Capítulo 20 Una despedida

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Soñé que estaba en la cocina de nuestra casa de verano con mis padres. Mi yo de cinco años hacía bailar los utencilios, mientras esperaba que mis padres terminaran el desayuno. Era una linda mañana. Mis padres jugueteaban entre sí y reían, aunque no podía escucharlos, notaba que hacían los gestos.

Me sentía feliz, todo era como si fuera de verdad. Era así hasta que Siu entró por la puerta de la cocina. Tenía su edad actual, usaba unos jeans azules, convers negras, y una camiseta del mismo color. Me miraba con una maliciosa sonrisa.

-¿Qué haces en mi sueño?- me había cambiado a mi yo de diecisiete

-Sólo reviso que estés bien, deberías agradecerme lo hospitalario que soy-

-Oh, lo siento tanto, no agradezco a aquellos que quieren ¡atacar a mis amigos! Ahora vete, quiero seguir soñando- me volteé con los brazos en jarra

-Bien, adiós- y desapareció de mi sueño. Fui despertada cinco segundos después por el sonido de una puerta cerrándose

Me levanté con un extremo dolor de cabeza, me sentía algo mareada y tuve que parpadear varias veces para aclarar mi mirada. Miré a mi al rededor y me encontraba en una habitación. La cual se me hacía familiar. Me quité las sábanas, y noté que no usaba mi ropa de entrenamiento. Vestía un vestido de seda lila hasta las rodillas, y me habían peinado cuidadosamente una trenza, adornada de pequeñas orquídeas que hacían juego con el traje.

-¿Cuánto tiempo estuve dormida?- miré con detenimiento el lugar, y me di cuenta que era exactamente la habitación de mi visión

Me palpeé el cuello y alarmada advertí que no llevaba mi opalo. Desordene la cama en busca del collar, con decepción me di por vencida.

Abrí el primer cajón de la mesita de noche y encontré una pequeña caja cubierta de terciopelo rojo. La tomé con delicadeza, abrí la tapa y ahí estaba. Mi opalo negro había sido enrollado dentro de la caja sobre una carta. Me puse el collar, tomé la carta y vi que estaba escrita por una hermosa caligrafía

Hola cariño, espero que te haya gustado tu traje. Cuando despiertes, visitanos en el comedor, tranquila lo encontrarás con facilidad.

Te quiere, tu padre

Sentí mis mejillas cálidas, no me había percatado de que estaba llorando. Pensé por años que mi padre a quien amaba, estaba muerto, y ahora resultaba que no, y que lo iba a ver pronto.

Mi ropa estaba pulcramente doblada en la punta de la cama, con mis botas negras y unas sandalias al lado. Me puse las botas, las cuales no convinaban, pero no importaba. Salí de la habitación y vi que en la puerta de enfrente había una nota, me acerqué para leerla.

Sigue recto, luego a la derecha....

Hice lo que me decía la nota. Al doblar a la derecha, en una mesa de madera estaba otra nota.

Por las escaleras querida, ya casi llegas...

-Esto es una estupidez- aún así, seguí lo que decía la condenada carta. Bajé las escaleras alumbradas por velas, las sombras cubrían montículos de polvo y telarañas.

A mitad de la escalera logré escuchar una conversación. Bajé con más sigilo, y agudice el oído. Dos hombres hablaban. Dos reconocidas voces.

-...Pero padre, ella es un dolor de cabeza, no quiero que esté aquí...- dijo la voz de Siu, casi suplicando

-No más peros, se va a quedar, necesito esa piedra- dijo la voz de mi padre. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero esta vez no eran de felicidad, sino de decepción, mi padre era el enemigo-, si no le decimos, pensará que...- la voz de mi padre se calló cuando bajé el ultimo escalón con gran estruendo

Los 6 Elementos ~EDITANDO~ NO LEER HASTA NUEVO AVISOWhere stories live. Discover now