LOCAMENTE CASADOS (En edición)

By SoyAryam

39.8K 3.3K 548

¿Te casarías a primera vista?...¿Cruzarías un balcón a media noche por una locura de amor?... ¿Qué harías , s... More

Cap 1
Cap 2
Cap 3
Cap 4
Cap 5
Cap 6
Cap 7
Cap 8
Cap 9
Cap 10
Cap 11
Cap 12
Cap 13
Cap 14 (Parte 1)
Cap 14 (Parte 2)
Cap 15
Cap 16
Cap 17
Cap 18
Cap 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
FIN: Capitulo 30
EPÍLOGO
NUEVA HISTORIA - Ángel Mia

Capitulo 26

1K 90 24
By SoyAryam

—Bailas muy bien, Daki —dijo Eric, oscilando con ella al ritmo de una rumba.

—No bailo a menudo —murmuró ella.

—Será divertido trabajar juntos en la fundación —susurró el joven, estrechándola contra sí.

—¿Y qué pasará con tu arte?

—Ah, el arte. Mi padre lo considera una frivolidad.

—Yo creía que te enorgullecías de no pensar como tu padre.

El joven se echó a reír.

—El piensa maravillas de ti. Y yo también.

—Ni siquiera me conoces, Eric.

—Pero pienso esforzarme en ello. A partir de ahora nos veremos a menudo.

—¿Sabes? En la fundación hay una norma que prohíbe que los compañeros de trabajo fraternicen demasiado.

—Tú no tienes por qué preocuparte por esa norma, Daki.

La joven apretó los dientes.

—No creo que deba haber excepciones, Eric. Además, a los demás empleados no les gustaría nada que tu padre hiciera una excepción.

—Tranquilízate, querida. Si todo sale como espero, sólo será una excepción temporal —le dijo él al oído.

—Es necesario que sepas que mi carrera y mi posición en la fundación lo es todo para mí.

—En ese caso, te esperan algunas sorpresas, preciosa —dijo él, sonriendo con malicia.

En aquel momento, levantó la vista y su cara adoptó una expresión de sorpresa. Se quedó inmóvil en mitad de un paso.

—Eric —murmuró Dakota.

—¡Maldición! —dijo él, mirando al otro lado del lugar.

La joven volvió ligeramente la cabeza y descubrió la causa de la consternación de Eric. Lanzó un gemido.

Jamie y Bella la saludaron con la mano en el momento en que terminaba la rumba. Dakota miro a su esposo y movió la cabeza en gesto de negación, sonrió para si y se llevo la mano a la sien. Ahh!! que podía hacer, su esposo nunca la dejaría sola, en ese momento se sentía mas querida por los evidentes celos y vigilancia de Jamie.

—¿Qué le ha pasado a su jaqueca? —preguntó Eric, mientras la banda iniciaba una canción lenta y romántica.

—Supongo que se le habrá pasado.

—Vienen hacia aquí —sonrió el joven—. Hola, James, Bella. Me alegro de verlos.

Jamie sonrió a su vez.

—¿Sabes? Hace años que no bailo con mi hermana. ¿Te importa si cambiamos de pareja?

Era evidente que tanto a él como a Bella les importaba, pero ambos reconocieron la mirada de posesión fraternal de sus ojos.

Mientras la conducía bailando hacia una de las esquinas, Daki lo miró con aire sombrío.

—No me gusta que me sigas de este modo. Si no puedes confiar en mí... —murmuró.

—Confío en ti, pero no en ese Casanova de pacotilla. ¿Qué habrías hecho si no hubiera entrado en tu habitación en aquel momento? Los labios de Eric estaban a unos centímetros de distancia de los tuyos.

—Eso no es cierto.— Jamie le dio una vuelta al ritmo de la música, su mano firme en su cintura.

—Supongo que querías que te besara.— la miro a los ojos y la acerco mas a él después del giro, se miraron directamente un gris desafiante atravesaba el azul de sus ojos.

—Vamos, Jamie...

Antes de que pudiera terminar, los otros dos se acercaron a ellos. Eric le dio unos golpecitos a Jamie en la espalda.

—¿Podemos cambiar?

—No, no podemos —musitó el otro en voz baja.

Afortunadamente, sólo lo oyó Dakota. Se apartó de él y se dispuso a bailar con el otro y a Jamie no le quedó más remedio que hacer lo mismo con Bella.

—El joven August es muy simpático —le dijo ella—. Y le gusta tu hermana. Deberías alegrarte por ella, James.

—No le conviene. No le conviene nada.

—¿No crees que eso debe decidirlo tu hermana?

—Ella no ha tenido mucha experiencia con los hombres.

En aquel momento terminó la pieza y los dos se dispusieron a avanzar hacia donde estaban Daki y Eric. El joven August parecía a punto de perder los estribos.

—Daki y yo nos dirigíamos al bar a beber algo —dijo.

—Una idea estupenda —repuso Jamie, entusiasta.

Desgraciadamente, las únicas mesas que había libres en el bar, eran mesas para dos. Y además, muy alejadas unas de las otras. Jamie se vio atrapado con Bella en una mesa situada a más de cuatro metros de distancia de donde estaban sentados los otros dos. Hirviendo por dentro, se tomó un Martini sin dejar de observarlos.

—¿James? ¿Has oído algo de lo que te he dicho?

—¿Qué? —preguntó él, sin apartar la mirada de su esposa.

Bella siguió la dirección de sus ojos y sonrió.

—Desde luego, parece que se llevan muy bien.

—Desde luego que sí —asintió él entre dientes.

La joven alargó una mano y le apretó cariñosamente el brazo.

—¿No te gustaría ver a Dakota casada con un hombre agradable?

El joven se puso en pie bruscamente.

—¿Adónde vas, James?

—Están tocando nuestra canción.

—No sabía que tuviéramos una canción.

—Es la de Daki y la mía.

—¿Tu hermana y tú tienen una canción?

A pesar de estar chiflada por él, Bella empezaba a tener serias dudas sobre James. Había oído hablar de fijaciones con la madre, pero, ¿fijaciones con la hermana?

—Está bien. Está bien. Lo siento —dijo Jamie, mientras bailaba con su esposa, que estaba furiosa—. Sé que crees que le he tirado la copa a ese idiota deliberadamente, pero te juro que ha sido un accidente. Estaba enfadado, ¿qué esperabas? Tengo que quedarme sentado viendo cómo un hombre manosea a mi esposa...

—No me estaba manoseando.

—Pero quería manosearte.

—Estoy a punto de perder los estribos, Jamie.

—Sólo hemos tenido unos días muy duros, eso es todo. Dentro de veinte años, los dos nos reiremos de esto.

—Yo no sé si podré volver a reír alguna vez.

—Claro que podrás.

—No podemos seguir así, Jamie. No puedo soportarlo más.

—El fin de semana casi ha terminado ya. Lo único que tienes que hacer es darle falsas esperanzas a ese Eric.

—No se puede desanimar al hijo del jefe.

—Si estás casada, sí, Daki.

La joven lo miró a la cara.

—¿Y tú llamas a esto matrimonio?

— Pues si, yo te amo y aunque te estés comportando así, tu también me amas y créeme entiendo tu frustración y preocupación por todo esto. Pero ambos decidimos continuar con esto, así que solo nos queda soportarlo, aunque ami también me molesta todo esto.

— Deberíamos acabar con esto de una buena vez, decirles la verdad— musito su esposa

— ¿Estas segura de eso? — ella asintió, recostándose en su pecho, estaban en una parte de la pista de baila donde ni Bella ni Eric los podían divisar, levanto la vista y lo miro, su enojo se paso, quería que todo este normal, ser una pareja normal — Y Jamie... lo siento yo también.

***

—No tienes buen aspecto, Dakie. Parece que has pillando algo. ¿Estás enfadada?

—Esto no va bien, Jamie.

—Todo se arreglará.

La joven dejó de deshacer la maleta y se sentó en su cama.

—Nuestro matrimonio es un desastre. Una farsa. Una farsa horrible.

Su esposo se sentó a su lado. De camino a casa pensó todo en lo que había metido por las mentiras, una tras otra, le parecía imposible salir de ese embrollo, no lo soportaba y aunque estuviera bien por un momento al otro le entraba el remordimiento, la angustia, el enfado.

—No debería haberme comportado este fin de semana como un idiota celoso. Pero es que te quiero tanto, Daki. Todo esto del amor, el matrimonio y los celos es algo nuevo para mí.

La joven se inclinó y se quedó mirándose los pies.

—Tienes que marcharte —dijo con tristeza.

—¿Marcharme de la fundación? —preguntó él.

Daki levantó la cabeza lentamente.

—Eso también.

—Daki...

Intentó cogerla en sus brazos, pero ella se levantó con brusquedad.

—Voy a dar un paseo —dijo, cogiendo el abrigo—. Creo que esta noche deberías irte a un hotel y mañana será mejor que empieces a buscar un lugar para vivir.

—Vamos, no puedes hablar en serio. Si deseas de verdad que me vaya de la fundación, lo haré.

La joven lo miró a los ojos.

—¿En serio?

—Dame sólo un año.

—¿Un año? ¡Oh, Jamie!

—Escucha, Daki, nadie dejaría un trabajo así sin una razón muy importante. ¿Qué excusa puedo darle a August? ¿Qué clase de carta de recomendación crees que me daría? ¿Cómo podría explicárselo a mis futuros jefes? Pensarían que estoy loco al abandonar un trabajo así antes de llevar un mes en él.

—Y yo creo que estás loco si te quedas —contrarrestó ella.

—Pero no hay problema. Mira, acabamos de pasar un fin de semana entero con August y su hijo y ninguno de los dos se ha dado cuenta de que James Johnson y Jamie Dornan son la misma persona.

—Eso ha sido solo un fin de semana. Eric empezará a trabajar con nosotros en la fundación. ¿Qué pasará si un día te ve hacer o decir algo que le recuerde a James?

—No será así. Los hombres como Eric nunca prestan atención a nadie que no suponga una amenaza para su ego. Para él, Jamie Dornan no es más que un aburrido intelectual. En cuanto a Bella...

—No sólo se trata del trabajo, Jamie.

—Todo se arreglará, Dakie. Dame una oportunidad.

—No puedo.

Avanzó hacia la puerta del dormitorio, pero el joven la alcanzó antes de que llegara allí.

—No puedes salir con este tiempo. Está helando. Cogerás una neumonía.

—No me importa —repuso ella, luchando por soltarse.

—Y a mí no me importa que no te importe. A mí sí me importa.

—Vamos, Jamie, empaqueta tus cosas y vete —dijo ella, desafiante.

—No puedo. Te amo demasiado —murmuró él con voz ronca.

Dakie sintió que su resistencia empezaba a debilitarse.

—Debí haberme ido de vacaciones a Orlando o Disneylandia.

Jamie le acarició la cintura y la joven se estremeció.

—No debí comprar aquellas lentillas marrones. Nunca te hubieras fijado en mí si hubiera tenido los dos ojos azuless.

—Sí me habría fijado.

La besó suave y largamente. Daki cerró los ojos, suspiró y empezó a acariciarle el pelo.

—No debí ir a Tobago. Eso fue un gran error.

Se quitó lentamente el abrigo, que cayó al suelo. El hombre empezó a desabrocharle los botones de la camisa.

—Tal vez fuera por el plato ese que me recomendaste. No debí hacerte caso.

Jamie la besó en los labios.

—No deberíamos hacer esto —murmuró ella cuando la soltó.

—Las personas casadas suelen hacerlo —musitó él, mientras continuaba desnudándola.

—Cuando haces eso no puedo pensar —dijo ella, sin aliento.

—No pienses. Siente. ¿Qué es lo que sientes, Daki?

Le mordió el cuello mientras le bajaba primero la falda y luego las braguitas y las medias. La joven le dejó hacer y luego se quitó los zapatos. Jamie se desnudó entonces rápidamente.

La cogió en sus brazos, la llevó así hasta la cama, la dejó caer sobre ella y empezó a acariciarla.

—Te amo —murmuró.

A Dakie le latía violentamente el corazón. Se apretó contra aquel cuerpo masculino. No podía evitarlo. A pesar de que su razón le decía que aquel matrimonio estaba condenado al fracaso y que lo mejor sería darlo por terminado lo antes posible, una oleada de deseo la envolvió por completo. La cabeza le daba vueltas. Le costaba trabajo respirar.

—Sí, sí... —murmuró, cuando él empezó a besarle los senos.

Él le besó los pechos, la mejilla, la punta de la nariz y los párpados antes de seguir besando otras partes más eróticas de su cuerpo.

—Eres maravillosa —murmuró contra su estómago.

Luego repitió lo mismo al besarle los muslos. Sus manos le acariciaron las nalgas. Dakie se puso rígida un momento, pero luego se relajó mientras él le apretaba las nalgas y empezaba a acariciarla con su boca.

—No... sí, sí —murmuró ella, estremeciéndose de placer.

Cuando por fin la penetró, estaba sumamente excitada y tenía la boca seca de deseo. Sentía que iba a explotar en cualquier momento. Sintió los movimientos de Jamie y, un rato después, los dos gritaban de placer. Cuando terminaron sus espasmos, se abrazaron estrechamente y se quedaron dormidos.

Jamie durmió con el sueño pesado de los satisfechos, pero el sueño de Daki estuvo plagado de pesadillas. Cuando sonó el despertador el lunes por la mañana, él se movió medio dormido y extendió una mano para buscar el cuerpo de ella.

Al darse cuenta de que no estaba a su lado, abrió los ojos y se incorporó de un salto.

La joven estaba sentada en el sillón, vestida ya para el trabajo y mirándolo con aire solemne.

—Lo que ocurrió anoche, Jamie...

—Lo que ocurrió anoche fue maravilloso, Daki.

Su esposa apartó la vista del cuerpo desnudo de él.

—Lo que ocurrió anoche no cambia nada.

El hombre apartó la colcha y se puso en pie.

—Jamie, por favor, vístete. Tenemos que arreglar esto.

—Yo creo que lo arreglaríamos mejor si tú te desnudaras y vinieras a la cama —sonrió él.

—No.

A pesar de su aparente calma, el corazón le latía violentamente. Escondió las temblorosas manos en el regazo.

—Creo que necesitamos un período de separación. Desde que nos conocimos, no han dejado de pasar cosas y yo necesito tiempo para asimilarlas. Quiero que busques otro lugar para vivir.— dijo ella

—Daki...

—Hablo en serio —dijo ella, al borde de las lágrimas—. Estoy demasiado confundida. No puedo pensar con claridad. Necesito volver a poner un poco de orden y normalidad en mi vida. Y si no te marchas, creo que nunca volveré a ser normal.

—La normalidad no es tan maravillosa, querida —murmuró él, avanzando hacia ella completamente desnudo.

—No, Jamie, no lo hagas —dijo ella, cortante. Él se detuvo.

—Te quiero, Dakota.

Ella se echó a llorar.

— No, ya no quiero que lo hagas.

♥♥♥♥


ESPERO SUS COMENTARIOS Y VOTOS, QUIERO SABER QUE PIENSAN DESDE CAP Intenso.

Continue Reading

You'll Also Like

183K 10.4K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
40.5K 7.9K 38
Cassiopeia Polaris, melliza de Draco y princesa de la familia Malfoy - Black, vuelve a Inglaterra luego de estudiar dos años en Durmstrang, pero.. po...
196K 11K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
200K 10.8K 97
Segunda parte de One Shots - Selección Mexicana La primera parte se encuentra en mi perfil más de 100 One Shots Pequeñas historia de tus futbolistas...