En el capítulo anterior:
{ —Ashley... —Ashton trató de acercarse, pero me corrí.
—Nunca más me vuelvan a hablar. ¿Creen poder evitarme? Porque antes hacían ese trabajo muy bien.
Mis ojos se terminaron por cristalizar, los Delta me miraron tristes, me giré, Asher me corrió de ellos mirándolos con asco y nos fuimos corriendo hacia el auto.}
---
Capítulo treinta y cinco
"Sabes que no sigo las reglas".
El viaje en el auto fue en silencio. Mis lágrimas me estaban consumiendo y los Alpha seguían sorprendidos y enojados.
Chad apretaba los puños y Aaron la mandíbula.
—Llegamos... —avisó Derek frenando la camioneta frente a la residencia.
Jordan me miró y me tomó de la mano.
—Ash...
Me bajé con rapidez de la camioneta zafándome de su agarre, saqué las llaves de la entrada, las deposité en la cerradura y entré rápidamente.
Corrí hacia las escaleras, con las lágrimas ya en mis mejillas, las subí con agilidad sintiendo como cerraban la puerta de la casa, me dirigí a mi habitación, la abrí y me tiré en la cama.
La almohada aminoraba las lágrimas, sollozos y gritos que daba.
"Que bueno que nos reemplazaste..."
"Es lo que mejor sabes hacer."
Golpeé la almohada.
—¡Estúpido! —volví a pegarle y grité—. ¡Zorra!
Me paré de la cama y me acerqué a la mesa de luz, tomé el velador y lo revoleé hacia el otro lado de la habitación.
Posé mis manos en la boca, sorprendida por semejante acto.
Sonreí macabra. Y tomé el vidrio del portarretratos del cual los Delta y yo estábamos en aquella foto, con mis manos.
—¡Los odio! —grité y tiré el vidrio con fuerza.
El pequeño borde de éste rozó la palma de mi mano entera, solté un grito y la miré, una gran cortadura se extendía desde comienzos del lado izquierdo, del dedo índice hasta la diagonal inferior.
Y cuando estuvo a punto de caer rozó mi pierna.
—¿Ashley? —la voz de Asher resonó la habitación.
Levanté mi vista encontrándome con su mirada sorprendida mientras veía todo el cuarto.
—¿Qué hicist...? —no siguió hablando ya que se acercó hacia a mí, alarmado.
Tomó mi mano izquierda y miró la cortadura. Me observó asustado la pierna y me dirigió hacia su cuarto. Abrió la puerta rápidamente, sujetó mi brazo sin presión alguna y me adentró hacia el baño.
—Dios, Smith, ¿qué hiciste ahora? —preguntó.
Se posó detrás de mí, me hizo extender las manos y abrió la canilla, automáticamente, el agua corrió tocando cada célula de la mano.
Chillé y la quité del lavado.
—No, Ashley, pon la mano en el agua —ordenó demandante, mientras tomaba mi mano y la metía en el agua, otra vez.
Volví a chillar, mis ojos se cristalizaron aún más.
—Sé que te duele, pero es por tu bien...
Tomó el jabón y lo esparció por la cortadura, me mordí el dedo índice de la mano derecha conteniendo el dolor.
Volvió a dejar correr el agua y terminó por desinfectarla para cerrar la canilla y envolver mi mano en la toalla, secándola.
Me obligó a meter la pierna en la ducha y dejó esparcir el agua en la cortadura. Procedió con el jabón, desinfectándola y me la envolvió con otra toalla. Cerró la canilla y me senté en el borde de la ducha.
—Mierda, nena, ¿qué te hiciste? ¿por qué? —cuestionó mirándome preocupado.
Miré hacia otro lado mientras me mordía el labio inferior, esta vez, conteniendo las lágrimas.
Levantó mi mentón, obligándome a mirarlo.
—¿Por qué? —negó triste.
Y sin más, las lágrimas terminaron por apuñalarme para desprenderlas y llorar a mares.
Asher suspiró abrumado y me abrazó lentamente.
—Llorar no lo vale, ¿sabes?
Asentí sin dejar de llorar.
—Sé que es una manera de descargarse... pero aprendí algo que una vez alguien me dijo: No vale llorar por gente a la que no le importas. Sé que estás así por el idiota de Ashton... pero quiero que sepas que si él no te supo valorar ni cuidar simplemente... no lo vale. No llores por gente que no merece tus lágrimas... —se separó levemente de mí y me las quitó—, porque, sinceramente, Ashton Brown no merece más que una piña en la cara.
Le sonreí levemente.
—Así estás más linda... —me sonrió y se separó completamente de mí.
Apretó más el agarre de la toalla en la mano y me la quitó, la posó en el lavado, siguió con la pierna y me miró, frotándola retirando la sangre que caía lentamente, dejó la toalla junto a la otra y me tomó la mano ilesa, arrastrándome hacia su cama.
Di pequeños saltos hasta llegar a ella, tomando mi zapatilla del suelo.
—Siéntate, ya vuelvo...
Obedecí, me senté en la cama y se retiró nuevamente hacia el baño.
El colchón era suave y agradable, de un color blanco con negro y ha de decir que era muy cómodo; se estaba hundiendo por mi peso. Temí que la sangre se esparciera.
—Sabes, estaba pensando... —volvió a aparecer Asher con una caja—, y tengo que afirmar que me preocupa este tipo de ataques de rabia y violencia...
Sonreí negando, se sentó a mi lado y posó la caja en el suelo, la abrió dejando ver miles y miles de productos, lo miré sorprendida.
—Son medicamentos y esas cosas, no pienses que trato de doparte o drogarte...
Tomó un pote de algo y lo leyó por unos segundos.
—Sí, es esta... dame tu mano —la extendí y vertió el producto en ella.
Activé mi cara de dolor.
—Soportaste muchas cosas en tu vida, aguántate el dolor...
Asentí. Agarró un par de vendas y rodeó mi mano con ella.
Luego, siguió con mi pierna, aplicó el mismo producto y tomó la venda, lentamente fue rodeándola.
—Listo... —me sonrió.
—Gracias... —le dediqué la mejor sonrisa.
—De nada —se paró de la cama y me extendió la mano—, ¿puedes caminar?
Acepté su mano y me paré de la cama, bruscamente. Así como me levanté, me caí otra vez en ella.
Asher rió y lo miré mal. Negó y extendió su otra mano.
—Venga, te ayudo.
Volví a aceptarlo y con su ayuda, me levanté de la cama.
—¿Dónde están los chicos? —pregunté.
—En la cocina. Mike ordenó que no te molestáramos, aunque bueno... —asintió obvio y se tocó la nuca, nervioso—, sabes que no sigo las reglas.
Reí levemente y con su ayuda, luego de veinte años, llegamos a la puerta.
Solté un suspiro de dolor.
—La próxima si quieres golpearle a alguien... probá golpearle a la almohada pensando que es la cara de Ashton o también, te permito y acompaño, vamos a Stanford y se la rompes de una...
Una carcajada salió de mis labios.
—¿Sabías que podíamos haber empezado así desde el principio, no? —pregunté y asintió.
—Lo sé... pero era mejor tarde que nunca.
---
MARATÓN-TÓN-TÓN 6/indef.
Me leí más de 1.04k de comentarios del capítulo anterior, no me esperaba tantos comentarios😅😅
Tengo un problemita que no sé si dejar el usuario de Instagram como(si comentan en la palabra, me re ayudarían):
@baddieroyals
@delfilovee
De todas formas, me pueden buscar de las dos y les voy a saltar.
Ojalá que les guste como irá la novela, si tienen dudas comenten y si tienen ideas, háganmelo saber por comentarios❤❤
Besos;
~Delfi❤
💜💙💚💛💟❤