Ana
- ¡Maldición!- Exclamó Jace.
Luke: ¿Qué sucede?- Preguntó, frunciendo el ceño.
- Se ha averiado una de las ruedas delanteras. - Reduciendo la velocidad, desabrochó su cinturón y salió, dando un portazo fuerte que me hizo estremecer.
Luke: Iré ayudarlo antes de que rompa algo más...- Rodando los ojos, en poco tiempo ya estaba junto a él tratando de aguantar su "buen y amable humor".
- Lo que faltaba... - Susurré, meciendo a Ed que comenzaba a despertar.
Luke: Deberemos cambiarla pero... - Escuché que decía, mientras trataba de hacer dormir nuevamente a mi pequeño.- No tenemos todas las herramientas necesarias.
- ¿Y? ¿Me ves con cara de teletrasportar herramientas?- Contestó Jace, haciendo que riera.
Luke: ¡Oye, deja de reir!- Protestó, volviendo a revisar el baúl.
Abriendo mi puerta, tomé entre mis brazos a Ed que había despertado.
- Si quieren puedo buscar ayuda.- Acomodándolo en el porta-bebé, esperé su respuesta.
- No, de ninguna manera.- Sin dirigirme su mirada, Jace continuó revisando la rueda.
Luke: ¡Vamos Jace!- Encogiéndose de hombros, se acercó hacia ambos.- A menos que quieras volver tarde a casa, caminando.
- Sabes que no tengo problemas... - Repuso.
Luke: Pero Ed no aguantará, ¡es un bebé!- Exclamó, sin paciencia.
Jace observándome por varios segundos, finalmente, asintió con la cabeza.
- Estaré aquí pronto... - Sonriéndoles, comencé a caminar. - Bien hora de la aventura...
Poco a poco, me alejé de la protección que intentaban mantener "los hermanos Maldick" y sin pistas de algún lugar cercano, seguí caminando. Media hora después, con Ed observando curiosamente el paisaje, me detuve al encontrarme con un gran portón que se levantaba sobre unos gruesos y altos muros. Acercándome, me di cuenta de que tenía una cruz en su parte alta, lo que indicaba que se trataba de un cementerio.
- No es un buen lugar para buscar ayuda pero esperemos encontrar algo. - Encogiéndome de hombros, empujé el pesado portón y entré. Caminando hacia una especie de pasillo, salí hacia un hermoso jardín donde las lápidas se perfilaban perfectamente junto a un largo sendero de piedra. Dando algunos pasos, sonreí al poder observar que tres personas se encontraban junto a un sacerdote.
- Vamos a esperar. - Sacando a Ed del porta-bebé, intenté entretenerlo por unos minutos.- Eres tan lindo... - Besando su mejilla, desvié mi atención hacia donde se encontraban esas personas.- Bueno, ¿qué te parece Ed, vamos o no?- Él sonriéndome, me dio el coraje suficiente para ir pero cada paso que daba, era cada vez más pesado, ¿qué me sucedía? Negando con la cabeza, continué sin hacer caso a los látidos vertigonosos de mi corazón.
- Disculpen, pero necesito su ayuda.- Al conectar nuestras miradas, sentí un escalofrío. No podía ser cierto ni tampoco real.
- ¿En qué necesitas ayuda?- Retrocediendo, traté de mantenerme de pie.
- Mis amigos y yo quedamos varados a dos kilómetros y no podemos arreglar una de las ruedas que se ha pinchado.
- Bueno, no es algo grave.- Sonriéndome, dirigió su mirada a Ed.- Nick, ¿puedes venir?
Nick: ¿Qué sucede, Harry?- Su mirada apagada se posó en mí y me sentí nerviosa. ¡Era mi tío Nick!- Hola, me llamo Nick... Nick Lancaster.
Harry
El alcohol de anoche debía haberme transtornado demasiado pero, la chica desconocida se parecía tanto a ella. Tratando de no sonar alterado, le pregunté que necesitaba y su reacción no fue la que esperé, hasta parecía un poco nerviosa o ¿es producto de mi imaginación? Negando con la cabeza, la escuché y poco después llamé a Nick que no tuvo problemas en ayudarla.
Nick: Lizzy, ven por favor.- Exclamó, mientras la observaba con detenimiento. - Iré a ver si tengo las herramientas necesarias. Luego vendré a buscarlos.
Lizzy: ¿Qué sucede?- Acercándose, se paralizó al verla. No era el único que le veía identica a Ana.- ¿Quién es ella?
- Soy Diana Maldick.- Contestó, sin dirigirle la mirada.
- ¿Maldick? ¿Acaso eres algo con los hermanos Maldick?
- Parientes lejanos.. - Suspirando, acomodó a su bebé.
- ¿Es tu hijo? Es muy lindo y tierno. - Comenté, acercándome a ellos.
- Sí, es mi hijo.
Lizzy: ¿Lo puedo cargar? Seguramente debes estar cansada.- Su mirada llena de ternura, hizo que recordara su amor incondicional a su hija.
- No hace falta, yo estoy bien.- Sonriendo, trató de rechazar su oferta.
Lizzy: Por favor, sólo quiero ayudarte.- Extendiendo sus manos, volvió a ofrecércela.
- Bien... Por favor, cuídelo. - Alejándolo de sus brazos protectores, se lo dio con bastante recelo.
Lizzy: Por cierto, disculpa nuestra poca amabilidad. ¿Necesitas agua o algo más?
- Me encantaría tomar agua y pasar a un sanitario, si es posible.
Lizy: Claro que sí. Harry, acompáñala.- Pidió, meciendo a Ed con cariño.- Yo me quedaré aquí hasta que Nick vuelva.
Ana
- Yo, no sé si... - Dudé, no sólo porque dejaría a Ed sino que además, iría con Harry y no me confiaba de lo que pudiera suceder.
Lizzy: No te preocupes por el bebé, estará en buenas manos.- Susurró, acercándose hacia una de las lápidas.- Te juro por mi hija que no tengo intenciones malas.
- No hace falta que...
Lizzy: Me la quitaron de mi lado y lo que menos quiero es que le pase lo mismo a otra mujer.
- Lo siento mucho. - Contesté, con la piel erizada. Tener a mi madre con su nieto en brazos no es demasiada ayuda con mi débil voluntad.
- ¿Vamos?- Girando mi rostro, asentí con la cabeza.
Comenzando a caminar, traté de objetar que él se encontraba a mi lado. Su perfume y su presencia hacía que todo mi mundo estuviera dado vueltas.
- Y... ¿Tú también eres familiar de la hija de Lizzy?- Pregunté, haciéndome la descentendida.
- Era el prometido de su hija. - Contestó, con cierta sequedad. - Mi primo y ella murieron el mismo día.
- Lo siento, seguro que debe doler y más perder a dos personas que amas. - Mordiéndome el labio inferior, esperé su respuesta.
- Te equivocas, ya no siento amor por ella. - Escuchar esas últimas palabras, hicieron que mi corazón se rompiera en mil pedazos. - Asesinó a mi primo y eso marcó un final a nuestra relación.
- Nunca pensaste en la idea de que... - Jugando nerviosamente con mis manos.- ¿Cometiera un error?
- ¿Un error?- Repitió, sumerguiéndose en sus pensamientos. - Un error fue conocerla.
¿Un error? ¿Cómo? Negué con la cabeza, sin poder creer sus palabras hirientes.
- Entonces, ¿Qué es de tu vida?- Acercándome hacia una especie de sala, comtemplé su tenue rostro.- Me imagino que habrás reconstruido tu vida sin ella, ¿no?
- Me gustaría decirte que sí pero no... - Haciendo una mueca, me pasó un vaso con agua.- Ella fue muy importante en mi vida y es difícil olvidarla, a pesar del daño que me produjo.
- ¿Y en cuanto a su relación? ¿No valía nada para ti?- Tomando en pequeños sorbos el líquido que parecía quemar mi garganta, escuché atentamente.- Es decir, antes de que ocurriera todo.
- Eramos muy felices, demasiado. - Sonriendo de repente, sentí renacer algo en mi interior.- Pero todo quedo en el pasado y ahora sólo queda seguir adelante.
- Tienes razón.- Caminando hacia una de las puertas de los sanitarios, entré. Poco después, me apoyé en la puerta de uno de los cubículos y aunque las lágrimas amenazaban con salir, saqué fuerzas y nuevamente salí a encontrarme con la única persona que amaba aunque doliera hacerlo.
- Ya hice mis necesidades...- Haciendo un atismo de sonrisa, traté de mantener distancia.- ¿Volvemos?
- Sí, vamos. - Comenzando a caminar, le seguí los pasos hasta llegar al lugar anterior.
Lizzy: ¡Tu mamá ha venido, Ed!- Exclamó, haciendo que sonriera involuntariamente. Era una buena abuela y de eso no tenía dudas. - ¡Eres un niño precioso!- Besando su mejilla teñida de un matiz rosado coral, me lo entregó.
- Gracias por su ayuda... - Murmuré, a tan sólo centímetros de sus tristes ojos.
Lizzy: ¿Te cuento un secreto?- Acercándose más.- Me recuerdas mucho a mi hija, son muy similares.
Tragando saliva, traté de sonreir pero mi cara abandonada de cualquier signo de vida demostró lo contrario.
- Puede ser... Siempre dicen que tenemos "gemelos perdidos" en algún rincón del mundo.- Encogiéndome de hombros, traté de restarle importancia.
Lizzy: Sí, tienes razón.- Haciendo una mueca, se alejó. Algo en su rostro hizo que me sintiera mal. ¿Y si tan sólo le decía la verdad? Acercándome, intenté tomar la iniciativa pero Nick apareció en el momento más oportuno.
Nick: ¡He conseguido las herramientas! Creo que con esto, podremos solucionar su problema.- Levantando un caja de herramientas, sonrió.- ¿Vamos?
Comenzando a caminar, me sorprendí al ver que Lizzy tomaba de la mano a Nick. ¿Cómo podía ser? ¡Ellos eran hermanos!
Harry: La misma reacción tuve cuando me enteré de que salían.- Girando mi rostro, me encontré con él, caminando a mi lado.- Seguramente haz escuchado algo de ellos pero sea lo que sea, la verdad es que no son hermanos.
- ¿Cómo sabes eso?- Frunciendo el ceño, esperé una explicación que me convenciera de lo contrario ya que todo parecía tan loco.
Harry: Ambos se amaban cuando eran jóvenes y cuando ella se quedó embarazada de su segundo hijo, pensó que era de su actual marido pero no fue así. Resulta que éste nunca le dejó hacer una prueba de ADN y aceptando que la única verdad era una gran mentira, dejó que su hija se expusiera a la maldad de un padre que resultó ser un asesino como ella.
- ¿Y entonces quién es el padre de Ana?- Olvidándome de lo anterior, esperé con ansias recibir la información que podría cambiar mi vida.
Harry: Su padre es...
Nick: Chicos, ¡entren que se hace tarde!- Tocando la bocina, hizo que me sobresaltara.
Harry: Será mejor que subamos.
Nick: Bien, esperemos que tus amigos no estén muy desesperados y hayan cometido alguna locura...- Riendo, prendió el motor. Acomodándome en la parte trasera junto a Harry, sentí mi respiración entrecortarse al pensar en la situación. Ellos y yo juntos, era sin duda, lo que menos quería ver en su vida Jace. - ¿Esos son tus amigos?- Señalando a lo lejos, tragué saliva al reconocerlos.
- Sí, ellos son... - Volviendo a morder mi labio, sentí mi corazón bombear con más fuerza. Ni bien los ojos de Jace se posaron en mi pálido rostro, me sentí desfallecer.
- No es lo que piensas.- Susurré, mientras Nick ayudaba a Luke.
Jace: ¿A no? Entonces, explícame ¿por qué ellos están contigo? - Su mirada despedía tanto enojo que acepté su reproche.
- No pensé en las consecuencias, perdón.
Jace: Si tanto lo lamentas, deja de mirarlo. - Susurró, con los dientes apretados del coraje.
Con mis mejillas sonrojadas, aparté la mirada aunque el magnetismo que Harry tenía era tan poderoso que me podía pasar todo el día observando cómo cada poro de su ser irradiaba belleza sobrenatural. Hasta inclusivo, me podía tener de rodillas frente a él con una sóla caricia.
- ¿Diana?- Su voz, hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.
Jace: Ve, antes de que me olvide quién es... - Empujando su cabello hacia atrás, caminó hacia Luke y Nick que se encontraban en proceso de solucionar el problema del auto.
Harry: ¿Todo bien?- Acercándose, su exquisita fragancia inundó mis fosas nasales.- Desde lejos parecía que estaban discutiendo.
- No, sólo estábamos hablando de ciertas cosas... sin importancia.
Harry: Está bien. - Frunciendo el ceño, trató de no seguir con el tema.- ¿Puedo cargarlo?.
- ¿Perdón?- Ladeando la cabeza, esperé su respuesta.
Harry: Que si puedo cargar a Ed. - Escrutándome con sus ojos verdes, mi corazón dejó de latir.
- Bueno, yo... - Haciendo una mueca, traté de negarme.
Harry: Sólo será un momento, por favor. - Sonriendo, sus hoyuelos se marcaron, haciendo que hasta la menor partícula de polvo se desvaneciera por él.
- Está bien... - Sus manos tocaron las mías y en un intento de cortar ese contacto, me alejé rápidamente.
Harry: Hola Ed. - Besando su mejilla, nuestro hijo sonrió.- Me encantan sus ojos, son iguales que los míos. Eres muy suertada, al tener a tu hijo junto a ti y al amor de tu vida también.
Procesando las palabras, me paralicé en la última parte. ¿Acaso él creía que...?
- Yo no... - Intentando decirle que no era cierto lo que pensaba, alguien me detuvo.
Jace: Es hora de irnos, Diana.- Pasando su brazo sobre mi hombro, sonrió tensamente a Harry.- Harry, mucho tiempo sin verte... ¿Cómo has estado?
Harry: No tan bien como tú. - Haciendo una mueca, se concentró en Ed jugaba y sus dedos traviesos.- Tienes una hermosa familia.
Jace: Así es... - Besando mi mejilla, se alejó nuevamente para ir hacia su hermano que estaba terminando con la reparación del auto.
Harry: ¿Puedo tomarme una foto con Ed?- Su pregunta, me descoló e hizo que me olvidaba del comportamiento de Jace.
- Bueno, si tú quieres... - Entregándome su celular, con las manos temblorosas busqué el ícono de la cámara. Apuntando hacia ellos que eran como dos gotas de agua, sonreí.- ¡Digan cheese!
Harry: ¡Cheese!- Sonriendo, Ed fijó su atención en él. Ambos tenían hoyuelos y eso daba más posibilidad de que me muriera en ese mismo instante de un ataque cardíaco. - ¿Cómo salimos?
- Salieron bien... - Con mis ojos, apunto de estallar en lágrimas, observé la foto. Padre e hijo juntos.- ¿Me la puedes pasar?
Harry: Claro, pero primero... - Tomando su celular, se acercó y apuntando la cámara, habló.- ¡Cheese, Diana! ¡Cheese!- Sonriendo, sentí como la luz me cegaba por un momento. - Bien, ahora sí te puedo pasar la foto y más, la última. ¡Salimos perfectos!
- Seguro. - Sonriendo, negué con la cabeza al recordar que no tenía mi celular a mano.- ¡Qué torpe!
Harry: ¿Qué sucede?- Frunció su ceño.
- No tengo mi celular. - Haciendo una mueca.- Y no podrás pasarme la foto.
Harry: Bueno, en ese caso tendrás que darme tu número de celular y todo se soluciona.- Guiñándome un ojo, buscó algo en el mismo.- Bien, ¿me lo dictas por favor?
Con voz temblorosa, dicté número por número sin estar del todo convencida de lo que estaba haciendo. Guardando el número, buscó la fotos y las envió.
Harry: Bueno, ya está.- Fijando su atención en algo, giré mi rostro para encontrarne con Jace que caminaba hacia nosotros.- Parece que ya solucionaron el problema. Adiós Ed. - Besando su frente, me lo entregó.
Jace: Es hora de irnos, Diana.- Ed sonriendo, le extendió sus brazos.- ¿Me extrañaste, Ed?- Tomándolo, comenzó a jugar con él.- Te espero en el auto. - Sonriendo falsamente a Harry, se alejó.
Harry: Parece que no le caigo bien, además de que está celoso.- Haciendo una mueca, empujó su cabello hacia atrás.
- Bueno... - Sin saber que decir, jugué con mis dedos.- Gracias por todo, Harry.
Harry: No hay nada que agradecer.- Acercándose, besó mi mejilla.- Espero verte pronto, Diana.
- Sí, espero que sí.- Temblando más que una hoja de papel, traté de disimular el efecto que provocaba en mí, al tenerlo a centímetros míos.
Jace: ¡Diana!- Exclamó, sobresaltándome.
- Adiós, Harry.- Alejándome, observé cómo sus ojos verdes seguían mis movimientos lo que hacía que me comportara de forma torpe. Por su parte, Harry marcó sus hoyuelos, por segunda vez, lo que provocaba una reacción muy loca en mis hormonas.
- Gracias por todo. - Sonriendo a Nick y Lizzy, los saludé con la mano.
Lizzy: ¿Así es como nos agradeces? Ven, ¡y danos un abrazo!- Sonriendo, extendió sus brazos. Siempre había sido cariñosa pero no sabía que con extraños también lo es.
- Disculpa, no soy de demostrar mis sentimientos... - Acercándome, la abracé por corto tiempo.- Gracias a ambos.- Acortando la distancia con Nick, lo abracé y algo dentro de mí, por un momento me hizo dudar de todo lo que estaba haciendo. Alejándome, ya con la decisión de entrar y salir de sus vidas, otra voz me detuvo y estaba vez no era ninguno de los dos.
- ¿Y para mí, no hay abrazo?
- Bueno, yo... - Sin saber que hacer, me quedé paralizada en mi lugar. Harry, acercándose, me envolvió en sus brazos.
- Me recuerdas a ella... - Susurró.
Sin aliento, lo dejé ir con un nudo en la garganta y con miles de lágrimas que peleaban por mantenerse al margen, me recosté en mi asiento y con la prueba de nuestro amor, Ed, traté de pensar en lo que venía y sabía muy bien, que él no estaba incluido.
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¡Nuevo capítulo! Espero que les guste. Me ha costado mucho escribir, ya que he tenido mucho problemas personales, entre otras cosas.
¡Mil gracias a las dos chicas que comentaron en el capítulo anterior! Me alegra saber que cuento con su apoyo. Ojalá, sigan apoyándome y que les siga gustando lo que hago.
En fin, voten y comenten.
PD: Foto de la antigua Ana ya que en los capítulos que vienen podrán ver los cambios que hay en ella.
Ana