Things We Lost In The Fire 🔥 (LIBROS 3&4 - TO) ✔

Capítulo 14: "Kill the demon today, face the devil tomorrow."

-Te haré saber si necesito algo.-el lobo de la entrada asintió y se mantuvo parado junto al umbral, con los brazos en la espalda y la cabeza moviéndose en todas direcciones.

Retrocedí nuevamente hacia el interior de la habitación y estiré el brazo para empujar la puerta hacia adelante. Una vez que estuvo cerrada, me apoyé contra la misma y me doblé hacia adelante colocando ambas manos sobre las rodillas y respirando profundamente.

Se hacía casi una costumbre tener un guardia las veinticuatro horas rondando alrededor.

En los últimos días había estado planteándome seriamente si había sido lo más sensato haber dado a conocer públicamente de que Hope estaba viva. Si bien el peligro había estado presente desde el momento de su concepción, ahora las cosas eran mucho peor; había noches donde me atormentaba pensar que es lo que pasaría si alguien se atreviese a arrancármela de los brazos. Últimamente había guardias en toda la casa, pero aun así Eva Sinclair los había logrado burlarlos y escurrirse por la puerta principal.

Klaus me había dicho que nadie velaba mejor por la seguridad de su hija que él mismo; daría vuelta el mundo si fuese necesario para asegurarse de que aquel incidente no volviese a ocurrir. Y como era costumbre, él y los demás abandonaron las Instalaciones hacia horas.

Me reincorporé cuando escuché a Hope balbuceando; durante había estado intentado entretenerla, pero ella parecía hastiada de mí presencia. Honestamente me gustaría que las cosas fuesen diferentes para ella, me encantaría poder llevarla a recorrer la ciudad sin tener que estar mirando sobre mi hombro cada quince segundos, asegurándome de que nadie me siguiese. Pero desgraciadamente, nuestra familia tenía enemigos por todos lados y no importaba que Hope fuese nada más que un bebé, no se había librado de ellos.

Al entrar a su cuarto, lo primero que hice fue acercarme a la ventana y correr ambas cortinas. Si bien estábamos encerradas, eso no significaba que al menos no pudiésemos disfrutar de la pintoresca postal que aquel tramo de New Orleans nos obsequiaba.

-Mamá está aquí.-murmuré, acercándome a la cuna; Hope se hallaba con un peluche entre manos y las sabanas enredadas alrededor de las piernas. No hacía mucho que había logrado que se durmiera, para así ahorrarle las monótonas horas que aún le restaban al día. Ella estiró ambos brazos hacia arriba, dejando caer su conejo, pidiendo a su forma ser levantada; me incliné sobre la cuna y la tomé, con cuidado de no arrastrar las sabanas con ella.

-Hey.-la acomodé sobre mi cadera, besándole la frente.-Buenas tardes, princesa.-tenerla en brazos me daba me hacía sentir una paz que jamás había experimentado en mil años, aunque a veces me preguntaba si su miscelánea de especies le hacía comprender que es lo que pasaba a su alrededor o simplemente se sumía en una inocencia pura donde lo único que importaba era tener a su conejo cerca para sentirse completa.

Juntas salimos de las habitaciones; el lobo que se hallaba junto a la puerta se dispuso a seguirnos, pero le pedí que no lo hiciera. Klaus había dejado muy en claro que no debíamos abandonar las Instalaciones, a menos que fuese una verdadera emergencia. Pero eso no impedía que al menos recorriésemos la casa.

Con Hope y su peluche bajamos a la cocina. El patio, al igual que el resto de la edificación, tenía lobos apostados en cada esquina. Y como era de esperarse, a los pocos segundos tenía a un nuevo guardaespaldas soplándome la nuca.

-¿Puedo ofrecerte algo?-pregunté mientras abría la puerta de la cocina; mi satélite personal no emitió sonido. Senté a Hope en su silla especial y luego me acerqué al refrigerador.- ¿Estás segura?-insistí, revisando los estantes. Gia no respondió, simplemente se sentó en un taburete cercano a la barra y callada permaneció.-De acuerdo.-saqué unos bocaditos de hojaldre dulce de la noche anterior y luego cerré la puerta. De la alacena tomé el barrilito de leche en polvo y la mamadera de Hope; en ella vertí dos cucharadas de la formula mientras ponía un poco de agua a calentar.