37. Adiós, clase del 2014
Terminé de colocarme el uniforme para luego colocarme la estúpida túnica azul y el gorro con birrete del mismo color. Miré mis pies y fruncí el ceño al verme con tacones, no no, si iba a graduarme lo iba a hacer bien. Me saqué los tacones y busqué por todos lados algún calzado de planta baja, cuando lo encontré sonreí y me coloqué las mismas zapatillas con las que había llegado el primer día.
Mi teléfono vibró y lo saqué de mi brasear.
Blake:
¿
Puedes ayudarme con la estúpida corbata?
Sonreí, tomé mi mochila y salí de mi habitación. Primero me crucé con Travis, estaba en ropa interior porque alguien le había robado su uniforme y túnica.
—Estoy seguro que fue Alex —murmuró, enfadado— Te ves bien pero tu mamá te arrancará los pies si te ve así.
—No, creo que ya se lo espera —respondí— Te veo allá.
Corrí hasta el edificio continuo y entré a la habitación de Blake. Me reí de inmediato. Estaba sentado en el suelo, en ropa interior, sólo con una camisa puesta y una corbata en la muñeca.
—Thompson, eres un desastre —murmuré riendo— ¿Cómo haces para vestirte en las mañanas?
—Alex me ayuda pero no sé donde está ahora y tengo novia para que me ayude.
—No impondrás sobre mi el paradigma patriarcal.
—Cállate que no eres Alaska Young, además, ella es más sexy —dijo con una sonrisa.
Sonreí aun más grande —¿Cómo lo sabes? ¿Leíste buscando a Alaska?
—¿No puedes callarte y ayudarme? Sigo avergonzado de que me estés viendo en camisa y ropa interior —mumuró
—Bebé, te he visto en mucho menos —susurré mientras me acercaba y le quitaba la corbata de la muñeca.
Blake tomó mi mano y me miró seductor, después de varios meses, Blake Thompson no perdía su encanto.
—Mis padres están esperando y tenemos sólo veinte minutos —le recordé.
—¿Uno rapidito? —susurró tomando mi cintura.
Suspiré rendida y empujé a Blake para colocarme sobre el.
[...]
—Estúpido adolescente de hormonas alborotadas, te lo dije —murmuré agitada mientras corríamos por los pasillos tratando de encontrar la ceremonia
—No fue mi culpa —dijo Blake mientras corría a mi lado
Rodé los ojos y seguí corriendo, de seguro mis padres me matarían. No había nadie por los alrededores, eso significaba que íbamos más que tarde.
—Ahí están —dijo Blake apuntando el jardín principal.
Habían muchas personas y podía ver a varios alumnos con gorros azules sentados al frente. Corrimos hacia ellos y justo antes de que tratara de pasar desapercibida, mi abuela habló.
—Savannah —me llamó y todos se giraron a verme.
Me paré en secó y miré a mi abuela con una sonrisa, solté la mano de Blake.
—Ya que llegas tarde ¿por qué no vienes tu a dar el discurso? —se cruzó de brazos.
—¡Pero yo tenía todo listo! —se quejó Harper— Huh, sabía que tener sexo era una buena idea.
Rodé los ojos y me acerqué al podio. Blake se sentó junto a Alex y todos me miraron esperando que hablara.
—Huh, no tengo mucho que decir sobre este lugar —comencé— Llegué aquí porque mi loca madre decidió que debía madurar de una vez y volverme una señorita. Lamento informarte, mamá, que lo único que lograste fue que caminara en tacones sin sacarme un ojo.
—¡GRACIAS A MI, DEBERÍAN DARME UN NOBEL! —gritó la maestra Dominé
—Deberían, pero no lo harán, ahora cállese y siéntese.
—Pendeja mal agradecida —murmuró.
—Hice tantas cosas aquí, y sólo estuve cinco meses cuando mucho. Creo que Laurent es más que un internado para chicos y chicas mimadas y educadas, es un internado en el que podrás encontrar más que sólo tacones y buenos modales.
»Es un lugar donde podrás encontrar una historia que contar. Donde podrás encontrar amor, amistad, diversión y para que mentir, también encontrarás sexo del bueno —mi mamá me miró mal— Antes de venir aquí, mi novio y yo hablamos sobre un libro, donde el protagonista entraba a un internado en busca de ese "gran quizá" me alegra decir que lo encontré»
Para ese minuto, Haprer estaba llorando a moco suelto. Ella era toda una sentimental.
—Ese gran quizá son todos ustedes, no sólo mis amigos, me refiero toda maldita persona que hizo este viaje más interesante. Si, incluso tu Peter que estás hasta el fondo porque apestas a atún —incluí— Porque en un par de horas, estaremos graduados y esta será sólo una etapa más de nuestra vida. Pero en el futuro, cuando el sexo les provoque náuseas y tengan arrugas en partes asquerosas, volverán el tiempo atrás y recordarán cada una de las cosas que hicieron aquí. Que quizás no hicieron nada y se pasaron jugando video juegos, que quizás dejaron embarazada a alguien, que quizás encontraron el amor y lo perdieron por estúpidos.
»Pero de eso se trata la preparatoria, y de eso se trata la vida. Algunos piensan que los adolescentes cometemos errores para aprender, no, los adolescentes cometemos errores porque somos humanos y debemos equivocarnos. No sé que será de nosotros más adelante, tal vez alguno de nosotros se vuelva presidente y otro terminará bajo el puente. Pero terminemos donde terminemos, no debemos olvidar que aquí nos formamos, aquí aprendimos, aquí fue donde aprendiste hacer todas las pelotudeces que ejercerás en tu vida diaria. Y ahora terminaré esto porque muero por ir al baño y además, si sigo hablando, Harper inundará el instituto.
—¡ES TU CULPA MALDITA PENDEJA! —gritó entre sollozos mi mejor amiga.
Me bajé del podio y me lancé a abrazarla. Llenó mi túnica de mocos.
—Si ignoramos todas las partes inapropiadas, ese fue un discurso perfecto. Gracias Savannah.
Sonreí y me senté en la silla con mi nombre. Já, crédulos, todo salía en una película.
[...]
—Blake Benjamin Thompson —llamó mi abuela.
Blake se levantó de su silla y se acercó para recibir su diploma y su fotografía.
—¡Lo logré, te lo dije mamá, y tu decías que terminaría en KFC! —gritó mi novio mientras hacia movimientos obscenos en el escenario.
Negué con mi cabeza y sonreí.
—Alexander Mackenzie Thompson —llamó al otro gemelo.
Este se levantó de su silla e hizo el mismo procedimiento de Blake.
—Hermano, aún te queda la universidad estúpido —le dijo a Blake.
—Demonios —murmuró el.
—Travis Tomás Brooks.
Travis se levantó de su asiento y al ver su fotografía hizo una mueca.
—La tomaron en mis tiempos de homosexual —murmuró decepcionado.
—Lucas Matías Brooks —llamaron al otro.
Se levantó de su asiento y después de sonreír a la cámara, dijo:
—¡Soy gay, lo escuchas mundo, soy gay!
—Uh, Luke. Todos lo sabíamos.
—Pendejos.
—Savannah Marie Anderson.
Me levanté de mi asiento recibiendo una palmada en el trasero por parte de Harper. Reí y me acerqué a mi abuela.
—Felicidades graduada —me sonrió.
Sonríe y tomé mi diploma. Sonreí para la foto y la abuela me dio el micrófono.
—¡No seré una bastarda! —grité elevando mi mano con el diploma.
—¡Ya lo veremos! —gritó Newt
—Cállate, de todas maneras mamá quiere enviarte aquí el año entrante.
[...]
Reí junto con Harper mientras veíamos a Lucas coquetear con un chico, era pesimo ligando.
—Cinco dólares a que el tiene novia.
—Hecho.
Cinco minutos después, una chica golpeó a Lucas y se fue con su novio. Le pagué cinco dólares a Harper y fui con Blake a quitarle una champaña.
—Pero Sav...
—Cállate, mis padres quieren hablar contigo y no quiero que estés borracho para entonces.
—Huh, no me acostumbro a tener novia —murmuró con un puchero— ¿Aceptarás la beca en Princeton?
Asentí —Es una muy buena oportunidad que tu padre me está dando, aunque quizás tome un año sabático —contesté.
Blake sonrió y me besó, se sentía bien besarlo sin ninguna preocupación. Blake tomó mi cintura y me acercó a él para intecificar el beso.
—Te ves condenadamente sexy en vestido —murmuró Blake contra mis labios
—Pero es condenadamente incómodo —respondí
Nos seguimos besando hasta que un carraspeo nos separó, me volteé y ahí vi a mis padres y a los de Blake.
—Huh...
—¡Yo sabía que ella sería mi nuera de una u otra forma! —gritó la mamá de Blake mientras me abrazaba— Sinceramente, la tal Lily era insoportable.
Señora, de una u otra forma, la tal Lily lleva su nieto en el vientre.
—Buen trabajo, muchacho —dijo su padre mientras lo abrazaba— ¿Qué planeas hacer Savannah? ¿Aún quieres la beca?
Asentí —Pero no sé si de inmediato, me gustaría tomar un año antes de comenzar la universidad.
—¿Qué quieres hacer ese año? —preguntó mi papá
—Viajar, descubrir, experimentar —respondí
—Hablaremos de esto luego —murmuró Blake contra mi cuello con el propósito de que mis padres no escucharan.
Nuestros padres se quedaron un rato más y luego se fueron, la música cambió y los tragos fuertes llegaron a la barra. Sin embargo, yo estaba en una esquina jugando flappy bird.
—Savannah mira esto —gritó Harper mientras se acercaba con una caja— Ponte uno.
Saqué un antifaz azul y me lo coloqué. Todos comenzaron a colocárselo y tuve que escribir los nombres de los gemelos en la frente para diferenciarlos.
Mientras tomaba un trago extraño, pero no peligroso, Blake se acercó y tomó mi cintura.
—¿Por qué no bailas? —preguntó
—Porque no sé hacerlo.
—Claro que si, yo te enseñé ¿no recuerdas?
Por supuesto que si, aquella noche de la fiesta. Ese día fue cuando di mi primer beso con Blake y también fue mi primera borrachera en este lugar.
—Pero esto es lento, ese día sólo bailamos rápidas —contesté
Blake tomó mi mano y me llevó al centro del lugar donde todos bailaban muy juntitos. Tomó mi cintura y me acercó a el, la otra mano se conectó con la mía. Con mucho cuidado, me elevó unos centímetros y me colocó encima de su pies.
—Que cliché —murmuré mirando sus ojos
—Nuestra vida es un cliché, no sé si lo habías notado —respondió mirándome de la misma manera.