Toma un poco de tu propio chocolate nene.
Cuidado con una mujer despechada.
No se parece en nada a la enamorada.
Algunas veces en la vida no sabes lo que sufre una persona hasta que pasas por la misma situación. Aquí estoy yo, una chica que tenía que enamorar a un idiota y luego romper su corazón. Pero las cosas se han revertido.
Nathan está haciendo lo mismo que yo.
Y él lo ha logrado.
Después de todo Adrien me dijo la verdad, y esto duele. Todo esto me está consumiendo. Siento que me cuesta respirar, es como si me hubiesen dado un golpe en el estómago dejándome sin aire; cada célula de mi cuerpo quiere desaparecer, las lágrimas pican en mis ojos y trato de retenerlas lo más que puedo.
¿Esto es tener el corazón roto?
Porque si es así, es una mierda.
La ira y tristeza solo confirman lo que siento, y no quiero admitir.
Estoy enamorada de Nathan.
No puedo seguir escuchando ni una palabra más. Corro hasta el baño. Cierro con fuerza y no me preocupa romper las paredes. Dejo caer mi cuerpo sobre la puerta fría y me deslizo lentamente. Llevo mis manos hacia mi rostro y seco las lágrimas que comenzaron a salir.
¿Por qué me siento de esta manera?
Soy tan estúpida, creí en Nathan, y con el tiempo sin darme cuenta me enamoré de él. Si tan solo hubiera seguido con mis planes de destruir su corazón, tal vez sería la mala de la historia. Pero al menos mi corazoncito seguiría intacto.
Con manos temblorosas tomo mi celular y marco el número de Mathieu.
— ¿Tan rápido te aburriste?
—Qu-ie-ro....v-en —no logro formular palabras si echarme a llorar.
— ¿Qué pasa? —su tono de preocupación solo me hace sentir miserable.
—Ven por mi...—logro formular —te necesito Mathieu.
Nathan.
Ana está comportándose de una manera muy extraña, esta noche la sentí distante y no puedo sacar de mi mente que algo la tiene inquieta. Me encuentro frente a Logan, su conversación me está sacando de quicio.
—Queda tan poco...—Logan se acomoda la corbata —...Para ganar la apuesta, solo tienes que saber ¿Ana está o no está enamorada de ti?
—Baja la voz, puede escucharnos.
— ¿Aun te importa? —Logan parece confundido —Después de todo ella prefirió a Adrien, tengo un vídeo de ti cantando a todo pulmón completamente ebrio por eso. Creí que volviste con ella para terminar la apuesta.
¿Me importa? Claro que sí. No quiero que Ana sepa de la apuesta. Quiero comenzar una relación y estoy seguro que algo como esto arruinará mis planes. Desde que supe mis sentimientos por Ana todo dio un giro de ciento ochenta grados en mi vida.
—No continuaré con la apuesta —me ve acusadoramente.
—No puedes hacer esto Nathan, el equipo ha invertido mucho dinero.
Pues dejare de ser el capitán si es necesario.
—Soy consciente de ello, pero no puedo hacerlo.
— ¿Pero qué diablos te hizo cambiar de opinión? —dice molesto.
—Me enamoré de ella —confieso, decirlo en voz alta se siente tan bien.
— ¿Qué acabas de decir? —mi amigo parece consternado —Pensé que era un capricho de tu parte.
—Me temo que estamos igual de jodidos —me burlo —los dos estamos enamorados.
— ¿Es una broma? Te dije muy claramente que ¡No te ena...!
Su comentario me enoja, él es la persona menos indicada para reprocharme algo como eso.
— ¡Eres un hipócrita! —me rio en su cara —tú también caíste por una chica. La diferencia es que yo no pienso romper el corazón a Ana.
—Púdrete Nathan.
Logan me empuja con brusquedad y se pierde por el pasillo. Camino enojado hacia el baño. Ana ya se tardó lo suficiente, tanto que empiezo a preocuparme. Toco la puerta para comprobar si está bien.
—Solo tardaré un minuto —su voz se escucha tras la puerta.
Mientras espero pienso en lo sucedido, seguro el equipo me odiara por hacerles perder su dinero. Pero no pienso lastimarla, quiero estar con ella. La veo salir, cuando posa su mirada en mí, temo por mi vida. Me ve de una manera fría, llena de odio.
—Necesitamos hablar.
Mierda...llego el famoso "tenemos que hablar"
¿Escucho mi conversación con Logan? Espero que no, por favor.Camino tras ella en silencio, sale por la puerta principal y llega a la acera.
— ¿Dime que ocurre? Te comportas de una manera extraña. —tomo sus brazos —¿Acaso dije algo malo? ¿Hice algo que te molestó?
—Eres un mentiroso—me empuja — ¿Te divertiste Nathan, creíste que nunca me enteraría de la apuesta? Quiero escucharlo de tu propia boca, ¿Es verdad?
Miedo puro recorre mis venas, mi respiración comienza hacer agitada, ella lo sabe. Por la forma en que respira y trata de contener las lágrimas sé que es tarde; voy a perderla.
Jamás va a perdonarme.
—Lo siento tanto....
— ¡Dime que no es cierto!
Me siento el ser más despreciable, verla llorar me destruye. Solo quiero abrazarla y decirle que todo va a estar bien.
—No puedo decirte eso—un nudo se forma en mi garganta.
— ¡Responde Nathan! —vuele a empujarme —¡Cuéntame como te burlaste de mi todo este tiempo!
— ¡Es verdad! ¿Eso querías oír? —digo al borde de la desesperación —pero después todo...cambió.
— ¡Gracias, eso quería oír! —trato de acércame — ¡Aléjate de mí!
En ese momento rompe a llorar. Trata de limpiar sus lágrimas con las palmas de su mano. ¿Por qué demonios se enteró? No sé qué decir, solo quiero despertar de esta pesadilla. Ella me odia; la peor parte es que esta en todo su derecho.
¿Quién soy para jugar con sus sentimientos? Debí decirle la verdad en cuanto pude.
—Déjame explicarte... —trato de acercarme; sin embargo ella se aleja cada vez que lo intento —...al principio ese era mi objetivo, pero al conocerte.
—No me digas el típico cliché. ¿Ahora estás enamorado de mí? —Se ríe—Vamos Nathan, sé que puedes inventar algo mejor.
— ¡Pues aunque no lo creas es cierto!
—Dime algo que si crea...por favor.
Me quedo callado, parece que no va a esperar mi respuesta porque comienza a caminar en dirección norte.
— ¡Estoy enamorado de ti! Maldición ¡Te quiero!
La tomo de los brazos, haciendo maravillas para que no me golpee.
—Suéltame, ¡maldito mentiroso!
No logro calmar a Ana, por más que lucho contra sus golpes no puedo detenerla. En un impulso desesperado la beso. Es un impacto brusco. Trato de que sus labios se muevan con los míos, pero solo logro otro golpe y me aleja.
Sus lágrimas dejan de salir, parece más calmada. Ana se da media vuelta y comienza a reír. Ese cambio de humor me está asustando. No es buena señal que pase del llanto, a la risa.
— ¿Te gusto mi actuación? — se seca las ultimas lágrimas y deja todo rastro de enojo.
Parece otra persona. Vuelve hacer la misma Ana que conocí, con ese aire de superioridad.
— ¿Qué te pasa? —pregunto.
Ahora es ella quien se acerca a mí. Me da un beso en la mejilla. Su sonrisa es malévola...jamás había visto esta faceta suya.
—Siento si me comporte como una loca —toma una postura altanera —de alguna forma tenía que lograr que expusieras tus sentimientos por mí.
¿Qué mosca le pico?
—Ana, habla claro. No entiendo un carajo que está pasando.
—Con gusto te lo explico. No me importa la apuesta que hiciste con el equipo, para ser sincera me siento hipócrita al hacerte creer que estoy herida, ya que no soy una víctima.
˂˂ Hace meses un grupo de amigas hizo una apuesta. Una de ellas tenía que enamorar al capitán del equipo de fútbol, para demostrarles que podía pasar tiempo con el sin tener el mínimo interés y romper su lindo corazón. Claro que también ganaría una buena cantidad de dinero˃˃
—No es cierto...
— ¿Puedes adivinar quienes eran ese grupo de amigas?
Una sensación empieza a oprimir mi pecho.
—Ana...no es cierto.
— ¿Solo eso dirás?—se cruza de brazos—Pero tienes razón, yo era una del grupo, supongo que te imaginaras quienes son el resto. Te doy una pista: dos rubias y la ex de tu amigo. O no espera, falta otra.
—Estas inventando esto por venganza. ¿Cierto?
—Puedes pensar lo que quieras ¡Qué ironía! Ambos tenemos la misma apuesta, y creo que gané, ya que al parecer estás enamorado de mí. O eso escuche hace unos minutos.
—Estas mintiendo, no eres ese tipo de chica.
Siento como todo a mí alrededor se detiene. Quiero moverme; sin embargo mi cuerpo esta petrificado. Siento unas náuseas terribles. Un sentimiento de ira nace bajo mi estómago.
—No me conoces.
—No te creo, es imposible.
— ¿Qué es imposible, tu lado herido de macho alfa? si no me crees siempre puedes preguntarle a las chicas.
El auto de Mathieu se estaciona en la entrada, temo que baje para molerme a golpes. Supongo que no vino a eso porque se queda en su auto esperando a su hermana. Ana me ve con una sonrisa y se va sin añadir una sola palabra, no quiero seguirla. En este momento sólo tengo cavidad para dos sentimientos: enojó y confusión.
No voy a quedarme con esta duda, tomo las llaves de mi Harley. Iré a casa de Valeria.
Ella es la única que puede aclararme todo....
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Esto ya se descontrolo.
Que tal el capitulo?
Espero siempre tu comentario y tu voto personita!
Sabes que con eso tienes pase libre al cielo 😂😂😂😂
Próximo capitulo
Creo que les vendrá bien otro cambio de cuerpo 👀👀