¿Justin cantando? Jamás me lo hubiera imaginado. No parece ser del tipo que si quiera cantara o lograra hacer estas cosas tan románticas. Era algo fascinante seguir descubiendo nuevas facetas de él.
Sin poder moverme de mi lugar, lo sigo escuchando. Su voz seguía sonando y a pesar de encontrarme rodeada por mi familia, no lo sentía de esa forma. Sentí que estaba en un burbuja solo con él, y todo lo que su corazon expresaba, era para mí.
Cuando termino, dio un paso adelante y me sonrió con nerviosismo.
—Así que...¿qué me dices, Selena? ¿Me darías una segunda oportunidad?
—No lo sé, Justin...
—Solo dile que sí, Selena—dice Logan—. Tú lo extrañas y él a ti. Además, fue difícil convencerlo.
—¿De qué hablas, Logan?—digo molesta.
—¿Por qué crees que falte? El pobre no sabía que hacer para que lo perdones así que le di un empujón-—levantó sus manos en modo de disculpas.
Resopló y me cruzo de brazos. Lograba entender todo ahora y me sacaba de quicio. ¿Por qué tenía que meterse después de verme sufrir por él?
—Logan, Henrie, vamos dentro—escucho a mi madre decir, supongo que quieren darnos privacidad—. Vamos, Sel, escucha a tu corazón.
La miro y me sonríe antes de entrar a la casa.
—Sel... por favor, perdoname.
Vuelvo a mirar a Justin y puedo ver él dolor en sus ojos.
Me debatía entre perdonarlo y no. Por una parte, mi corazón me decía «hazlo» pero por otro lado, me decía «olvídalo» y no sabía que hacer. Lo amaba con todo mi corazón, eso era un hecho. Pero también era un hecho de que es un idiota sin remedio que me romperá el corazón de mil formas.
—¿Y por qué debería hacerlo?
—Porque te amo y a pesar de todos mis errores, sé que tú también. He tenido mil fallos y merezco tu desprecio ahora pero te extraño demasiado.
—Justin, me has defraudado. Todo esto fue diferente porque me engañaste frente a mis narices y lo mas gracioso es que creí que de verdad estabas cambiando por mí.
—Lo estoy. Creéme, nunca fui un persona romantica, pero por ti lo soy. Te juro que ninguna chica había logrado que me pusiera de rodillas a pedir perdón, o a cantarle y comprarle sus flores favoritas. Solo tú, Selena, has logrado sacar esa parte de mí.
—¿Y qué hay de Hailey?
—Sel, sé que mis acciones le dan la razón a ella pero estaba perdido. Fue un momento tonto y ya sabes lo zorra que ella puede lograr a ser. —Da otro paso a mí y al ver que no me alejo, me atrae hacia él. Ahora nuestros rostros estaban a centímetros y mi cuerpo comenzaba a fallarme.
«Escucha a tu corazón, Selena».
Suspiro y cierro los ojos. Estaba claro lo que quería, pero tenía miedo. Pensé en todo lo vivido con él, era algo que jamas iba a recuperar y lo sabía.
«¿Por qué no intentarlo una vez más?»
—Por el momento tú y yo vamos a hablar—dije después de lo que pareció una eternidad. Sus brazos se relajaron a mi alrededor y antes de que me diera cuenta, ya se encontraba besándome.