Adicción Prohibida

By DidiGee89

512K 30.1K 6K

Lexa es camarera en una discoteca de ambiente en Nueva York, le encantan las mujeres e ir de cama en cama dis... More

1. Me llamo Lexa
2. Bang, bang
3. Y entonces, ¿a qué esperamos?
4. Hasta siempre, Clarke Griffin
5. Eres la novia de mi hermano...
7. ¿Qué ha pasado?
8. Dos semanas
9. ¿Qué cojones te pasa, Clarke?
10. La última vez
11. 25 días
12. I just wanna feel your body on me
13. Sobrepasada
14. ¿Crees que debería hacerlo?
15. Espera, ¿me has escuchado?
16. WOW
17. ¿Te arrepientes de haberlo hecho?
18. ¿De qué querías hablar?
19. Miedos
20. Placeres ocultos
21. El juego de Clarke
22. La reina del drama
23. Dangerous Woman
24. ¿Pilladas?
25. ¿Estás loca?
26. Te estoy rompiendo
27. Never forget you
28. 5
29. El regalo de cumpleaños
30. Recaída
31. Ain't my fault
32. Perfect Illusion?
33. Confesiones
34. Pídeme que pare y lo haré...
35. ¿Le quieres?
36. ¿Dónde estabas?
37. ¿Cuáles son tus intenciones?
38. ¿Hablar hablar o...?
39. 7 billetes
40. ¡Nos vamos de compras!
41. La primera cita (I)
42. La primera cita (II) El juego
43. La primera cita (III) El premio
44. Cita diurna
45. ¿Por qué te has hecho esto?
46. Be the one
47. No sé qué más hacer
48. Despacito
49. ¿Qué pasó ayer?
50. Despedida
51. Distancia
52. ¿En serio no ha pasado ni un mes?
53. Sorpresas
54. Nervios
55. Aprender a perdonar
56. How would you feel...
Epílogo

6. ¿Pretendes emborracharme?

11K 630 33
By DidiGee89







Lexa está cocinando sus deliciosos espaguetis a la carbonara en la cocina de su apartamento cuando el timbre suena. Baja un poco el fuego para que no se le queme la salsa y va a abrir la puerta. Siente un pequeño hormigueo en el estómago justo antes de alcanzar el pomo. Niega para sus adentros, intentando calmar esa estúpida sensación que tiene y por fin abre.

Clarke espera impaciente al otro lado de la puerta. Se ha vestido de manera informal; con una camiseta blanca de manga corta con muy poco escote y unos tejanos. Se siente algo nerviosa, mejor dicho, muy nerviosa. Respira hondo y pone una sonrisa en su rostro, intentando disimular su creciente nerviosismo.

— Buenas noches, Inspectora Griffin — saluda Lexa al verla, con su ya de costumbre sonrisa seductora en la cara. Es algo que no puede evitar.

— Buenas noches, Lexa — su estómago da un vuelco al verla. Ella también se ha vestido de manera informal, pero la camiseta negra que lleva es algo más escotada que la suya. Está realmente sexy y no puede evitar quedarse embobada.

— Pasa, Clarke. No te quedes ahí parada, por favor — no puede evitar reírse interiormente al ver la reacción de la rubia.

Clarke entra al apartamento. Los nervios van aflorando más y más a cada paso que da. Respira profundamente, intentando calmarse, algo que no pasa desapercibido para Lexa, que sonríe a su espalda.

Con su mirada, repasa aquel comedor, fijándose en una foto que Lexa tiene de ella y su hermano de adolescentes con su madre. Ésta está sobre una pequeña mesa al lado del sofá azul que ocupa gran parte de la estancia.

— Bonito apartamento — comenta Clarke girándose hacia Lexa, la cual la observa en silencio.

— Y eso que no has visto mi habitación — se muerde el labio divertida, moviendo las cejas.

— Lexa, no empieces. Recuerda que estamos aquí para conocernos mejor y ser amigas. Solo amigas — puntualiza esas dos últimas palabras, queriendo dejárselo muy claro.

— No es mi culpa que se tome mi comentario de manera pervertida, Inspectora Griffin — se lleva una mano al pecho mostrándose ofendida a la vez que arquea una ceja, escondiendo una pícara sonrisa en sus labios.

Sin saber muy bien por qué, la manera en la que Lexa cambia ligeramente su tono de voz al llamarla inspectora y le hablaba de usted provoca que un excitante calor recorra su cuerpo.

— Creo que se te va a quemar la salsa — dice Clarke al oler un poco a quemado, aprovechándolo para llevar la conversación hacia otros lares.

— ¡Mierda! — Lexa pone cara de pánico y sale corriendo hacia la cocina, cosa que provoca que a Clarke le entre un incontrolable y fuerte ataque de risa.

La cocina está llena de humo, y aunque Lexa ha intentado salvar la salsa, ha sido misión imposible.

— ¡No es gracioso! – exclama enfadada al escuchar como Clarke sigue riéndose desde el comedor al oír los improperios que salen de su boca. Remueve la ya oscura y quemada salsa frunciendo el ceño frustrada — ¿Y ahora qué? ¡No tengo para hacer más!

— Siempre podemos pedir una pizza — dice Clarke apoyada en el marco de la puerta de la cocina — aunque es una lástima. Me apetecía probar esos espaguetis — esboza una sonrisa, provocando que la camarera se la devuelva.

— Bueno...siempre podemos volver a repetir la velada. Y esta vez, sin que la salsa intente matarnos — hace un movimiento con la mano, intentando apartar el humo que reina casi toda la cocina.

Las dos chicas estallan en carcajadas. Lexa tira a la basura la quemada salsa, le indica a Clarke el teléfono de la pizzería más cercana y la rubia llama.

— En 15 minutos estarán aquí — informa Clarke asomándose de nuevo a la cocina donde Lexa está recogiéndolo todo — He pedido una 4 quesos. Espero que te guste.

— No estará tan buena como mis espaguetis, pero nos tendremos que conformar — se encoge de hombros, acercándose al frigorífico — ¿Te apetece una copa de vino mientras esperamos? — la mira balanceando la botella frente a su rostro.

— ¿Pretendes emborracharme? — los ojos de Clarke sonríen de manera pícara, mostrando un brillo de diversión que hace sonreír a la camarera.

— Vaya, Inspectora Griffin, me ha pillado — cierra la nevera botella en mano y se acerca a un armarito para coger dos copas — ¿Quieres o no? — dice con las copas ya en la mano, mostrándoselas.

— Claro — le arrebata la botella de la mano mordiéndose el labio y se dirige hacia el sofá azul del comedor.

Lexa se queda parada unos segundos, negando con la cabeza. Va a ser más complicado de lo que creía. A cada comentario o gesto que hace Clarke, se siente más intrigada y atraída por ella, algo que dificulta muchísimo su autocontrol. Aunque tampoco es que tenga mucho teniendo a la rubia cerca.

Lexa se sienta al lado de Clarke en el sofá, guardando las distancias, tragando saliva disimuladamente al ver lo sexy que se ve la rubia sentada de lado con sus piernas encima del sofá, relajada. Lo que Lexa no sabe es que en realidad Clarke está hecha un manojo de nervios y se ha sentado de esa manera intentando alejarse de ella la mayor distancia posible, mostrándose falsamente relajada.

Con las dos copas sobre la mesa, la camarera se dispone a servir el vino, y después de hacerlo, le entrega la copa a Clarke. La rubia se ha quedado mirándola atentamente en silencio mientras llenaba las copas, observando el precioso perfil de Lexa concentrada en no derramar ni una gota fuera.

— Bueno, Inspectora Griffin ¿de qué le gustaría hablar? — pregunta dando un trago a su copa, sin dejar de mirarla.

— Pues no sé. Cuéntame algo sobre ti, por ejemplo — el vino baja por su garganta, ayudando a controlar las pulsaciones de su corazón, que se aceleran cada vez que la llama Inspectora Griffin con ese tono tan seductor que le gusta poner.

— Creo que ya lo sabes todo sobre mí — se encoge de hombros — yo en cambio solo sé que eres inspectora de homicidios y la novia de mi hermano.

— Básicamente eso es todo — dice riéndose, intentando sonar graciosa.

— Bueno, pues entonces no sé qué hacemos aquí. Como ya nos conocemos del todo, creo que ya puedes marcharte – dice muy seria poniéndose en pie.

Clarke la mira con la boca abierta, sin acabar de creerse que se lo esté diciendo en serio. Lexa la mira con seriedad, y tras unos segundos observando la expresión de sorpresa de la rubia empieza a reírse.

— Vamos, Griffin, estoy de coña. Deberías verte la cara — dice sentándose de nuevo en el sofá, sin darse cuenta, un poco más cerca de ella.

— Eres idiota — Clarke golpea el hombro de Lexa con su puño, dejando escapar una risa que en realidad suena más a un suspiro de alivio.

— Y tú demasiado inocente — apoya su cabeza en el respaldo, ladeándola para poder mirar a Clarke — Sabes, esto de dejarme conocer no se me da muy bien — suspira algo frustrada.

Las dos chicas se quedan mirándose. Sin poder evitarlo, los ojos de Clarke van a parar a los carnosos e irresistibles labios de Lexa. Le atrae de una manera tan inexplicable, que le asusta. Intenta controlarse con todas sus fuerzas, pero la cercanía de sus cuerpos sobre el sofá no ayuda. Definitivamente, el estar solas en su casa no ha sido una buena idea. Clarke desvía la mirada rápidamente al darse cuenta de que lleva varios segundos observando su boca en silencio, y da un largo trago a su copa, vaciando su contenido del todo. Ni siquiera se da cuenta de que el vino se le está subiendo más rápido de lo que pretende.

— Vaya, se ha acabado, voy a necesitar otra — se incorpora, agarra nerviosamente la botella y se sirve otra copa.

— Inspectora Griffin, contrólese. No querrá emborracharse y acabar haciendo cosas de las que pueda arrepentirse mañana — dice riéndose al ver cómo Clarke bebe de nuevo de su copa, dejándola por la mitad de un solo sorbo.

Clarke la mira tragando de golpe el vino que aún permanecía en su boca al ver cómo ésta le devuelve la mirada. Esos intensos y verdes ojos van a conseguir hacerle perder la cabeza. Lexa deja su copa sobre la mesa y se acerca un poco más a la rubia, que permanece sentada en el borde del sofá, mirándola sin saber que hacer tras de su comentario. Acerca su mano al rostro de Clarke y acaricia suavemente sus labios limpiando una gota de vino que se ha quedado sobre ellos, sin dejar de mirarla intensamente a los ojos. Es tan extraña para ella esa sensación de perderse en esos brillantes ojos azules. Por primera vez, siente que no le importaría ahogarse en ese mar. Clarke se queda paralizada por un segundo. Pero cuando siente la piel de los dedos de Lexa rozando sus labios, nota un incipiente escalofrío y cierra los ojos, lo que le da libertad a Lexa para acercar su rostro lentamente al de Clarke. Cuando la rubia abre los ojos de nuevo, se encuentra con sus labios a milímetros de rozar los de la camarera. Su primer instinto es apartarse. Debe apartarse. Pero de nuevo, sin saber por qué, es incapaz de hacerlo, y sus labios se abren, esperando con ansias recibir los electrizantes y adictivos labios de Lexa. Siente su aliento sobre su boca, sus respiraciones se mezclan, y cuando Lexa está a punto de cortar esa mínima distancia, el timbre suena, haciendo que Clarke reaccione y se separe de golpe de ella, levantándose rápidamente para ir a abrir la puerta al pizzero.

Lexa maldice en sus adentros al pizzero por cortar ese momento, y mientras oye como Clarke habla con el muchacho, piensa fríamente en lo que ha estado a punto de hacer, algo que se ha prometido a sí misma no volver a intentar. Oye la puerta cerrarse y se levanta para ayudar a Clarke.

— Traeré unos platos — sale escopeteada hacia la cocina.

Mientras tanto, Clarke vuelve a sentarse en el sofá, dejando la caja con la pizza sobre la mesa. Mira hacia la cocina y resopla tocándose el pelo. 'Salvada por la campana' piensa susurrándolo en voz alta. Debe evitar dejarse llevar de esa manera. Debe controlarse y no dejar que Lexa la haga sentirse así. Ya es bastante mayorcita como para dejar que sus hormonas controlen sus actos.

Lexa vuelve de la cocina con dos platos y unas cuantas servilletas, encontrándose a una Clarke con la mirada fija en sus manos, perdida en sus pensamientos.

— Ya estoy aquí. No encontraba las servilletas — Lexa se sienta a su lado, sonriendo tímidamente, quizá intentando mostrar su arrepentimiento por lo que ha estado a punto de hacer antes de que llegara la pizza.

— Lexa, será... será mejor que me vaya. Creo que esto no ha sido una buena idea — hace el gesto de levantarse. 

— Espera, espera, Clarke — la coge de la muñeca suavemente, impidiendo que se levante — lo siento ¿vale? Sé que te prometí que me comportaría, y siento haber estado a punto de romper esa promesa. Discúlpame, de verdad. Vamos a disfrutar de esta pizza tan rica que has pedido, hablaremos un poco entre algunas copas de vino más y luego te irás a casa por dónde has venido. Lo juro — levanta una mano poniendo una expresión de niña pequeña arrepentida que hace que a Clarke se le derrita el corazón.

— Está bien, la verdad es que tengo hambre — suelta una dulce risa, relajándose un poco después del momento de tensión vivido.

Abren la caja y cogen dos trozos de pizza, llevándoselos al instante a la boca. Las dos estaban hambrientas. Por fin ambas se relajan, y mientras devoran la pizza y beben más vino, entablan una agradable y divertida conversación sobre sus vidas, contándose cosas del trabajo y de fuera de él. Clarke le cuenta sobre sus compañeros y sus amigas, y Lexa le habla de su divertidísimo jefe y lo muchísimo que le gusta hablar de sí mismo en femenino. La rubia estalla en carcajadas cuando Lexa se pone a imitar a su jefe, haciendo gestos absurdos y obscenos mientras pone voz de loca. La botella de vino se va vaciando entre risas. Lexa se retira unos minutos a la cocina para ir a buscar otra mientras Clarke sonríe ampliamente sorprendida de lo natural y divertida que está siendo la velada después de todo, permitiéndose bajar la guardia. Quizá el alcohol también esté ayudando bastante a ello.

— Algún día tienes que presentarme a Nathan. Aunque después de tu imitación, creo que se me escaparía la risa nada más verle — dice Clarke riéndose cuando Lexa vuelve de la cocina con el vino y se sienta a su lado de nuevo, rozando sin querer su pierna.

— Cuando quieras. Ahora que somos amigas, puedo ponerte en mi lista de invitados. Entrarías tú y quien tú quisieras como VIPs — llena su copa y acerca la botella a la de Clarke, que la sostenía en la mano, esperándola.

— Vaya, me gusta la idea — la mira a los ojos y le regala una sonrisa que hace que de nuevo todo el cuerpo de Lexa tiemble. Menuda preciosidad de sonrisa se gasta la rubia.

La camarera da un trago largo vaciando su copa y la rellena de nuevo. De golpe se ha vuelto a poner nerviosa. Y acompañado del vino que ya se le ha subido a la cabeza teme que las ganas de tirarse sobre Clarke se le vayan de las manos.

— Por cierto, el otro día vi a tu amiga Raven liándose con una chica en la pista. ¿Es lesbiana?— pregunta Lexa apoyándose en el respaldo del sofá.

— Sí, nos lo dijo hace poquito. Aunque la verdad es que lo sospechábamos todas desde hace bastante — se encoge de hombros — No sé porque lo escondió durante tanto tiempo.

— Yo sí puedo entenderlo. A mí me costó horrores decírselo a mi familia y conocidos. Nunca puedes saber cómo se lo van a tomar. A mi madre al principio le costó un poco, incluso a Bell. Le echó la culpa a mi padre por habernos abandonado. Decía que por su culpa yo odiaba a todos los hombres. Aunque estoy segura de que lo que realmente pensaba es que le iba a quitar a todas las chicas — dice en broma riéndose, provocando que Clarke escupa un poco de su vino al reírse también.

— Bueno pero a ninguna de nosotras nos ha importado. Personalmente, mi imagen de ella no ha cambiado en absoluto. La sigo queriendo y respetando igual.

— Y si tus amigas se enteraran de lo que pasó entre nosotras ¿les importaría? — pregunta Lexa sin cortarse ni un pelo, haciendo que algo se remueva en Clarke.

— Eso es diferente — responde Clarke algo molesta cortando de golpe su risa.

— ¿Por qué? — Lexa se acerca un poco más a ella, muy interesada en su respuesta.

— Porque solo ocurrió una vez — da un tragó a su copa y la vuelve a llenar, intentando evitar la atenta y verdosa mirada de Lexa, que no le quita los ojos de encima.

— Técnicamente fueron unas cuantas más — levanta una ceja, sonriendo de lado. Ahí está de nuevo, la Lexa Woods seductora que disfruta poniendo nerviosa a las mujeres con sus gestos.

— Bueno, da igual. Fue un error Lexa. Un error que no se volverá a repetir nunca — da otro trago y deja la copa vacía sobre la mesa — Estoy con Bellamy y así seguirá siendo.

Lexa siente un pinchazo en su estómago. Por primera vez escuchar como una chica le llama error, duele. Lo ha oído muchas veces antes, cuando alguna de sus múltiples conquistas ha vuelto a su trabajo a decirle de todo. Pero esta vez es diferente. Esta vez duele como nunca antes.

— Así que te arrepientes — afirma rotundamente, sintiendo un pinchazo en su pecho — ¿Me estás diciendo que si pudieras no lo repetirías? — su mirada cambia. Esta vez no habla la Lexa seductora y Clarke se da cuenta.

— No... — miente — Creo que va siendo hora de irme. Es tarde y mañana trabajo — dice mirando su reloj de muñeca. Se levanta del sofá, notando en ese instante, que está más perjudicada por el alcohol de lo que creía, al darse cuenta del repentino mareo que la invade.

— Te...te acompañaré a la puerta— Lexa también se levanta y la sigue, pasándose nerviosamente una mano por el pelo. Sigue sin entender qué le pasa con esa chica y porqué es incapaz de dejar de meter la pata con ella.

Lexa adelanta a Clarke abriéndole la puerta de manera caballerosa.

— Buenas noches, Inspectora Griffin. Gracias por la pizza. Ha sido una agradable velada que espero se repita pronto — su encantadora sonrisa vuelve, y Clarke la mira sin tampoco entender qué le pasa con ella. Debe irse rápidamente antes de volver a cometer una locura. No está en las condiciones idóneas para seguir resistiéndose a la camarera.

— Buenas noches, Lexa.

Las dos se quedan mirándose a los ojos. Lexa acerca lentamente sus labios al rostro de la rubia, y deposita un suave beso en su mejilla sin ninguna otra intención que despedirse de ella. Clarke se muerde el labio al sentir los cálidos labios de Lexa contra su piel y de nuevo cierra los ojos sintiendo esa electricidad tan adictiva que la hace perderse. Definitivamente necesita salir corriendo de allí.

Clarke cruza el umbral y Lexa cierra lentamente la puerta tras ella. Cuando la cierra del todo, apoya su frente contra la madera y suspira fuertemente.

Clarke hace lo mismo desde el otro lado, intentando que esa fuerza incontrolable que la atrae hacia Lexa se disipe, y el recuerdo de sus labios y su cuerpo desaparezcan de su mente. Está bastante mareada por el alcohol y necesita calmarse antes de volver a emprender el camino hacia casa.

Lexa se va hacia su habitación sin sacarse a Clarke de la mente, con la única intención de ponerse cómoda y dormir, cuando tres golpes en la puerta de su apartamento llaman su atención, haciendo que su corazón se pare unos instantes. Vacila unos segundos antes de ir a abrir y decide hacerlo sin pensar más, deseando que sea ella quién esté detrás de esa puerta. Gira el pomo con la mano temblante y...

-----------------

¿Será Clarke?

No dejéis de comentar y de votar, cuantos más comentarios, antes actualizaré ;)

Continue Reading

You'll Also Like

66.1K 7.7K 58
Todo historia tiene dos partes... Normalmente la que solemos escuchar es la más concisa, relatada por los héroes que lucharon contra el mal y salvaro...
130K 5.9K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
216K 14.8K 86
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
33.6K 1.8K 36
Esta es la historia de Ly, una humilde chica que acaba de terminar sus estudios en un ciclo superior de animación sociocultural. Para obtener su títu...