Luego de que Justin se fuera, hablé con mi madre. Le dije que estaba contenta de que lo aceptara, pero que odié el hecho de que hiciera comentarios tan vergonzoso. Se rió y tras pedirme disculpas, me prometió que nunca más volvería a golpearle con una sartén o tratar de ponerme en vergüenza.
Al día siguiente, nada más llegar a mi trabajo, Meredith me lleno de trabajo. La verdad, aveces me preguntaba cómo es que hacía tantas cosas ella sola antes de que yo, Justin o Logan llegáramos.
Tras terminar unos pocos formularios, me fijé en la hora y supe que ninguno de los dos vendría. Así que me tocaría el doble de trabajo, lo único positivo de todo esto es que por hoy, Meredith cerraría más temprano.
Como pude, pasé la mañana y parte de la tarde tratando de entretenerme. Cuando dieron las cinco treinta, me despido de Meredith y salgo de allí.
—Selena Marie Gómez Cornett.
Me doy la vuelta y allí se encuentra Justin, con un ramo de rosas rojas en sus manos, además de chocolate y un peluche. La sonrisa se encontraba presente en su rostro.
—¿Qué...? ¿Qué es esto?
Se acerca lentamente a mí y siento mi corazón golpear con fuerza contra mi pecho.
—Esto...—dice deteniéndose—, esto es yo siendo romántico.
—¿Por qué?
—Punto uno, eres mi novia y aunque no me creas, soy la persona más romántica que puede haber en este sentido. Y si, quizás esto me haga sonar como una chica pero no me importa.
—Justin...
—Ahora, aclarado eso... dame mi beso.
Me río y rodeándolo del cuello, hago puntas y lo beso. Lo beso con amor y adoración. Cuando nos alejamos, puedo ver el calor en sus ojos al mirarme.
¿Será que de verdad esta enamorado de mí?
—Ahora seguro te preguntarás la verdadera razón por la cual hago esto—nos reímos y él toca la punta de mi nariz con su dedo—. Listilla.
—Te creí todo lo anterior, pero pienso que hay algo más.
—La otra razón es porque quiero invitarte a una cita.
—¿Por fin tendremos nuestra esperada cita?
—Sí, entonces... ¿aceptas?
—Ya acepte hace mucho tiempo.