Capítulo 11 El ataque

689 48 3
                                    

Cuando abrí los ojos noté que estaba en una habitación llena de camillas, mi boca estaba seca y mi estómago rugía por comida. Intenté levantarme pero el dolor de cabeza no me dejaba levantar la cabeza de la almohada.

¿Dónde estoy? ¿Cuánto tiempo estuve aquí? La guerra, será que ya había pasado, me toqué la cabeza donde tenía mi herida, gruní de dolor no, no había guerra todo había sido un sueño solamente eso. Pero si había sido un sueño, dónde estaba? Me formulé las mismas preguntas por unos 15 minutos, hasta que escuché una puerta abriéndose y unos pasos, intenté hacerme la dormida

-Tranquilicese señora Harper, Alice estará bien- dijo una voz masculina recientemente familiar- Madame Ward dice que está mejorando

-Todo esto es mi culpa- dijo otra voz... la de mi madre- si en el ataque algo le hubiera pasado... no me lo hubiera perdonando

-No se preocupe, Alice está en muy buenas manos- dijo la voz que aún no lograba reconocer

-Gracias Eiden, gracias por todo, y lo siento mucho por tu pérdida, sé que él significaba mucho para ti- dijo Lily, Eiden... eso significaba que en realidad nada había sido un sueño, en serio sí podía controlar el agua, sí existían criaturas místicas y había guerra entre ellas- si me disculpas tengo trabajo por hacer, regresaré luego para cuidarla

-Está bien gracias, adiós señora Harper- dijo el chico, escuché unos pasos más y que una puerta se cerraba; mi madre se había ido- Alice, porfavor regresa todos te extrañamos, porfavor regresa conmigo...

-Ah con que me extrañaron, que bien que lo hicieron, estaba pensando en tomarme unas largas vacaciones en plan Bella Durmiente- logré decir, Eiden me miró y sonrió en su expresión se podía ver la emoción y el asombro, se alegraba de verme

-Pensaba que no regresarías- me dijo- ¿Tienes hambre? Después de cuatro días sin comer creo que te vendría bien un desayuno pesado

-Espera, cuatro días? Eh estado en inconsciente por cuatro días... - ¿Cómo había sido posible? Yo creí que había estado inconsciente por solo unas horas no días, y si estuve en esas condiciones por cuatro días eso significaba que el tiempo el cual el engendro había dicho se terminó- ¿Qué pasó cuando estaba inconsciente, qué pasó con los engendros?- la mirada del chico se endureció, se notaba que a él no le gustaba ese tema

-No hubo guerra como podrás sospechar, pero sí hubo un ataque. La base fue atacada, nosotros estábamos al tanto de ti y no nos percatamos de que ellos venían. Cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde, los orcos tumbaron las murallas, los elfos mataron a todos nuestros guerreros hechos con plantas, los engendros atacaron al edificio y lo que había dentro de él; nosotros

"Logramos salvar a todos nuestros aprendices, lo logramos gracias a Robert y... gracias a Adam- dijo el nombre del profesor Adam con tanto dolor, algo había pasado- ellos se quedaron luchando con algunos aprendices que estaban avanzados. Nosotros queríamos luchar pero ellos no nos dejaron; querían que lleváramos a los demás por unos túneles subterráneos que llevaban a esta pequeña base

"No fue difícil llevarte a ti, al llegar la noche Robert vino con los aprendices, pero alguien faltaba... cuando pregunté por Adam, Robert no dijo nada, un aprendiz me lo contó; Adam había muerto para salvarnos, usó todas sus energías en un hechizo de ataque y a la vez defensa, agotó todas sus fuerzas para realizarlo, tanto poder lo consumió. Pero los engendros no sólo atacaron por diversión, nos dejaron un mensaje que decía que al ver nuestras débiles defensas iban a dejarnos un mes exacto para poder recobrar fuerzas

"Y bueno ha pasado una noche larga, pero me alegro mucho de que ya hayas despertado, necesitas recobrar fuerzas para la real guerra y hoy después de desayunar será tu primer entrenamiento

-¡Que diversión, acabo de despertar y ya tengo que entrenar!- dije cubriéndome con las sábanas de nuevo- regresaré a mi sueño, muchas gracias

-Oh vamos Harper, un poco de entrenamiento no te va a matar muéstrame un poco de entusiasmo- exclamó quitándome mis sábanas

-Está bien pero voy a necesitar que me ayudes, mi cabeza da vueltas y no creo que pueda levantarme sin perder el equilibrio

-Eso se puede arreglar- dijo Eiden, sacó un frasquito verde y me lo extendió- es una pócima cortesía de una nena llamada Pipper, te quitará el dolor y podrás estar mejor, además no tiene mal aroma

Tome el frasco, lo olí; en realidad no olía mal, era como un olor dulzón pero a la vez amargo. Respiré ondo y de un trago me tomé el frasco entero, su sabor era al igual que su olor

-Gracias, bien vamos a desayunar, muero de hambre- dije tocando mi estómago. Nos fuimos al comedor, donde todos me recibieron con amistosos saludos y mi madre me dio un gran abrazo que duró un largo tiempo. Desayunamos tranquilamente, pensar en Adam me dolía; él era el que enseñaba defensa con los elementos, quién tomaría su lugar.

Cuando terminamos me mostraron mi habitacion, la cual era como la anterior sólo que sin tantos adornos y detalles y también era más pequeña, me bañé y me vestí con unos pantalones de ejercicio, una camisa negra y unas zapatillas para correr; en mi defensa nunca en la vida había practicado con magia así que no sabía que ropa debía de usar.

Me fui en busca de Eiden junto con los demás, y todos juntos a un gimnasio que tenía la misma vibración de magia que tenía el domo de la antigua base, en el centro del lugar estaba un hombre de no más de 28 años, con los brazos cruzados y una mirada expectadora

-Bienvenidos sean todos- dijo el hombre- yo soy el profesor Charles Morris y hoy les enseñaré a cómo usar sus poderes sobre los elementos de una manera elegante y refinada...

Los 6 Elementos ~EDITANDO~ NO LEER HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora