Dos apuestas, una ironía.
No puedo concentrarme.
¡Maldito Playboy, sal de mi cabeza!
Empiezo a darme golpes en la cabeza como si tuviese agua en los oídos, mientras a mí alrededor todo el mundo me mira como si necesitara un psiquiatra. Desde la cita con Nathan me siento rara y quizá, solo quizá.... fui muy cruel.
— ¿Ana? ¿Estás escuchando? —la profesora Harrison me llama la atención.
—Lo siento ¿Puede repetir?
—Ellas son tus nuevas integrantes del grupo —señala a dos gemelas rubias que están un poco atrás de ella.
—Hola, bienvenidas al equipo —les ofrezco mi mejor sonrisa, una dulce y cálida para dejar en claro que espero una bonita amistad.
—Estoy pensando en añadir a un chico pero no me decido, la otra semana les comunicare mi decisión.
Todas le decimos que estaremos al pendiente. Después de recoger sus cosas se retira del aula.
—Mucho gusto, mi nombre es Odette—me saluda una rubia de ojos negros.
—Es un placer, lindo cabello.
—Ahora me toca a mí, puedes llamarme Ivette—la otra rubia me sonrió y ahora sé cómo diferenciarlas, Ivette tiene el cabello corto.
•••Una semana después•••
¡Una semana! Y las rubias se han vuelto mis mejores amigas al igual que Valeria, juntas vamos a todas partes, al centro comercial, al cine, incluso nos volvimos populares en lo que abarcaba el grupo de Matemáticas.
Marco y Colette están en una clase de pelea amorosa, y de vez en cuanto la chica se nos une para pasar el rato y alejarse de su novio.
Adrien y yo pasábamos cada vez más tiempo juntos y mi atracción por el aumenta con cada detalle. Tuvimos una cita la cual resulto muy bien, desde entonces parece que las intenciones de ambos está clara. Solo falta dar el siguiente paso.
Y el tormento de Nathan sigue molestando, trato de ignorarlo, pero sí que es jodidamete difícil, ya que ese imbécil no se da por vencido.
Esta noche tenemos una salida con las chicas a un club. Mis padres al principio se opusieron pero después los convencí. Más bien negociamos, mi hermano mayor va a acompañarme.
Estoy esperando a que Valeria, Colette y las rubias pasen por mí, llevo puesto un vestido color azul que resaltaba mis piernas y deja a la vista toda mi espalda, decido usar tacones no muy altos pero me hacen lucir más alta de lo normal, y con el maquillaje opte por algo muy natural.
Tocan el timbre y me dirijo a la puerta con mi hermano. O como yo lo veo: mi guardaespaldas.
Al abrir las miradas no se posan en mí. Si no en Mathieu, al parecer mis amigas han quedado encantadas con mi hermanito. En especial Valeria. Espero que esta vez ese idiota sepa comportase.
—Chicas él es Mathieu, mi hermano.
—Hola a todas
Las rubias se presentan y le dan un beso en la mejilla. Colette solo le estrecha la mano. La actitud da Valeria desconcierta a todas, ya que ni siquiera le habla.
(•••••••••)
La música está a todo volumen, no tuvimos que preocuparnos por entrar, ya que el padre de Valiera es el dueño. Nos encontramos en la pista moviendo el cuerpo al ritmo de Havana de Camila Cabello
—Necesito un trago —dice Mathieu en mi oído por el sonido de la música.
—Se supone que deberías darme un buen ejemplo.
—Ya regresó Moco.
Lo vi alejarse hacia la barra donde Valeria conversaba muy a gusto con un chico.
—Es buena idea —gritó Ivette.
— ¿Qué cosa? —Pregunte confundida
—Vamos por un trago, tenemos 17 años....somos jóvenes no santas —apoyó Odette.
—Solo uno —advertí.
El solo uno, se convirtió en tres rondas de tequila y dos más de cerveza. El alcohol ya está actuando en mi cuerpo y también en el de mis amigas. Mi hermano se mantiene con una cerveza en la mano con la mirada fija en una persona.
Valeria se encuentra en una mesa cantando y bailando como una loca.
¿Cuánto habrá bebido?
Camino hacia ella alejándome de la pista para convencerla de bajarse de allá arriba, pero cuando veo la escena me detengo en seco.
Logan la agarra de las piernas y la sube en su hombro, pero eso no es lo peor señoras y señores....Mathieu interfiere y le exige a gritos que baje a mi amiga.
Ojala que nadie grabe esto, no quiero que se vuelva viral en internet y que saquen miles de memes sobre la situación.
Trato de acercarme lo más que puedo, las personas comienzan a prestar atención a la escena y crean un mini circulo alrededor.
—Porque no la bajas y arreglamos esto afuera —le escucho decir a Mathieu.
—Qué te parece si mejor te vas a la mierda y no te metes en donde no te llaman —contraataca Logan.
—-¡Suéltame Logan! ¡Bájame ahora mismo! —grita Valeria con fuerza.
Eso hace que mi hermano se aproxime a ellos, trata de tomar la cintura de Valeria para ayudarla a bajar, pero Logan se mueve más rápido y lo esquiva.
— ¡Esto se está poniendo bueno!—habla Ivette.
— ¿Bueno? Esto es un desastre. Si siguen así puede terminar en golpes. Además que rayos pasa con Logan....no sabía que tuviera ese tipo de confianza con Valeria
—Me sorprende que no te hayas percatado antes, Ana. Ellos se conocían antes de que tú llegaras.
—Ya me lo imaginaba aunque Valeria me dijo que Logan la obligó a besarlo. Pero no me contó nada más.
— ¿Crees que la escenita que está montando Logan es de dos personas que solo cruzaron palabras una o dos veces?
Ivette tiene razón, parece como si Logan y Valeria fueran amigos de años o incluso más que eso, pero si así fuera ¿Para qué ocultarlo?
— ¿Lo estás pensando no?
—Si Odette. Lo estoy pensando.
Cuando menos lo imagino Logan baja a Valeria y la deja sobre un sofá. Tras de él aparece nada más y nada menos que Nathan.
—Lastimosamente nos volvemos a encontrar —dice mi hermano.
—Me temo que si....dime, ¿Cómo está tu hermanita?
Por fin logro pasar a todas las personas de lugar y me planto frente al idiota.
—Estoy muy bien, gracias por el interés —Nathan parece sorprendido ante mi aparición.
O si nene, yo también vengo a estos lugares a ligar.
Ignoro a los trogloditas y me acerco a Valeria, está bien, solo un poco abrumada por la situación. Logan y Mathieu parecen querer arrancarse la cabeza.
—Te espero afuera —sentía Logan retándolo con la mirada.
El y Nathan desaparecen por la puerta principal. Mathieu me guiña un ojo y sale tras ellos. Lo detengo antes de que cometa una estupidez.
—Tú no vas a ir a ningún lado. Déjalos, son unos inmaduros —lo tomo de la muñeca —estas ebrio, no es buena idea.
—Quédate con las chicas. Ya regreso.
Me deja como una estúpida parada a mitad de la pista. Algunas personas salen tras él para ver el espectáculo.
Lo intente, Mathieu está lo suficientemente grandecito para saber en que líos se mete.
Nos acomodamos en una mesa del fondo con otra ronda de cerveza, todas están preocupadas por la situación. Valeria trato de ir tras ellos, sin embargo todas se lo impedimos.
—Deberíamos ir, podrían hacerle algo. Son dos contra uno —la preocupación de Colette no me gusta para nada.
—No creo que sea buena idea—pronuncia Ivette.
—Esto es mi culpa —Valeria está a punto de echarse a llorar.
—Tú no tienes la culpa, son esos dos idiotas los que no nos dejan vivir en paz. Daria lo que fuera porque desaparecieran del colegio.
Todas se miran con complicidad
— ¿Pasa algo que no sepa? —pregunto preocupada.
—No queríamos decírtelo hoy pero.....La profesora ya decidió quien es el nuevo integrante del equipo —dice Odette.
— ¿Y porque soy la ultima es saberlo?
—Porque ninguna quería decirte —Ivette da un trago largo a su bebida.
—Es Nathan —pronuncia Valeria.
— ¡¿QUÉ!?
¿Dios en qué he pecado de tal manera para que me castigues así?
— ¿Es broma verdad?
Es un completo idiota. ¿Cómo es que sabe de matemáticas?
—Temo decirte que no —Ivette se lleva a la boca unos cacahuates.
—Vamos Ana, admite que te gusta.
—No, Odette. Lo odio.
—Es difícil de creer, a veces lo observas en el colegio —dice Valeria
Puede que tenga razón, pero es por qué a veces lo imagino perdiendo esa cabezota.
—Estás ebria no sabes lo que dices.
— ¿Enserio no te gusta? Pues creo que a él le gustas tú. Vamos, está más que claro.
— ¿Porque lo crees Ivette? —mi curiosidad sale a flote solo un poco.
—Nathan no ha parado de perseguirte por todos lados.
—Valiente excusa Odette —bufo— Lo hace por joderme la vida, y aunque fuera cierto, –que no creo– no me importa.
— ¿Sabes? Podemos confirmar lo que dices.
Sugiere Ivette, luego las cuatro se ven y se reúnen en un espacio para hablar. No me gusta que las personas hagan eso. Es obvio que hablan de mí.
— ¡Secreto en reunión es de mala educación!
Les digo, cuando terminan su mini reunión Valeria se aclara la garganta.
— ¿Te gustan las apuestas? Porque tengo una idea muy divertida
El alcohol le hizo mucho daño a la pobre.
— ¿A qué te refieres?
—Tendrás que romper su corazón, así demuestras que en realidad no te importa —Valeria toma un trago de su bebida y prosigue — Si lo logras, entre las tres te daremos quinientos euros pero si pierdes tu tendrás que pagarnos. ¡Vamos, será divertido! Tú rompes su corazón y ganas dinero. ¿Aceptas?
—Pero claro que no.
— ¡Lo sabía! ¡Te gusta Nathan! —Colette grita.
— ¡No!
—Entonces, sólo hay una manera de probarlo.
Valeria, Colette y las rubias me ven directamente.
— ¿Entonces tenemos una apuesta?
A veces quiero tirarlas al pozo de la niña del aro
Lo pienso por varios minutos, tengo que enamorarlo y luego romper su corazón, tal vez le dé una lección y además gano una buena paga.
—Está bien, acepto —pronuncio solemne.
Todas gritaran, sonríen y chocan manos.
—Genial, yo invito esta ronda.
—Creo que para ti ya es suficiente Valeria —le advertí.
—Vámonos, ¡Ahora!
Las cinco pegamos un brinco. Me giro y encuentro a mi hermano.
No.Puede.Ser
— ¡¡Que rayos te hizo ese imbécil!!—grita Valeria mientras se acerca hacia él
Nuevo destino: Hospital.
Valeria.
Ana ha aceptado, le dará una lección a Nathan. Cuando las chicas y yo nos enteramos de la apuesta del equipo de fútbol queríamos decirle todo, sin embargo, después pensamos que ojo por ojo, diente por diente. Nathan recibirá un poco de su propio chocolate, no voy a permitir que lastime a mi amiga, esta vez ella va a destruirlo.
Me amenazaron, sí, los muy canallas. Y tuve que hacerles caso. Lo último que quiero en el mundo es que Mathieu sepa de lo que sucedió entre Logan y yo, no quiero que me relacione con él. No después de cómo me defendió esta noche.
No sé cuánto tiempo más voy a poder ocultarlo. Fui tan estúpida en el pasado. Pero la Valeria ingenua se esfumo, ahora solo queda alguien con sed de venganza.
¿Qué ironía no? Dos personas tienen la misma apuesta y ni siquiera se lo imaginan.
¿Quién ganara?
Sé que será Ana, porque las chicas y yo la ayudaremos.
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No te pierdas en próximo capitulo! Cosas emocionantes están por pasar!