Después de colgar, me despedí de las chicas y me dirigí junto a Cameron a la mesa donde Yasmina y Lucía habían cogido sitio.
Sobre la mesa ya estaba lo que nosotros habíamos pedido -cosa que me sorprendió bastante, me pensaba que tardarían más-.
- Madre mía, que agobio.- dice Lucía nada más juntarnos con ellas.
- Te acostumbras.- digo sonriendo.
- Y tanto.- dice Yasmina riendo- Tú deberías de ir a nuestro instituto para ver cómo las fans les esperan a la salida.
- ¿En serio?- la cara de Lucía era un poema.- No me lo creo.
- Pf, pues es la verdad.- le dice Cameron, comenzando a comerse su gofre con nata y chocolate.- Coño que bueno está esto,¿no?- dice con la boca llena. Se lame el labio.- Buah, la mala vida.
- Ojalá fuera como la fruta o la verdura.- dice Yasmina con la boca hecha agua.- Ya sabes, saludable.
- Chicos, lo que no mata engorda.- decimos Lucía y yo a la vez. Yasmina y Cameron se miran, y Lucía y yo también. Comenzamos a reír, y tras calmarnos, empezamos a merendar.
[...]
- ¡Jesús,o Dani!- la voz de mi madre hace que me sobresalte.- Venid aquí, me da igual uno que otro.- mi madre parecía apurada, o al menos eso es lo que transmitía por su tono de voz.
- Ya voy.- me pongo de pie de un salto, y corro a la cocina.
Cuando entro, veo la mesa llena de todo tipo de comida, ¡hay hasta nachos con guacamole! Recorro con la mirada la mesa, deteniéndome en cada plato hasta que levanto la vista para ver qué quiere mi madre.
- ¿Qué querías?- le pregunto y me mira.
- Necesito que vayas al supermercado a por gambas. Sí, se me han olvidado comprarlas.- se anticipa a decir.
- ¿Ahora? Mamá, son las siete.-
- ¿Y a qué hora quieres que vaya? ¿A las ocho?¿Cuando terminemos de cenar?- estaba nerviosa, porque para ella si no comemos gambas en Nochevieja, tendremos mala suerte el año siguiente.
- Está bien.- digo tras un suspiro- Dame dinero que vaya a comprarlo.- me muestra una amplia sonrisa y me coge de los mofletes, para a continuación,besuqueármelos.- Ay.- mueca de asco- Mamá, te he pedido dinero, no besos.
- Uy quillo, que desaborío eres...- dice paseando la cabeza, mientras se acerca a la encimera y voy su bolso del cual extrae su monedero.- Desde luego que, cada día te pareces más a tu padre.- dice entregándome un billete de veinte euros.
- ¿Sólo esto?- le pregunto con el ceño fruncido.
- Claro, ¿cuánto te crees que cuestan?- me pregunta.
- No sé, pero algo más de veinte euros, ¿no?- digo dudoso.
- ¡Qué son rojas, no doradas!- me dice dándome una colleja.- Anda y tira a por las gambas, que tengo que hacerlas para las nueve y media o diez.
- Vale vale.- digo saliendo de la cocina, encogiéndome de hombros para evitar recibir más collejas por su parte.
Me meto el billete dentro de la carcasa del móvil y este me lo guardo en el bolsillo trasero del pantalón.
Abro la puerta, no sin antes coger mis llaves a la casa por cualquier cosa, y salgo.
Menos mal que el supermercado queda a sólo unos siete u ocho minutos andando de casa.
Sobreviví,
tu nombre es una herida que ya curé, tus labios la mentira que al fin yo olvidé.
Empiezo a cantar una canción que estoy a medio hacer. Me gustaría introducirla en el tercer disco, aunque acabamos de sacar hace poco el segundo. No cortamos mucho, cada cosa a su tiempo.
Bueno, esta canción al principio la quería meter en el segundo disco, pero no me dio tiempo a terminarla para la fecha límite, así que ahora estoy retocándola y tal, preparándola para el tercero.
Llego al supermercado y está abarrotado de gente.
A la hora de pagar en la caja, tengo la suerte de que delante mía hay un señor de seseta y pocos que, me ofrece su turno.
- Gracias.- le sonrío amablemente.
- No se dan muchacho.- me dice sonriendo.- Feliz Nochevieja.
- Igualmente.- dejo la bandeja sobre la cinta de la caja, y le doy un apretón de manos, y le dedico una amable sonrisa.
Pago, me despido del amable señor y salgo del supermercado.
El camino de regreso a casa, a me hace mucho más corto debido a que me apresuro a llegar antes de las ocho.
- Y aquí tiene su pedido.- digo entrando a la cocina, con la bandeja de gambas cubierta con una bolsa de plástico.
- Muchas gracias cariño.- me da un beso en la frente.- Toma, por haber hecho la compra.- me da un euro.
- ¿Estás de coña?- digo alzando una ceja,mirando la moneda y a mi madre. Así continuamente.
Se queda un microsegundo en silencio que, parece ser una eternidad.
- Aw.- me mira con ojitos.- Que amable eres que, ni aceptas que te pague. ¡Ay que bonito que eres, que te como pichica mía!
Mi mueca de asco y horror, aparecen.
- En fin, será mejor que suba a vestirme.- digo girándome.
- ¡No te olvides ponerte algo de color rojo!- me dice.
- Los labios, no te jode.- me llevo la mano a la boca ante la expresión.- Perdón, perdón.- levanto los brazos cuan inocente.
- En serio, que no se te olvide poner aunque sea una pulsera roja.- apunta- Recuerda que para empezar el año con...
- ¡Déjate ya a la Esperanza Gracia!- exclamo.- Todos los años igual mamá, tranquila, que con comerme las doce uvas a tiempo tengo bastante.
Me doy una ducha rápida, y mientras la toalla me envuelve de la cintura para abajo, busco algo que ponerme.
La puerta se abre y aparece una Irene que, se ruboriza al instante.
- Oh Dios.- dice girando las ruedas para quedar de espaldas a mi.- Lo siento, sólo venía a decirte que estamos esperándote.
Unos segundos de silencio irrumpen en la habitación. Decido romper el silencio, pero no con palabras.
Comienzo a andar dirección a la silla de Irene en la cual se encuentra ella tensa. Una vez a sus espaldas, le acaricio su suave pelo.
- ¿Te acuerdas de cuando te peinaba?- silencio- ¿Te acuerdas cuando te hice un masaje?- paso mis manos por sus hombros al descubierto.- Sobre todo,¿recuerdas cuando te susurraba cosas bonitas al oído?- le susurro al oído,y moto como su piel se eriza.- Pero lo más importante,¿recuerdas todas las veces que te he dicho que pase lo que pase te seguiré eligiendo a ti?
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Espero que os guste❤
¿Qué tal el cole/insti/Universidad?
A mi de momento muy bien ^^
¿Qué asignatura os gusta más? A mi Ed.Física.
¿Y la que menos? A mi mates😅