Los 6 Elementos ~EDITANDO~ NO...

By LieblingMK

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¿Recuerdas los cuentos de hadas que tu padres te leían antes de dormir? ¿Aquellos que trataban de elfos, unic... More

Capítulo 1 ~ La pelea
Capítulo 2 ~ El extraño suceso
Capítulo 3 ~ La revelación
Capítulo 4 ~ La base
Capítulo 5 ~ El reencuentro
Capítulo 7 ~ El sueño
Capítulo 8 ~ La búsqueda de Metal
Capítulo 9 Metal
Capítulo 10 La inconsciente
Capítulo 11 El ataque
Capítulo 12 El entrenamiento
Capítulo 13 Los raptados
Capítulo 14 El Portal
Capítulo 15- El Camino de las Hadas
Capítulo 16- Rostros conocidos
Capítulo 17 Encuentros
Capítulo 18 La aldea
Capítulo 19 Nos volvemos a ver
Capítulo 20 Una despedida
Capítulo 21 Contando secretos
Capítulo 22 El rescate
Capítulo 23 ¿De cuál lado estás?
Capítulo 24 La manipulación
Capítulo 25 Un festejo
¡¡¡Gracias!!!

Capítulo 6 ~ El banquete

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By LieblingMK

-¡Buenos días, dormilona!- canturreo Lily al abrir las ventanas tras mi cama, dejando que toda la luz mañanera se filtrara en el cuarto-. Debes ayudar a los demás para preparar el banquete anual.

-¿Banquete... Anual... Qué?- balbuceé. Por un instante creí que estaba en casa, que debía levantarme para asistir a clases.

   Pero al abrir los ojos hacia las paredes color beige que habían reemplazado las coloridas de mi habitación, caí en cuenta de que había deseado tanto que todo esto fuera tan sólo un largo y extraño sueño.

-Sí, ya voy a alistarme- murmure al tiempo que el corazón caía a mis pies. Mi madre asintió con una sonrisa comprensiva, y salió de mi habitación cerrando la puerta tras de sí.

   Tomé una corta ducha, tratando no pensar en todas las cosas que desde entonces cambiarían.

   Salí para cambiarme, lanzando la toalla húmeda sobre la cama, y me sorprendí nuevamente con toda la ropa dentro de ese armario tan pintoresco.

   Intenté escoger un conjunto que fuera con la Alice de antes, la Alice que no tenía idea de todo este mundo tan extravagante que había estado ocultado por tanto tiempo.

   Preferí usar las mismas zapatillas con las cuales había llegado a la base para sentirme como yo misma. Al tomar la toalla para ponerla dentro del baño de nuevo, escuché que un pequeño objeto se había caído.

  Me agaché para investigar lo que era, y me encontré con la pulsera de Robert. La observé por largos minutos, jugando con ella entre mis dedos, mirándola con una curiosidad enorme.

-Vamos, Alice, llegarás tarde- me dije, tirando la pulsera sobre la cama.

   Al salir, me topé con Eiden cargando unas cajas de las cuales adornos de millares de formas y colores desbordaban.

   Una pequeña esfera dorada cayó, a lo que me lancé para atraparla con éxito.

-Buenos reflejos, Harper- me felicitó el chico flama, posando las cajas sobre el suelo alfombrado para tomar un respiro-. Por cierto, te ves bien.

  Bajé la mirada a la simple camiseta gris que utilizaba.

-Debes estar bromeando- respondí, al agacharme cerca de una de las a una de las cajas para meter la esfera dentro y observar un poco las demás decoraciones. Pude ver a Eiden encogiéndose de hombros antes de agacharse a mi lado.

-Quizás, quizás no, ¿quién sabe?- me dijo.

-Tú, por ejemplo- replique con una ceja en alto- De todas formas, me despertaron para ayudar, ¿Qué puedo hacer?

   Puso su mano sobre su barbilla e intentó lucir como si se debatía entre decirme o dejarme colgando. Y a cuanto se tardó, creí que se inclinaba a por la segunda opción.

-Toma esa caja y sígueme. En el comedor están Bianca y Dimitri, podrías servirles de algo- replicó, amontonando dos de las cajas al levantarse.

   Tomé la mía y le seguí el tramo de escaleras que con fatiga supuse que más tarde tendría que subir.

-¿Son Bianca y Dimitri... Pareja?- pregunté, tratando de seguir el paso rápido del chico.

-¿Cómo lo...?- paró de golpe, mirándome con extrañeza.

-Lo intuí, no parecen separarse- respondí encogiendome de hombros- ¿Qué tal tú y Carrie?

  Soltó risas y tuve que quedarme callada a esperar una respuesta.

-Carrie es como mi prima ¡Jamás pasaría algo así!- después de dos minutos más de risa, limpió las inexistentes lágrimas de sus ojos con dificultad por las cajas que llevaba, para agregar-. De igual manera, no soy de los que salen con chicas que viven bajo el mismo techo que yo.

-Huh- comenté, y para serles sincera, un poco decepcionada. Y hasta ahí quedó nuestra conversación.

   El comedor, por otro lado, se sentía como descubrir un universo totalmente nuevo. El techo parecía no existir, dejando a su vez un cielo perfectamente azul, con nubes similares al algodón de azúcar, que se movían con lentitud.

-Arrebata el aliento, ¿no es así?- Eiden dio un silbido para llamar la atención de Dimitri, que estaba en una escalera haciendo que unas bonitas enredaderas crecieran en el tope de las pilastras.

-¡Hey chicos!- nos saludó con una mano, y se dispuso a bajar las escaleras.

-Aquí te dejo- me dijo Eiden, soltando las cajas en el aire flotando.

-¿Pudiste hacer eso todo este tiempo?- toqué la caja y se movió un poco, pero se mantuvo en el aire.

-Quería impresionarte- me respondió Dimitri dándole un codazo a Eiden en las costillas.

-¡Hey!- bufo este último, para después irse murmurando algo como- No te molesté cuando andabas de lambon con Bianca.

-¡Haré como si no escuché eso!

-¡No jodas!- le gritó Eiden en respuesta, al otro lado de la habitación.

-¿En qué puedo ayudarte?- le pregunté sonriendo.

-Por favor, lleva estos muchachos a la entrada de la base con Bianca, allí se encontrarán con Carrie- me pidió, pasándome una maceta de piedra perfectamente llena de claveles amarillos.

   Y tal como me lo pidió lo hice. Estuvimos toda la tarde andando de un lado al otro, arreglando cosas, tomando órdenes de los demás. Fue muy divertido (notese el sarcasmo, por favor, casi fui devorada por una planta carnívora).

   En resumen, la base terminó espléndida. Y al llegar la noche, el techo del comedor estaba formado por cada constelación existente, y una luna llena casi tan brillante como el sol.

   Cerca de la hora asignada para empezar, subí corriendo a mi habitación para ducharme y alistarme los más rápido que pude... Y también quitarme el olor a alcantarilla que misteriosamente se me había pegado.

   ¿Que si estaba nerviosa? ¡Bastante! ¿Qué ocurriría si no era lo que ellos esperaba? Si no sabía cómo controlar mi poder, ¿cómo iba a desatar un batallón con él?

   Al mirarme en el espejo para cepillar mis dientes, podía ver el miedo en las ojeras bajo mis cansados ojos. Desenrollé la toalla que tenía en mi cabello para secar mi boca, y varios rizos castaños cayeron con libertad, enmarcando mi rostro.

   Quizás, mantenía mi propio encanto. Allí en la curva de mis labios, o el marrón claro de mis ojos. Se escondía, o la escondía, pero allí estaba.

   En el guarda ropa encontré el traje perfecto. La reliquia de una falda azul marino con caída libre, tenía una abertura en la pierna, y un escote de remolino, con un degradante entre el celeste y el azul. Lo adorne con unos pendientes de zafiro y su collar a juego y tomé unas sandalias plateadas con un leve tacón.

   Bajé con tanto cuidado como pude en no matarme, ni pisar el vestido en las jodidas escaleras que odiaba. Afortunadamente, antes de perderme y acabar nuevamente junto a la planta carnívora (que al parecer era el bebé de Dimitri), me encontré con madame Ward vestida de gala conversando arduamente con una... ¿Señora? Con antigua vestimenta particularmente cocida con un material que no pude reconocer.

-¿No te enseñaron que fisgonear está mal?- la voz de Eiden me sobresaltó, haciendo que pisara el vestido y diera un traspié.

   Claro que, Batman, el caballero de la noche, me atrapó antes de que mi cara fuera acariciada por el suelo.

-Ten más cuidado, Alice- me dijo con enfado al reponerme en mi pies, y se aliso su camisa como si le hubiera hecho un arruga a su perfecto smokin.

Me levantó el Pingüino, más bien, pensé al verlo caminando hacia la entrada del comedor.

-¡Alice!- Bianca tomó mi brazo y me llevó casi arrastrando con Dimitri del otro lado- Vamos, ya va a comenzar la reunión.

   Entramos junto algunos de los jefes, pude ver que varios traían a su mascotas consigo. Ya dentro, nos sentamos juntos de un lado de la mesa, con madame Ward en nuestra punta, y los demás jefes del otro lado de la mesa, como si una asamblea se fuera a desarrollar. Lo más posible es que así fuera.

-¡Muy buenas noches, damas y caballeros!- anunció Adam, levantándose de su asiento y haciendo gestos a nuestros invitados- Preparamos este banquete para atestiguar cada uno de los ataques y discutir las próximas estrategias que utilizaremos para extinguirlos en su totalidad.

-Para más tarde disfrutar con regocijo estos exquisitos platillos- prosiguió Danielle- ¡Pueden empezar!

-¡Han atacado a todos nuestros hogares! Ya no queda ninguno- gruñó un hombre de gruesa y oscura barba-. Tenemos que pararlos, mucha de mi gente ha muerto.

-¡Atacan de día y de noche, nuestros aprendices está muy asustados!- alegó una mujer con escamas en ciertas partes de su piel-. Los nocturnos ya no pueden disfrutar de su estadía con nosotros.

   Por casi dos interminables horas los jefes de cada tribu testificaron sobre diversos ataques a sus hogares. Y aunque quise, no pude mantener mi atención dirigida hacia ellos, no pude alejar mis pensamientos de Mike.

   Qué ocurriría si no volvía a verlo. No podía dejarlo. Después de todo, era mi mejor amigo. Una vida sin Mike... Ni siquiera podía imaginarlo y ¡Oh mierda! Recuerdo que le había dicho que le escribiría más tarde. De seguro se estaba arrancando los pelos de su cabeza de poste en ese entonces. De lejos era la peor amiga del mundo.

-Bien, si ya no tienen nada más que agregar- madame Ward esperó por unos segundos a que el murmullo de la habitación cesara-. Entonces por favor permitan que os muestre nuestros planes ¿Robert?

   El amigo de mi madre asintió y se levantó de su asiento de manera decidida.

-Estos, damas y caballeros- nos señaló y cada mirada se fue directo a nosotros, haciendo que me encogiera en mi asiento como si hubiera heho algo malo-, son los 5 elementos que hemos encontrado. Fuego, aire, tierra, madera, y el más reciente, agua. Seguimos en la búsqueda de metal; pero aún así hemos desarrollado nuestro propio batallón en la espera.

-Descubrimos que los engendros tienen una base subterránea en alguna parte de la ciudad. Los rastrearemos y atacaremos cuando menos lo esperen- miró sobre su hombro, a Adam, para pedirle permiso de seguir. Este último asintió, con un serio semblante-. Queremos pedirles a sus mejores tropas pues aunque estos chicos tengan grandes poderes en sus manos no son capaces para esta misión.

-¡Oh, por favor!- bufó Eiden a mi lado con enfado.

  Todos asintieron, y un murmuro se propagó por todo el comedor. Hasta que madame Ward hizo un estruendo al chasquear los dedos y toda la estancia quedó en silencio.

-Ahora que ya hemos terminado con esta pequeña asamblea, podeis disfrutar de la comida ¡Buen provecho!

~<>~<>~<>~<>~<>~

¡Muy buenas, mis pequeños soñadores! Ahora sí que a quedado mejor. Sigan leyendo y disfrutando, mientras que yo sigo arreglando y sufriendo con cada párrafo sin sentido que la Liebling antigua escribió...

¡Pues sí! Pasenla super esta Navidad, y feliz año nuevooooooo.

Besos y abrazos bien suculentos ♡

~Liebling

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