26.0 "Ellos dicen que te mereces un castigo"

13.3K 578 233
                                    

Ya he dejado de tener esperanza alguna. Simplemente, me he rendido.

Harry hace lo que quiere todo el tiempo, y yo no puedo hacer nada contra él. Lo amo, lo amo demasiado, tanto que quiero pasar toda mi vida con él, sin importar nada más. Ahora tenemos a nuestros hijos, un lazo aún más fuerte para seguir adelante y permanecer juntos.

Han pasado cuatro semanas desde que tenemos a los gemelos en casa, ya han cumplido su primer mes de vida y estoy completamente encantada y enamorada de ellos, al igual que Harry. Es un gran padre, pero cada vez algo empeora.

Harry suele desesperarse cuando le pido ver a mis padres, o por lo menos llamarlos. Los gemelos ya tienen un mes de nacidos y nadie, absolutamente nadie a parte de Harry y de mi que lo sabemos, es como si estuviéramos solos, justo como Harry quiere.

Ahora me encontraba con Ally entre mis brazos tratando de dormirla. Evan se duerme mucho más rápido que ella cuando lo tengo en mis brazos, Ally está más acostumbrada a dormir entre los brazos de su padre y por eso tarda un poco más en dormir cuando yo lo intento. Aún así me encantaba tenerla conmigo, a cualquiera de los dos.

Miré a Ally, tenía sus ojitos cerrados y los dedos de las manos apretados en un puño, poco a poco fue perdiendo fuerza hasta que se durmió. Le besé la frente y la acosté en el lado de la cuna que le correspondía.
Los cubrí a ambos con una mantita y luego salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mi.

Me encaminé hacia la ventana y solo pude mirar un poco de césped y al final ese estúpido muro gris que bloqueaba toda la vista que antes se podía apreciar. Cerré los ojos con frustración y me di media vuelta alejándome de allí, ya no me apetecía salir, todo lo bloqueaba el muro que Harry había construido, lo odiaba, era de las peores ideas que había tenido.

Todas las ventanas tienen protecciones, hay alarmas contra incendio dentro de la casa, hay cámaras de seguridad en casi todos lados menos en la sala y Harry me monitorea todo el tiempo desde su móvil, puede verme a mi y a nuestros hijos cuando le plazca aunque esté en su trabajo. Y tenemos otro perro, es un pastor alemán, lo compró ya entrenado y con dos años de vida, está entrenado para proteger y es algo agresivo, con nosotros no pero ve cualquier cosa y quiere aventarse a matarlo. Es un perro especial que llevan los policías, pero Harry lo consiguió para cuidarnos. Se llama "Dante".

No se en qué momento dejé que toda nuestra relación se me fuera de las manos.

Me dejé caer sobre el sofá y cerré los ojos con fuerza esperando a que todo volviera a la normalidad, por lo menos unos segundos, como si fuera magia, como si pudiese regresar el tiempo y haberlo apreciado un poco más, haber sido más lista y menos ciega.

---

Dejó caer el plato haciendo que se estrellara contra el suelo. De nuevo estaba molesto.

-¡Mierda que no Isabella!, ¡no vamos a ir a la puta ciudad por nada! -gritó con euforia.

Le había pedido salir con los gemelos para que escucharan algo distinto, respiraran en un ambiente diferente y sintieran otro tipo de sensaciones, pero Harry no quiso.

-No entiendo por qué eres así, te desesperas por todo y me gritas con groserías -exasperé mientras levantaba el plato roto del suelo.

Esposo posesivo. «H.S.» (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora