El día comenzaba a esclarecerse cada vez más, eran las 8 de la mañana, un 24 de Diciembre, la víspera de Navidad estaba llegando nuevamente, era el cuarto fin de año que Petra pasaba en la legión, pero este era diferente, su vientre estaba recargado en el colchón y una mano se paseaba sobre él de manera cariñosa.
-Vamos dormilonas, ya es hora de levantarse- dijo él mientras depositaba un dulce beso en la oreja de su esposa.
-Ay, Levi, vamos es víspera de Navidad- dijo ella volteando para mirarlo.
-¿Y?, tenemos muchas cosas que hacer, debemos ayudar a la idiota de Hanji a arreglar.
-¿Desde cuando eres el alma de las fiestas?- dijo ella mientras sonreía.
-No lo sé, creo que nuestra hija tiene la culpa.
-No sabemos que es Levi, probablemente sea un niño; tengo ese presentimiento.
-No, claro que no, tiene que ser mujer, y se parecerá a ti- le tomó la cara- igual de hermosa que su madre.
Sus ojos se conectaron, en una mirada larga e intensa.
-Será un niño, igual que testarudo que su padre- le dedicó una sonrisa.
-Bueno, no importa, los amaré por igual a los dos.
Una sensación de felicidad invadió a la madre primeriza, llevaba ya casi medio año casada con él capitán y habían vuelto completamente a la rutina, pero en estas fechas se le había permitido al padre de Petra ingresar a las instalaciones de la legión.
-Nosotros también te amamos Levi-dijo ella dándole un pequeño beso en los labios- sin importar si es niño o niña, sé que te amará al igual que yo, de hecho ya lo hace- tomó la mano de su esposo y la puso sobre su vientre-mira que animado está.
Un pequeño movimiento se hizo presente, la patada de su hijo era notoria.
-¡Me pateó!- una sonrisa y sus ojos dilatados denotaban la emoción de el pelinegro- Mocosa, estás castigada por patearle la mano a tu padre- su timbre de voz denotaba un sarcasmo evidente.
Petra rió fuertemente.
-Oh Levi, esto de ser padre te ha cambiado demasiado; ven vamos a levantarnos que la espalda me está matando.
Se dieron un baño y salieron platicando acerca de como iba a acomodarse la cabaña que Erwin les había regalado como presente de bodas, tenían que vivir ahí ya que ambos eran capitanes, Levi era la mano derecha de Erwin, capitán del escuadrón de operaciones especiales y Petra era la capitana de las tropas provenientes de la generación 104, aunque ella seguía perteneciendo al escuadrón de Levi y era su segunda al mando; pero por el momento debido a su estado solo estaba encargada de entrenar a los nuevos cadetes.
-Y tenemos que acomodar la cuna cerca de nuestra cama Levi, así será más fácil cuidar a nuestro bebé.
-Bueno tortolos, espero no interrumpirlos pero necesitamos la presencia del enano en la mesa directiva de la cena de navidad- dijo Hanji sonriendo.
-¡Hola Hanji!-Petra la saludó con un enorme abrazo.
-Bueno mamá, que tu bebé ya no me deja acercarme a ti, o vaya, realmente esto me esta remarcando lo vieja que me estoy volviendo y que mi tiempo se esta pasando- dijo mientras tocaba el voluminoso vientre de la castaña.
-No toques con tus asquerosas manos a mi hija- dijo Levi mientras apartaba la muñeca de la sub comandante.
-¡Oye!.
-¿Por lo menos te desinfectaste?- dijo él cruzándose de brazos y volteando.
Petra sabía que si ella seguía ahí se pelearían por lo que restaba de la mañana.
-Bueno, te dejo a Levi, iré a ver a los cadetes y ayudar a la preparación de la sala principal- dijo ella mientras le daba un ultimo beso.
-Con cuidado mujer- dijo él mientras la soltaba.
-Tranquilo capitán no me va a suceder nada- y se separó de él.
En cuanto abrió la puerta del comedor, los cadetes se quedaron callados, todos estaban reunidos, viendo la lista de los materiales que se iban a utilizar esa noche, y la encargada de checar que todo quedara perfecto era la capitana Ral.
-Buenos días capitana- dijo un chico de cabello café oscuro, ojos verdes, de piel morena.
-Buenos días Eren- dijo ella mientras tomaba su mano para bajar con cuidado las escaleras.
-Capitana, ya tenemos la distribución de los materiales- una chica de cabello negro y con una bufanda roja colgada del cuello le sacaba una silla para que ella se sentara.
-Gracias Mikasa, Dios, una disculpa por tantas molestias que les ocasiona esta panza- dijo mientras se sentaba.
-Me encargué de hacer los planos, y en cuanto nos manden la lista de consumibles disponibles para la cena haré un menú especial capitana- dijo un chico de cabello rubio sentado en la barra.
-Muchas gracias Armin, me alegra ver que ya tienen planeado todo al parecer solo soy un estorbo- dijo mientras se levantaba.
-¡Claro que no Capitana, solo tratamos de que no se esfuerce mucho!- dijeron todos.
-Son un gran grupo cadetes- dijo mientras les dedicaba una de sus más sinceras sonrisas.
-Aparte, sabemos lo importante que es para usted esta fecha, el día de mañana es el cumpleaños del capitán Levi y es su aniversario como pareja, entonces todos estamos poniendo de nuestra parte para que sea una gran velada.
Las lagrimas amenazaban con salir.
-Muchas gracias en verdad.
-No tiene que agradecer capitana, nosotros nos encargaremos de todo- dijo Eren mientras la acompañaba a subir las escaleras.
-Iré afuera a ver la bitácora de los adornos, no tienen que tardar en llegar en un momento regreso.
-La acompaño capitana- dijo Mikasa mientras la tomaba del brazo.
-No hay problema Mikasa, esta mujer aún se puede mover con un poco de libertad.
-No capitana, créame no es ningún inconveniente, aparte ya hay muchas personas aquí- dijo ella mientras salia con Petra de la sala principal.
El viento frío se hizo presente y como un acto reflejo Mikasa se quitó la chamarra y se la puso a su superior en los hombros.
-Que amable de tu parte- dijo la castaña mientras se colocaba la chaqueta bien.
-Capitana- dijo la pelinegra mientras la veía.
-Dime.
-¿Usted es feliz?.
Esa pregunta hizo que Petra se detuviera.
-¿Cómo?.
-Bueno, usted ya habrá descubierto que mi verdadera intención al acompañarla es platicar con usted- dijo Mikasa.
-Bueno...- Petra volteó hacia el horizonte.
-Capitana.
-Mikasa, he pasado muchas cosas muy malas, la muerte de mi madre me marcó demasiado y sé que la muerte de tus padres fue demasiado para ti, afortunadamente las dos encontramos a personas que hicieron que ese dolor y esa soledad fuera menos pesada, sé perfectamente a que te refieres al preguntarme eso; he visto la manera en la que miras a Eren.
Mikasa se asombró.
-No... no capitana, Eren es como mi... como mi hermano.
-Vamos, a mi no me engañas, eso es lo que yo hubiera dicho de mi esposo cuando tenia tu edad.
Mikasa se quedó callada.
-Soy feliz Mikasa, demasiado, he tenido problemas con Levi, como cualquier pareja los tiene, no todo es miel sobre hojuelas, pero a través de los años hemos podido enfrentarlos, él es mi puerto donde estoy segura, donde sé que la tormenta no me llevará, y Eren es el tuyo, es muy probable que él sienta algo parecido por ti, pero tienes que descubrirlo tú sola, si crees que vale la pena sal y consiguelo.
Las lagrimas caían por las mejillas de la pelinegra.
-Capitana, muchas gracias, le debo una.
Petra volteó y la observó.
-Bueno, creo que me lo pagarás en estos momentos, estoy entrando en trabajo de parto- dijo mientras disimulaba la cara de dolor.
Mikasa corrió hacia la sala principal.
-¡Eren, Armin, Jean, Krista los necesito, la capitana Ral está por tener al bebé!.
Los cadetes salieron corriendo y tomaron a la castaña antes de que cayera de rodillas; Jean y Eren la cargaron, mientras Krista iba por la sub comandante Hanji.
Armin y Mikasa se encargaron de conseguir el material para poder recibir al bebé.
Al llegar a la enfermería, Eren y Jean pusieron a Petra sobre una camilla, Mikasa y Armin alistaron todo y Hanji solo llegó corriendo.
-Dame dos botellas de cristal- dijo mientras sacaba a los chicos- se tienen que ir, esto se va a poner fuerte.
La futura madre agarraba las sabanas con fuerza, el sudor comenzaba a correr por su cara.
-¡Aghh!- gritaba.
-¡Mikasa! ¿alguna vez has atendido un parto?- dijo la Sub comandante.
-No Comandante...
-Pues bueno, yo tampoco, esta será nuestra primera vez- le entregó un cubre bocas- trata de estar lo más estéril posible, no queremos que el enano nos mate si su mujer o su bebé se enferman de algo.
-Vamos Hanji, sé que no nos pasará nada a tu cuidado- dijo Petra sonriendo un poco.
-Lo sé señorita, pero tú enano carón no piensa de la misma manera; ahora vamos a sacar a ese bebé.
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Levi llegó corriendo a la sala de la enfermería; vio a los cadetes recargados en la pared frente a la puerta.
-Ustedes mocosos, ¿Qué demonios están haciendo aquí?, ¿Porque no fueron a buscarme?- dijo mientras los miraba con ojos de odio.
Los gritos de Petra lo sacaron de atención.
Golpeó la puerta.
-Hanji, maldita, ¡déjame entrar!.
-¡Ahhhh!-los gritos se hacían más desgarradores.
-Hanji, ¡déjame pasar maldita sea!.
La puerta se abrió rápidamente pero Mikasa salió y la volvió a cerrar, aventó al capitán y este vio que llevaba mantas cubiertas de un liquido color carmesí.
"Es demasiada sangre".
-Si no abres la puta puerta tendré que tirarla maldita sea, ¡mi mujer se está desangrando!.
Y de un momento a otro los gritos cesaron.
La cara de Levi palideció aún más.
-No, por favor, que no le haya pasado nada- dijo haciéndose hacia atrás.
Hanji salió y se retiró el cubre bocas.
-Enano...- dijo mirándolo a los ojos.
Todos en la sala guardaron silencio.
-Maldita sea...- dijo él.
Los ojos de todos se abrieron como platos, Mikasa volvió con una canasta y nuevas mantas blancas; se metió al cuarto y Hanji cerró.
-No Hanji! ¡quiero verla, déjame verla!.
Después de un tiempo los golpes en la puerta dejaron de sonar.
La puerta rechinó y ambas salieron.
-Enano.
-Dime que no le pasó nada- la tomó del cuello de la camisa- dime que no la mataste maldita.
Hanji lo miró sorprendida.
-¿Me crees capaz de matarlos?- dijo ella mientras quitaba las manos de Levi- Ya puedes pasar a verlos; ustedes- prendiéndose a los cadetes- acompáñenme a la sala principal, necesito una buena comida después de tantas horas de trabajo.
Le puso la mano en el hombro.
-Tienes suerte enano.
Jean y Eren sonrieron y siguieron a la sub comandante.
Levi abrió poco a poco la puerta, la luz del pasillo se notaba demasiado en el obscuro cuarto, tenía miedo, no sabía como estaría su esposa, después de ver las mantas empapadas en sangre temió lo peor.
-Petra...
-Levi, aquí estamos- dijo una voz algo débil.
Tomo una vela y alumbró de golpe.
Ahí estaba ella, sentada en la camilla, recargada entre dos almohadas, tenia la cara pálida pero llena de lagrimas, su rostro denotaba felicidad y la sonrisa que tenía era la más grande que Levi había visto en ella; un sus brazos había dos cobijas blancas, una en cada uno, y mientras él se acercaba podía ver el cabello que sobresalía de ellos.
Ahí estaban, eran dos bebes acurrucados en el pecho de su madre.
-Levi, son Mellizos.
Las lagrimas comenzaron a salir de los ojos del pelinegro, se acercó lentamente y los vio, ambos dormían plácidamente, su respiración era sincronizada.
-Dios, soy tan feliz- y le plantó un beso en la frente a su esposa- muchas gracias Petra.
Ella sonrió y miró a sus bebés.
-Su padre esta feliz, yo igual, bienvenidos a este mundo mis angelitos, nacieron unas horas antes que su padre.
-Son el mejor regalo de navidad que me haz dado, claro después de este- dijo mientras sacaba el relicario- ahora podre poner una foto de nosotros cuatro aquí...
-¡Feliz Cumpleaños Levi!- dijo Petra mirando el Reloj que marcaba las 12:00.
-¡Feliz Navidad Petra!.