⏩Capítulo 88⏪

1.2K 84 26
                                    


  Después de colgar, me despedí de las chicas y me dirigí junto a Cameron a la mesa donde Yasmina y Lucía habían cogido sitio.

  Sobre la mesa ya estaba lo que nosotros habíamos pedido -cosa que me sorprendió bastante, me pensaba que tardarían más-.

    - Madre mía, que agobio.- dice Lucía nada más juntarnos con ellas.

    - Te acostumbras.- digo sonriendo.

    - Y tanto.- dice Yasmina riendo- Tú deberías de ir a nuestro instituto para ver cómo las fans les esperan a la salida.

    - ¿En serio?- la cara de Lucía era un poema.- No me lo creo.

    - Pf, pues es la verdad.- le dice Cameron, comenzando a comerse su gofre con nata y chocolate.- Coño que bueno está esto,¿no?- dice con la boca llena. Se lame el labio.- Buah, la mala vida.

    - Ojalá fuera como la fruta o la verdura.- dice Yasmina con la boca hecha agua.- Ya sabes, saludable.

    - Chicos, lo que no mata engorda.- decimos Lucía y yo a la vez. Yasmina y Cameron se miran, y Lucía y yo también. Comenzamos a reír, y tras calmarnos, empezamos a merendar.

[...]

    - ¡Jesús,o Dani!- la voz de mi madre hace que me sobresalte.- Venid aquí, me da igual uno que otro.- mi madre parecía apurada, o al menos eso es lo que transmitía por su tono de voz.

    - Ya voy.- me pongo de pie de un salto, y corro a la cocina.

  Cuando entro, veo la mesa llena de todo tipo de comida, ¡hay hasta nachos con guacamole! Recorro con la mirada la mesa, deteniéndome en cada plato hasta que levanto la vista para ver qué quiere mi madre.

    - ¿Qué querías?- le pregunto y me mira.

    - Necesito que vayas al supermercado a por gambas. Sí, se me han olvidado comprarlas.- se anticipa a decir.

    - ¿Ahora? Mamá, son las siete.-

    - ¿Y a qué hora quieres que vaya? ¿A las ocho?¿Cuando terminemos de cenar?- estaba nerviosa, porque para ella si no comemos gambas en Nochevieja, tendremos mala suerte el año siguiente.

    - Está bien.- digo tras un suspiro- Dame dinero que vaya a comprarlo.- me muestra una amplia sonrisa y me coge de los mofletes, para a continuación,besuqueármelos.- Ay.- mueca de asco- Mamá, te he pedido dinero, no besos.

    - Uy quillo, que desaborío eres...- dice paseando la cabeza, mientras se acerca a la encimera y voy su bolso del cual extrae su monedero.- Desde luego que, cada día te pareces más a tu padre.- dice entregándome un billete de veinte euros.

    - ¿Sólo esto?- le pregunto con el ceño fruncido.

    - Claro, ¿cuánto te crees que cuestan?- me pregunta.

    - No sé, pero algo más de veinte euros, ¿no?- digo dudoso.

   - ¡Qué son rojas, no doradas!- me dice dándome una colleja.- Anda y tira a por las gambas, que tengo que hacerlas para las nueve y media o diez.

    - Vale vale.- digo saliendo de la cocina, encogiéndome de hombros para evitar recibir más collejas por su parte.

Y me terminaste odiando #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora