-Pero... ¿Qué haces aquí? -trato de que mi tono suene autoritarios, pero mi voz surge mas como un alarido.
Harry está tirado sobre mi cama boca arriba, con los brazos flexionados detrás de su cabeza, provocando así que sus bíceps aumenten su pronunciado tamaño. Luce relajado y despreocupado al tararear la letra de la canción de Forever Young. Que por cierto y, como ya he dicho antes, es una de mis canciones favoritas.
Yo en cambio, me aferro con las manos a la suave tela de la toalla, luego de comprobar que esta cubre perfectamente mi cuerpo desnudo. Cuando por fin Harry se digna a verme, las comisuras de sus labios se curvan ligeramente, formando los adorables agujeros en su mejilla. Sé que su adorable –y provocativa –sonrisa, se debe a que estoy delante de él, prácticamente desnuda. No soy idiota. El tono oscuro e intenso que ha tomado su pupila lo delata.
-No volveré a hacerte la misma pregunta, Harry. Tu no sufres de ningún retraso mental...-comienzo a decirle mientras camino en línea recta hacia el armario en busca de un camisón o bata que sea lo suficientemente grande, como para vestir mi cuerpo de los hambrientos ojos del rizado.- Además, ¿Dónde está Tiffany?- le pregunte fingiendo amabilidad, pero la verdad era que no me importaba.
El me sigue con la mirada algo dubitativo y pensante, cuando de repente farfulla:
-La he dejado en su casa antes de venir.-Y se vuelve hacia la pequeña pantalla de mi computadora portátil. Aprovecho ese momento de distracción y cubro mi cuerpo con una bata manga larga, de seda, con estampado de flores moradas. La amarro a la altura de mi cintura, dejando caer al suelo la húmeda toalla al suelo de madera pulida.
-Mmm, vale –me giro hacia él. –Y ¿Qué haces aquí? ¿Por qué has venido, Harry?-repongo, mas no me contesta.
El continúa rebuscando -en lo que parece ser- mi lista de canciones que hay en mi ordenador durante varios minutos. Al parecer, está buscando una canción en específico. Minuto más tarde, teclea en el ordenador y comienza a reproducirse una canción de Coldplay, llamada: The scientist. «Pero... ¿Qué?» Dios, Harry me va a volver loca...
-Me gusta esta canción –dice al darse vuelta. Yo, frustrada, pellizco el puente de mi nariz mientras tomo unas cuantas respiraciones. El se incorpora sobre mi cama, sentándose en ella, peinando su larga cabellera castaña hacia atrás.-Escucha la letra, Alex... escucha - me pide. Entornando los ojos al mismo tiempo en que pasa la lengua por sus labios, encorvando su torso hacia adelante mientras enlaza sus manos.
Sin poder evitarlo, ruedo los ojos y resoplo. Juro que esta agotando la poca paciencia que me queda. Sin embargo, eso no me impide escuchar atentamente la letra de la canción.
Come up to meet you,
Tell you I'm sorry,
You don't know how lovely you are.
I had to find you,
Tell you I need you,
Tell you I set you apart.
Tell me your secrets,
And ask me your questions,
Oh, let's go back to the start.
Running in circles,
Coming up tails,
Heads on a science apart...
-¿Por qué evades mi pregunta, Harry? –no podía seguir escuchando esa mierda, me incomoda. –Créeme que no te entiendo. Juro que no –Espete. No quiero gritar, debo recordar que la habitación de mi hermano está cruzando el final del pasillo. Ni siquiera me quiero imaginar la cara que pondría si me llegase a encontrar con su mejor amigo, en la misma habitación, como mínimo me asesina. Además, mi madre puede llegar en cualquier momento. «¡Mi madre!» oh no, necesito acabar con esta situación lo antes posible.
-¿Por qué eres tan fastidiosa? –chilla, frunciendo el ceño. – Acabas de arruinar el coro de una hermosa canción romántica.
-No me interesa. –Gruño, cruzándome de brazos. Pasando por alto la risita que brota de su garganta mientras él se levanta y camina hacia mí. Esa no es buena señal.
Instintivamente retrocedo algunos pasos, atragantándome con mi propia saliva debido a mi nerviosismo, pero mi espalda choca contra la pared. Se puede decir que en estos momentos Harry me tiene acorralada.
-¿En que estabas pensando? – murmura a metro y medio de distancia. Distancia que se acorta mas, tras cada paso que da.
-¿De qué hablas?
Suelta un gruñido al mismo tiempo en que se abalanza sobre mí. Me agarra de la muñeca y me empuja aun mas contra la pared, pegando su cuerpo caliente al mío; provocando que de mi garganta brotara un jadeo seco por culpa del choque. Estamos tan peligrosamente cerca, que siento sus labios rozar la piel de mi oreja.
-¿En que estabas pensando cuando te las ingeniaste para sacarle información a tu hermano sobre mi? –pregunta. Su respiración golpea suavemente mi piel, erizándola al instante. Harry mueve ligeramente su cabeza, clavando su penetrante mirada esmeralda en mí, obligándome a perderme en ellos. Mi corazón esta apretado en mi pecho por su cercanía, lo sé. -¿Qué es exactamente lo que necesitas saber, Alex? –añade, colocando detrás de mi oreja un mechón rebelde de mi cabello castaño oscuro.
No puedo articular palabra, por lo tanto no consigo responder a su pregunta. En el centro comercial si note cuando David le confesaba a Harry acerca de su traición, pero me hice la vista gorda. No le di importancia. Es duro saber que tu hermano es una pequeña mariquita llorona chismosa, como niña de seis años. ¡Qué horror! Me dan pena este par. Los odios.
En este momento me muero por gritarle al rizado, pero la imagen de una madre furiosa y un hermano confundido y molesto, abarca cada espacio de mi mente. Una parte de mi también quiere golpearlo, exigirle que me deje ir, pero otra..., aun mas grande que yo, me lo impide e implora un beso de esos malditos labios carnosos. Por mi cabeza revolotean gran cantidad de situaciones en donde Harry y yo podríamos llegar a estar o, protagonizar, si esto continúa de esta manera. La situación va a nuestro favor, aunque tengo miedo de mis impulsos. Sus ojos verdes me tienen hechizada.
-Harry, suéltame. –Son las únicas palabras que consigo articular mientras me remuevo nerviosa.
-No –dice, sujetándome con más fuerzas. –No te dejare ir..., esta vez no, Alexa Ross.
Maldición, ¿a quién quiero engañar? Yo tampoco deseo que me deje ir, y no sé porque siento que sus palabras arrastran un doble significado. Mi respiración se ha acelerado, no solo la mía, la suya también. Su cuerpo alto y fornido, cubre el mío, trasmitiéndole a mi cuerpo un calor embriagador, que invade cada hueso dentro de mí. Nuestro pechos se hinchan y deshinchan a gran velocidad, y al mismo tiempo, mi sangre corre velozmente por mi torrente sanguíneo, acelerando mis pulsaciones. Jamás había sentido tanta atracción física por alguien, jamás. Hay demasiada tensión sexual entre nosotros y eso es preocupante.
-Dime porque te interesaba tanto saber sobre mí y te dejare ir –murmura-, lo prometo.
-Yo solo... yo solo... -No encuentro las palabras indicadas para explicarle a este chico que, me moría por saber si el gustaba de mi sin sonar desesperada.
-¡Dime! –me presiona, pero niego con la cabeza. –Alex...-alarga la silaba, apretando sus dientes.
Trago saliva, mientras me preparo mentalmente para lo que diré a continuación:
-Quería saber si yo te gustaba. –Tan rápido y suelto mis palabras me arrepiento al instante. Parezco una colegiala, he caído muy bajo y muero de vergüenza.
Harry abre los ojos como platos al escucharme hablar. Avergonzada, aparto la mirada, sintiendo mis mejillas arden en su interior. Los largos dedos de Harry sujetan mi mentón, obligándome nuevamente a ver de cerca esos profundos –y claros– ojos color esmeralda.
-Tal vez con esto te ayude a saber la respuesta...- dice apresuradamente antes de que sus labios impacten ferozmente contra los míos, cogiéndome totalmente desprevenida. Encendiendo un extraño fuego en mi interior, que causa que me arda la piel.
Al principio luche contra él y mis hormonas alborotadas, hasta que me rendí, aceptando su beso con más ansias de la que Harry se imaginaba. Su lengua cálida lame la mía, comenzando una danza frenética de lametones y gemidos. Mi manos son desatadas finalmente por las suyas, dejándolas libres para poder deslizarlas por sus anchos hombros. De allí, pasan a enredarse en su cabellera larga, tironeando de él con suavidad mientras introduzco mi lengua hasta su boca.
-Alexa. –Exhala en mi boca y, cuando lo hace despierta en mí una nueva sensación jamás experimentada. Convirtiendo el tono ronco de su voz, en mi nueva melodía favorita.
Sé que no estoy pensando con claridad las cosas, pero no permitiré que mis pensamientos me arruinen este dichoso momento. Que posiblemente sea el último en el que sienta que Harry es mío, que me pertenece y no a Tiffany. Un gemido se escapa de mis labios al sentir sus manos deslizarse por debajo de mi bata, hasta llegar a mis glúteos, apretándolos. Sin romper nuestro beso, Harry me toma con fuerza por la parte trasera de mis muslos y me levanta. Mis piernas por instinto, rodean su cintura, mientras me quedo fascinada al notar la fuerza que tienen sus brazos, ya que me carga con mucha facilidad. Harry retrocede hacia mi cama aun sin apartar sus labios de los míos.
No puedo evitar pensar en que: si esta es la mejor forma que él tiene para expresar sus deseos y sentimientos, pues que así sea siempre. Con suavidad y lentitud, apoya una rodilla sobre mi cama. Inclina su torso hacia adelante, tumbando mi cuerpo sobre el colchón de la misma. Gruño ante la separación de labios. Siento que me derrito sobre estas sabanas.
-Tus besos... me estas volviendo loco Alex, no tienes ni idea de lo mucho que he deseado este momento. El tenerte así... -dice, mientras acaricia mis muslos descubiertos- desnuda... para mí. –Harry apoya ambas manos a cada lado de mi cabeza, dejando caer su cuerpo sobre el míos, al mismo tiempo en que deja una línea de besos desde mi cuello, hasta mi mandíbula.
Detiene el recorrido suave de su lengua por mi cuello y me mira. Sus pupilas están tan dilatadas, que solo se ve un fino aro de sus ahora ojos verdes. Yo por mi parte, descubro que la zona más baja y sensible esta húmeda gracias a él. Me tiene terriblemente excitada.
-Déjame ser ese hombre que robe tu respiración, Alex. –susurra, rozando sus carnosos labios, contra los míos.
-Harry. –gimo ante su caricia cargada de ternura.
-Déjame hacerte sentir mujer mientras estoy dentro de ti... -continua con sus palabras, trazando su línea de besos por mi mandíbula-. Quiero escucharte gemir una y otra vez, que digas mi nombre... Quiero que seas eternamente mía, porque sé que siempre seré eternamente tuyo. Déjame amarte, Alexa. Por favor. –su voz esta tan cargada de desesperación que hace que mi corazón se estruje dentro de mi pecho, por tan solo oírlo.
En el fondo de mi ser, sé que no puedo negarme, lo quiero. Y deseo ser suya más que cualquier cosa en este mundo. Escucharlo decir: «Se que siempre seré eternamente tuyo» cava un hueco más profundo en mi interior, uno que ningún otro hombre podrá llenar. Sé que esto nos llevara a un amor clandestino y prohibido, pero si él no tiene miedo al arriesgarse, yo tampoco he de tenerlo. Seré lo suficientemente fuerte por él, seré cualquier cosa por él, lo que el desee con tal de sentir su cuerpo nuevamente sobre el mío. Hasta convertirme en la perra mas falsa de este mundo por acostarse con el novio de su mejor amiga, ¿y? El único que puede juzgarme no camina sobre este mundo. Jesucristo dijo un día: «El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra. » Pues que Dios me perdone por esto que voy a pensar, pero estoy dispuesta a arder en el mismo infierno con tal de que ese hombre sea mío.
-Está bien, Harry –rompo el silencio. –Acepto.
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Acá nuevo cap, espero ansiosa sus comentarios... Voten&Comenten ;)
Pd: dejen nombre en los comentarios por si quieres dedicación.