y Karin la aceptó sin más. Cuando la música cesó, la megafonía anunció entonces a los Jumpy Geeks, captando toda su atención.

Ambos se apretujaron contra la cortina para observar la actuación de los cerebritos, quienes tuvieron además la genial idea de hacer participar a algunos voluntarios entre el público. Nick no pudo evitar sonreír al pensar en los principios del márketing. Vegginy tenía iniciativa, sin duda. No obstante, ellos no pensaban quedarse atrás y el momento se acercaba.

Cuando los Jumpy Geeks terminaron su actuación y desaparecieron para dar paso al siguiente equipo, ya sólo quedaban cinco para el gran final.

Nick le propuso a Karin que fuera a vestirse mientras él comentaba los últimos detalles con el organizador y que luego se reenccontrarían en el mismo lugar. Quince minutos más tarde, ya estaba lista, esperándolo con su faldita y cazadora tejana negras en contraste con la camiseta blanca que llevaba debajo. Si no hubiera temido la reprimenda de su madre, tal vez se habría puesto incluso maquillaje.

De pronto, llegaron hasta sus oídos varias exclamaciones y silbidos de admiración, y aunque estaba segura de que no iban dirigidos a ella, cuando vio aparecer a su compañero, se quedó impresionada.

—Buah... ¡estás espectacular!

Al más puro estilo de los ochenta, nuestro pelirrojo había cambiado su atuendo por una camiseta sin mangas en blanco, y pantalones y chaqueta negros, ambos de cuero. Las gafas de sol eran un plus, pero le daban el toque perfecto. No obstante, había decidido ahorrarse la gomina.

—Glamour que tiene uno. —Él sonrió, complacido también por miradas que le echaban algunas jovencitas. —En fin, ¿lista para rockear? —Alargó la pata hacia ella.

—¡Ya lo creo! —Karin correspondió al choque con entusiasmo. —¡Vamos allá!

_____________________________________

De vuelta a la sala, las dos ovejitas del penúltimo equipo estaban recitando un poema con melodía a modo de cannon que, lamentablemente, no estaba resultando muy emotivo.

—¿Cuánto más van a tardar en salir? —Adrián, uno de los hermanos mayores de Judy, resopló en su silla, más aburrido que una ostra. —Total, para ver bailotear a Karin habría sido mejor quedarse en casa.

—Bien que veníamos a verte todos cuando salías a representar la obra de teatro del colegio, ¿no? —Le cuchicheó Lilian, aún más mayor que él.

—Nadie os obligaba a venir.

—Mamá sí nos obligaba. —Insistió otra, entrando en la conversación.

—Chitón. —Bonnie les llamó la atención.

—Ha empezado ella. —Replicó Adrián, como un crío y recibiendo una colleja de su hermana mayor.

La madre se reacomodó en la silla justo cuando un leve aplauso comenzaba a elevarse entre los espectadores y el equipo en escena se inclinaba para agradecerles el detalle.

Hablando en el justo tono para que Judy la oyera, Bonnie comentó: —Admito que están tardando mucho. Se ha hecho hasta de noche.

—Deben estar al caer, ya. —Musitó Judy.

—¿Cuántos grupos han pasado?

—Catorce con éste. —Respondió Alice, una de las hermanitas adolescentes, que se sentaba justo delante de su madre.

Nuestra policía hizo el cálculo rápidamente.

—Entonces... el próximo debería...

Antes de terminar la frase, las luces se apagaron por completo, provocando una oleada de gritos y murmullos confusos, hasta que la megafonía entró en acción.

—Y finalmente, la última representación llega de la pata de los Arándanos. Les recordamos no olviden votar a su equipo favorito y les pedimos que no dejen basura en sus asientos. Gracias y disfruten del espectáculo.

Una batería comenzó a sonar, marcando un ritmo contagioso y acallando todas las voces. A la segunda repetición, un solo foco se iluminó, haciendo aparecer la figura en movimiento de un rompecorazones que meneaba la cola de espaldas al público. Y cuando se dio la vuelta, las chiquillas comenzaron a gritar como locas. Sin embargo, fue el gesto de su dedo, apuntando hacia Judy, el que captó su atención cuando cantó el primer "I got my mind set on you."

Chasqueando los dedos al ritmo de la música y haciéndose con el escenario, se dejó llevar por la joven voz de fondo que repetía su estrofa.

Cuatro fue el número detonante para que Karin, impulsada por si misma, se dejara deslizar de rodillas entre las patas del zorro para terminar delante, con los brazos en alto y añadiendo su toque a la melodía.

—¡But it's gonna take money!

El otro la secundó.

—A whole life of spending money.

Moviendo los hombros y los dedos, ella se levantó de un salto y le replicó de frente, tomando posición a su lado: —It's gonna take plenty of money.

Y él concluyó la estrofa: —To do it right child.

Karin si giró hacia el público y empezó a aplaudir al compás de la batería mientras se paseaba por un lado del escenario, instando al público a unirse a ella mientras cantaba la siguiente parte.

—Its gonna take tiiiiiime.

Y Nick se fue hacia el otro lado, imitándola al son de su propia voz: —A whole lot of precious tiiiime.

Entonces, ambos brincaron para mirarse, y recitaron al unísono la última frase —It's gonna take patience and time —antes de encontrarse en medio, dar media vuelta y mover las colas de un lado a otro para marcar un "To do it, to do it, to do it, to do it, to do it, to do it right chiiiiild."

De repente, Nick se giró hacia el público y, con un nuevo salto, bajó del escenario y se plantó en medio de los críos en primera fila, retomando la canción con un nuevo "I got my mind set on you" y haciendo que todos se levantaran para moverse con él.

Karin bailoteaba por encima de su cabeza, todavía estimulando las palmadas, a las que ya se habían unido una parte de la carpa.

Los niños meneaban la cola junto al zorro en una fantástica improvisación en línea que consiguió animar todavía más la participación y, antes de que se dieran cuenta, algunas parejas ya se habían levantado para rocanrolear junto a ellos.

—And this time I know it's for real —el pelirrojo comenzó a bailar en dirección al fondo, dirigiéndose de vez en cuando a alguna de las conejitas que estaban en la punta del pasillo para cantarles una estrofa. —The feelings that I feel. I know if I put my mind to it. —Al levantar la vista, divisó la atónita carita de Judy y elevó una pata en su dirección al tiempo que decía: —I know that I really can dooo it. —Su pulgar la señaló y al estribillo se añadieron varias voces que encontraron el momento perfecto para colaborar.

—I got my mind seeet ooon you. —Y los otros repitieron. —Seeeet oooon you.

—I got my mind seeet ooon you. —Y el coro: —Seeeet oooon you.

Karin subió entonces el tono de su voz, repitiendo la segunda parte y sometiendo a todos con ella: —¡But it's gonna take moneeeey...!

Algunas de las hermanas de Judy ya se habían levantado, cantando también, para ir al encuentro de los más pequeños, que se habían subido al escenario mientras disfrutaban de la fiesta. Y es que la carpa entera se había convertido en una verbena de color y música, con todo el mundo en coro.

Nuestra policía tuvo que admitir que jamás se habría esperado algo así. Ni siquiera sus padres terminaban de creérselo. Sin embargo, Bonnie no se hizo derrogar para levantarse y arrastrar a Stu con ella a la pista mientras los demás reincidían en la tonadilla "To do it, to do it, to do it, to do it, to do it, to do it riiiight"

Y fue al terminar la estrofa que Karin gritó: —¡Arriba todo el mundo!

La música estalló con trompetas, batería y guitarras. Los niños saltaron a buscar a los adultos, tirando de sus patas para levantarlos de la silla y apartando los asientos para dejar sitio en la pista, un privilegio que sólo los Arándanos habían tenido y que obligó también a Judy a levantarse. Aunque habría preferido evitar ser el foco de atención, el hecho de que Nick se estuviera acercando la puso entre la espada y la pared, observada por varios presentes que batían sus palmas alrededor de ella.

Cuando el zorro se detuvo finalmente, tendiéndole la pata sin mencionar palabra y con una sonrisa tan encantadora que habría derretido hasta un glaciar, sintió un tremendo calentón en las mejillas. No se había preparado para esto.

Observando la respiración en su pecho, bajó la mirada hasta su pata y luego la regresó a sus ojos. Si había estado enfadada... ya no lo recordaba.

Las voces y palmas continuaron a su alrededor, instensificándose de nuevo con "I got my mind set on you", y cuando el pelirrojo repitió la frase, supo con toda seguridad, que ya no podía seguir ignorándolo. Inspiró aire, alargando tímidamente su patita hacia él, y se sorprendió al encontrarse girando de repente para terminar entre sus brazos. Nick la condujo hacia al centro, atrapando su cintura con delicadeza y danzando juntos en el torbellino de alegría que se había convertido la pista.

Tal era el ambiente que Judy se vio envuelta enseguida en la diversión con una nueva sonrisa en los labios. Sin darse cuenta, comenzó a disfrutar realmente del presente que estaba viviendo, olvidando por completo todo lo demás.

Karin los vigiló con satisfacción de que el plan hubiera surtido efecto, pero se quedó de piedra cuando, al girar la vista se topó de lleno con su cerebrín favorito, que se había puesto a bailar a su lado.

—¡Lo admito! —Le oyó decir por encima de la música. —¡Esta es la mejor actuación! ¡Buen trabajo!

Aunque cortada, Karin acabó encontrando el valor de seguir bailando y disfrutó del momento, dándole mil gracias a su suerte por tener la oportunidad de compartir semejante momento con su queridísimo Eric.

El que no pudo agradecer el giro de acontecimientos, sin embargo, fue Glenn, quien se quedó con un palmo de narices en plena confusión al darse cuenta de que Wilde había conseguido ganar más que la mera competición.

Marginado a un lado por culpa de los espectadores del corro y tras escasos segundos de observar el cambio que había experimentado su amada, supo que había llegado el momento de retirarse por ahora. No obstante, no iba a permitir que aquella jugarreta arruinara sus planes. Seguido de sus dos guardaespaldas, que le abrieron paso hasta la salida, avanzó hasta al coche y se dejó conducir a casa con un semblante más bien amenazador.

—Wilde... —Susurró con los dientes apretados.

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