Lena
El móvil vibra encima del salpicadero del coche y acerco una de mis manos para inclinarlo y así ver quién es el que llama. Veo un "Say" en la pantalla y decido dejarlo donde estaba.
Me apoyo de nuevo en el respaldo del coche pero ladeo la cabeza para así mirar la puerta del portal de casa de Say; ¿qué se supone que debo hacer? ¿Debo entrar ahí como si nada y disfrutar de tiempo junto a él? Últimamente no sé cómo sentirme o qué pensar porque en ocasiones tengo muy claro que quiero mantenerme alejada pero en otras, cuando estoy con él, siento que no debo irme. Lo único que tengo claro aquí es que estoy hecha un puto lío porque cuando estoy con él pienso: "disfruta de estos momentos hasta que puedas y ya está" y otras veces solo puedo pensar un "Deja de hacer lo que estás haciendo". Por eso siento que es un quiero y no puedo. Quiero tratar a Say como un amigo pero tampoco me sale, joder, es que a mi me gusta el Say que está de cachondeo, ese que me saca los colores y me hace reír, ese que siempre tendrá la última palabra o un comentario para dejarte mal, ese cariñoso que, extrañamente, solo lo es conmigo. Solo quiero tratar de descubrir a Say y olvidarme por unos instantes de que somos profesor y alumno porque nunca nos hemos tratado como tal y es que, a veces, siento que se nos hace imposible y que nos es inevitable tratarnos como nos tratamos porque muy en el fondo el otro nos importa más de lo que alguna vez nos atreveremos a admitir.
Así que aquí me tenéis, son las diez de la noche y sigo dentro del coche dándole vueltas a todo pensando en si hago bien en bajarme e ir junto a Say. Esta tarde lo tenía bastante claro y no podía dejar de pensar en otra cosa pero siento que eso es porque estoy empezando a... no. No quiero decirlo, no puedo.
Doy un golpe en el volante del coche haciendo que así suene el claxon y me maldigo en voz baja sabiendo que así solo he hecho que llamar la atención. El móvil vuelve a sonar e inconscientemente subo la vista al que se supone que es el balcón de Say; me pongo nerviosa al ver que está ahí apoyado en la barandilla con el teléfono en la mano. Le miro sabiendo muy bien que me ve y él no aparta ni un segundo la mirada, suspiro y acabo cogiendo el teléfono y descolgando la llamada.
-Hola -me susurra al otro lado- ¿No piensas subir? -pregunta y cierro los ojos al escucharle.
-No lo sé -susurro yo ésta vez- No sé si es buena idea.
-¿Por qué? -me pregunta y me muerdo el labio. Quizás porque... porque me... no. No lo digas.
Me quedo en un total y absoluto silencio deseando que sea él el que diga algo y no ser yo como siempre la mala de la película.
-Lena... -le escucho suspirar y vuelvo a mirar a través de la ventana. Sonrío al ver que se toca el pelo nervioso y por primera vez me doy cuenta de que está sin camiseta, joder. Aparto la mirada y pongo todos mis sentidos en escucharle-... solo me apetecía estar un rato contigo pero si no quieres, no importa -dice sonando con la voz más tierna con la que me han hablado nunca. Me muerdo el labio y cierro los ojos- ¿Te acuerdas cuando me dijiste que no era justo que yo no dejase que la gente me conociera cuando esa es decisión de ellos y no mía? -me pregunta y le susurro un leve sí aún sin entender a qué viene esto- Tú en estos momentos estás decidiendo por mi si me dejas o no conocerte y no es justo porque yo sí quiero hacerlo.
Sonrío al escuchar lo que me dice porque siento que no puede tener más razón.
-¿Solo unas cervezas? -le pregunto y lo noto sonreír al otro lado del teléfono.
-Solo unas cervezas -promete- Sube, que aquí te esperan.
Escucho como cuelga y cuelgo yo también. Me quito el cinturón y salgo del coche no sin antes mirar si Say sigue en el balcón. Me mira desde su altura y levanta una de sus manos para saludarme. Le imito regalándole una sonrisa y me acerco al portal esperando a que me abra.
Lena, me digo, pásatelo bien y déjate llevar si te hace feliz, que si tienen que venir problemas, ya vendrán.
-¿Quién? -pregunta a través del telefonillo llamando así mi atención.
-Soy yo -respondo con una sonrisa.
-¿Quién es yo? -pregunta y me muerdo el labio.
-El pizzero -digo bromeando.
-No he pedido pizza -dice divertido- Lo que sí que he pedido es una chica guapa que me haga un buen bailecito, ¿eres tú? -pregunta y le escucho reír- Porque si es así, ya podrían haberme mandado a una mejor.
-Say, voy a romperte las pelotas -digo chinchándolo- ¿Me vas a abrir?
-¿Y tú? -pregunta y frunzo el ceño al no entenderle- ¿Me vas a bailar?
******************
Say
Le paso a Lena el botellín de cerveza por encima del respaldo del sofá y me mira apoyándose en este para ver qué es lo que hago en la cocina. Le miro divertido con una sonrisa en los labios mientras preparo las palomitas, me apetecen. Le enseño el paquete de palomitas y asiente al verlo. Le guiño el ojo y aparta la mirada pero lo disimula bebiendo un poco de su cerveza.
-Oye -la llamo y vuelve a mirarme- No estés tensa -digo sincero con una sonrisa en los labios- No pienses que voy a hacerte nada raro -frunce el ceño y acaba riéndose- No voy a vender tus órganos en el mercado negro ni nada de eso.
-Ya lo sé -dice obvia y sonrío.
-Lo sabes pero aún así estás nerviosa -digo abriendo mi botellín de cerveza y dándole un trago. Meto las palomitas en el microondas y me acerco a ella para chocar su botella con la mía. Me sonríe y le imito- Salud -le digo y asiente para después acabar bebiendo los dos- He pensado en ver "The 100" -le explico- Tiene pocas temporadas y así la acabamos rápido -la veo sonreír, ¿he dicho algo gracioso?
-Creía que querías buscar una excusa para tenerme todos los días aquí y ahora resulta que quieres verlo rápido -me chincha y hago un gesto con los hombros.
-Y tú me has dicho que no necesito excusas así que no me las buscaré -le digo sincero y veo cómo agacha la cabeza vergonzosa. Me quedo mirándola con una sonrisa y me fijo en cómo se muerde el labio inferior; joder, ¿algún día dejará de ser tan guapa?
Escucho el "pip" del microondas que me hace volver a la realidad y cojo las palomitas para ponerlas en un bol así poder sentarme de una vez por todas con Lena.
Me acerco el sofá y me siento a su lado haciendo que ella también se siente bien. La miro y le sonrío mientras cojo el mando para poder poner la serie.
-Ponte cómoda y eso -le digo y asiente con una pequeña sonrisa- ¿Qué pasa? -digo al ver que sonríe así.
-Nada -dice divertida y no me la creo- Es una tontería -la miro fijamente y muevo las cejas incitando a que hable- Solo que me ha hecho gracia lo de "ponte cómoda" -dice haciendo comillas- Porque en mi casa ese término significa ponerme el pijama -dice explicándose.
-¿Y? -pregunto curioso.
-Es curioso pero no uso pijama -dice sin más, ¿cómo puede decirme estas cosas? Me río al escucharla reír a carcajadas y le doy un leve golpe en el hombro.
-Esa información no me hace falta saberla -digo con sinceridad.
-¿Por qué? -me chincha- ¿Porque te encanta o qué? -pregunta retándome. Nos miramos ambos fijamente a cierta distancia y sé que no debo acercarme, que estamos en la distancia de seguridad en la que sabemos que no vamos a besarnos a no ser que cualquiera de los dos lo envíe todo a la mierda y, decida dar un pequeño paso más.
-No estás siendo justa -digo sin mirarle- Luego hay veces en las que me siento hasta mal por corromperte de mala manera pensando en que las veinticuatro horas del día te dejo caer que quiero acostarme contigo -admito y la veo sonreír- Pero quiero que sepas que todo es cachondeo.
-Lo sé -dice poniendo una de sus manos encima de mi brazo- Pero me gusta bromear y creo que ya lo sabes -confiesa y sonrío.
-Y lo seguiré haciendo -admito de nuevo y asiente- Pero eso no quita que haya parte de verdad en todo.
-¿Parte de verdad? -pregunta frunciendo el ceño.
-Si, Lena -digo obvio- Cómo si no se notase a leguas que me atraes -digo mirándola de reojo y enciendo la televisión. Noto su mano encima de la mía y le da al botón de apagado- ¿Qué pasa?
-¿Podemos simplemente hablar? -pregunta vergonzosa y abro la boca sorprendido. Me sonríe y la miro con ternura- Antes has dicho que querías conocerme -dice sentándose de lado para mirarme y apoyando su cabeza encima del respaldo del sofá, mirándome con ternura aún sin saberlo- Así que... ¿qué quieres saber de mi? -pregunta ilusionada.
-¿De ti? -pregunto girándome yo también para así mirarla. Me llevo la botella a los labios para pegar otro trago intentando encontrar el valor para lo que sea que pase aquí. La dejo de nuevo encima de la mesa y la miro- Todo.
Me mira fijamente con una mirada que no he visto en mi vida y me pregunto qué es lo que le pasa por la cabeza en estos momentos.
-¿Qué? -le pregunto y niega con la cabeza- Dime -digo poniendo una de mis manos encima de la suya.
-Es que... -dice tocándose el pelo y poniéndose un mechón de pelo tras la oreja-... nunca nadie me había dicho eso -sonríe nostálgica- Ni siquiera Ethan -confiesa y le sonrío- Así que...- dice intentando cambiar de tema- ¿Por donde empiezo? -me pregunta y hago un gesto con los hombros- Pregunta lo que quieras saber y yo te contra atacaré con preguntas -dice y asiento.
-¿Por qué filosofía? -le pregunto con curiosidad y sonríe.
-¿Y por qué no? -me pregunta haciendo ésta vez un gesto con los hombros. Noto cómo su mano juega con el anillo que tengo en uno de los dedos- Siempre he sido muy curiosa en saberlo todo y bueno... ésta me permitía preguntarme muchas cosas y me llamaba mucho la atención -confiesa- Siento que era lo mío y que debía hacerlo -la miro interesado- Quiero decir... -se explica-... cuando sabes que eso es para ti, lo notas -asiento divertido- ¿Y tú? -me pregunta y frunzo el ceño- ¿Qué quieres estudiar?
-De momento solo sé que quiero acabar bachillerato -le confieso con total sinceridad y me mira seria- Tampoco creo que pueda permitirme hacer nada más ni llegar a algo más.
-¿Por qué piensas eso? -me pregunta y ni siquiera me deja responder- Claro que puedes -dice confiando en mi- Solo tienes que buscar algo que te gusta Saymond -dice llamándome por mi nombre haciendo que cada vez me guste más- Puedes buscar algo relacionado con el dibujo -dice ilusionada- Es algo que te encanta y lo haces genial -se señala su tatuaje- A la vista está -dice haciéndome sonreír- Así que no dudes en si podrás o no y además... -nos miramos- Hay ayudas y podrás.
-Confías demasiado en mi -le digo sincero y con miedo.
-Con los ojos cerrados -confiesa mirándome con ternura- Así que no dudes.
Nos miramos fijamente, aún con mi mano entre las suyas, y nos sonreímos de esas forma en la que sientes que no debes decir nada más, que ya está todo dicho y que hay silencios y sonrisas que hablan por si solos.
Lena agacha la cabeza intimidada ante tal intensidad del momento y carraspeo con la voz llamando su atención.
-¿Te acercaste a mi por algo? -le pregunto intentando descubrir mucho más y para así cambiar de tema.
-Sabía que te pasaba algo -dice para después morderse un segundo el labio inferior- El director me lo había dicho y yo no iba a hacerte ni puto caso pero entonces te chocaste conmigo en la entrada y, luego eras insoportablemente odioso -me sonríe- Pero en el fondo sabía que eras un buen chico así que... -hace una pequeña pausa como si se lo pensara-... si me acerqué a ti era porque yo quería -admite y asiento sonriendo- ¿Les echas mucho de menos? -me pregunta poniéndose seria y sé que habla de mis padres. Asiento sabiendo que no hace falta decir mucho más.
-Todos los días de mi vida -confieso en un susurro. Lena me mira y sin pensárselo dos veces rodea mi cuello para abrazarme. Al principio no le abrazo al pillarme tan desprevenido pero acabo rodeando su pequeña cintura. Sonrío al notar sus frías manos en mi espalda descubierta. Le agarro fuerte y ella acaricia despacio mi espalda de arriba abajo. Suspiro al notarla ahí.
-¿Mejor? -susurra aún abrazada a mi y asiento sabiendo que me entenderá.
Se separa de mi lentamente pero deja una de sus manos en mi hombro tocando así mis tatuajes. Los mira concentrada pero yo no puedo dejar de mirarla a ella. Sonríe mirando mi brazo y noto como con uno de sus dedos resigue parte de la tinta.
Bajo la vista a sus dedos y veo que resigue el pequeño avión de papel.
-Papá me los enseñó a hacer -confieso y alza la mirada para mirarme sin apartar su mano de mi piel- Aunque nunca supe hacerlos volar -digo con una sonrisa en los labios- Quizás es que jodo todo lo que toco -confieso sincero y me mira frunciendo el ceño.
-No digas eso -susurra acercando ambas de sus manos a mi rostro y acariciando así mi pelo. Cierro los ojos con una sonrisa en los labios- A mi me has tocado y... -la interrumpo aún con los ojos cerrados.
-No todo lo que he querido -digo bromeando y la escucho reír, abro los ojos para mirarla.
-A mi me has tocado... -repite divertida- Y no todo lo que has querido -bromea mirándome fijamente aún con mi cara entre sus manos- pero, Say, tú lo has hecho y a mi no me has jodido.
Continuará...
SÉ QUE OS LO DEJO EN LA MEJOR PARTE PEEEEEEERO QUIERO QUE OS QUEDÉIS INTRIGADOS HASTA EL PRÓXIMO, ESPERO QUE LO DISFRUTÉIS Y SONRÍAIS COMO TONTOS COMO YO MIENTRAS LO ESCRIBÍA, COMENTAD MUCHO (MINIMO 40) Y ESPERO QUE ESPERÉIS CON ANSIAS LOS PRÓXIMOS.
GRACIAS POR CADA VOTO, VISITA, COMENTARIO TANTO AQUÍ COMO EN TWITTER, SOIS GENIALES. OS QUIERO MUCHISISISISISISIIMO <3