Rose vio a Caín en las afueras de la ciudad para despedirse de él.
Y le dijo que se iba para no regresar más, abandonaba a los corbata.
—Está bien Rositas, es la mejor decisión y también lo mejor para protegerla. No puedes permitir que suceda lo de Estela—contestó Caín.
—Le escribí una nota a Stella, le dije que me iba al aeropuerto. Mi transporte sale en una hora, ya me despedí de todos, sólo faltabas tú y...
—¿Ella?
—Sí...
Caín lo observó con tristeza...
Luego de tantas cosas ya él no quería formar parte de aquel grupo.
Solo le habían traído problemas, siempre defendía a cada uno de ellos... Pero sabía que de ahora en adelante estarían bien. Lo indicado era alejarse un buen rato para digerir las cosas con tranquilidad.
Al final también sabía que debía proteger a Stella. Rose pensó melancólico.
«Sé que no me puedo quedar con ella... no después de todo».
...
Después de hablar con Ian, Stella salió corriendo a tomar un taxi, ya sabía que Rose se despedía de Caín, y ya lo había hecho con todos planeando no regresar.
Y estaba conversando con él en las afueras de la ciudad.
...
—Apartando lo de Samuel... ¿Por qué lo hiciste Caín? ¿por qué te convertiste en villano?
—Porque el maestro Robert me dijo hace mucho que uno de nosotros se volvería malvado, que todo eso es parte del equilibrio de la vida, ya que de todo lado bueno, debe existir uno malo. Así que opté por ser el malo y no creas que lo hago por ti desgraciado rositas—contestó burlón a lo último.
Rose, terminó con risas y luego respondió:
—¿Por qué siempre tienes que ser así Caín? ven acá...
Le dio un abrazo.
—Gracias Caín, espero cuides a los corbatas desde las tinieblas...
—Con gusto Rose.
Él, sorprendido pensó nuevamente.
«¡Guau! Primera vez que me llama así».
—Gracias hermano...
Tomó el taxi y se dirigió a su camino...
...
10 minutos después.
Stella apareció ante Caín.
—¿¡Dónde está Rose!?
—Se fue...—dijo con pena.
Stella se volteó para ir tras Rose pero Caín la sujetó de la mano, deteniendo su paso.
—¡¡¡ESTÚPIDO!!! ¿qué rayos haces?
Y le dio un abrazo.
—Engreído... por qué eres así...—replicó con odio.
—Toma mi moto—respondió Caín al dejar de abrazarla.
Stella, muy sorprendida, abrió los ojos desconcertada. Presenció por primera vez la desbordante caballerosidad de corbata negra.
Se veía muy bien. Tal vez si se hubieran encontrado antes primero, ella no estaría luchando por Rose.
—Buena suerte Stella, espero todo salga bien—concluyó Caín con sonrisa, marchándose lento de espaldas.
—Gracias Caín...—murmulló lentamente.
Pronto, Stella apresuró el paso. Sin perder más tiempo, se colocó el casco y subió en la moto.
Sacó su teléfono y envió un mensaje de texto a su amiga Carmine, para que le hiciera un favor.
Luego de hacerlo, despegó a toda velocidad.
—Esta vez... no te vas a escapar.