LOCAMENTE CASADOS (En edición)

By SoyAryam

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¿Te casarías a primera vista?...¿Cruzarías un balcón a media noche por una locura de amor?... ¿Qué harías , s... More

Cap 1
Cap 2
Cap 3
Cap 4
Cap 5
Cap 6
Cap 7
Cap 8
Cap 9
Cap 10
Cap 11
Cap 12
Cap 13
Cap 14 (Parte 1)
Cap 14 (Parte 2)
Cap 15
Cap 16
Cap 17
Cap 18
Cap 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
EPÍLOGO
NUEVA HISTORIA - Ángel Mia

FIN: Capitulo 30

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By SoyAryam

"Lo siento. Necesito vacaciones ¿Me acompañas?"

Daki

Salió corriendo hacia su apartamento, hizo una llamada de teléfono, preparó una maleta, se duchó y se cambió de ropa.

Se aseguró a sí mismo que todo saldría bien. Sabía dónde estaba. Lo único que tenía que hacer era ir a buscarla y decirle que, mientras estuvieran juntos, no habría nada que no pudieran superar.

Daki estaba dando un paseo por la playa. Las olas le mojaban los pies descalzos. De vez en cuando se detenía a coger una concha. La sujetaba un momento en la mano, la examinaba atentamente y luego volvía a dejarla caer y continuaba andando.

Se sentía bien. Le gustaba el modo en que la brisa movía su cabello suelto y le gustaban los olores que la brisa llevaba hasta ella.

Un niño entró corriendo en el agua y salpicó a la exótica princesa.

La princesa sonrió. Su sonrisa era divina y el hombre supo, sin ninguna duda, que aquella era la única mujer con la que podía ser feliz.

La joven se agachó a coger otra concha y él se acercó a ella. La mujer levantó la cabeza y le sonrió.

-He sido una completa idiota -murmuró ella, cubriendo su rostro con una mano, a la altura de los ojos.

Jamie se echó a reír, por su repentino comportamiento infantil, le parecía tierno y se acercó a Daki. El joven la tomó en sus brazos y la besó, anhelante, un beso tierno y apasionado a la vez.

-¿Cómo sabías donde encontrarme? -preguntó ella, sin aliento.

-Por instinto -sonrió él-. Tu nota me dio muchas pistas.

Jamie bajo la mirada a su mano, su amada aun llevaba el anillo de bodas que le regalo. Él sonrio.

Daki envolvió sus brazos desnudos en su cuello y lo abrazo.

-He sido una tonta, en verdad nunca quise el divorcio. Lo siento mucho- él la tenia sujetada por la cintura, mientra ella hablaba en su cuello, sintió como pequeñas gotas llegaban a su cuello, estaba llorando. Ella se retiro de su abrazo y lo vio.

-Por favor, perdóname si te hice sentir mal, yo también me sentí mal. Solo quiero que sepas que nunca paso nada con Eric, era insufrible. Te amo Jamie, siento haber siempre puesto escusas para que estemos bien. Nunca pensé que casarnos iba a ser así, la aparición de Bella, la mentira que creamos, nada de eso.

-Tranquila nena, no tienes que pedir disculpas, si no hubiera inventado que era tu hermano nada de eso se hubiera echo mas grande

-Lo se y no debí pedirte que dejes el trabajo, debí dejarlo yo. Fui egoísta. Lo siento en verdad.

- Ya basta, ven aquí, no digas mas. Eso es pasado. Te amo Daki- La atrajo a él para abrazarla

- No sabes cuanto yo a ti, Jamie- le dio un pequeño beso en los labios

-Estamos hechos el uno para el otro, Daki -dijo él, acariciándole el rostro.

Ante su contacto, la joven sintió una oleada de placer. Se estrechó contra él.

-¿Sabias que somos una leyenda aquí? -preguntó él, mientras caminaban juntos, tomados de la mano por la orilla de esa playa de arena blanca, que había visto su amor nacer.

-Ni que lo digas, apenas llegue me entere- se rió, él la siguió.

-Imagínate, tan jóvenes y somos leyenda solo por casarnos a los 6 días de conocernos. Dicen que esta isla esta encantada de amor - le dijo mientras la abrazo por detrás, ambos reían, la beso en la mejilla.

Todo era en ese momento perfecto, libre de preocupaciones y del mundo. Nada mas importaba.

**************

Había pasado una semana y aquél era el último día que Jamie y Daki pasarían en la isla.

Estaban tomando un té en casa de los Acosta, el señor James Acosta que le había ayudado a Jamie a conseguir el anillo de bodas para Daki, aquella vez, reía con ganas oyendo a Jamie contar sus peripecias como hermano de su esposa y todas las complicaciones que surgieron luego.

-Tú te ríes -dijo su esposa-, pero yo tengo un hermano mayor que siempre se mostraba extremadamente protector conmigo. Discutía con todos mis pretendientes y me seguía cuando salía con alguien. Era terrible.

Daki sonrió.

-Desde luego, prefiero a Jamie como esposo que como hermano mayor.

Laura, esposa del Señor James sirvió el té.

-Ahora que los dos han perdido el empleo, ¿qué van a hacer cuando vuelvan? -preguntó.

Jamie se encogió de hombros.

-El mayor problema son las referencias. Después de lo que pasó en la fundación, la única referencia que nos dará August será para asegurarse de que nunca volvemos a encontrar otro empleo.

-No es justo -protestó Laura-. Lo que ocurrió no tiene nada que ver con vuestras cualidades profesionales. Los dos os merecéis buenas referencias.

-Estoy segura de que August no lo ve así -intervino Daki-. Como dijo, no sólo nos saltamos las normas, sino que nos reímos de él y de su precioso hijo -sonrió con malicia-. Aunque eso sí que valió la pena.

-Ya nos las arreglaremos -dijo Jamie, son su habitual optimismo.

-Tal vez después de un tiempo ese jefe suyo cambiará de actitud -dijo el señor Acosta-. No puede pretender destrozar sus carreras por una norma tan anticuada.

-Tú no conoces a Robert August -dijo Dakota con un suspiro-. El único modo de sacarle unas referencias decentes -se detuvo un momento-. No se me ocurre ningún modo.

-Me gustaría poder decirle a ese hombre lo que pienso de él y sus normas -murmuró Laura.

-Escucha, no podemos culparle demasiado. Es cierto que estaba dispuesto a infringir sus reglas por su hijo, pero la verdad era que esperaba que yo abandonaría encantada la fundación en cuanto nos casáramos. En cuanto a él, tiene derecho a exigir un cierto código. Él personalmente vive de acuerdo con él y, por lo tanto, supongo que está justificado que espere que sus empleados hagan lo mismo.

-Yo digo que ese hombre sigue viviendo en la Edad Media -murmuró el señor Acosta.

-Estoy de acuerdo. No hay nada de inmoral en que dos compañeros de trabajo se enamoren -señaló su esposa-, siempre, claro, que los dos estén libres. Sería diferente si estuvieran casados.

Jamie hizo una mueca.

-Creo que eso fue lo que más le dolió al virtuoso presidente de la Fundación August. El hecho de que su propio hijo estuviera cortejando a una mujer casada.

Miró a su esposa y le pasó un brazo por los hombros.

-No te preocupes. Ahora que estamos juntos, estoy seguro de que todo se arreglará.

Daki le tocó la mejilla.

-Tal vez sea la brisa tropical, querido, pero yo siento lo mismo. A la porra con Robert August y su hijo mimado.

-A mí nunca me han gustado esos tipos tan estirados -sonrió James Acosta.

-Pensar en lo aburrida que debe ser su vida -musitó Daki.

-Casi siento pena por él -asintió su esposo-. Pero no del todo.

Después de tomar el té, las dos parejas fueron hasta el hotel Caribe Reef andando juntas por la playa. Dakota llevaba un largo vestido negro sin mangas y abertura en la pierna, que la brisa del mar levantaba de manera muy sutil.

-Bueno, creo que tenemos que buscar el equipaje -dijo Jamie-. Nuestro avión sale dentro de una hora.

Laura les dio un abrazo.

-¿Estaremos en contacto?

James los abrazó a su vez.

-Por supuesto que estarán en contacto, mujer. Y volverán aquí cuando tengan vacaciones. Como dice Jamie, todo saldrá bien.

-Estoy segura de ello -repuso Daki, besándolo en la mejilla.

Unos momentos después, cuando se disponían a pagar la cuenta en recepción, una atractiva pelirroja entró en el vestíbulo.

Dakota apretó el brazo de su esposo.

-Mira eso. ¿No es ésa Rachel Adams?

-¿Quién?

-Rachel Adams. La guapa secretaria de Robert August.

El hombre se volvió y miró a la aludida a los ojos. Le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

Jamie se inclinó hacia su esposa.

-Vaya, me parece que Rachel no me reconoce.

-No me sorprende -sonrió ella-. Nadie te reconoció en la fundación hasta que te descubriste tú mismo.

Sonrió amablemente a la secretaria, que le devolvió también la sonrisa.

-¡Vaya! Creo que tampoco me reconoce a mí -se rió Daki.

Jamie hizo una mueca y la miró con ojos brillantes.

-Bueno, bueno, bueno. Apuesto a que el hombre que se dirige hacia ella sí nos va a reconocer.

Daki contempló con la boca abierta al hombre bajito y sesentón que se acercó a Rachel Adams y la besó apasionadamente en los labios.

-Vaya, vaya, vaya. Lo que nos venimos a encontrar-murmuró.

Robert August miró a su alrededor con aire ausente. Sus ojos se fijaron en una atractiva y exuberante castaña apoyada contra el mostrador de recepción con un largo vestido negro con abertura en la pierna, acompañada de un hombre a su costado de cabello cobrizo,con camisa azul marino y tres botones abiertos. Empezó a guiñarle un ojo y, en ese momento, aquella hermosa mujer se puso unas gafas de lectura. El guiño se convirtió en una mueca de incredulidad al reconocer a la joven.

Daki y Jamie lo saludaron con la mano. August empezó a sudar al comprender que lo habían pillado haciendo algo mucho peor que traicionar sus propias normas.

-Deberíamos acercarnos a saludarlos -dijo Daki, sonriente.

-Sí, sería una descortesía no dirigirle la palabra a nuestro antiguo jefe -asintió su esposo.

Mientras se dirigían al encuentro de los otros dos, Dakota murmuró:

-Tenías razón, querido. Nuestro futuro recién empieza a construirse.

Después aquel encuentro inesperado con Robert, al infiel no le quedo otra opción que otorgar las recomendaciones a los esposos para callar su secreto. Se mostró temeroso cuando se acercaron, ya no le importo su orgullo si eso podía seguir manteniendo su imagen intachable.

Juntos tomados de la mano, dejaron aquella isla que los unió, estaban felices. Sentados ya en el avión, ella se recostó en su hombro tratando de descansar, iba a ser un largo viaje.

—Te amo, Jamie — susurró ella antes de cerrar los ojos, soñando en lo increíble que iba a ser su futuro al lado de su querido y amado esposo.

Jamie, le beso el cabello, acunándola más en su hombro —Yo también te amo— susurró.

♥-FIN-♥

Gracias a todos los que me leyeron <3 ya casi terminamos esta historia de loco amor. MIL GRACIAS <3 LOS QUIERO MUCHO

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