⏩Capítulo 62⏪

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- ¡Pleno!- exclamo al derribar todos los bolos. Esta partida la iba ganando yo.- Supera eso,cariño.- le guiño el ojo a Dani, el cual buscaba la bola perfecta para él.- Si busca busca, haber si encuentras un milagro.

- Cállate.- me dice cogiendo una bola marrón e introduciendo los dedos en los agujeros. Por favor, que nadie piense mal ante ese comentario, ¿vale? Genial.- Aprende de un profesional, princesa.- me guiña el ojo Dani mientras avanza para tirar la bola.Lo hace pero el resultado no es el esperado.

Mi risa comienza a resonar por toda la bolera y veo como la cara de Dani está roja de la vergüenza. Su mirada se encuentra con la mía y comienzo a toser debido a las carcajadas que no cesaban.

- Ay Dani, ¿y eso es lo que tengo que aprender?- digo cuando estoy calmada.- Cariño, el juego consiste en derribar los bolos, no las sillas.

- Será mejor que tires ya, cuanto antes terminemos la partida,antes nos vamos.- dice dirigiéndose a las sillas que había derribado detrás nuestra. Un hombre se le acercó a Dani con la bola que había lanzado anteriormente.

- Será mejor que apuntes mejor, muchacho.- le dice el hombre cuando se la da.

- Ha sido un desvío, nada más.- dice Dani, y aguanto la risa.

- Ya, bueno, podrías haber matado a ese pobre perro de no ser de los reflejos que tiene el animal.-

- Gracias.- dice Dani cortando el tema.- Por la bola digo, no por sus ánimos.- y dicho esto, viene hasta dónde estoy yo.- ¿Y tú qué miras?

- Nada nada.- carraspeo la voz.- Sólo estaba apuntando.Apuntando bien.- a pesar de que no lo veía ya que yo miraba a los bolos que se encontraban a metros de mi, noté cómo me amenazaba con la mirada.Noté cómo deseaba que fallara este tiro, pero no lo fallé.- ¡Otro pleno!- salto de alegría y lo miro. Me muerdo la lengua para contener las ganas de reírme de nuevo ante su expresión.- ¿Algo que decir,Oviedo?

- Tongo.- dice.- Nada más.

[...]

Al llegar al comedor del internado, todas las miradas se centraron en mi -como de costumbre- pero esta vez me miraban forma distinta -tampoco digo que sea de forma agradable-. Supuse que era debido a verme acompañada de Óscar, uno de los chicos más populares del internado.

- Vamos a la cola,anda.- me dice, al ver que estaba analizando las miradas de los presentes.- Toma la bandeja.- bajo la mirada a la bandeja y la desvío después a Óscar.- De nada.- sonríe.

Una vez que tenemos las bandejas bien llenas,nos vamos al lado donde se encontraban todas las mesas. Localicé la mía libre al final del comedor y le lancé una mirada a Óscar, al ver la mesa de sus amigos.

- Que aproveche.- le digo y me voy de su lado para dirigirme a mi mesa.

Cuando llego a esta, dejo la bandeja sobre la mesa y me siento en la silla que hacía que le diera la espalda a todos. Subo la mirada al frente, donde veía a Óscar sonriéndome sentándose en la silla libre frente a mi.

- ¿Qué haces aquí?- le pregunto.

- Pues te recuerdo que hemos venido a cenar.- me dice, sin quitar esa blanca sonrisa de su rostro.

- Ya, pero esta no es tu mesa.- le digo.

- Que borde eres, ¿no?- me suelta.- Pensaba que éramos amigos.

- Lo siento, no pretendía serlo.- me disculpo.- Es solo que me resulta raro que no te sientes con tus amigos, como siempre.

- Estoy sentado con mi amiga.- me mira.

- ¿En serio quieres ser mi amigo?¿Con lo mal que te he tratado?- comienzo a cenar.

- Pues sí, quiero ser tu amigo.- dice con los alrededores de la boca manchados de tomate. Eso hace que sonría.

- Vete anda.-le digo y me mira alzando ambas cejas- No quiero que pierdas tu popularidad por mi culpa.

Veo como coge su servilleta y se limpia la boca la cual estaba manchada de tomate. Una vez limpia, coge su vaso y le pega un trago al agua. Me observa detenidamente y eso hace que me intimide.

- Irene.- dice al fin.

- ¿Qué?-

- Tú vales más la pena que ellos.

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Ohhh que monooo es, ¿no?

Y me terminaste odiando #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora