My lovely Idiots |Magcon boys|

By expectingmendes

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Hayley Thompson, 16 años, una chica normal, es ridícula, graciosa, simpática, temperamental, algo bipolar, si... More

U N O.
D O S
T R E S
C U A T R O
C I N C O.
S E I S.
S I E T E.
O C H O.
N U E V E.
D I E Z.
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S E S E N T A Y C I N C O (parte 2)
S E S E N T A Y C I N C O
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SEGUNDA TEMPORADA.
UPDATE❤

C I N C U E N T A Y S I E T E

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By expectingmendes

«Hayley»

Intenté acostumbrar mis ojos a la penumbra en la que estaba sumergida la habitación, hasta que a mis espaldas un rayo atravesó el cielo, dejandome ver por dos miserables segundos los grandes ojos como océanos del individuo.

Ay no.

Ay sí.

Andaba sólo con unos pantalones de pijama que caían desde su cadera, dejando ver su plano y pálido abdomen.

Me escrutó con su mirada de témpano empezando desde la punta de los pies, lo que hizo que me sonrojara olímpicamente por el hecho de andar con la camiseta de Matt y por tener las piernas descubiertas.

Agradece que está oscuro.

Un rayo se hizo presente, iluminándonos.

Bueno, ya no tanto.

Cuando sus ojos llegaron a mi cabeza, nuestras miradas se conectaron, y nos quedamos así un largo tiempo en el que solo se escuchaban los truenos rugir y las olas golpear, ya que ninguno de los dos apartaba la mirada. Pero era un silencio cómodo, era, como si de alguna manera yo pertene...

Desperté abruptamente de la ensoñación con un trueno escandaloso.

–¿Qué estás haciendo aquí?–lo reprendí, susurrando.

–¿Eh?– me miró confundido.

–Dije...– me acerqué lentamente hacia el frente–... que qué mierda estás haciendo aquí– le susurré mirándolo.

Se removió incómodo en su lugar.

–Yo... E-escuché un ruido y... Y vine a...– bufó y me miró fijamente– Quería saber si estabas bien.

Quedé atónita. ¿Desde cuándo que Nash “Soyunidiota” Grier se preocupa de mí? Además me gritó un montón de cosas hirientes cuando estábamos en el campamento. Debe ser sólo un sueño, un feo y mal sueño…

Pellizqué mi brazo para despertar, pero lo único que conseguí fue dejarme la piel irritada.

—¿Pero qué haces?— me dijo alarmado.

Nota Mental:Para la próxima sé más discreta.

—Qué te importa— espeté de manera borde —El golpe que escuchaste fui yo abriendo la ventana, nada más— le dije con fingido desinterés y me acomodé el flequillo.Su expresión preocupada cambió a una enojada.

—¡¿Y por qué mierda se te ocurrió abrir la ventana a las…- sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón- …a las 3 de la mañana?!— exclamó.Bipolaridad nivel: Nash Grier.

—¿Podrías decirlo más fuerte?, es que Hong Kong me informa que no escuchó nada— susurré sarcástica.

—Y a ti con tu golpe te escucharon en Sidney, Señorita delicada. No entiendo como los demás no te escucharon— hizo énfasis con sus manos.

Touché.

Acto seguido Nash se acercó a la cama de Lilly y se lanzó de panza en ella.

—¿Qué mierda, Grier? ¡Fuera!— me acerqué rápido a pasos cortitos. Intenté jalarlo de un brazo para hacer que saliera de la cama, pero tengo la misma fuerza que una lechuga así que todo esfuerzo fue en vano.  Caí de trasero al mismo tiempo en que un trueno resonaba en la habitación, con un golpe que hizo que me retumbaran el cerebro y el alma.

Puta vida.

Las carcajadas de Grier resonaron por la habitación, y espero que no en la casa.

Con el dolor de mi alma me levanté y corrí a cerrar la puerta para evitar que el escándalo que teníamos lo escucharan los chicos.

—¿Acaso tú estás loco?– le recriminé, seguía riéndose. Se apretaba el estómago —Deja de meter tanto ruido.

—Creo que el trasero de Dora La Exploradora quedó aún más plano— soltó mientras se reía. Juro que en ese mismo momento estaba botando humo por las orejas y espuma por la boca.

No creo que sea posible que se aplane algo que no se tiene.

Solté un gruñido bestial desde lo profundo de mi garganta, acompañado de un trueno y un rayo que se hicieron presentes en el ambiente. Si no fuera por estos, estoy seguro que la escena que tenemos montada habría despertado hasta a los muertos.

No hallé nada más que levantarle el dedo corazón a Grier y pasárselo por su fea cara post-choque hasta que sacó su lengua y me lamió.

—¡Maldito puerco asqueroso!- me limpié el dedo restregándolo en todo lo que es su camiseta.

Pero si sólo lleva pantalones, anda sin camiseta.

Una especie de corriente magnética recorrió mi espina dorsal justo en el momento en que mi mano rozó todo su abdomen mientras los rayos rompían el cielo, y él me miró con ojos desorbitados y expectantes.





Puta, puta vida.

Qué mierda acaba de pasar.

—E-eh…— susurré. Caminé retrocediendo hasta chocar con la cama paralela a la que se encontraba N… digo Grier. Me senté con las rodillas tocando mi pecho, y Grier hizo lo mismo. Ambos totalmente serios, hundidos en un silencio sepulcral.

—Y-yo…— empezó mientras removía mi cabello de manera nerviosa —Perdón, Hayley.

¿Qué mierda le pasa?

—¿Estás bien, Grier?— le pregunté mirándolo preocupada.

—¿Por qué preguntas eso?- dijo intrigado.

—¿No es obvio?— dije mirando hacia la ventana, mientras de reojo vi como él negaba —Resulta que, repentinamente me estás tratando bien.

Relajó su expresión mientras soltaba el aire contenido y revolvía su cabello.

—Si quieres puedo seguir tratándote como antes, no tengo problema— alzó sus manos.

«Si sigues como antes, para mí será más fácil ignorarte y olvidarte»

–¿Y por qué te quieres disculpar exactamente?– le pregunté. Se rascó su cabello de camionero mientras se sentaba en posición india sobre la cama de Lilly.

–Por todo, creo– dijo vacilando y luego suspiro —Por hacerte llorar hoy y decirte drogadicta, sé que no lo eres, no lo dije en serio, es solo que...— dijo y luego negó —No tiene caso, que estés bien— dijo mientras se levantaba de la cama.

—¡No!— casi grité inconscientemente y el me miro extrañado —Digo... No, dime— dije algo mas calmada y él frunció el ceño, pero luego calmó sus expresiones —¿Qué ibas a decir?— le pregunte y el se volvió a sentar al borde de la cama.

—Nada, nada, solo que... fui muy inmaduro y que todo lo que dije, no era en serio— dijo algo arrepentido y sonreí un poco.

—¿Por qué?— le pregunté, y vi una expresión de confusión en su cara.

—¿Y por qué que?— preguntó y solté una risa desganada.

—¿Por qué dijiste esas cosas? No, no, a ver, la pregunta es ¿por qué me odias?— le dije, se sentó en la posición india, para volver al nerviosismo y luego negó.

—No tiene importancia— dijo suave yo asentí, y nos quedamos un rato en silencio hasta que el volvió a hablar —No te importa que yo... Eh ¿Duerma acá?— pregunto algo incómodo y fruncí mi ceño.

—¿Por qué dormirías acá?— le pregunté y el rodó sus ojos.

—¿Y así no quieres que te odien?— pregunto sarcástico, lo miré con el ceño fruncido algo molesta y el negó para si mismo —No, lo siento, es que... ignórame, lo siento— moviendo sus brazos y estiré mis piernas dejándolas de lado a lado en la cama —Cameron y Lilly están, ya sabes...— dijo alzado sus cejas e hice una mueca de asco, pues entendí a lo que se refería —Ay, no hagas como que te da asco, nadie aquí es completamente sano— me dijo y alcé mis hombros.

—No te lo niego— dije algo divertida y un rayo volvió a caer, haciendo que pegara un salto junto a un gritito. Nash me miró divertido y yo intenté recobrar mi dignidad ante su piadosa risita.

—¿Te dan miedo los rayos?— me preguntó y negué.

—Ese me tomó por sorpresa, ¿ya?— le dije excusándome y el asintió alzando sus cejas.

—Si, claro— dijo sarcástico y lo fulminé con la mirada. Le iba a decir algo, pero otro rayo cayó haciéndome otra vez saltar asustada —¿Ese también te tomó por sorpresa?— me preguntó y crucé mis brazos resignándome. Nash me miró unos segundos, pero no le correspondí la mirada —Hayley...— dijo y alcé mi cabeza.

—¿Nash?— le dije y él se rasco la nuca, para luego destapar la cama.

—Ven aquí— dijo no muy convencido mientras se metía a la cama y lo miré dudosa.

—¿Que dices? ¿Que me acueste contigo?— le dije sin el doble sentido, pero él no lo entendió tan así.

—No, no, no, o sea, si tu quieres no me niego, pero esa no era mi idea...— lo interrumpí con un almohadazo en su desnudo pecho.

—Me refería a dormir, solo dormir— le aclaré y él abrió su boca.

—Ah, yo también... Al principio— dijo mirando hacia otro lado y solté una risita casi inaudible —¿Vienes?— dijo introduciéndose a la cama y lo miré algo extrañada —No te voy a rogar Hayley, te estoy dando una oportunidad— dijo algo arrogante y fruncí mi ceño enojada.

Le iba decir algo pero otro rayo volvió a caer, y ese si que me hizo saltar. Sin pensarlo dos veces salí de mi cama y como una araña me recoste junto al cuerpo de Nash.

—No digas nada— le dije dándole la espalda, aunque moría por darme vuelta, y observarlo.

—No es que esto me enorgullezca— dijo obvio y puse mis ojos en blanco.

—¿No puedes esta ni un segundo sin decir pendejadas?— le pregunto volteándome a la vez incorporandome un poco y él me miró extrañado.

—¿Que pendejada dije ahora?— me pregunto y ride mis ojos.

—Ni is qui isti mi inirgirguillizci— dije haciéndole burla —No podías quedarte callado, no, tenías que abrir tu maldita boca— le dije algo molesta y él alzó una de sus cejas.

—Tu la abriste primero, yo solo respondo tonto a cosas tontas, como las que tu siempre dices. Y creeme, he cerrado mi boca muchas mas veces de las que podías contar, porque si hay alguien dice muchas pendejadas aquí, esa eres tu— dijo con su ceño fruncido y lo miré iracunda.

—¡Menos mal que cierras tu boca! – le susurré— grité –Como si todo lo que tu dices sea algo merecedor de un nobel...

—¿Vamos a empezar a pelear ahora? Yo vine a hacer las pases— dijo interrumpiéndome y me mordí el interior del labio.

—Tienes razón, lo siento— dije apoyando mi cabeza en la almohada de lado, lo miré unos segundos y luego fruncí mi ceño —¿Por qué viniste a hacer las pases?

—Aunque no lo creas los chicos al llegar acá me dieron el sermón de la vida, todos, incluyendo a Hayes— dijo y asentí algo... ¿decepcionada? No lo sé, pero pensé que diría algo como que de verdad no me odiaba —Y en parte... Una pequeña parte, quería saber si estabas bien, por lo de... Johnson— lo último lo dijo con un suave tono de voz, haciendo que una electricidad me recorriera la espina dorsal.

—¿Qué te dijeron acerca de lo que pasó con Johnson?— le pregunté, pues me interesaba saber lo que él pensaba.

—Bueno que te mandó a la mierda por una chica que conoció en una fiesta, ¿cómo se llama? ¿Michell?— dijo y suspiré algo herida para luego volver a voltearme dándole la espalda —¿Estás bien?— me preguntó y rodé mis ojos.

—Como si te importara— dije seca.

—Si te vas a comportar como una perra ahora, será mejor que te vayas de esta cama— dijo molesto y me volteé una vez mas a verle la cara para comenzar a reclamarle por lo que había dicho recién.

—¿Como una perra, Nash? ¿Quién te crees que eres para decirme como comportarme? Yo hago lo que quiero y eso a ti no te debería importar, además si no te das cuenta esta es mi habitación. Si a ti te molesta mi actitud de "perra", la puerta es bastante grande como para que puedas salir. Y para tu información Johnson no me mando a la mierda por otra chica, informate antes de...

Hablaba como perico, lo admito, pero eso no le daba el derecho de interrumpirle tomando mi cara y plantando sus labios contra los mios.

Al principio estaba muy confundida y lo único que quería era separarme, pero el ojiazul puso una de sus manos en mi espalda impidiendo que me alejara, insistiendo con el beso y profundizándolo más. Después de unos 10 segundos dejé de forcejear y le seguí el beso.

Su mano volvió a viajar a mi cara mientras que sus labios se movían con sutileza sobre los míos, dejándome más que claro que era él quien mandaba, y yo sólo me dejaba llevar al compás armonioso de sus suaves labios

«Okay, , me fui a la verga»

Nos separamos por la falta de aire, esa estúpida falta de aire.

Después de recuperar el aliento, me voltee a ver a Nash y pasé una de mis manos por mi cara.

—¿Qué mierda te sucede?— le pregunté Nash y él se apoyo en sus codos alzando su torso.

—Fue mi única solución para callarte, no tenía ganas de escucharte— dijo revolviendo su cabello.

—¿Besandome? De miles soluciones existentes tu elegiste la más complicada y jodida, besarme— le reclamé, él solo me miraba con el ceño un poco fruncido, pero no dijo nada —Eres un... Idiota Grier— dije intentando no soltar mas improperios a su persona.

—Ay, no hagas como que no te gustó, muy bien andabas escribiendo mi nombre en tus cuadernos, ¿o no?— me preguntó y abrí mis ojos como platos.

En este momento lo único que pido es que el oxígeno del ambiente se convierta en gas mostaza y me mate, pero ya.

¡Se enteró, mierda! ¡Se enteró!

—¿Quién mierda te dijo que...?

—Matthew no sabe guardar muchos secretos que digamos— respondió como si me leyera la mente.

Puto rubio culero.

—Independiente de eso, ¿ves lo inconsciente que eres? Acabo de terminar una "relación" con uno de tus amigos y lo único que tu haces llegar y besarme. ¿No pensaste a lo mejor que eso complicaría todo, Nash?— le dije enojada y él suspiró.

–Igual tuviste más acción conmigo en ese beso que en toda la “relación” que tuviste con Johnson– dijo haciendo comillas con sus dedos mientras le daba un codazo en toda su horrible panza.

–¡Eres un maldito imbécil– le grité en lo que un trueno resonaba en la instancia. Si no fuera porque suenan truenos cada cinco minutos, toda la casa estaría despierta.

—Está bien, lo siento, solo pensé que como tu gustabas de mí, darte un beso te subiría de ánimos— dijo, y esas palabras hicieron que mi cabeza explotara.

¿Este chico siquiera piensa lo que dice?

Lo mire muy molesta, probablemente estaba roja de la ira que contenía.

Sin decir mucho, me destapé y salí de la cama.

—¿Que te...?

—No, cállate Nash, vete a la mierda— dije enojada, tomé una manta, la almohada de mi cama y bajé las escaleras.

No pensaba compartir habitación con el, no pensaba si quiera volver a hablarle.

De todas las personas que conozco, después de Lilly y August, Nash es la persona que mas rápido me saca de mis casillas. Aún no entiendo cómo me pude fijar en reverendo imbécil.

Igual te gustaría ser Sra. De Reverendo Imbécil.

Al llegar al primer piso de la cabaña, me tire al sofá mas grande y coloqué la manta encima de mi cuerpo. Después de que Nash me dijera eso, venir a dormir al sofá parecía la mejor opción del mundo, pero el frío congelaba hasta mis huesos. Intente meter mis helados pies por debajo de los cojines, y solté un suspiro.

Otra vez una presión en mi pecho creció haciendo que mi respiración se volviera irregular, y mis ojos comenzaron a picar. Eso era señal de que lloraría, una vez más, me largaría a llorar, como el bebé que soy, que no hace nada mas que llorar.

Tapé mi cara con mis dos manos y solté el primer sollozo, seguido de varias lágrimas y mas sollozos.

No estaba llorando solo por lo que Nash me dijo, sino por todo lo que me ha pasado ultimamente.

Porque Johnson me mando a la mierda, Nash sabe que lo quiero y sigue siendo un puto conmigo, y sobretodo, estoy más sola que nunca, aunque esté rodeada de gente.

Mi ojos aguados comenzaron a cerrarse de a poco y mis sollozos se detuvieron, haciendo que cayera en profundo sueño en medio del llanto.

+++

¿Que les parece so subo algún capitulo o epílogo de alguna de mis novelas del nuevo proyecto que estoy haciendo? Estoy muy ansiosa a que vean lo que he hecho con este nuevo Proyecto Magcon.

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