Ya he dejado de tener esperanza alguna. Simplemente, me he rendido.
Harry hace lo que quiere todo el tiempo, y yo no puedo hacer nada contra él. Lo amo, lo amo demasiado, tanto que quiero pasar toda mi vida con él, sin importar nada más. Ahora tenemos a nuestros hijos, un lazo aún más fuerte para seguir adelante y permanecer juntos.
Han pasado cuatro semanas desde que tenemos a los gemelos en casa, ya han cumplido su primer mes de vida y estoy completamente encantada y enamorada de ellos, al igual que Harry. Es un gran padre, pero cada vez algo empeora.
Harry suele desesperarse cuando le pido ver a mis padres, o por lo menos llamarlos. Los gemelos ya tienen un mes de nacidos y nadie, absolutamente nadie a parte de Harry y de mi que lo sabemos, es como si estuviéramos solos, justo como Harry quiere.
Ahora me encontraba con Ally entre mis brazos tratando de dormirla. Evan se duerme mucho más rápido que ella cuando lo tengo en mis brazos, Ally está más acostumbrada a dormir entre los brazos de su padre y por eso tarda un poco más en dormir cuando yo lo intento. Aún así me encantaba tenerla conmigo, a cualquiera de los dos.
Miré a Ally, tenía sus ojitos cerrados y los dedos de las manos apretados en un puño, poco a poco fue perdiendo fuerza hasta que se durmió. Le besé la frente y la acosté en el lado de la cuna que le correspondía.
Los cubrí a ambos con una mantita y luego salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mi.
Me encaminé hacia la ventana y solo pude mirar un poco de césped y al final ese estúpido muro gris que bloqueaba toda la vista que antes se podía apreciar. Cerré los ojos con frustración y me di media vuelta alejándome de allí, ya no me apetecía salir, todo lo bloqueaba el muro que Harry había construido, lo odiaba, era de las peores ideas que había tenido.
Todas las ventanas tienen protecciones, hay alarmas contra incendio dentro de la casa, hay cámaras de seguridad en casi todos lados menos en la sala y Harry me monitorea todo el tiempo desde su móvil, puede verme a mi y a nuestros hijos cuando le plazca aunque esté en su trabajo. Y tenemos otro perro, es un pastor alemán, lo compró ya entrenado y con dos años de vida, está entrenado para proteger y es algo agresivo, con nosotros no pero ve cualquier cosa y quiere aventarse a matarlo. Es un perro especial que llevan los policías, pero Harry lo consiguió para cuidarnos. Se llama "Dante".
No se en qué momento dejé que toda nuestra relación se me fuera de las manos.
Me dejé caer sobre el sofá y cerré los ojos con fuerza esperando a que todo volviera a la normalidad, por lo menos unos segundos, como si fuera magia, como si pudiese regresar el tiempo y haberlo apreciado un poco más, haber sido más lista y menos ciega.
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Dejó caer el plato haciendo que se estrellara contra el suelo. De nuevo estaba molesto.
-¡Mierda que no Isabella!, ¡no vamos a ir a la puta ciudad por nada! -gritó con euforia.
Le había pedido salir con los gemelos para que escucharan algo distinto, respiraran en un ambiente diferente y sintieran otro tipo de sensaciones, pero Harry no quiso.
-No entiendo por qué eres así, te desesperas por todo y me gritas con groserías -exasperé mientras levantaba el plato roto del suelo.
Harry no dijo nada pero lo sentí pararse cerca de mi, y efectivamente estaba a un costado, pude ver de reojo sus botas café.
-Deja eso ahí -suspiró y lo ignoré.
Seguí levantando los pedazos rotos.
-¡Joder Bella, que dejes eso ahí! -gritó de nuevo y me tomó por los hombros haciendo que me pusiera de pie.
Aparté mi rostro de él mirando hacia un lado para evitarlo, estábamos demasiado cerca.
-Mírame -ordenó y negué. -Por favor Bella, mírame.
Su voz era dura y ronca, así que no quería hacerle caso, siempre era así. Hacía de las suyas con sus gritos y enojos, pero al final se arrepentía de cómo me trataba.
-No quiero hacerlo -musité, prefería irme a mi habitación.
Entonces me atrajo aún más cerca y me envolvió entre sus brazos. Me gustaba cuando me abrazaba de esa forma, pero en este momento sólo quería irme, dejar que se le pasara el enojo y olvidarnos de eso.
-No quiero que les pase nada, salir es un riesgo amor, tienes que entenderlo -susurró mientras me acariciaba el cabello. -Son todo lo que necesito y si los pierdo...no podremos seguir.
Y esa era una de las cosas que no entendía demasiado, y era cuando hablaba en plural.
-Es que no nos pasará nada Harry, nada. Tu exageras todo, siempre crees que algo malo va a pasar cuando todo está bien.
-Tú no lo entiendes -me soltó. -No valoras lo que hago por mantenerlos a salvo, ellos me repiten todo el tiempo que si dejo que se vayan no volverán y me abandonarán, y no quiero que me dejes.
Rodé los ojos y él apretó los puños.
-¡Mierda!, ¡ya sabes que odio que ruedes los ojos!
-¡Basta ya Styles!, ¡ya te dije que no me voy a ir a ningún lado con nuestros hijos!, ¡este es nuestro hogar y tú eres mi esposo, deja de pensar que me iré!
Sus ojos enfocaron los míos y algo me recorrió por completo en todo mi cuerpo. Sus ojos estaban tan oscuros que me era irreconocible la persona que estaba frente a mi.
Cerró su mano derecha en un puño y me fue inevitable enfocarme en ella. Sus venas resaltaban en su brazo y eso no me dio una buena señal, iba a golpearme, de eso estaba segura.
-Estoy harto de tus mismas quejas, todo el maldito tiempo estás con lo mismo -gruñó mientras se acercaba a mi. -"Quiero ir a ver a mis padres", "Harry déjame salir a la ciudad", "Hay que salir como antes, has cambiado" -comenzó a imitarme de manera burlesca mientras hacía comillas con sus dedos.
La sangre se me subió a la cabeza pero no dije nada, tan solo me dedicaba a mirarlo.
-¡A la mierda esas cosas!, ¡tú aceptaste casarte conmigo y por eso estás aquí, ya eres mía Isabella!, ¡sólo mía!
Gritó tan fuerte que el llanto de los gemelos no tardó en inundar nuestros oídos. No quería escucharlo más así que me di media vuelta lista para irme.
Tan sólo di un paso y su mano sobre mi brazo me detuvo. Estaba aplicando demasiada fuerza y me vi obligada a voltearlo a ver, lucía como un maldito loco. Mi corazón se aceleró temiendo lo peor.
-Nunca me des la espalda Isabella -habló con voz ronca y mi piel se puso de gallina. -¿Estás segura de que quieres salir?, ¿tanto te encanta estar afuera, no? -comenzó a hablar con un tono extraño causándome escalofríos.
-Harry estás...asustándome -titubeé intentando quitar su mano de mi brazo.
Me acercó bruscamente hacia su cuerpo. Su cara estaba a milímetros de la mía debido a que él estaba inclinado a mi baja altura. Aparté la mirada de sus ojos y giré mi cabeza de lado para evitar estar tan cerca.
-Harry basta, estás asustándome y los bebés están llorando -musité casi en lloriqueo.
Respiró en mi oído izquierdo y me sostuvo de la cintura.
-Lo siento Isabella, no quería hacerlo, pero ellos dicen que te mereces un castigo -susurró con voz débil, casi forzado.
Lo miré sin entender a qué se refería pero solo duró unos segundos antes de que estuviera sobre su hombro. Ya había dejado de tocar el suelo con mis pies, Harry me cargaba sobre su hombro derecho mientras se dirigía a la puerta.
-¡Para ya Harry! -grité aterrorizada. -¡Bájame ya!, ¡para por favor!
-Es por amor Isabella, quiero que entiendas eso -dijo y abrió la puerta.
No sabía exactamente qué era lo que iba a hacer conmigo, pero yo no paré de moverme para que me soltara, aunque a él no le hiciera ni el más mínimo efecto. Los bebés seguían llorando y sentía la necesidad de correr hacia ellos y largarme. Dante comenzó a ladrar pero parecía confundido al ver que éramos nosotros.
-Te vas a quedar hasta que aprendas y aceptes que soy la única persona con la que vas a vivir el resto de tu vida además de nuestros hijos -murmuró y me dejó en el suelo.
Lo empujé lejos de mi y apretó los labios antes de darse la vuelta.
-¡Estás loco! -le grité mientras secaba mis lágrimas.
-¡Por ti Isabella, por ti!
Vi que iba a cerrar la puerta y corrí hacia él, se apresuró y la cerró en mis narices.
-¡Harry!, ¿qué haces?, ¡abre la puerta! -grité mientras le daba golpes a la puerta.
Dante se posó a mi lado sin entender lo que ocurría.
-¡Harry abre ya!, ¡tengo que calmar a los gemelos!
No hubo respuesta de él.
Mi corazón comenzó a latir desbocado, me iba a dejar esta noche afuera, no podía ser verdad.
-¡Harry abre ya la maldita puerta, no estoy jugando!
Nada.
Me apresuré y corrí hacia la ventana de la habitación de los gemelos, tenía la cortina y bloqueaba mi vista, sin embargo mi mano pasaba por los barrotes y si bien recordaba no le había puesto seguro.
Los bebés seguían llorando y deslicé la ventana, el llanto paro por parte de ambos y recogí la cortina, Harry los tenía entre sus brazos mientras miraba hacia la ventana, hacia mi. Les dio un beso a cada uno y camino hasta llegar al frente mi.
-Harry abre ya la puerta y déjame entrar, por favor, déjame entrar -pedí o más bien supliqué, pero él sólo negó.
-Es por tu bien, te amo Isabella -dijo antes de darse la vuelta y acostar a los gemelos.
-Harry, Harry por favor no me hagas esto -susurré en súplica.
Harry llevó su dedo índice a su boca en forma de silencio, diciéndome que me callara. Cerré los ojos y respiré hondo. Los abrí y Harry estaba demasiado cerca de la ventana, me fue inevitable sorprenderme.
-Toma, espero no te de frío, y buenas noches amor, recuerda que es porque te amo, así aprenderás la lección.
Lo miré con odio mientras me entregaba una manta, la tomé y la lancé lejos, él aprovechó y cerró la ventana de golpe y escuché como ponía el seguro.
Y sí, definitivamente estaba haciéndome esto, me había dejado afuera.
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Abrí los ojos en cuanto escuché la puerta abrirse.
Me sorprendí de que hubiera dormido, se suponía que iba a permanecer despierta todo el tiempo, sin embargo no me di cuenta en qué momento caí rendida.
-Buenos días amor -la voz de Harry inundó mis oídos. -Espero que hayas descansado.
Se iba a acercar a mi para darme un beso pero me alejé de él rápidamente. No puedo creer que si quiera haya pensado hacer eso después de lo que acababa de hacerme. Era ridículo.
-¿Qué pasa, cariño? -preguntó frunciendo el ceño.
Lo miré incrédula, ¿cómo se atrevía a preguntarme eso?
-Déjame en paz -murmuré antes de empujarlo a un lado y entrar a la casa.
Tan solo estuve tres segundos dentro porque Harry me tomó de la cintura llevándome de nuevo afuera. Se movió tan rápido que yo había terminado de espaldas contra la pared mientras él estaba amenazante frente a mi.
Dante comenzó a ladrarle y pero a Harry no pareció molestarle.
-No empieces a querer ser distante, ayer te dije que lo hacía porque te amo, asume las consecuencias y compórtate como una adulta Isabella.
Me entraron unas inmensas ganas de mandarlo todo a la mierda.
-Dije que quiero que me dejes en paz -lo miré a lo ojos, tragando alguna pizca de miedo, porque sí tenía.
Cerró los ojos y se alejó unos pasos de mi.
-Lo siento...amor, en serio, lo siento tanto -comenzó a susurrar antes de dejarse caer de rodillas contra el suelo.
Lo miré atónita, ya no sabía qué le pasaba.
-Lo siento, lo siento, joder, ellos tienen la culpa, no yo, ¿me crees verdad? -sollozó alzando la mirada.
Me aterroricé, ¿de quiénes estaba hablando?, no entendía cuando Harry hablaba en plural, no tenía ni la más mínima idea de quienes hablaba.
-¿De quiénes me estás hablando? -pregunté.
-No lo entenderías -negó con la cabeza. -A veces...pierdo el control de mi mismo, pero te amo Isabella, nunca voy a dejar de hacerlo y si me abandonas...
De nuevo iba con lo mismo, no podía seguir así, tenía que hacerlo entender de una u otra manera que no me iré de su lado, pero mis palabras no le bastan.
-Harry...ya me he cansado de decirte que no me iré, eres mi esposo -afirmé pero volvió a negar con la cabeza.
-Demuéstralo Bella, no hagas que ellos y yo dudemos -pidió casi en súplica.
-Carajo Harry, no se de quiénes me estás hablando, dime ya quién te está haciendo daño, si no me dices no podré ayudarte -exasperé tomándolo por los hombros.
Me agaché hasta quedar a su altura colocando mis rodillas contra el suelo. Me miró unos segundos antes de atraparme en sus brazos.
-Bella te amo, tú eres la única que puede ayudarme si te quedas a mi lado, por favor no me abandones... -sollozó con más fuerza. -Mis hijos y tú son todo lo que necesito, por favor, entiéndeme.
Algo se rompió dentro de mi y la alarma se encendió de nuevo, algo andaba mal, algo andaba demasiado mal.
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Helloooooo<3
Después de años, aquí estoy, sigo viva chicas:').
Perdonen en serio por tardar demasiado, quisiera darles excusas pero no hay nada qué decir, no entiendo por qué dejé que pasara tanto tiempo. Simplemente quiero disculparme y decirles que no volverá a pasar.
Gracias a todas las que me insistieron que subiera a la de ya, las amo, a todas las que siguen conmigo en esta historia también, sin ustedes dejaría de escribir, gracias por todo, las amo demasiado y no tengo la palabras suficientes para agradecerles.
Quiero comentarles que he inscrito todas mis historias a los Wattys2016, no se si alguna ya se dio cuenta, pero tienen la etiqueta los títulos de mis historias porque están participando, me gustaría que me ayudaran votando y comentando, la verdad estoy muy perdida en estas cosas y no se qué se tenga que hacer exactamente, no importa si perdemos, no dejaré de escribirles.
En fin, las amo y nos estamos leyendo.
XOXO. <3