-¿Ya no se van a casar?
-No digas eso, por supuesto que sí.
-¿Por qué discuten tanto? Si se aman, no deberían discutir todo el tiempo...
-Discutimos porque... Porque el me importa, y porque yo le importo, y no siempre tomamos las decisiones más inteligentes.
Destinee no dijo nada.
-No quiero que te preocupes por nosotros. No te corresponde.
-¿Cómo no preocuparme? Ustedes son lo único que tengo...
-Y estamos bien. Vamos a estar bien. Todo estará bien.
-Yo no quiero que vuelvan a separarse, mamá...
-No va a suceder, te lo prometo... -La abrazó con fuerza-. Hay otra cosa que debes saber.
-¿Qué es?
-Mañana me voy a New York por trabajo.
-¿Y cuándo vas a regresar?
-Todavía no tengo fecha exacta, pero estoy segura de que en menos de una semana estaré de vuelta.
-¿Puedo ir contigo?
-No, Destinee, eso ni pensarlo. Tienes escuela.
-Pero, mamá, eso no importa. Por favor.
-Ya te dije que no. ¡Cuanto te gusta contradecirme! Te vas a quedar aquí con tu papá por menos de una semana.
-Él no va a dejar que me tatúe. Llévame tú.
-No se trata de que te lleve o no, hija, es que sí tu papá no está de acuerdo, yo...
-¿Pero, que te cuesta?
-Ve a arreglarte si vas a salir, por favor, ve.
Destinee salió con un humor de los mil demonios.
_____ le marcó a Nick desde su celular.
-¿Dónde estas? -Le preguntó cuando hubo contestado.
-Tenía un compromiso de trabajo.
-Nick... Te quiero...
El suspiró. -Estoy manejando, tengo que colgar.
-¿Hasta cuándo vas a castigarme?
-Hablamos más tarde, ______.
Eric llegó a la casa a las 7:30 en punto.
-Hola. -Destinee lo recibió algo tímida.
-Te extrañe. -La besó y la abrazó con fuerza.
-Yo también a ti. -Susurró contra su cuello.
-Lamento lo que dije por teléfono, si te ofendí o algo, yo...
-Tranquilo, no pasa nada... -Puso las manos sobre su pecho-. Todo bien.
-¿Nos vamos? -Sonrío.
-Sí, sólo le aviso a mi mamá, ven. -Lo tomó de la mano y caminaron a la cocina.
______ estaba sentada en la barra, tomando té, mirando fijamente a la pantalla de su laptop.
-Mamá, ya nos vamos.
Ella levantó la vista. -Oh... Um... Eric...
-Señora Jonas, buenas noches.
-¿Cómo estás, cariño?
-Bien. -Sonrió.
-¿Cómo es eso de que ya puedes conducir?
-Sí, obtuve mi permiso hace poco.
-Mejor yo los llevo.
-Mamá, no es necesario. Sólo estaremos en el centro comercial.
-Está bien, pero... Por favor, Eric, conduce con cuidado.
-No se preocupe, lo prometo.
-Destinee, llámame si algo pasa, lo que sea.
-De acuerdo.
-Y la quiero aquí a las 10:30. -Le dedicó a Eric una mirada amenazante.
-Descuide.
Era la primera vez en su corta vida que Destinee tenía una cita, y por supuesto los paparazzi no lo podían dejar pasar.
Ya en el cine, se decidieron por ver la última de Twilight.
Se habían sentado en la ultima fila solos. Ella estaba muy enfocada en la película cuando sintió la mano de Eric recorrer su pierna.
-¿Qué haces? -Lo miró extrañada.
-Pensé que podríamos... -Le besó el cuello-. Usar este espacio para algo más...
-Eric... Por favor... -Se mordió el labio inferior. Aquello se sentía tremendamente bien.
Le acarició la entrepierna por debajo del vestido. -No pensé que me sentiría así... Contigo... -Le mordió el cuello.
-Eric, para... -Trató de detenerlo, empujándolo con delicadeza.
-Pero, Destinee... -Su mano temblorosa trató de hacerse camino dentro de sus bragas.
Como una película, las caricias de Gustavo aparecieron en su mente. La forma en que la tomó a la fuerza... No.
-¡Qué no! -Volvió a empujarlo-. ¡No me toques más! -Se levantó y salió corriendo de la sala.