Things We Lost In The Fire 🔥 (LIBROS 3&4 - TO) ✔

Capítulo 7: "Saving Hope"

Capítulo 8:

"Saving Hope."

Fregué mis manos contra mi ropa mientras la tierra quedaba prendida en la tela. Las copas de los árboles que se alzaban a mí alrededor eran mecidas por el débil pero silbante viento, el cual se encargaba de levantar los restos de las cenizas que había en el suelo, así como también hojas verdes.

Respiré profundo, para luego sobarme la nariz; el aire que se filtraba hacia mi interior transportaba diferentes aromas. En él distinguía el regusto a madera quemada y ropa chamuscada. Era una mezcla que me revolvía el estómago.

Me fregué el rostro con ambas manos, dejando escapar un tenue bostezo; había pasado toda la noche en vela, sentada en el puerto y con ambos pies rozando la superficie del río. La idea de ir a mi cabaña y dormir no resultaba agradable después de todo lo ocurrido; lo único que agradecía era que Jocelyn había sido amable al traerme una manta para evitar pasar frío, aunque realmente sentía un témpano creciéndome en el medio del pecho.

El tiempo que pasé allí había sido suficiente para que mi cuerpo se impregnase del olor al bosque antes de haber sido envuelta en una humareda que no solo transportaba humo negro sino que también traía consigo el ácido aroma a licor barato.

Tomé la botella vacía que se hallaba a mi lado y la coloqué hacia abajo; una fina gota cayó al agua y terminó perdiéndose en el fondo. Chasquee la lengua y dejé la redoma de lado.

Era licor barato, pero había sido de gran consuelo.

El bourbon módico había sido utilizado anoche cuando, con ayuda de Jackson y Marcel, transporté el cuerpo de mi padre a las tierras del pantano; él había sido cremado siendo el mismo funeral que se solía utilizar para los demás miembros de la manada. Llené el vacío que su muerte dejó con media botella de licor, mientras que me veía forzada a rociar el cuerpo con el líquido que restaba.

Me puse de pie, sosteniéndome de los postes del muelle y volví a sacudir la tierra; algunas zonas estaban húmedas, por lo que al arrastrar mis manos contra mis piernas manchas negras se deslizaban hacía abajo. Al enderezarme, la manta roja que Jocelyn me había colocado sobre los hombros se deslizó y cayó pesadamente al suelo.

Bajé del muelle y caminé por la planicie desolada que me separaba de mi cabaña. No debía de ser muy temprano, pero de todas formas no había movimiento en la manada. Saltando un pequeño montículo de tierra, llegué a mi borda; cómo era costumbre, tuve que forcejear un poco con la puerta, pero pude entrar sin ningún otro problema.

El interior de la cabaña estaba desierto; Hayley debía de haberse despertado temprano o no haber dormido aquí tampoco. En el camino hacía el baño, me deshice de mi sudadera, lanzándola al estrecho pasillo y abriendo la puerta que se encontraba a mi izquierda.

Lo malo de las cabañas era que los baños eran pequeños y un poco incomodos; me metí rápidamente y procedí a abrir el agua caliente de la ducha. Sólo tomó segundos antes de que el vapor comience a empañar el vidrio del espejo. Coloqué mis manos bajo la corriente de agua, probando la temperatura y dejé que mis dedos fueran humedeciéndose; haber pasado una noche entera en el bosque, con los pies en el río por lo que sentía algunas partes del cuerpo congeladas y entumecidos.

Me metí dentro de la bañera. Dejé que mi cabeza se mojara por completo al igual que el resto de mí. Pasé mis manos por mi cabello, desenrollando los nudos que se habían formado. Con las manos ya tibias, tomé la pastilla de jabón y con ella comencé a enjabonarme bien, eliminando los restos de cenizas y el olor a humo.