Mi Telequinesis © [En Edición]

Par danissanne

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Tras los conflictos de una familia rota se encuentra Emily, una chica de dieciocho años con un ligero Don, a... Plus

Mi Telequinesis ©
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26 - Extra ♥
Capítulo 27
Capítulo 28
Información
Capítulo 29 - Extra ♥
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32 - Extra ♥
Capítulo 33 - Extra ♥
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 - Extra ♥
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Agradecimientos y Datos Curiosos
Información
Capítulo Extra - 51
Noticias Nuevas

Capítulo 45

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Par danissanne

No he vuelto a hablar con Colton. 

Me he quedado afuera, mientras Thomas, Vicky, Michael y Jacob andan por ahí, en algún lugar. 

Fue un golpe bajo, no lo veía venir, yo pensé que desde ahora todo iba a estar bien, que las cosas seguirían su curso normal. Me doy cuenta que mi vida no es normal.

Debo apegarme al plan inicial, irme con mi hermano, tener una vida, seguir adelante y no mirar hacia atrás, eso es lo que siempre he tenido que hacer.

Vicky y Thomas llegan al rato, Thomas me pregunta sobre mis ojos rojos, pero le digo que una basura me entro a ellos. Vicky me toma del brazo antes que pueda protestar y me lleva a un parque cerca del departamento para que nadie nos escuche.

Caminamos en silencio, mientras las estrellas comienzan a aparecer entre las nubes de una noche fría.

—Me costó curar a Colton —dice alzando la voz —tuve que transferirle sangre —se levanta su camisa hasta el codo y veo un pequeño parche —suerte que eramos compatibles.

— ¿Fue muy grave?

—Por poco pensé que moriría.

Trago el nudo en la garganta.

—Debes saber que Colton aparenta estar bien, pero siente mucho dolor, le he estado dando calmantes, pero no duraran para siempre, si no va a un hospital tendrá mucho dolor en los siguientes días.

— ¿Cuanto tardara en cicatrizar? —me cruzo de brazos.

—Uno o dos meses. Las cicatrizaciones de una operación son lentas.

Me muerdo el labio, eso significa que aún su vida peligra.

—Además tenía una costilla rota, y varios golpes. Fue un verdadero milagro salvar le la vida, debes tenerlo en cuenta.

Asiento. Por poco no sobrevive, siento ganas de llorar.

La chica me detiene a medio camino —No sé quién eres, ni que eres de él, pero quiero advertirte que su vida ahora depende de su lucha por querer vivir.

Le miro confundida — ¿A qué te refieres?

—Me refiero a que la persona que este a su lado deberá cuidarlo y acompañarlo en cada momento. No sé qué fue lo que le paso a tu amigo, pero puedo ver que tiene una carga emocional muy grande, cuando estaba en proceso de operarlo, el chico deliraba mucho, pronunciaba una y otra vez tu nombre, no sé si es porque eres muy importante para él o lo contrario.

Trago saliva. ¿Mi nombre?

—Lo que les haya pasado a ustedes dos no es de mi incumbencia, pero... —me mira —los problemas no llegan a uno, uno se los busca, el problema que hayan tenido volverá a ustedes si no lo quitan de raíz, la persona que le disparo es probable que crea que esta muerto, si lo vuelven a herir, el ya no correrá la misma suerte.

— ¿Quieres decir que no estamos seguros aquí en Seattle?

—Quiero decir qué si eres tú la que lo va acompañar desde ahora, tendrás que pelear sus peleas, porque él no podrá hacerlo.

Colton me dejo claro que no me quiere a su lado y ahora yo me tengo que quedar junto a él por obligación. Mi única responsabilidad siempre ha sido Michael y ahora lo es Colton. ¡Qué desastre!

—Sé que tienes miedo y que esta situación te debe tener aterrada.

—No es solo eso.

Una parte de mi si lo tiene, pero la otra no.

— ¿Entonces porque pones esa cara? —frunce el ceño.

—Este no es el único problema que tenemos —Cassey y Jota aún siguen vivos, de eso estoy segura —aún estoy siendo buscada por la policía y si saben que él está involucrado conmigo, caerá. Además, del lugar donde escapamos aun nos siguen los pasos. Probablemente nos están pisando los talones en este momento.

—Thomas me ha dicho que se ira a Canadá, ya no quiere estar en esta ciudad, le ha traído muchos problemas, si fuera tu haría lo mismo. Esta ciudad es la causante de tus problemas, deberías irte.

—Eso se llama huir.

Se encoge de hombros.

— ¿Tienes otra opción? Si tienes tantos problemas como dices, lo mejor será que te marches y no vuelvas. Thomas te puede ayudar a cruzar la frontera, seguro que no pondrá problemas, además —exhala —tienes un hermano pequeño y no estarás a salvo aquí junto a él.

Corre un aire frío que me arremolina el cabello, la luz de los faroles del parque alumbran casi nada nuestro camino.

—No sé qué decisión tomar.

—Yo creo que si la sabes.

Quizás Vicky tiene razón. Esta ciudad ya no es segura, si me quedo arrastrare más problemas conmigo y con Michael, pero si me largo tendré que comenzar de cero en otra ciudad desconocida.

Volvemos en silencio al departamento, pero antes de llegar Vicky me detiene.

—Quiero hacerte una pregunta.

—Claro.

— ¿Por qué ambos chicos, Colton y Thomas parecen protegerte tanto?

— ¿Protegerme?

—Esa es la impresión que me da, como si ambos fueran la tierra y tu fueras su sol, giran a tu alrededor.

—No creo que se así. 

— ¿No te has dado cuenta? —levanta una ceja —ambos siempre parecen estar pendientes de ti, tienes bastante suerte Emily.

—Ellos no giran a mi alrededor, es todo lo opuesto.

—No hay peor ciego que el que no quiere ver —niega con la cabeza y vuelve al departamento.

La observo hasta que desaparece ¿a qué se habrá referido con ese comentario?

Cuando llego, Jacob, Michael y Thomas están afuera, en el pasillo que da hacia el exterior, donde se cuela un viento frío, están sentados en el suelo y frente a ellos tienen un pequeño barril de metal donde han improvisado una fogata.

Vicky me informa que le cambiara las vendas a Colton y me pregunta si la quiero ayudar, pero le digo que no, no es buena idea estar cerca de Colton en estos momentos.

Me siento junto a Michael, a mi lado esta Thomas y al frente Jacob, todos me sonríen al verme, mi hermano me abraza y apoya su cabeza en mi hombro, le acaricio las mejillas. Junto a él me siento como en casa.

FUEGO

A los minutos vuelve a salir Vicky y me informa que le ha dado unos sedantes a Colton que lo harán dormir y le quitarán el dolor, asiento agradecida. Por lo menos alguien se está preocupando por él, ya que yo ya no puedo hacerlo.

Jacob ha prendido un cigarro y bota el humo haciendo círculos en el aire. 

Observo el fuego danzando con colores naranjos y amarillos. 

Meto mis manos a mi chaqueta y siento el arma que aun llevo escondida en mi pantalón.

—Emi ...—alza la voz Thomas.

Lo miro de reojo — ¿Qué pasa?

—Nunca te hice una pregunta que... —traga saliva —la verdad es que tuve miedo de hacerla.

Frunzo el ceño — ¿De qué hablas?

—Conocí tus dones cuando nos liberaste del reformatorio, pero...—hay duda en sus ojos —nunca supe de donde vienen exactamente esos dones.

Michael y yo lo quedamos mirando atentamente.

—Vienen de su mente —contesta rápidamente Michael por mí, mi pequeño hermano conoce casi todo sobre la telequinesis, siempre me dijo que lo que yo tengo es un don magnífico que a él le gustaría tener, pero no lo tiene y ahora sé por qué, porque no es hijo legítimo de mi difunto padre.

— ¿Así que de tu mente? —alza una ceja.

Jacob presta atención a nuestra conversación.

—Algo así —me encojo de hombros —se llama telequinesis, la tengo desde que era pequeña, puedo mover objetos como a mí se me plazcan solo ocupando mi mente.

— ¡Vaya! —exclama Thomas sorprendido — ¿Entonces lo que hiciste cuando escapamos fue con tu mente?

—Sí, eso lo hice porque estaba pensando justo en ese momento cual era la mejor opción para escapar, todo lo que paso lo cree en mi mente y se representó en la realidad.

Frunce el ceño — ¿Entonces quieres decir que todo lo que piensas se hace realidad?

—No funciona de esa manera, tengo que aplicarle más atención a lo que quiero para que suceda.

—Dame un ejemplo. 

—Supongamos que quiero que el cigarro que tiene Jacob ahora en los dedos caiga al suelo, puedo mirarlo justo como lo estoy haciendo, pero no le estoy aplicando la energía para que caiga de sus dedos, por lo que no todo lo que pienso se hace realidad, eso sería un lío tremendo.

— ¿Le debes aplicar energía?

—Ajá, tengo que pensar, querer y creer que se está cayendo de sus dedos y eso pasara, si no le aplico alguna de esas cosas no sucederá nada.

— ¿Eso quiere decir que debes concentrarte en cada intento?

—Sí y cuando le aplico mucha energía comienzan los terribles dolores de cabeza.

Veo como Michael hace una mueca, él ha estado conmigo en más de alguna ocasión en la que he tenido una de esas horribles jaquecas.

—Ahora entiendo —dice Thomas metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta —debes querer hacerlo para que realmente pase.

—Exacto, hay que desearlo.

— ¿Y eso lo puedes hacer con todas las cosas? ¿A todo lo que le apliques atención?

—No exactamente, a veces suele ser doloroso pues cansa mucho, sobre todo cuando muevo objetos que para nuestra mente es imposible mover. Pero en el caso que quisiera manipular los cuatro elementos la energía que tengo que prestarle es mucho mayor.

— ¿Cuatro elementos? ¿Te refieres a agua, tierra, fuego y aire?

Asiento —Sí, aquello que es intangible de manipular es lo mas difícil. Las cosas que hasta el momento he podido mover con la mente son cosas materiales, tangibles, en cambio sí quisiera ocupar cualquiera de esos elementos el nivel de concentración es altísimo, mucho más que el que ocupo normalmente.

— ¿Lo has intentado? —pregunta con curiosidad.

Al parecer me está haciendo todas las preguntas que se ha guardado desde el momento en que supo que podía hacer todo tipo de cosas con mi mente. Es normal que sienta dudas sobre todo esto, yo nunca se lo explique.

—Bastante, pero no es fácil, por lo menos no para mí.

—Podrías intentarlo —dice Jacob desde el otro lado de la fogata —tenemos fuego.

Miro la fogata con atención.

—No creo que sea buena idea.

— ¿Por qué no Bambi? —pregunta Thomas.

—Porque no es lo mismo ocupar el fuego que solo levantar o mover cosas, hablamos de algo más grande.

—Si no lo intentas no sabrás si sigue siendo tan difícil como dices.

Miro a Thomas con el ceño fruncido, ¿Hacer algo con fuego? ¿Ocupar uno de los elementos?

— ¿Me estas pidiendo una demostración? 

Thomas sonríe —La única vez que te vi en acción fue en el hospital y luego en el bosque, tengo curiosidad.

Sería mucho más fácil demostrarle mis dones haciendo que un objeto se moviera, pero ocupar el fuego es algo más difícil, ya me imagino cómo será la jaqueca. 

Observo el fuego revolotear por el viento. Sus llamas son naranjas y amarillas, casi del tono de un atardecer vivo.

Enfoco mi atención a las llamas danzantes, acerco mi mano sintiendo de a poco su calor, hasta que mi dedo se quema, lo retiro rápidamente. Trago saliva y boto el aire, me vuelvo a concentrar.

Puedo hacerlo, no creo que sea tan difícil ¿o sí?

Aplico mi atención y energía a él, como si ambos fuéramos lo mismo y estuviéramos hecho de lo mismo.

Acerco mi mano sin apartar mi vista de las llamas, mi mano comienza a sentir el calor. Me acerco hasta que estoy a punto de tocarlo, las llamas se abrazan a mi mano y escucho como Thomas y Jacob exclaman un sonido de asombro.

Las llamas de colores vividos me cubren la mano, pero no me queman, no siento dolor, no siento nada, solo energía danzando. Tomo el fuego, como si se convirtiera por un momento en algo tangible y danza en mi palma, se mueve de un lado a otro. 

—Es increíble —exclama Thomas —nunca había visto algo así en toda mi vida.

—No has visto nada aun —comenta mi hermano —Emily puede hacer muchas más cosas, sus dones son increíbles.

A Michael le gusta alardear. Me acerco nuevamente a las llamas y dejo el fuego en la fogata, retiro mi mano ya sin nada y me las sobo suavemente. 

Me toco la cabeza, me siento algo mareada, pero no es una jaqueca dolorosa como las que he tenido anteriormente por intentar algo así. ¿Por qué no me duele como antes?

— ¿Te gusto la demostración? —levanto una ceja.

—Es asombroso —dice con la boca abierta —no pensé que podías hacer ese tipo de cosas, es un don Bambi, realmente lo es.

—No es tan así —niego con la cabeza —me persiguieron por esta razón, en las manos equivocadas es un verdadero peligro.

—Pero no en las tuyas —comenta Jacob —eres diferente Emily, siempre lo supe.

—No puedo creer que me guste una chica que tenga ese tipo de dones —dice Thomas.

Sonrío tímida, sé que le gusto, pero no tiene para que decirlo delante de los demás.

—No es gran cosa.

— ¿Cómo qué no?, podrías hacer lo que quisieras.

—No es tan simple, hay reglas que por lo menos yo no he pasado a llevar.

— ¿Cómo cuáles? —pregunta Jacob.

—No hacerle daño al medio ambiente, no ocupar estos dones para el mal. No dañar a los animales. 

—Es una sabia regla.

—Supongo —me encojo de hombros.

—Aun así, sigue siendo increíble Bambi —dice Thomas —que tengas esos dones, que seas fuerte, que sepas utilizarlos.

—Todos pueden utilizarlos Thomas, todos lo tienen, solo hay que saber desarrollarlos.

—Suena fácil, pero no lo es —comenta Jacob.

—Lo es si lo crees.

Nos quedamos en silencio y luego la charla se reanuda nuevamente, Jacob nos cuenta algunas cosas que sucedieron en el reformatorio, son los pocos recuerdos agradables que tiene. Buenas experiencias –entre comillas.

Me río un rato y me olvido de los problemas, Michael está a mi lado y siento que su cabeza cae a mis brazos, tiene sueño.

Llamo a Vicky a la puerta y le pido si lo puedo cobijar dentro. Le hace una cama improvisada al lado del sillón de Colton, mi hermano se acuesta a dormir. Yo en cambio, junto a Jacob y Thomas nos quedamos afuera, a un lado de la fogata, Vicky nos tiende algunas mantas para taparnos y pretendemos pasar la noche a la intemperie.

— ¿Qué es lo que harás ahora? —me pregunta Jacob desde el otro lado.

Thomas se encuentra a mi lado y me tiene tomada de la cintura, según el para que no pase frío, pero estoy segura que la razón es otra.

—No lo sé, estuve hablando con Vicky y me aconsejo irme de Seattle junto con ustedes, pero...

Thomas me mira con curiosidad — ¿Pero...?

—No sé si es buena idea, además Colton tendría que venir conmigo —a pesar de que no sé si va a acceder —no lo dejare aquí solo, sigue herido y podrían capturarlo fácilmente si lo encuentran.

Thomas y Jacob parecen pensativos.

—Por mí no hay problema que Flash venga con nosotros —comenta Jacob.

Thomas parece pensarlo un poco más.

— ¿Crees que Colton acepte venir con nosotros? —me pregunta Thomas. 

Hoy me dijo cosas horribles, y no sé si quiera venir, menos conmigo. Pero no quiero dejarlo aquí, si lo atrapan perderé todo y no lo permitiré.

—Tendríamos que preguntárselo.

Jacob asiente —Yo creo que vendrá si tu vienes también.

Trago saliva, eso ya no es así, pero no pienso aclarárselo.

La decisión de marcharme de este lugar no es por mí, es por Michael, debo velar por su seguridad y aquí no estamos seguros.

Aun escucho las palabras de Colton en mi mente, me duelen. 

Me duermo apoyada en los brazos de Thomas, siento su respiración en mi cabello, sus latidos del corazón y sus manos acariciando mi cintura.

Siento frío a pesar de que estoy tapada con mantas. Me refugio en ellas y abro un ojo, la fogata está apagada y de ella solo sale humo. No hay sol en el amanecer, solo unas densas nubes cargadas de agua, no veo a Thomas, ni Jacob a mi lado.

Escucho un grito de enojo. Me levanto rápidamente. La puerta del departamento esta abierta.

 Thomas y Jacob están frente a Colton, quien está sentado en el sillón. Vicky y Michael se encuentran en la cocina tomando desayuno tranquilamente, como si la discusión que se produce en la sala no les afectara.

Todos me miran cuando me ven llegar. 

— ¿Qué está pasando? 

—Este idiota —dice Thomas apuntando a Colton —no quiere acceder.

Frunzo el ceño.

— ¡No pienso ir con ustedes Emily! —exclama Colton enojado, intentando ponerse de pie — ¡No cruzare la frontera!

—Hemos intentado persuadirlo —dice Jacob —pero no quiere acceder, a pesar de que le dijimos que tú también pretendes ir junto a nosotros.

— ¡Tienes que ir Flash! —exclama Thomas apuntándolo con un dedo de forma severa —¡Entiende que no podemos dejarte aquí, te atraparan en un segundo! Además, ¡mira como estas! ¡Estas herido, deja de ser tan idiota!

Colton gruñe — ¿Y qué te importa a ti como me encuentre? ¿Eh? ¿Acaso se te olvida cuanto tiempo fuimos rivales, Thomas?

—Eso es el jodido pasado Flash, entiende que si no vas te pondrás en peligro y Emily....

Thomas se queda en silencio. ¿Yo que?

—Emily se preocupará por ti —termina la frase entre dientes.

¿Por qué tengo que servir de señuelo para que Colton acceda a venir? Ese ya no es un pretexto para que el acceda.

Hay que intentar de otro modo, no dejare que se quede aquí, solo y sin ayuda.

Tomo a Thomas del brazo —déjamelo a mí.

Me pongo frente a Colton. A pesar de que intenta levantarse del sillón, su cuerpo parece no acceder.

—Vendrás con nosotros —digo seria —no me importa cuanta resistencia pongas, te llevare conmigo a la rastra.

—Emi...

—No me importa cuán lejos de mi quieres estar, solo estarás a mi lado durante el viaje y luego de eso te podrás ir y seguir tu vida sin mí, pero déjame llevarte hasta la frontera, no te dejare aquí solo y herido.

— ¿Y porque no? —pregunta de mala gana.

—Porque si te capturan —trago saliva, me duele confesar esto delante de los demás —vendré por ti y no quiero hacerlo, así que por favor déjame llevarte y luego te podrás marchar.

Colton me queda mirando, ya no se le ve enojado. 

—No dejaría que vinieras por mí y pusieras a tu hermano en peligro. 

—Entonces hazle caso a Thomas y Jacob y ven junto a nosotros. Sabes que aquí no estas a salvo.

— ¿Esto me lo estas pidiendo por ti o solo lo haces por mí?

—Ambas, ven con nosotros —me inclino hasta que estamos a la misma altura — ¿O acaso me harás rogarte?

Traga saliva y mueve las manos, nervioso, como si quisiera hacer algo con ellas. Mira de reojo a los dos chicos que están atrás de mí.

—Seré un peso para ustedes si intentan cruzar la frontera —responde como pretexto —tú lo has dicho Emi, sigo herido y dificultare su trayecto.

—Te damos facilidades y tú te las pasas por alto —dice Thomas pasando frustrado su manos por el cabello.

—Hablo enserio Thomas, soy un peso.

— ¿Y desde cuando te importa eso? ¿pretendes quedarte aquí acaso? ¿has evaluado los contra Flash? 

—Piénsalo —dice Jacob —si te llegan a encontrar del reformatorio te llevaran nuevamente ahí y tú sabes lo que les pasa a las personas que han intentado escapar en el pasado, te torturaran.

Colton parece pensarlo.

—Pero...

— ¡Ya deja de poner excusas! —exclamo enojada, me tiene harta, todos me observan —no me importa que quieras o no, vendrás igual o por las buenas o las malas, entiende de una vez que no te dejare en esa ciudad solo ¿entendiste? así que más vale que te vayas haciendo la idea.

—Emily —Colton me mira sorprendido —pero yo...

—Ya cállate. Iras y punto, está dicho. 

Thomas y Jacob me miran sorprendidos. 

No me iré de aquí sin él. Es por eso que Thomas y Jacob se tomaron tantas molestias en insistirle, saben que no me marchare de esta ciudad sin que Colton venga a mi lado.

Miro a Vicky y me guiña un ojo, al parecer llevaban mucho rato intentando convencerlo, esquivo el sillón y voy donde mi hermano. Le hago cariño en el cabello mientras come una tostada con mermelada.

— ¿Dormiste bien pequeño? —sonrío a Vicky en gracias por dejarlo dormir aquí adentro.

Este asiente —Vicky es...

—Come y luego habla —Michael sonríe, siempre hace lo mismo.

Traga ruidosamente.

—Te quería decir que Vicky me dejo ver sus figuras de acción.

Vicky le pega un pequeño y juguetón golpe con los nudillos —era un secreto entre tú y yo Michael.

—Perdón Vicky, pero a mi hermana no le oculto nada.

—Tranquila, que de mí nunca saldrá que tienes figuras de acción.

—Eran de mi primo —me explica —me las dio cuando se casó, y las deje en mi habitación, se las mostré esta mañana a tu hermano y lo dejé conservar algunas.

Michael saca de su bolsillo una figura pequeña de Spider-man, su figura de acción favorita.

—Gracias, por todo lo que has hecho por nosotros.

—No te preocupes, Thomas ya me pago —extiende una traviesa sonrisa por sus labios.

Frunzo el ceño, no me agrada como dice eso, pero se lo dejo pasar.

Vicky nos da desayuno y le vuelve a cambiar las vendas a Colton, me explica que se las cambia dos veces por día y le da calmantes tres veces entre las comidas. Asiento, tomando nota de toda esta información.

Jacob y Thomas se sientan a hablar con Michael, mientras Colton toma una siesta que le proporcionan los calmantes.

Le pido a Vicky si me deja usar la ducha, y esta me enseña el baño y su habitación. Es bastante bonita, a pesar de que está cubierta con libros de medicina.

¿Saben lo que es no poder ducharte en semanas? ¡Esto es el cielo!

El agua caliente cae sobre mi espalda y mi cabello, me lo desenredo con los dedos y lo froto para quitar toda la suciedad de él. Cuando termino entro a la habitación y veo que Vicky me ha dejado ropa sobre su cama. Tiro toda la ropa que llevaba en el tacho de basura y me visto con la nueva ropa.

Pantalón verde militar, me queda algo grande y lo arreglo con un cinturón. También llevo una camisa con bordados en las mangas y en el cuello, y una chaqueta café. Me seco el cabello y me hago una cola, me miro al espejo, hace tiempo que no me veía tan presentable como ahora.

Camino hasta la sala y veo que las miradas de Thomas y Colton están sobre mí, ha despertado de su siesta. 

Miro mi atuendo, esperando no haberme saltado nada. No llevo brasier, pero ni se nota.

—Te ves bien —Colton es el primero en levantar la voz —no me quiero imaginar cómo te verías con vestido.

¿Acaso eso es un cumplido?

—Te verías preciosa —comenta Thomas.

Siento calor en mis mejillas.

—Ajá —asiento sin saber que decir. Voy donde mi hermano, quien está a un lado de Jacob jugando con su juguete de acción.

—Esos dos idiotas te comerán con la mirada si no dices algo —me susurra Jacob en el oído.

Levanto la mirada, es cierto, ambos me siguen observando, trago saliva ruidosamente y mis mejillas se encienden.

—Eh... ¿Y cuándo partiremos de aquí? —les pregunto intentando quitar su atención de mí.

—Cuando Flash haya sanado un poco más, según Vicky sus heridas siguen siendo profundas.

Miro a Colton — ¿Te encuentras mejor?

—Los calmantes me ayudan, pero sigo sintiendo ardor, aun así, ya puedo ponerme de pie.

—No es conveniente —dice Vicky —tus heridas están en proceso de sanar Colton, si llegaras hacer fuerza innecesaria se te abrirían y estaríamos en problema.

— ¿Qué tipo de problemas? —le pregunto.

—Se desangraría fácilmente —responde la chica —moriría en minutos.

Hago una mueca y los demás también.

—Es por eso que es mejor que permanezcas en ese sillón, por lo menos unos días más, hasta que el dolor se convierta solo en un cosquilleo.

— ¿Cuántos días más? —pregunta Thomas.

—Cuatro o cinco, o quizás más, depende de cómo vaya sanando su cuerpo, pero por ahora no puede levantarse y no lo hará —lo apunta con un dedo — ¿entendiste? No echaras a perder tu recuperación.

Colton asiente de mala gana.

Suelto un suspiro de preocupación.

— ¿Qué es lo que te preocupa Emi? —me pregunto Jacob, alzo mis ojos hacia él.

No pensé que fuera tan evidente.

—Estaba pensando en la Doctora Mónica. Hizo todos los intentos para capturarme y hacer que volviera al hospital, pero en todos estos días no se ha aparecido.

—Quizás ya se olvidó de ti.

—¿Por qué se esforzaría tanto al principio y ahora se da por vencida? No creo que ese sea su estilo —por lo menos eso no fue lo que me demostró dentro del hospital, fue muy persistente.

—No te preocupes —Thomas me toma una mano y me acaricia los nudillos con ternura, siento la mirada penetrante de Colton en nosotros —si ella viene por ti, ten seguro que te protegeré Bambi.

Retiro mi mano de las de Thomas. 

—No es que este preocupada por mí —miro a Michael, es él quien me preocupa. Sé que la Doctora estaría dispuesta a todo para capturarme y mi hermano es un blanco fácil.

—Debes estar tranquila, no dejaremos que nadie te haga daño, ni a él —Jacob le acaricia el cabello a mi hermano —te lo prometo.

—Muchas gracias, Jacob. Siempre has sido un buen amigo.

—Para mí también Emi, eres como mi cuñada.

Si hubiera estado bebiendo algo de seguro lo hubiera expulsado de mi boca por la impresión.

— ¿Tu qué?

Thomas y Jacob sueltan una carcajada.

—Mi cuñada —repite Jacob entre risas —A Thomas lo considero como mi hermano, por eso lo digo.

—Eh.... 

La mirada de Colton se torna seria. Esta conversación lo lastima, lo puedo notar.

—No vuelvas a decir eso, por favor Jacob —le susurro, le hago una seña para que mire a Colton, este asiente.

—Entiendo, lo siento, solo era un inofensivo chiste.

Thomas sigue sonriendo, y me mira coqueto como si la idea le encantara, le pego un empujón para que deje de reírse.

Las horas pasan, me entretengo con mi hermano, a todo lo que me pide asiento, no soy capaz de decirle que no a nada, sobre todo porque no lo había visto en meses. En cada oportunidad que tengo lo abrazo, como si se me fuera a ir de las manos, como si esto fuera una ilusión. Mi hermano está a salvo y a mi lado, ¿Qué más puedo pedir?

La noche llega, hace frío y han anunciado tormenta. Vicky nos deja dormir dentro del departamento, nos consigue mantas para cubrirnos. Michael duerme conmigo a un lado de Colton quién está en el sillón, Jacob y Thomas duermen cerca de la cocina y Vicky en su habitación. Abrazo a mi hermano y le acaricio el cabello hasta que se duerme.

Levanto mi mirada y me topo con los ojos de Colton. Ambos nos miramos en la oscuridad, sin decir nada, como si con solo mirarnos supiéramos todo de cada uno. Me encantan sus ojos, no son de un azul aburrido, si no de un azul encendido, como si pasaran estrellas fugaces por ellos. El me mira con la misma intensidad que yo, hasta que el sueño me comienza a vencer y me duermo.

Michael se ha movido y acaricia su juguete de acción con cariño, yo he despertado por un quejido. Colton se encuentra despierto y se mueve hacia todos lados.

Me levanto sin despertar a hermano.  

— ¿Estas bien?

Este tiene una mueca de dolor en el rostro.

Niega con la cabeza —Me arde la herida.

— ¿Vicky te dio los calmantes antes de dormir?

—No, me dijo que me los daría en la mañana —vuelve hacer otra mueca y se acaricia las vendas con dolor.

—La despertare.

—No —me detiene de una mano —estoy bien, enserio.

—No lo estas, veo tu rostro, te está doliendo, iré a despertarla —me zafo y voy la habitación de Vicky.

Esta se despierta asustada y le intento explicar lo de Colton, se levanta rápidamente en pijamas y va a la sala.

Colton sigue acostado y tiene la misma mueca, nos mira con los ojos entre cerrados.

—Quítale las vendas —me pide Vicky —quiero ver cómo sigue su cicatrización, yo iré por algo para desinfectar su herida, vuelvo enseguida.

Se dirige hacia otra habitación antes que proteste.

Me acerco a Colton y le miro nerviosa. El quita sus manos de su vendaje para que yo pueda quitárselo.

Me arrodillo, le saco las vendas lentamente, intento no mirarlo a los ojos, en cambio él no deja de mirarme en todo el proceso.

La cicatriz es del porte de mi mano y esta inflamada.

— ¿Está muy mal? —me pregunta entre dientes.

—Algo así.

—Me arde bastante —hace otra mueca.

—Estarás bien, Vicky te pondrá mejor.

Este me mira a los ojos —Tu eres la única que me pone mejor.

Vicky llega antes de que pueda responder y me hace a un lado, trae un botiquín lleno de vendas, parches, desinfectantes, entre otras cosas que no conozco. Saca un líquido de color azul y un algodón y le limpia la cicatriz.

Colton arruga la nariz y hace un puño con su mano, debe doler.

—Pensé que no necesitabas los calmantes —le dice Vicky —te veías bien en la tarde, creí que era mejor dártelos en la mañana, lo lamento.

—No te preocupes.

—Emily —me llama Vicky, me entrega algodón y el líquido —desinfecta su cicatriz suavemente, no la toques demasiado para que no le duela tanto, yo iré a buscar el calmante.

—Pero —sostengo lo que me entrego —pero yo...

—Tu puedes hacerlo, no es tan difícil, vuelvo enseguida.

Miro el líquido y luego miro a Colton.

—No creo que sea difícil —dice Colton para animarme — ¿O te da vergüenza?

Trago saliva, semejante cosa... claro que no me da vergüenza.

Mojo el algodón y me acerco a su cicatriz, mis ojos se van hacia arriba y veo su abdomen bien formado. ¡Santo cielos! Se nota que hacia abdominales dentro del reformatorio. Tiene un buen y fornido cuerpo que a cualquier chica derretiría.

Trago aire y comienzo a limpiar como me indico Vicky.

Veo como arruga la nariz y lo escucho quejarse. 

— ¿Lo estoy haciendo mal? —levanto la vista con una mueca.

—No, está bien.

—Ajá —sigo desinfectando.

Pensar que la bala que causo está herida no era exactamente para él, si yo hubiera estado junto a Colton ese día, probablemente esto me lo hubiera ganado yo.

Ese pensamiento me causa una sensación amarga, una lágrima se me escapa y me recorre la mejilla.

— ¿Por qué estas llorando?

Levanto la vista y me quito las lágrimas.

—No me gusta verte herido.

Suspira —No es nada Emi, ya estoy mejor, es solo que la cicatriz no ha sanado del todo.

—No me refiero a eso —trago el nudo en la garganta —me refiero a que esa bala en realidad era para mí, tu no deberías haberla recibido.

Me mira serio.

—No hubiera dejado que te lastimaran Emi.

Dejo el líquido y el algodón a un lado y apoyo mi cabeza en su pecho, este me mira sorprendido. Me reconforta el calor que emana su cuerpo.

— ¿Sabes? Yo no me arrepiento de haberte conocido —suelto el aire para no ahogarme con lágrimas —no podría, ¿Cómo podría arrepentirme de conocerte a ti? —levanto mi cabeza, su rostro está muy cerca del mío —si tú eres todo lo que yo alguna vez pude desear.

Colton traga saliva y no quita sus ojos de mí.

Me alejo y me seco las mejillas.

—No me importa si tu no me quieres a tu lado. Yo siempre voy a desear que estés en buenas manos, si yo no fui suficiente para ti, espero que otra persona lo sea, que te cuide y... —trago saliva —que este contigo en cada momento de tu vida. Yo siempre voy a desearte lo mejor, no importa donde estés, ni con quien.

Colton alza sus manos y me acaricia los labios. Le miro extrañada.

—No tienes idea de cuantas ganas de besarte tengo —se muerde su labio inferior —y nunca he podido hacerlo.

Abro los ojos sorprendida por su comentario. — ¿Qué te ha detenido?

—Miedo.

Frunzo el ceño — ¿Miedo a qué?

—A que me rechaces.

Trago saliva. ¿De verdad hubiera sido capaz de rechazarlo si él me hubiera besado? No rechace a Thomas cuando me beso, pero... Colton. 

— ¿Entonces por qué me dijiste todas esas cosas horrendas ayer? ¿Por qué siento que esas palabras no eran verdad?

—Si eran la verdad Emily.

Otras lágrimas salen y llegan hasta sus manos y mis labios. Me siguen causando dolor sus palabras.

— ¿Entonces porque me quieres besar si lo que dijiste ayer es verdad? No tiene sentido —pasa su índice por mi labio inferior —un día me odias y al otro día ya no.

—Emi, ahora mismo me encuentro entre una lucha.

— ¿Una lucha?

Asiente —Una lucha entre mi mente y lo que realmente siento.

— ¿Y qué es lo que realmente sientes Colton?

— ¿Por ti? —alza una ceja y luego sonríe — ¡Uff! No quieres saberlo.

—Sí, sí quiero —le insisto —quitame las dudas.

— ¿Estas segura? —sonríe de medio lado.

—Segura —asiento.

—Entonces acércate.

Le miro a los ojos dudando entre acercarme o no, termino por dejar la razón de lado y obedezco. Me detiene cuando mi rostro está a centímetros del suyo, vuelve a pasar sus dedos por mis labios, lo dejo hacerlo, su tacto hace que mi mente este en las nubes. Mi corazón late tan rápido que me parece que en algún momento me dará un infarto.

—No me rechaces —susurra —por favor no lo hagas.

—Jamás.

Va acercando sus labios a los míos, casi puedo sentirlos sobre mi boca, cuando la voz de Vicky nos hace separarnos.

—Aquí están, estúpidos calmantes, parece que les salen pies y huyen de mí.

Ambos estamos en silencio, mirándonos. Yo avergonzada y el con deseo.

— ¿Pasa algo? —intercala miradas entre los dos — ¿Estas bien Emily?

—Sí —asiento firmemente con la cabeza —yo... ya limpie la herida, ahora me iré a dormir.

Vicky frunce el ceño — ¿Segura que estas bien?

—Ajá —me recuesto al lado de mi hermano quien sigue durmiendo —buenas noches.

Siento mis manos temblorosas y me aferro a mi hermano para calmarme. Siento la piel tirante y llena de cosquilleo. Nunca me había sentido así, como si mi cuerpo fuera una llama viva y Colton fuera el que pudiera apagar esa llama.

Me muerdo el labio, yo también deseaba besarlo, no sabe cuánto.

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