Los 6 Elementos ~EDITANDO~ NO LEER HASTA NUEVO AVISO

Capítulo 5 ~ El reencuentro

   Me condujeron escaleras arriba. Ya como al cuarto tramo de peldaños, estaba sin aire y caminando más lento.

   Siempre supe que no nací para hacer ejercicio, lo odiaba, me hacía sentir torpe y horrible.

   Se abrió paso al cuarto piso, un ancho y largo pasillo con habitaciones a cada lado.

-Estas son nuestras habitaciones, dieciocho en total- me comentó Carrie sacándome de la crítica de mí misma sobre mí misma-. Las de la derecha son las de las chicas y las de la izquierda de los chicos.

-Esperen, si sólo somos ocho por qué hay tantas habitaciones- pregunté, planteándome frente al grupo haciendo que pararan-. Bueno, sin contar que este edificio es de cinco pisos y estamos en el cuarto.

-Lo que pasa, querida, es que cada base es un refugio para todas aquellas criaturas lo que necesiten. A través de todo el mundo, hay millones de bases. Afortunadamente, la nuestra es la decimocuarta- me explicó con un guiño al pasar a mi lado para rehacer la marcha.

-Hum, lamento interrumpir- Eiden, quien todo este tiempo se había mantenido en la parte de atrás del grupo, se había deslizado hasta el frente y señalaba una puerta de roble-. Pero, Alice, ésta es vuestra habitación.

  Al abrir la puerta me maravillé con el gran espacio de la habitación, sin poder ahogar un gritito de asombro.

   Tenía una cama queen llena de almohadas con colores beige y arena, y a cada lado una mesita de noche con lámparas sobre ellas del mismo color tranquilo del edredón.

   Había un enorme armario, también detrás de la cama, una gran ventana con una vista hacia un jardín lleno de rosas blancas descansaba detrás de las cortinas con colores claros, estampadas con pequeñas florecillas verde claro.

   Hacia un lado de la habitación había una puerta que llevaba hacia un baño con encimeras de mármol, una bañera grande y blanca con patas doradas, y tenía una regadera de lluvia. El lavamanos tenía un espejo gigante con un marco muy detallado.

-Esto es demasiado hermoso- balbucee con los ojos muy abiertos, una risa nerviosa brotó de mi garganta-. Un color un tanto apagado para mi gusto, pero sigue siendo precioso.

-Y es todo tuyo- Bianca estaba recostada en el marco de la puerta-. Yo estoy a lado, del otro lado de ti está la profesora Danielle, y a lado de mí está Carrie.

   Abrí el gigantesco armario y noté que tenía cavidades para guardar ropa, zapatos y prendas, las cuales estaban repletas.

   Al revisarlo con más detenimiento noté que todas aquellas ropas y zapatos eran de mi talla; desde trajes largos con pedrería y tacones, hasta jeans con camisetas a juego y zapatillas de todos los colores.

-¿Cómo es que...? ¿Por qué es que todo esto es mi talla?- pregunté un tanto asustada ¿No que me acababan de conocer? ¿Qué clase de brujería era está?

-Hadas- dijeron todos al unísono con calma, como si eso fuera completamente normal.

   Y lo más posible es que sí lo era, pero para ellos. No para mí, que apenas sabía algo.

-¿Trajes? No los necesitaré, no son mi estilo... sin ofender.

-En realidad sí que los necesitarás- dijo Bianca rápidamente, haciendo una mueca-. Además mañana tenemos una reunión con los jefes de todas las tribus de criaturas místicas...

-Y se dará un banquete al cual tendrás que ir de etiqueta, ya sabes, todos deben saber que encontramos a aqua- terminó Dimitri.

-Sí eso- dijo Bianca, poniendo los ojos en blanco-. Hey, pero gracias por dejarme terminar ¡Eh!- exclamó, la chica le había clavado en la piel una rama mediana de un manotazo. Fascinante, pensé, casi sin aliento.