Things We Lost In The Fire 🔥...

Oleh Dany_Styles_09

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[LIBROS III & IV] Hope se ha ido. La tranquilidad en la ciudad parece haber "regresado", pero no para todos. ... Lebih Banyak

Prologo.
Capítulo 1:"Heartbeat"
Capítulo 2:"Talks Under de Moon"
Capítulo 3: "Big decisions"
Capítulo 4:"A&B"
Capítulo 5: "Little Angel"
Capítulo 6:"Dreams"
Capítulo 7:"Broken bond"
Capítulo 8"Blind trust"
Capítulo 9:"Eve"
Capítulo 10:"Our"
Capítulo 11:"The girls must stay together"
Capítulo 12: "After Me, The Flood"
Capítulo 13:"Family portrait"
Capítulo 14: "Witch Bitch"
Capítulo 15: "Save yourself the excuses and tell me a lie (parte 1)"
Capítulo 17 "The easiest things turn out to be the most difficult"
Capítulo 18:"Revenge is a dish best served cold."
Capítulo 19:"An odd way of saying I love you."
Capítulo 20: "The War is coming, hear my Howl"
Capítulo 21:"You found me."
Capítulo 1:"This moment, we own it"
Capítulo 2: "We all choose our own poison."
Capítulo 3:"A sweet temptation"
Capítulo 4: "The Suicide Squad." (Capítulo doble)
Capítulo 5: "The Bravest Heart"
Capítulo 6: "Chasing the Devil's tail."
Capítulo 7: "Saving Hope"
Capítulo 8: "Little Red Riding Hood"
Capítulo 9: "Little House."
Capítulo 10: "The Secrets we keep."
Capítulo 11: "About broken people."
Capítulo 12 "I can hear the bells."
Capítulo 13: "Tell me a story." Capítulo doble II.
Importante leer!!!
Capítulo 14: "Kill the demon today, face the devil tomorrow."
Capítulo 15: "The song of the caged Bird"
Capítulo 16: "When the Crown falls."

Capítulo 16: "Save yourself the excuses and tell me a lie (parte 2)"

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Oleh Dany_Styles_09

Salí de las Instalaciones, bastante aireada. Necesitaba tiempo para procesar todo lo que estaba viviendo: el embarazo, mi nueva familia, las traiciones. Sin duda todo era demasiado pesado para cargar sobre mis hombros y Klaus no ayudaba a aligerarla.

-¡Thalía, espera, Thalía!- a media cuadra me detuve, dándome vuelta muy efusivamente. Detrás de mí, casi a tres metros de distancia, venía Camille.

-Se breve.-pedí, apretando los dientes.-Tengo cosas que hacer.-aguardé a que ella estuviera a mi altura y que recupera el aire.

-Lamento lo que voy a decirte.-habló.-Pero no pude evitar escucharte ahí dentro.-con el pulgar señaló, por encima de su hombro, el lugar que había abandonado hacía unos instantes.- ¿Cómo te sientes?-me crucé de brazos, descansando todo el peso de mi cuerpo en una pierna.

-Creo que no tenemos la confianza apropiada como para hablar de mí.-espeté, enarcando una ceja.-Apenas sé que te llamas Camille O'Connell...-

-Soy terapeuta...o casi.-añadió, sonriendo.-Me encargo de hablar con la gente sobre las cosas que les preocupa.

-No tengo nada que me preocupe.-mentí, apretando aún más el agarre de mis brazos.-Todo está bien en mi...-

-Estás en una etapa de negación, debido a lo que Klaus...

-¿No te parece muy trillado que él sea siempre el centro de conversación?-cuestioné.- Creo que, tanto él, como el resto del mundo debería abrir los ojos y darse cuenta que hay situaciones mucho peores pasando al otro lado de la ventana.-no estaba bien lo que estaba haciendo. Estaba descargando toda mi rabia y frustración en aquella chica que sólo, a su parece, quería ayudarme.

-De acuerdo...-frotó sus palmas contra sus ropas, mirando hacia los costados.- ¿Te apetecería ir a tomar algo?-enarqué una ceja.-Podríamos hablar si quieres, conocernos.- por unos largos instantes me quedé observándola. A simple vista, parecía una chica común y corriente, demasiado mundana; pero si había algo que la diferenciaba del resto, era su insistencia (tal vez algo que encontraba molesto, para mi gusto), pero me gustaba su actitud y su valentía al enfrentarse a alguien como Klaus.

-¿A dónde propones ir?-inquirí, aflojando mis brazos.

-Conozco un bar calle abajo.-

Tras cinco minutos de caminata, por fin llegamos al susodicho lugar. Nos sentamos en unos sillones y pedimos al de beber; ella un café negro y yo una simple botella de agua.

-He notado que el bebé está creciendo muy rápido.-comentó, apoyando los codos contra la mesa e inclinándose hacia adelante.- ¿Estás de...?-

-Casi llegando a los cinco.-respondí, recostándome sobre el sillón. Ella asintió, aplastando su rostro con su mano y sonriendo cortamente.- ¿Y qué hay de ti?-pregunté.- ¿Novio? ¿Más familia, aparte de Kieran? ¿Hermanos?-

-Bueno...-alejó su mano de la mejilla y la junto con la otra, atrapando un sobrecito de azúcar en el camino.- Mi hermano sufrió un...brote psicótico y...-hizo una larga pausa, en donde aprovechó a acomodarse un mechón detrás de la oreja y sobarse disimuladamente la nariz. Su corazón latía muy rápido, tanto que se lo podía escuchar con tal de hacer silencio.- ¿Nunca escuchaste la historia del estudiante de seminario que asesinó a todos sus compañeros y luego se suicido?-negué lentamente.-Bueno, ese era Sean; mi hermano gemelo.-al finalizar la oración, los ojos se le cristalizaron.-Mi tío lo vio todo y no llegó a hacer nada.-una lágrima le rodó por la mejilla, pero no llegó a deslizarse del todo.- Cada vez que visito su tumba me encuentro con frases de odio hacia él; lo llaman asesino, cuando en realidad él no tuvo nada que ver...-

-¿Cómo?-

-Agnes, aquella bruja, que por lo que tengo entendido, también quiso dañar a tu bebé, lo maldijo.-respondió, tomando una servilleta y secándose los ojos.- Ella y las demás quisieron vengarse de mi tío por oponerse al ritual de la Cosecha.-

-Es increíble lo que son capaces de hacer.-comenté, frunciendo el ceño.-Sacrifican niñas por poder, asesinan bebés no-nacidos por estúpidas supersticiones...juegan con los que más uno quieren, hasta ponerlos en tu contra...-

-¿Estás hablando de Klaus?-inquirió ella, aclarándose la voz.

-No en particular.-repliqué.-Habló de las brujas en general. Hubo un tiempo en que mi madre solía realizar todo tipo de hechizos raros; todos relacionados con cambios naturales, la luna llena, tormentas...eran las largas las noches donde las mujeres de la aldea daban a luz, pero al día siguiente no tenían a sus respectivos hijos en brazos...-

-¿Tú madre realizaba sacrificios?-preguntó. Me encogí de hombros.

-Nunca...nunca llegué a entender con claridad lo que hacía. Todo era tan...confidencial, tan...secreto e imposible de adivinar.-cerré brevemente los ojos, tratando de borrar los recuerdos que se me venían a la mente.- Realmente lamento lo que le está pasando a tu tío.-antes de que ella pudiera contestar, una camarera trajo el café y el agua, junto con la cuenta.

-Las brujas lo tienen en sus manos.-dijo, amargamente.-Me prometieron que lo sanarían, si yo hacía algo por ellas...fallé y ahora él está peor.- me limité a beber en silencio. No sabía que decirle. Cuando estuve en la iglesia, había visto a Kieran pálido, sudoroso y tembloroso y todo indicaba que la maldición se lo estaba comiendo a un ritmo muy acelerado.

-Si te soy sincera, no sé qué decirte para aliviarte.-bajé la vista.-Pero a veces las palabras no son ni la mitad de eficiente que los hechos.-ella asintió lentamente.

-No me rendiré, ¿sabes? Seguiré luchando y lograré salvarlo.-sonreí brevemente. Quise estirar mi mano, pero eso era demasiada confianza.

-Oh, aquí estás.-junto a la mesa, la figura de Elijah se alzó ante nosotras.- Camille, ¿serías tan amable de dejarnos un momento a solas?-preguntó, llevándose las manos a los bolsillos.

-Claro.-corrió su silla hacia atrás, tomó su bolso, depositó unos cuantos billetes sobre la mesa y se marchó.

-Sea lo que sea que quieras decirme, Elijah.-hablé.-Se breve. Tengo cosas que hacer.-él ocupó el lugar de Cami, corriendo la taza hacia un costado.

-Creo que he pensado lo de tu posición en el Consejo.-dijo, con los ojos entrecerrados.-Pero para hacerlo oficial, necesito que asistas esta noche a una fiesta de facciones...-

-¿Y tener que verme cara a cara con aquella escuálida bruja pelirroja?-cuestioné, enarcando una ceja.- Por cierto, ¿cuándo pensabas comentarme eso?-apostillé.- Digo, hablamos durante un mes entero, nos vimos y nunca mencionaste que Klaus ¡me estaba engañando!-él respiró hondo.

-Sí no te lo dije fue por ésta misma razón.-respondió.-Sé cómo te pones cuando se trata de Klaus y sus infidelidades, ¿o a caso no recuerdas como te pusiste con el asunto de Aurora?-

-Oh, otro tema que jamás me mencionaste y que tuve que descubrir por mi cuenta.-repliqué.-Creí que podía confiar en ti...-

-Y puedes hacerlo.-me interrumpió.- Pero te hago una simple pregunta: ¿tiene sentido estresarte, estresar al bebé por las estupideces que hace mi hermano?-bajé la vista, bufando de impotencia. Había olvidado lo bueno que es Elijah para persuadir.

-No.-él sonrió con autosuficiencia.

-Entonces, nos vemos ésta noche en la fiesta.-

*.*.*

El día pasó rápido. Para asistir a la celebración, elegí un séquito pequeño de no más de siete personas que serían los encargados de acompañarme; entre ellos se encontraban Hayley, a la cual le compré un bello vestido utilizando la extensión de crédito de Klaus, Jackson y Oliver.

Yo, por otro lado, no decidí que ponerme hasta media hora antes de irnos. Había elegido varios modelos de vestidos, pero ninguno me agradaba del todo. Pero entre el lío de bolsas y de ropa, encontré uno que había pasado por alto. Cuando me lo probé, supe que era el indicado. Negro, con escote en forma de corazón y salpicado uniformemente con lentejuelas del mismo color, largo hasta por encima de las rodillas y con una extensión que sobresalía desde mi cadera, formando una especie de velo acampanado. Agradecía que no fuese tan ajustado en la cintura.

Luego de estar cambiada, el peinado fue lo de menos: me limité a soltarme el cabello y dejar que mis ondas y disparejos rizos se amoldasen a la altura de mis hombros y cayeran libremente sobre mi espalda. No me molesté en ponerme tanto maquilla, sólo me encargué de lucir lo más natural posible.

Cuando todos finalmente estuvimos listos, nos pusimos en marcha.

Sabía que el motivo de la fiesta era la unión entre las facciones, pero no me confiaba mucho de los vampiros; su odio hacia los lobos era mucho más intenso que el que le profesaban a las brujas, por lo que no debía de sorprenderme si alguno quisiera echarse encima del otro. Sólo rogaba que no pasase.

Siempre me consideré una persona de paciencia infinita, pero no me creía capaz de soportar a esa tal Genevieve colgada del cuello de Klaus. Si por mi fuese, le retorcería el pescuezo y me sacaría un enorme problema de encima. Pero no. El motivo era la unión, pero Elijah no pretenderá que yo ande del brazo de esa y fingir ser su amiga. No. Delimitaríamos las partes de ciudad que le corresponde a cada uno y luego volveríamos a nuestros asuntos.

La camioneta de Jackson se detuvo frente a las Instalaciones, casi media hora después. La entrada estaba decorada con luces de colores; rayos violetas y rosas reptaban por las paredes de modo sosegado.

Los lobos bajaron de sus respectivos autos, acomodándose los trajes. Jackson ayudó a Hayley a salir, regalándole una sonrisa honesta. Oliver, de mala gana, se encargó de sostenerme la puerta. Ni siquiera me inmuté en decirle gracias o si quiera mirarlo. Él había dejado en claro que yo no era alguien de su agrado, así qué ¿para qué perder tiempo?

-¡De acuerdo!-le di la espalda a la entrada, enfrentándome a mis acompañantes.- Ya saben cómo comportarse, caballeros.-miré a cada uno, analizando sus expresiones.- No quiero problemas. Los vampiros saben que necesitamos ese puesto, y por eso harán cualquier cosa para provocarlos. Les pido encarecidamente, que no caigan.-

Jackson se adelantó, colocando una mano sobre mi hombro.

-No te preocupes.-dijo sonriendo.-Sabemos cómo evitarlos.-miró a los demás por encima de su hombros.-Esta noche la pasaremos bien, amigos.-bajó su mano y les indicó que pasasen.

Debía confiar en mi gente. Ellos quería una porción de New Orleans, dejar el pantano y vivir decentemente. No me los imaginaba haciendo algo con tal de destruir ese sueño.

En cuanto ellos desaparecieron de mi vista, una mujer, muy bien arreglada, salió del interior. Tenía cabello negro azabache, largo hasta por debajo de los omoplatos. Vestía un elegante vestido negro azulado y poseía una peculiar sonrisa.

-¿Quién de ustedes es Thalía Ivannova?-preguntó en cuanto llegó a nosotras.

Estando en una ciudad como ésta, la desconfianza era algo que se mantenía a flor de piel.

-Soy yo.-di un paso al frente, colocándome a su altura. La mujer sonrió, estirando su mano hacia adelante.

-Francesca Correa.-se presentó.-Un placer.-su mano quedó suspendida en el aire durante unos instantes, hasta que decidí tomarla. Por raro que pareciera, en ella no había nada malo.

-El placer es mío.-asentí.- Ella es Hayley Marshall.-la aludida también se acercó.

-He oído mil cosas sobre ustedes dos.-comentó la señora Correa, alternando su mirada. Se podría decir que había un raro fulgor en sus ojos.-También he oído que han logrado romper la maldición que residía en su gente.-realizo un breve gesto con la cabeza.-Las admiro.-del interior de su pequeño bolso de mano, sacó un alargado papel.-Cómo bienvenida, les entrego 100 fichas para que su gente las gasten en mi casino, al cual, por cierto, están cordialmente invitadas a ir cuando quieran.-sonrió ampliamente, entregándonos aquel papel.

-Es usted muy amable, señorita Correa.-alabé.-No se hubiera molestado.-

-Bueno, ambas luchamos por tener un voto y una voz en el consejo, ¿verdad?-volvió a sonreír.-Lo menos que puedo hacer es ayudarte a conseguirlo y que sea algo reciproco.-en sus ojos volvió a aparecer aquel extraño fulgor y ahora me resultaba un tanto incómodo.- Oh, vaya, que tenemos aquí.-avanzó dos pasos más hacia adelante, extendiendo sus manos y colocándola sobre la prominente curva que se dibujaba bajo mi vestido. Hayley se removió inquieta.- Al parecer alguien olvido mencionarme éste hermoso hecho.-levantó la vista.-La familia Labonair se está agrandando. Que magnífica noticia.-sonrió.-Bueno, creo que ya les he robado mucho tiempo y tal vez quieran disfrutar de la fiesta.-

-Ha sido un placer conocerla.-comenté.

-Lo mismo digo, Thalía.-guiñó un ojo, dio media vuelta y caminando de un modo...provocativo, regresó al interior.

En cuanto quedamos solas, intercambié una mirada con Hayley.

-No me cae bien.-manifestó.

-¿También lo sentiste?-ella asintió.

-A veces, tanta amabilidad significa algo malo.-expresó.-Y me apuesto cualquier cosa que tiene planes o quiere algo de nosotros.-afirmé con la cabeza.

-Debo darte la razón.-guardé el papel, ya vería después que haría con él. Con las palmas me alisé el vestido, me acomodé un poco el cabello y me erguí hasta tener la espalda recta.- ¿Vamos?-

Finalmente, después de tantas interrupciones, logramos ingresar. En cuanto atravesamos el vestíbulo, la música asaltó nuestros oídos. A pesar de haber despertado hace meses, todavía no me acostumbraba al ritmo de las nuevas tendencias musicales.

El lugar rebosaba de personas, todos con el mismo matiz de ropa: todos tenían diferentes variantes de negro. La iluminación era igual que la del exterior; una suave luz violeta cubría todo, como un manto. En el aire rondaba un suave olor a alcohol, sudor y esencia humana. Todo mezclado generaba un placentero y dulce aroma.

-Iré a buscar a Jackson.-habló Hayley, desviándose hacia la izquierda. Y de pronto, quedé sola.

Allí reunidos se hallaban todos los miembros activos de las facciones y se notaba el descontento que había entre sí. Los lobos se habían arrinconado en un sector, junto a la fuente, mientras que los vampiros no dejaban de lanzarles tajantes miradas. Los humanos se mostraban un tanto reacios a mantener una conversación fluida con las brujas. Me sorprendí al ver a Davina entre ellas.

-¿Quieres bailar?-una mano apareció ante mí, sobresaltándome levemente. Miré de costado, encontrándome a Elijah. Como si lo tuviera todo preparado, la abrumadora música se apagó y en su lugar comenzó a sonar una más lenta. Al igual que con Francesca, su mano quedó suspendida en el aire hasta que decidí tomarla. Él me condujo hasta el centro de la pista, sujetando mis dedos entre los suyos.

-¿Está todo saliendo como querías?-pregunté, en cuanto su mano sujeto mi cintura y la otra la entrelazó con mi mano derecha.

-Hasta el momento sólo he tenido que mantener a raya a los vampiros y darles un aviso a los lobos.-respondió. Su nariz estaba cerca de mi mejilla.

-Debo admitir que te superaste.-comenté, mirando el resto de la decoración que había pasado por alto.-Por lo visto, hiciste que Klaus saliera de su madriguera.

-Sí. Parece que sólo una velada importante es suficiente para arrancarlo de sus esfuerzos en el caballete...-repuso.

-Bueno, conociéndolo, eso no es una buena idea.-murmuró.-Él me dijo que sus pinturas eran una metáfora del control para alcanzar su visión a través de pura fuerza de voluntad.-

-Honestamente, me sorprendería si no tuviera al menos una docena de esas visiones revoloteando en su insidiosa cabeza.-esbozó media sonrisa. Por un momento sus ojos se posaron en los míos.- Espero que tu hija herede de su madre...-con la pausa que realizó, supe que se había quedado sin palabras.

-¿Qué esperas que ella herede de mí?-quise saber. Me hizo girar, para atraparme entre sus brazos, de modo que mi espalda quedó pegada a su pecho.

-Todo.-susurró en mí oído. Lentamente me separé de su agarre, volviendo a la posición anterior.

-Es raro volver a estar aquí.-expresé, mientras la música seguía sonando.

-No de modo desagradable, espero.-manifestó él.

-No del todo.-admití.

-¿Estás completamente segura que no deberías estar aquí, con nosotros?-como si él hubiera empuñado un alfiler, rompió la burbuja mágica donde nos encontrábamos.

-¿Por qué los preguntas, Elijah?-me liberé de sus manos, retrocediendo medio paso.- ¿Por qué no crees que esté segura en la tierra de los lobos grandes y malos?-él abrió la boca, pero no dijo nada.-Mi plan no es sentarme en una mecedora a tejer escarpines, ¿todavía no te diste cuenta?-cuestioné.-No necesito que me cuiden. Puedo hacerlo por mi cuenta.-me separé del todo de él.

-No es eso lo que...-

-No me mientas, Elijah.-espeté.-Estoy harta de las mentiras. Me crees incapaz de sobrevivir con los de mi clase, pero crees que estaré mejor en éste lugar, rodeada de brujas y de vampiros que apenas toleran mi presencia. No. Yo me siento a gusto en el pantano y ninguna fiesta, por más galante que sea, me va a hacer cambiar de idea.-di media vuelta, y con toda mi dignidad en alto, salí de la pista.

-...-...-...-

Llené mis manos con agua y las estrellé contra mi rostro. No me importaba que se me corriese el maquillaje, todo lo contrario. Había pasado ya una hora desde que habíamos arribado a la fiesta y me urgían las ganas de irme. No iba a perder tiempo si no llegaba a nada. Debía seguir presionando a Elijah hasta cumplir con mi cometido.

Tomé una toalla y con ella me sequé el agua que caía por mis mejillas. Solté un suspiro contra la tela, antes de volver a colgarla en el toallero. Cerré el grifo y me enderecé. Para esas alturas mi pelo estaba extra liso, y mis labios habían perdido brillo, al igual que mis pestañas. Había pasado de un estado natural a uno deplorable. Con la manos aún húmedas, me peiné el cabello lo mejor que pude. No quise volver a mirarme al espejo, por lo que decidí salir del baño con la cabeza gacha, mirándome los pies.

Cuando abrí la puerta, me llevé la inesperada sorpresa de encontrarme con Alex, el hijo de Jocelyn y miembro de mi manada. Con todo lo que estaba pasando recientemente, me había olvidado con quienes había llegado a la fiesta.

-¡Hey!-exclamó, a modo de saludo.- Pensé que el baño estaba desocupado.-

-Ahora lo está.-repuse.-Espera, ¿ibas a ir al baño con dos copas de champagne?-inquirí, enarcando una ceja y cayendo en la cuenta de que es lo que llevaba en las manos.

-Bueno...-ladeó la cabeza hacia los costados.- Cómo verás, soy muy malo mintiendo.-

-El peor.-asentí.-O, a menos que tengas a alguien esperándote en el baño y yo no lo haya visto.-

-Dudo que alguien quiera verme clandestinamente.-murmuró, bajando la vista.

-Cuanta confianza tienes en ti mismo.-ironicé.

-Es la verdad.-insistió.- ¿Quién querría salir con alguien tan temperamental como un lobo?-al mirar justo por encima de su hombro, a lo lejos, vi la figura de Klaus y compañía, quién deduje que sería la tan grandiosa Genevieve, pegada a él como una pulga pelirroja.

-Créeme, yo puedo y lo he hecho.-él sonrió de lado, revelando una magnifica sonrisa blanca.

-¿Quieres?-me ofreció una copa.

-Se supone que no debo por el bebé...-el líquido burbujeaba, desprendiendo un exquisito y refinado aroma.-Pero...he pasado cinco meses sin probar una gota del alcohol, no creo que le haga daño.-estiré mi mano y acepté la copa. En esa breve fracción de segundos, sus dedos rozaron los míos, generando una extraña corriente eléctrica sobre mi espalda.

-Salud.-brindó, chocando suavemente el extremo de su copa con el de la mía.

-Salud.-me llevé la pieza de cristal a los labios, bebiendo un corto trago de aquel burbujeante líquido; una sensación de acidez me recorrió la garganta mientras que miles de burbujas me explotaban en la lengua.-Es un buen champagne.-comenté, llevándome una mano a la boca y borrando el rastro húmedo. Alex sonrió. En ese momento me di cuenta cuan claros y profundos eran sus ojos, hacían buen contraste con su cabello oscuro y su piel clara, casi cremosa.

-¿Quisieras ir abajo?-preguntó, señalando con la cabeza las escaleras.

-Con mucho gusto.-él extendió su brazo, permitiendo que me aferrase a él y juntos comenzamos a caminar.

-Oye, no quiero sonar descortés ni mucho menos maleducado, pero...-antes de terminar la frase, comenzó a reír con una armoniosa risa.

-No tengas miedo de preguntarme lo que quieras.-afirmé, mientras bajábamos los primeros escalones.

-De acuerdo.-se aclaró la garganta.- No me mates pero ¿cuántos años tienes?-tiré la cabeza hacia atrás, dejando escapar un suspiro.

-Pues...creo que unos...1023, pero esos son los que llevo viva.-

-Entonces, físicamente, tienes 23, ¿verdad?-ladee la cabeza, curvando los labios.

-Sí, se podría decir que sí.-

-Bien, ¿y cuando cumplirías 24?-continuó.

-Ten en cuenta que en mi época no teníamos idea de cómo se llamaban los meses, por lo que nos guiábamos según las estaciones.-expliqué.-Mis hermanos gemelos nacieron los primeros días de invierno y yo las últimas semanas de otoño.-

-Entonces, cuando el otoño esté acabando, iré a tu puerta y te cantaré el feliz cumpleaños, Thalía.-casi sin poder evitarlo, solté una carcajada. Pero no era cualquier tipo de carcajada. Ésta era una que me hizo cosquillas en el estómago y me generó una sosegada jaqueca.

-Bueno...te estaré esperando, Alex.-traté de calmarme, pero no podía.

-Me gusta tu sonrisa.-comentó, cuando llegamos al descanso. Él se detuvo, dándole la espalda a la celebración y quedando frente a mí. Mi brazo ya no agarraba el suyo; ahora él sujetaba suavemente mi muñeca.

-Gracias.-bajé la vista, sintiendo un repentino calor subiéndome por las mejillas. Alex se acercó un paso y utilizando su mano libre, corrió un mechón detrás de mi cabeza, para luego trazar un amplio recorrido sobre mi mejilla. Su tacto era agradable, casi placentero que me hizo sentir un millar de cosas en mi interior.

Pero, como en el cuento de la Cenicienta, la magia no dura para siempre.

Hubo un acentuado estruendo que me obligó a volver a la realidad.

-¿Qué fue eso?-me corrí un paso hacia el costado y me acerqué a la baranda. Para mí no tan grande sorpresa, lo que venía prediciendo desde que puse un pie en ésta fiesta, se volvió realidad. Alguien, a quién reconocí como Oliver, había sido lanzado desde cierta distancia sobre una mesa, rompiendo en miles de pedazos finas copas de cristal. Y al parecer, su agresor, no era nada más y nada menos que Diego. Me apresuré a ir abajo, pero Alex me retuvo.

-Mira.-indico. Volví la cabeza hacia el costado, viendo a Elijah neutralizando al lobo.

-Eso se termina ahora.-manifestó, aplastando la cabeza de Oliver contra una mesa e impidiéndole moverse.-No volveré a pedirlo.-

-Lo terminamos.-donde se encontraba Diego, también estaba Jackson; éste tenía una improvisada estaca y con ella apuntaba al corazón del vampiro.

-¿Qué te detiene?-más cerca de nuestra posición, más bien, unos cuantos escalones abajo, se encontraba Hayley.-Mátalo.-no era muy especifico a cuál de los dos les estaba hablando, pero su tono era grave.-Adelante, Elijah, hazlo.-continuó, bajando el tramo que la separaba de la pista.-Es decir, no es que mereciera morir; quiero decir, fue Olive quién entregó a Rebekah a las brujas para que la torturasen...pero, ¿no fue Diego quién lidero una masacre contra los hombres lobos el mes pasado?-inquirió, señalando al vampiro.- Y las brujas maldijeron a los hombres lobos, mientras los humanos retrocedieron y permitieron que todo esto pasase. Así que si lo piensas bien, todos aquí merecen morir.-

-¿Cuál es tu punto?-cuestionó Elijah.

-Mi punto es este: si no podemos aprender a convivir, si nuestras familias no pueden crear algún tipo de comunidad, entonces, ¿cuál es el punto?-miró a cada miembro de las facciones.- Mátense entre todos y terminen con esto de una vez por todas.-

*.*.*

¡Hola!

Ya sé que tenía que haber actualizado antes, pero no pude.

Pero bueno, lo importante es que pude subir hoy.

Por cierto, ¿les gusta el nuevo personaje que se sumó a la novela? Tal vez sea recurrente en éstos últimos capítulos, pero presiento que, sí mis ideas son buenas, va a ser importante más adelante.

En fin, espero que les haya gustado.

PD: Hace poco subí otra novela, una de los Vengadores. Aquellos/as que estén interesados en leerla, son bienvenidos a mi perfil.

¡GRACIAS POR LA PACIENCIA!


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Kamu Akan Menyukai Ini

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