Cap 7

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Hola nenas, MIREN!!! Les dejo el segundo tráiler subtitulado de Darker , espero q lo amen y estén tan ansiosas como yo.Me encantó!!
♥♥♥

-¿Estás segura de que quieres otro cóctel, Daki?

La joven miró a su esposo.

-Créeme, Jamie, estoy segura.

El hombre levantó el brazo para atraer la atención de la azafata.

-Otro cóctel de ginebra para mi esposa -vaciló un momento-. Y yo tomaré otro bourbon con soda.

Dakota lo miró de soslayo.

-¿Es el tercero o el cuarto? -preguntó.

-No estoy seguro -admitió él.

-¿Tú normalmente bebes mucho? -preguntó ella, nerviosa.

-No, normalmente no. ¿Y tú?

-No me gusta beber -sonrió débilmente-. Pero me gusta menos volar.

-¿No te gusta volar?

-No. ¿Y a ti?

-Normalmente, no me importa.

Jamie tenía una revista abierta en las rodillas, la cual empezaba a temblar, tal vez por la turbulencia. O tal vez fueran los nervios. Porque estaba nervioso. El sudor hacía que la camisa se le pegara a la piel.

-Tenemos que hablar, Daki.

Su voz contenía un cierto tono de desesperación. Había llegado el momento de ser franco. Durante una semana había adoptado la personalidad y el estilo de un atrevido conquistador impregnado de un mecanismo animal al que ninguna mujer podía resistirse. ¿Qué pensaría ella cuando descubriera que su personalidad verdadera estaba tan lejos de la de un conquistador de Tobago?

Dakota lo miró ansiosamente.

-¿Hablar?

-Quiero decir que deberíamos conocernos mejor.

A pesar de su nerviosismo, la joven no pudo evitar echarse a reír.

-Supongo que hemos sido demasiado impulsivos.

El hombre la besó tiernamente en la mejilla.

-Yo no me arrepiento -murmuró.

Dakota se estremeció ante su contacto. ¡Era un hombre tan maravilloso y sexy!

-Yo tampoco -susurró

Luego se sintió repentinamente culpable.

-Tenemos que hablar, Jamie.

Pero antes de que pudieran decidirse a tener una conversación franca, la azafata se acercó a ellos con las bebidas.

-Enhorabuena. Uno de los pasajeros acaba de decirme que son ustedes recién casados -los miró incrédula-. ¿Es cierto que se enamoraron ustedes en Tobago y se casaron a la semana de haberse conocido?

-En realidad fue a los seis días -admitió Daki.

Miró de soslayo a su esposo. Seguía recordándole a un osado conquistador. ¿Y qué iba a pensar aquel aventurero de la verdadera Dakota Johnson? El la llamaba su "princesa exótica", pero la verdad era que, en Seattle, su vida no tenía nada de exótica.

-¡Dios mío! ¡Es tan romántico! -exclamó la azafata-. Yo me enamoré una vez así en Hawai. El era un encanto. Pasamos juntos dos semanas maravillosas. Pensábamos escribirnos después de las vacaciones e hicimos muchos planes juntos. Creí haber encontrado al hombre de mi vida.

-¿Y qué pasó? -preguntó ella.

La azafata se echó a reír con sequedad.

-Sólo recibí una carta, una postal para ser más exactos. Y luego, unos meses después, me lo encontré en San Francisco. Estaba fantástico -sonrió-, si es que a uno le gustan los hombres con vestido.

-¿Vestido? -preguntó Dakota, bebiendo un trago de su cóctel.

La otra se encogió de hombros.

-Tengo que reconocer que tenía buen gusto. Yo hubiera dado cualquier cosa por conseguir el modelo de Channel que llevaba.

-Pero usted ha dicho que lo conoció durante dos semanas -murmuró Dakota, sintiendo mariposas en el estómago.

-Cuando estuvimos juntos en Hawai, nunca lo vi vestido con otra cosa que no fuera un traje de baño, vaqueros y camisetas. Era un hombre increíblemente sexy -se inclinó hacia ella-. Pero no me sorprendería saber que, mientras yo estaba en la ducha, se había probado todos mis vestidos tropicales. Es increíble cómo pueden sorprenderla a una las personas a las que cree conocer.

Jamie y Dakota la miraron con recelo, pero ella les sonrió abiertamente y luego se marchó a ocuparse de su trabajo.

Dakota bebió de un trago el resto de su cóctel.

-Tranquila -dijo Jamie-. Te juro que nunca me he probado ninguno de tus vestidos mientras estabas en el baño.

La joven sonrió.

-¿Y qué me dices de los camisones?

-Nunca. Palabra de honor -le besó la mano-. Pero me encantan esos camisones y me gusta todavía más quitártelos.

-Jamie...

-¿Sí?

-¿Crees que lo que hemos hecho ha sido una locura?

Él le mordió suavemente uno de los dedos.

-Un poco.

-¿Y tú haces muchas locuras?

-No, no a menudo -admitió él-. Daki...

La joven apoyó la cabeza en el hombro de él.

-Fue muy romántico -suspiró-. Increíblemente romántico.

Jamie le besó el cabello.

-Nunca me había ocurrido nada semejante, Dakota. ¿Sabes lo que quiero decir?

-Sí.

-Te quiero, Daki.

-Te quiero, Jamie.

-Tal vez deberíamos...hablar.

La joven levantó la cabeza y sonrió.

-Más tarde. Hablaremos más tarde. Tenemos toda una vida para conocernos mejor.

Lo besó con ternura. Deseaba seguir siendo su exótica princesa un rato más.

Al día siguiente, Jamie se despertó al amanecer. Salió del apartamento de Dakota y se dirigió a su estudio para vestirse para ir al trabajo. Cuando hubo terminado, llamó a la puerta del encargado para decirle que se mudaría aquella tarde y que deseaba realquilar su casa. Afortunadamente, el hombre conocía a alguien que estaba buscando un estudio y no creía que hubiera ningún problema. Al menos había resuelto uno de sus dilemas. Desgraciadamente, el joven no creía que el resto de sus problemas fueran a tener una resolución tan sencilla.

Aquella mañana, Dakota estaba también preocupada. En primer lugar, todavía no le había confiado a su esposo que su exótica princesa era en la vida real una inversora de la Fundación August, una organización filantrópica que proporcionaba becas privadas para la investigación de proyectos sociales y científicos. Aunque adoraba su trabajo y le daba prestigio, estatus y un sueldo muy bueno, no tenía nada de aventurero o exótico.

También le preocupaba pensar cómo iba a decirle a Roberth August, el pomposo presidente de la venerable Fundación August, que una de sus empleadas más responsables y prácticas había vuelto de una semana de vacaciones acompañada por un esposo. Su jefe se sentiría sorprendido y la tomaría por una irresponsable.

Mientras se vestía, repasó mentalmente la agenda de su primer día de trabajo. Para empezar, tenía una reunión con August y el nuevo director del equipo de evaluación de becas para estudios de Física. Tendría que darse prisa si quería prepararla. Decidida a olvidar por el momento sus preocupaciones personales, tomó una taza de café y bajó corriendo a coger un taxi.





LOCAMENTE CASADOS (En edición)Where stories live. Discover now