Los gemelos.
Eso fue lo único en lo que pensé en cuanto abrí mis ojos, incluso antes.
Había demasiada luz así que tuve que parpadear más de cinco veces seguidas. Un olor a medicamentos inundó mis fosas nasales y así supe en menos de un segundo, que estaba en un hospital. Estaba viva, mis hijos estaban vivos.
Miré a mi al rededor y definitivamente estaba en el hospital, no había duda de aquello. Seguí inspeccionando con la mirada y finalmente me encontré con él. Sus ojos estaban cerrados y permanecía recostado sobre un sofá de brazos cruzados, con su cabello largo y alborotado cayéndole por la frente y gran parte de todo su rostro.
Sentí algo atorado en la garganta en cuanto aparté la mirada. Recordé lo que había pasado...el incendio en la cocina, lo último que había podido ver fue como el fuego se consumía con rapidez el tapiz.
Llevé mis manos a mi estómago para sentir a los gemelos, sólo quería saber si se encontraban bien, que mi estupidez no les hubiera hecho daño y entonces abrí la boca para hablar y decir algo, pero no pude, tenía muy seca la garganta. Intenté moverme para bajarme de la camilla pero un ardor me recorrió por las piernas. En seguida corrí la mirada hacia ellas y tenían una ligera capa de vendas, quizá me había quemado un poco.
Aún así intenté moverme de nuevo pero fue en vano y algo se cayó haciendo un gran escándalo dentro de la habitación. Me maldije por dentro en cuanto escuché a Harry gruñir, lo había despertado.
-¿Bella? -su voz sonó ronca y baja. -¿Bella qué estás haciendo? -recuperó su firmeza en segundos.
Me estremecí y terminé por rendirme y recostarme de nuevo sobre el respaldo de la camilla. Miré el sofá en el que estaba Harry pero ya no estaba allí, ahora caminaba hacia donde yo me encontraba, no tardó ni un solo segundo en llegar.
-¿Por qué intentabas levantarte?, no puedes hacerlo Isabella, tienes quemaduras de primer grado en ciertas partes de tus piernas -espetó recordándomelo como si yo lo hubiera sabido.
No le respondí y apreté los labios, aunque hubiera querido no iba a poder de todas formas.
-Fuiste muy tonta Isabella -susurró acariciando mi mano. -Mira que incendiar la cocina para poder salir de casa fue una completa estupidez -gruñó. -Pudiste haber muerto, y no sólo tú, también nuestros hijos.
Se me llenó el corazón de coraje por las palabras que estaban saliendo de su boca, era mucho más estúpido que él pensara que yo había ocasionado el incendio por mi propio gusto, había sido un accidente terrible, jamás hubiera querido poner en peligro a mis hijos.
-Pero lo conseguiste Isabella -dijo y no le encontré sentido. -Si lo que querías era salir, lo lograste, pero también te hiciste daño, y no sólo a ti, también a mí, y a Cody.
Escuché como algo se rompía dentro de mí. Cody, Cody tenía que estar bien, le había ordenado que saliera, debió haberlo hecho.
-Cody intentó sacarte Bella, pero obviamente no iba a poder -mis ojos se cristalizaron. -Vi humo a lo lejos y mi corazón temió por ti, me regresé lo más rápido que pude pero...cuando llegué, Cody estaba muy mal. Te saqué a ti y a mis hijos primero, y volví por Cody, estaba realmente mal.
Comencé a respirar con dificultad mientras él me contaba todo aquello, sí que había sido muy estúpida, había sido mi culpa, si a Cody le había pasado algo malo...no me lo perdonaría.
-Llamé para pedir ayuda, nos llevaron en una ambulancia y apagaron el fuego de la cocina, quedó echa un asco, habrá que reconstruirla, Bella.
La cocina me valía una mierda, yo quería saber de Cody, si mis bebés y yo estábamos bien, necesitaba saber de Cody y nada más.
-¿Y Co...Cody? -logré especular con una voz horrorosa.
Harry levantó ambas cejas y miró a su izquierda, se alejó y miré lo que hacía. Tomó una botella de agua y comenzó a abrirla para después ayudarme a beber. Comencé a tomar desesperadamente, jamás había tenido tanta sed.
-¿Cómo está? -pregunté en cuanto dejé de beber.
-Bella...Cody no...el no pudo -tomó aire y sentí un calor subir por mi garganta. -Lo siento Bella.
Un dolor me recorrió el pecho. Cody había...no, eso no podía haber sido cierto, no Cody.
-No quería decírtelo Bella, en serio no, pero tenía que hacerlo, debes pensar bien lo que haces, eso estuvo mal, muy mal y Cody pagó las consecuencias.
Miré a Harry sin poderme creer que siguiera pensando que había sido todo mi culpa y como si yo hubiera querido que todo aquello pasara.
-Yo no lo hice, nunca quise que... -él negó con la cabeza.
-No digas más Bella, tomaré medidas, no pasaré esto por alto, pude haberte perdido...pude haber perdido a mis hijos, si los perdía... -comenzó a inhalar con rapidez. -¡Tienes idea de cómo sentí cuando te vi en el suelo! -explotó. -¡Pensé que habías muerto Bella!, ¡pensé que mis hijos también, tú no puedes entenderlo!
Llevó ambas manos a su rostro cubriéndolo. Limpié mis lágrimas y volteé la cara, no quería seguir hablando más, sin embargo Harry dijo una última y larga oración haciéndome temblar.
-Son todo lo que quiero, todo lo que necesito...y si me haces falta me mataría, no lo soportaría Isabella, y peor aún si intentas irte, porque sería capaz de matarte a ti.
---
Después del accidente Harry hizo lo que había insinuado, había tomado las "medidas" que había dicho.
Puso alarmas contra incendio en todas las habitaciones de la casa, y no sólo eso, igual puso cámaras de seguridad en todos lados para poder vigilarme.
Ya habían pasado dos meses más, así que llevaba ocho meses de embarazo, mi estómago estaba realmente gigante y me cansaba hacer cualquier cosa, los gemelos pesaban demasiado. Y estaba feliz por eso, estaba feliz de saber que seguían creciendo y que ya faltaba casi nada para tenerlos entre mis brazos.
Por otra parte seguía devastada por la muerte de Cody, realmente era algo que jamás me iba a perdonar. Pero sigue aquí, tiene un precioso lugar lleno de flores en una parte del jardín. Los ojos se me llenan de lágrimas de solo saber que no pudo conocer a los gemelos y que dio su vida por nosotros.
Ahora la casa ha dejado de tener esa alegría que antes tenía. Harry ha intentado hacer sentirme mejor con todo lo que puede. Hemos superado lo que pasó y estamos mejor de saber que nuestros hijos nacerán, sin embargo extrañamos a Cody. Propuso que tuviéramos otra mascota para que creciera con los niños y todo eso, pero...no, no iba a ser lo mismo, con Cody era mucho mejor y hasta ahora no he querido a alguien que no sea el.
Hoy era día de descanso para Harry, así que se encontraba afuera terminando con la construcción del muro, ya casi no le faltaba nada, un par de bloques más y podría salir de aquí, al jardín, pero podría hacerlo, las veces que yo quisiera, porque él lo prometió.
Me levanté del sofá en busca de un libro, Harry hace un par de días llegó a casa con cajas y cajas de libros, y quiero aprovechar para leer unos cuantos antes de que nazcan los gemelos, según dijo la doctora que un sólo bebé a penas y te deja dormir, y que yo tendré la dicha de tener dos y que no podré dormir, aún así moría de ganas por tenerlos entre mis brazos.
Sentí una patada desde dentro de mi estómago y no pude evitar soltar un quejido.
-Ally o Evan, no tengo idea de quién de los dos fue pero me dolió -me quejé y sonreí por inercia.
Di otros par de pasos más y esta vez me dolió mucho más. Paré en seco y me incliné levemente hacia la pared. Dejé salir una bocanada de aire y esperé a que el dolor pasara. Justo cuando pensé que así sería sentí otro dolor que me obligó a gritar.
Busqué el sofá lo más rápido que pude y me recosté en el.
-¡Bella! -escuché la voz agitada de Harry. -¿Bella estás bien? -preguntó mientras aparecía corriendo por la sala.
No dije nada e intenté regular mi respiración, los gemelos seguían pateando y dolía demasiado.
-¿Qué tienes?, ¿te sientes mal?, ¿pasa algo malo?, ¿son los gemelos? -se llevó ambas manos a la cabeza para después ponerse de rodillas a mi costado. -¿Ya van a nacer?, ¿crees que ya sea hora?, mierda, no estoy listo ahora, no preparé las cosas, mierda, mierda, mierda.
Cerré los ojos y tomé su mano con fuerza.
-Harry por favor, ya es hora -solté con dificultad.
-Oh mierda, espera aquí Bella, iré a preparar las cosas y...mierda no, te llevaré al hospital de una jodida vez, no puedo manejar yo solo el parto, tengo que llamar a la doctora, no dejaré que ningún cabrón te toque.
Rodé los ojos mientras lo escuchaba hablar rápido y decir estupideces.
Sacó su móvil y comenzó a caminar de un lado a otro mientras esperaba a que tomaran su llamada.
-Mierda, mierda, conteste -susurró sin dejar de caminar. -¡Hola sí soy yo! -gritó desesperado. -¡Es hora!, ¡los gemelos nacerán ahora!, no me interesa, quiero que usted se encargue del parto, no, nadie más...¡mierda no!, sí, lo siento, disculpe la palabra...pero, entonces no, ¡va a parir ahora!
Miré a Harry y no pude evitar reírme.
-¡Está agonizando!, se está riendo, ¿eso es normal?, ¿por mi?, suena muy estúpido -siguió hablando con el ceño fruncido. -Llegaremos en media hora, sí, más le vale llegue, sí, está bien, no, no lo haré, nos vemos allá.
Colgó el móvil y dejó salir una bocanada de aire.
-Iré a hacer las maletas, no te vayas a mover Isabella, quédate ahí, no me tardo -comenzó a decir y luego corrió para dejar un beso en mi frente.
Sonreí por inercia y cerré mis ojos esperando a que por fin nos fuéramos y tuviera a mis gemelos.
---
Hello, hello. <3
Aquí empieza el maratón, se lo merecen y disculpen mi demora, además sé que no será el mejor maratón como para que digan: "que bárbaro maratón, súper largo", sólo serán dos capítulos pero bueno, el siguiente será largo, o eso espero jaja.
Gracias por las 54 k vistas que llevamos, son las mejores y las amo muchísimo, sin ustedes esta historia se acabaría, mil gracias.
Y bueno, ¿les pareces 150 votos por capítulo?, es que detesto que uno se quede solito sin votos, no se, pero bueno, si pueden lograrlo sería genial, las amo. <3
Vayan a leer el siguiente. <3
XOXO.❤