Un poco de agua, puede solucionar las cosas. Al menos por ahora...
Nathan.
Había olvidado por completo lo de la apuesta ¿Y si Logan abrió la boca? Además las amigas de Ana también lo saben ¿Por qué no se lo han dicho? Algo se trae entre manos, y voy a averiguar que es.
Camino hacia Ana quien está en la puerta de entrada, tengo que observar su reacción y descubrir que tanto sabe. Si me golpea es porque se enteró.
— ¿Qué tal tu primer día? —trato de sonar casual.
—Estuvo bien —responde cortante. Parece no querer verme a la cara.
¿Qué significa eso?
— ¿Fue tan difícil? —Bromeo para relajar el ambiente.
—Fue extraño, tengo algo que decirte —cambia por completo el tema.
— ¿Que sucede? —digo nervioso.
—Tu madre me llamo, dice que pasará a recogerme para ir al cementerio.
Mierda. Lo olvidé. Soy un completo imbécil. Siento una presión tan grande en el pecho que me cuesta respirar. Con todo lo que sucedió lo olvidé por completo.
— ¿Qué fue lo que te dijo?
—Nada en particular, estaba muy molesta porque lo olvide —me ve con ojos preocupados —lo siento, si hubiera sabido...
—No es tu culpa. Es mía. Debí decirte.
Veo llegar a mi madre en el auto, quisiera estar para ella esté día. Siempre la pasa muy mal, papá no ayuda en lo absoluto. Se encierra en su oficina y no sale hasta la cena.
—Debo irme —me da un beso en la mejilla —puedes hablarme de eso luego. Cuando estés listo.
—Gracias Ana, trata de estar con mi mamá.
—Lo haré —empieza a caminar, pero se detiene. Volteo y dice —Tienes mi permiso de darte una ducha.
Su comentario me levanta un poco en ánimo.
—No lo puedo creer, sabía que morías por verme desnudo —trato de bromear.
—Eres un idiota.
***
Me encuentro en la habitación de Ana decidiendo si es buena idea tomar esa ducha, para ser sincero la necesito, además tengo el maldito período y ya no lo soporto ni un día más.
Vamos Nathan, serán 5 minutos y tendrás cerrados los ojos.
Aunque lo que quisieras es verte en un espejo.
No, no, no sólo hazlo rápido y sin ver.
Sólo le echaré una ojeada.
Por otro lado estoy tratando de alejar mis pensamientos de tristeza. Hoy hace 4 años perdí a mi hermano, mi compañero, mi mejor amigo.
Fue un accidente automovilístico.
La última noche que lo vi le dije cosas horribles. Él había estado drogándose a escondidas, se lo conté a mis padres porque estaba preocupado por él.
Ellos lo castigaron y lo amenazaron con mandarlo a una escuela militar. Ese día se escapó de casa para ir a una fiesta con sus amigos.
Al parecer el conductor estaba ebrio, mi hermano iba de copiloto. Chocaron contra otro vehículo. Desde entonces mi familia quedó destruida, mamá no es la misma. Y papá se ha enfocado tanto en su trabajo que apenas lo vemos en casa.
No quiero pensar en eso.
Agradezco que esta vez sea Ana quién acompañe a mi mamá. Las veces anteriores siempre terminamos peleando en el cementerio.
—Deja de pensar en Ana —me sorprendo a mí mismo.
No puedo seguir fingiendo, me gusta. Es una chica tan especial, por una parte es una loca he inmadura, pero por otra, es la persona que me entiende y la única con quién me siento cómodo.
Tengo miedo de seguir con la apuesta y lastimarla.
¿El equipo me entenderá?
La respuesta seria un no.
Diablos Nathan ¡Es sólo una chica! ¡Gana esa apuesta!
No puedo cambiar de opinión, lo empecé y lo terminaré, aunque Ana me odie el resto de su vida.
Ana.
Después de tomar la ducha no puedo dejar de pensar en Nathan ¿Estará triste?
Su mamá está destrozada, lo único que hice fue abrazarla y esperar paciente todo el tiempo que ella estuvo viendo la tumba.
Me acuesto en la cama y observo la habitación, hay fotografías de todo tipo pegadas a las paredes, desde paisajes hermosos hasta animales exóticos, una en especial llama mi atención, la imagen descansa sobre su mesita de noche, supongo que debe ser su hermano. Tienen un parecido extraordinario.
Llaman a la puerta. Busco el celular para pretender que hago algo interesante en él.
—Adelante.
—Nathan tu padre quiere hablar contigo.
—Bajo en unos minutos mamá—digo.
¿Cómo disimulo ser Nathan?
¿Notara algo diferente?
Me armo de valor y camino al primer nivel, el día de ayer estuve recorriendo la enorme casa para familiarizarme con los lugares. El único cuarto al que no pude entrar fue a la oficina del padre de Nathan. Estaba bajo llave.
Toco la puerta.
—Adelante —dice desde el interior.
— ¿Querías verme? —pregunto. Diablos estoy nerviosa.
—Pasa Nathan —obedezco, tras el escritorio puedo apreciar a un hombre con vestimenta elegante.
Es atractivo y se parece mucho a su hijo.
Tomo asiento y no digo ni una palabra, sólo observo sus movimientos y me preparo para escuchar. Es un hombre con la capacidad de intimidarme. Algo que su hijo no ha logrado hasta la fecha.
—Estarás preguntándote porque quiero hablar contigo —asiento sin saber que más hacer.
<<Como sabrás acabo de regresar de Tokio y quiero informarte que cerré el negocio para empezar a construir un centro comercial, sé que apenas tienes diecisiete años, pero esa edad tenía yo cuando empecé a encargarme de los negocios familiares, ahora es tu oportunidad, disfruta tus últimos seis meses en parís porque cuando estos se cumplan, subirás a un avión y vivirás un año en Tokio supervisando la construcción, seguirás con tus estudios en el mejor centro educativo, así que hijo, comienza a aprender japonés>>
— ¿Qué? —digo sin pensar.
— ¿Acaso no estás feliz? —pregunta su padre.
—Esto.... es apresurado.
Cierra la boca Ana ¡Tú no eres Nathan!
¿Acaso no quieres dejarlo ir?
—Nathan no discutiré contigo, ya está decidido —dice el hombre con tono firme y autoritario.
— ¡No me iré! —Grito, me pongo de pie con toda intención de irme —¡No puedes obligarme!
Estoy actuando de manera irracional, el padre de Nathan me ve con enojo.
— ¡No permitiré que me grites en mi propia casa! —se pone de pie.
— ¡No puedes decidir por mí!
¡Cierra la boca Ana!
—Nunca has ido en contra de mis órdenes, así que empaca y despídete de tus amigos, ¡Ahora ve a tu habitación!
Salgo de su oficina tan enojada que tengo la necesidad de golpear algo, entro a la habitación y cierro de un portazo, me tiro a la cama a llorar, una gran desesperación y miedo aparecen en la boca de mi estómago.
¿Por qué me afecta que Nathan se marche?
¿Quién soy yo para impedirlo?
Además tengo un problema mayor, yo todavía estoy en su cuerpo, no puedo irme. No puedo dejar a mi familia. No estoy segura cuánto tiempo voy a estar en su cuerpo.
Tengo miedo.
Miedo de quedarme así para siempre.
Miedo de no verlo más....
*******
No baje a cenar, me encerré en la habitación de Nathan, llevo más de una hora tratando de dormir. Pero no puedo. Son tantas cosas las que tengo que pensar y por más estúpido que suene, la apuesta es lo que me tiene inquieta.
Si seguimos en el cuerpo del otro, es cuestión de tiempo para que las chicas saquen a relucir nuestro plan y Nathan lo descubra todo.
Y no quiero que lo sepa, me aterra la reacción que pueda tener.
Por fin entró en trance para dormir cuando una sombra se asoma por la ventana, ¿Un ladrón? ¿Un asesino? ¿Un violador?
Me levanto y busco algo para defenderme. Estoy tentada a gritar, pero no quiero preocupar a los padres de Nathan por alguna estupidez.
— ¿Quién es? —pregunto muerta de miedo.
—Tranquila, soy yo —dice una voz femenina que reconozco como la mía.
— ¡Maldición Nathan! Me has dado un susto —le tiro una de las almohadas.
—Auch.
— ¿Qué haces aquí? —Pregunto —si mis padres descubren que no estoy en mi habitación me matarán.
—Tranquila, no lo sabrán —dice mientras entra por completo a la habitación —lo siento pero no puedo dormir en tu cama, para eso está la mía, así que hazme un espacio.
¡¿Qué!? Nathan va a dormir conmigo ¿En la misma cama?
— ¿Piensas dormir aquí? —pregunto nerviosa.
—Esta es mi cama —dice, no escucha mis protestas porque me empuja para el lado izquierdo y se mete bajo las sábanas.
— ¿Acaso estás loco?
—Silencio, ahora duerme.
De mala gana me meto en la cama, no le daré la santificación de ganar.
— ¿Cómo está mi mamá?
—Fue un día difícil para ella. Pero después del cementerio estuvo más tranquila.
Nathan parece aliviado. Coloca una mano abajo de su cabeza y cierra los ojos.
— ¿Qué pasó? —digo.
—Tenía un hermano grandioso, la última vez que lo vi le dije cosas horribles. Murió en un accidente de auto. Es un tema del que no me gusta hablar. Gracias por estar hoy con mi mamá.
—Cuando quieras hablar sobre eso, puedes confiar en mí
Preferí darle su espacio y no atacarlo con preguntas. Cuando quiera hablar, con gusto estaré para escucharlo. A veces las personas solo quieren estar acompañadas y sentirse apoyadas, sin ser juzgados.
Sabía que tenía que decirle sobre Tokio, pero.... las palabras no salieron de mi garganta. Solo me acosté y dormí. Sintiéndome segura a su lado.
Nathan
Aunque era raro ver dormir a Ana en mi cuerpo a la vez se sentía jodidamente bien. La manera en que respiraba y murmurada en sus sueños me parecía divertido, por un momento cerré los ojos y toque su rostro. Los latidos de mi corazón se aceleraron, escucharla respirar me tranquilizo.
Tuve que regresar a la casa de Ana antes del amanecer para no tener problemas con sus padres. Me prepare para el colegio y decidí caminar para relajar un poco mi mente.
De pronto sentí una pequeña gota de agua en mi mejilla, la sentí deslizarse lentamente hasta el final de mi rostro.
Siento un escalofrío que recorre cada molécula de mi cuerpo, un cosquilleo extraño se desliza desde mi cabeza hasta la punta de los pies, cierro los ojos y un impacto brusco me derriba al suelo.
¡Está lloviendo!
Cuando abro los ojos me encuentro en mi habitación con una toalla alrededor de mi torso. Me llevo las manos al pecho examinado mi cuerpo.
¡Un espejo!
Corro directo al baño
— ¡Oh por Dios! —grito—¡Soy yo! ¡Soy yo!
Ana
Mierda
Me quede dormida, era sumamente tarde, no puedo faltar a clases. Al despertar Nathan no estaba, supuse que regresó a mi casa. Es un alivio, no me gustaría preocupar a mi familia.
Me levanto de un salto y entro en la ducha.
Me baño en menos de cinco minutos, cuando salgo una extraña sensación recorre todo mi cuerpo. Un cosquilleo me invade de pies a cabeza, un escalofrío me hace temblar, siento como si me quitaran un pedazo de mano o pierna, cierro los ojos y un impacto me derriba hacia el suelo.
¿Por qué estoy mojada?
Tiemblo por el frío, abro los ojos y me llevo una sorpresa al encontrarme afuera del colegio. Me pongo de pie algo desorientada y observo a mí alrededor.
¡Está lloviendo!
Noto mi ropa puesta, es mi chaqueta, sin duda alguna. Examino con detalle mi cuerpo para asegurarme de estar completa.
¡Necesito un espejo!
Entro corriendo al colegio y me escabullo en el baño de señoritas. No lo puedo creer.
— ¡Oh Dios! —Grito dando pequeños saltos —¡Soy yo!
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Nuevo Capitulo!!!
AVISO IMPORTANTE
Nueva historia en mi perfil.....promete que le vas a echar un ojito? Dale unos minutitos....seguro te vas al cielo por eso. :)
Dale una oportunidad!
Nathan y Ana ya volvieron a sus cuerpos....pero les prometo que aun tendrán que volver al cuerpo del otro...la cosas se pondrán mas intensas.
Una besito.
No olvides presionar esa estrellita...ya lo hiciste? si?
Sabes que por eso te adoro.
-Doty-