Hola, sólo quiero pedir disculpas por este capítulo tan callampa (malo/aburrido), pero como dije en el anterior, es necesario para el desarrollo de lo que queda de historia.
Ojalá (lo digo desde el fondo de mi corazón) igual les guste y voten... Ahora estoy trabajando en el próximo para ver si puedo reivindicarme jajaj.
+11 left.
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Melissa's POV.
Se suponía que al llegar a casa, después de visitar a Ernie, Zayn y yo nos sumiríamos en una seria conversación de pareja con respecto a 'algo' que jamás llegó a admitir. Por mi cabeza habían pasado cientos (quizás miles) de posibles temas de los que podría haber querido hablar, pero nada. No hizo ningún comentario al respecto. Más bien se dedicó a demostrarme su cariño de varias maneras y por largas horas.
Lo mismo ocurrió sábado y domingo. Era como si tocar el tema (o siquiera pensar en hacerlo) sacaba de sus casillas a Zayn y lo ponía molesto, me miraba mal o simplemente me ignoraba. De hecho el día domingo, en un momento de arrebato, me gritó que no quería contármelo, que ya me iba a enterar y que todo había sido por mi culpa. ¡Obviamente había quedado desentendida! No podía comprender qué rayos había ocurrido que lo tenía así.
Sin embargo, el día lunes se veía un poco más relajado. Llegamos al FBI juntos, entramos con nuestras manos unidas y al parecer todos podían percibir nuestras buenas vibras. Eso era lo que lograba un poco de cariñito en las mañanas.
—¡Melissa! —escuché un agudo grito a lo lejos. Moví mi cabeza intentando buscar al emisor y me encontré con Layla sonriendo—. ¡No te muevas de ahí!
—¿Quieres que te dé un momento a solas con tu amiga? —Zayn se colocó frente a mí, atrapó mi rostro entre sus manos y me dio un pequeño beso en mi nariz—. De todas formas, tengo que hablar con Liam ahora mismo.
—Está bien. —sonreí y quité un mechón rebelde de su frente—. Te veo después en las actividades.
Zayn no me dio una respuesta a aquello, se quedó simplemente en silencio, tensó su mandíbula y soltó un gran suspiro. Al final, y antes de darse media vuelta, intentó sonreír, pero todo lo que salió fue una mueca.
Me encogí de hombros y me enfoqué en Layla. Mi amiga era parte de ese 10% de mujeres embarazadas que, a pesar de tener casi tres meses, no demostraba ningún indicio de tener un pequeño ser creciendo dentro de sí. De hecho, estaba segura de que yo tenía un mayor peso que ella (gracias a Zayn había engordado cerca de tres kilos), eso no era justo.
Antes de siquiera decir algo, Layla me envolvió en un apretado y cálido abrazo. Besó mis mejillas varias veces y luego me miró directo a los ojos—: Lo siento mucho, Mel.
Fruncí el ceño sin entender—: ¿Por qué?, ¿Qué hiciste?
—Por no poder acompañarte el día del... Ya sabes, el... Funeral —apretó sus labios con pesar y miró el suelo.
—¡Lay! —sonreí ampliamente y la atraje hacia mis brazos de nuevo—. No te preocupes, ¿Sí? De todas formas aprecié esos mensajes de texto cargados de ánimo —me quedé un momento en silencio y puse una mano en su barriga—: ¿Cómo estás ahora?
El mismo día del funeral había recibido cerca de cuatro mensajes de Layla explicándome por qué no estaba en Miami acompañándome. Decía que había tenido una fea recaída en casa de los padres de Harry y se había desmayado. Habían tenido que llevarla rápidamente al hospital para descartar problemas en ella y en el bebé, y gracias a Dios, todo salió bien. Sólo había sido una baja de presión que, por estar embarazada, había resultado ser un triple más fuerte. Obviamente me preocupé y lo entendí, así que no había ningún tipo de resentimiento.
—Oh, bien. Todo está bien —asintió un par de veces—. Sólo tuve que tomar reposo por unos días... Cosa que a Ben no le gustó —rodó los ojos y apretó sus labios—. Llamó furioso a Harry diciéndole que me había ausentado sin autorización y bla, bla.
—¿De verdad? —fruncí el ceño—. Pensé que Ben era más... Humano, o algo así.
—Lo es, pero odia cuando no conoce motivos —se encogió de hombros—. Bueno, de todas formas, no vine acá para hablar de Ben.
—Claro, yo tampoco —imité su acción y sonreí. Layla comenzó a buscar algo en su bolso negro y susurró varias palabras soeces al no dar con aquello—. ¿Qué buscas?
—Aguarda un momento... —utilizó ambas manos para abrirlo con más amplitud—. Diablos, no la encuentro.
Se agachó y colocó ambas rodillas en el suelo. Comenzó a sacar todas sus cosas—: ¿No necesitas mi ayuda? —se quedó en silencio y se concentró en sus cosas. Miré hacia todas partes: por un pasillo venían caminando Dinah y Pipper como dos mejores amigas, por el otro, Ben venía hablando con la chica de la recepción—. Layla...
—¡Bingo! —chilló. Metió las cosas nuevamente y se paró frente a mí. Tendió un sobre de color blanco y sonrió ampliamente—. Bueno, es una invitación para mi... Boda.
—¿Boda? —amplié mis ojos con ímpetu y mi boca se abrió en una perfecta 'o'—. No jodas, ¿De verdad?
Layla asintió reprimiendo la gran sonrisa que quería escaparse de su boca. Rompí el sobre blanco con rapidez, estiré la formal invitación que venía dentro y coloqué una mano en mi boca. Esto era una sorpresa que no veía venir. Su boda tomaría lugar dentro de un mes y medio en Liberty Island, aquél pequeño pedazo de tierra que rodeaba a la tan famosa Estatua de la Libertad. Ciertamente estaba bastante sorprendida por el lugar en que se casaría... Debió haber costado miles de dólares.
—¿Liberty Island? —inquirí en voz alta, pero eso era parte de mis pensamientos.
—¿No es genial? —contestó colocando las manos en sus mejillas—. Jamás he visitado la estatua y ahora me casaré con ella de fondo. Es increíble.
—Creo que Zayn y yo tendremos que pensar en algo aún más increíble si no queremos quedarnos atrás —bromeé, haciendo que Layla abriera sus ojos en sorpresa—. Claro, si alguna vez pensamos en casarnos...
—Seguro... —rió, haciéndome sentir avergonzada—. Sé que probablemente leerás todo con más detalle en tu casa, pero quiero adelantarte esto... Quiero que tú y Olive sean mis damas de honor, así que... Piensen en un color bonito.
Antes de que pudiera contestar a su demanda, la voz ronca de Niall Horan se hizo presente en toda la recepción y llamó a todos quienes estábamos ahí hacia el campo de fútbol, señalando que se venían actividades físicas. Layla soltó un gruñido, rodó los ojos y comenzó a caminar detrás de Horan; yo iba a hacer exactamente lo mismo, pero un hombre carraspeó su garganta detrás de mí. Giré al instante y me llevé la sorpresa de que Ben Schneider estaba parado frente a mí con una ligera sonrisa. No sabía qué rayos hacer, así que batí mi mano en forma de saludo e iba a caminar detrás de todos mis compañeros, pero Ben colocó una de sus pesadas manos en mi hombro y me detuvo.
—Necesito que vayas a mi oficina ahora, Melissa. —expresó sacándome de mis dudas.
—Pero... Las actividades van a comenzar, Ben... —me interrumpió, sonriendo aún más amplio.
—Ya te has perdido varios días de ellas, ¿Qué importancia tienen ahora? —alzó sus cejas y se dio media vuelta.
Su comentario había estado cargado de ironía. Ironía que me dio un poco de risa en un principio, pero al ver que no bromeaba, me quedé en silencio. Solté un gran suspiro y comencé a caminar detrás, mirando mis zapatos en cada paso que dábamos.
Cuando estuvimos frente a su puerta, Él abrió para mí y me indicó que tomara asiento en una de las dos sillas que estaban frente a su escritorio. Pasé mi vista por los alrededores y me di cuenta que jamás había estado allí. Se sentía extraño.
—Antes de ir con lo duro, quiero hacerte saber que lamento mucho tu pérdida, Melissa... —hizo una larga pausa, evaluando mi expresión. Simplemente asentí—. Sé lo que se siente perder a una gran mujer y sentirse desvalido...
—Muchas gracias, Ben —mordí mis labios y sonreí—: Sin embargo, no quiero volver a ese tema otra vez. Con todo respeto, ¿Podría saber por qué estoy aquí?
—Claro. —se apoyó en el respaldo de su gran silla giratoria, puso sus entrelazadas manos a la altura de su pecho y sus codos sobre la mesa—. Hace casi dos semanas te ausentaste por dos días y Zayn dio la pobre excusa de que estabas enferma... —hizo una pausa—. En ese momento le dije que si tú te volvías a ausentar, iba a tomar medidas en tu contra.
Claro, hacía dos semanas había faltado porque estábamos atravesando una crisis con Zayn. Me aclaré la garganta para hablar—: Ben, tengo una explicación a eso...
Me interrumpió—: No, Zayn ya me lo explicó. La semana pasada volviste a faltar, pero claro, yo tenía conocimiento de qué había ocurrido —asintió levemente—. No obstante, le pedí a Zayn que te hiciera venir el viernes, pero tú no lo hiciste de nuevo.
—Ben... —negó un par de veces. Eso había sido por ir a ver a Erns.
—Tranquila, las excusas ya no ayudan.
Se levantó de su asiento, caminó hacia un gran estante que llegaba hasta la mitad de su torso y abrió el tercer cajón. De ahí sacó una carpeta cuya tapa decía "Internos" y la posó suavemente frente a mí. Tomó asiento otra vez y esperó con pasividad alguna reacción de mi parte. Alcé las cejas en señal de desconocimiento haciéndolo levantar una de las comisuras de sus labios.
—En este archivo se encuentran todos los antecedentes de tus compañeros de trabajo y tuyos, pero además, en la última hoja se encuentra la información de una nueva interna que se nos unirá mañana —comentó, dando paso a mi ceño fruncido—. Antes de que conozcas el para qué estás aquí, quiero que sepas que tomé esta decisión debido a tus ausencias inesperadas y los varios reclamos que he recibido de parte de tus superiores frente a tu actitud en el trabajo.
Tragué un gran cúmulo de saliva. Me sentía como una niñita de primaria que había sido enviada a la oficina del director por mal comportamiento—: Adelante, quiero saber cuál es el propósito.
—Esta nueva interna —abrió la carpeta y la colocó en la última página—. Proviene de la Policía de Los Angeles. Se unirá al proceso final que queda de nuestra adaptación y hará exactamente lo mismo que ustedes.
—¿Qué tiene que ver eso conmigo, Ben? —inquirí con inseguridad. No tenía sentido alguno que me tuviera en su oficina contándome estas cosas.
—Seré claro y preciso... —al fin, gracias—. Habrá un último cambio de tutores; Zayn pasará a trabajar con la nueva interna, Stephanie y tú quedarás bajo la tutela de Niall. ¿Comprendes?
De un momento a otro mi boca se tornó seca. Obviamente había comprendido a la perfección lo que estaba dictando Ben, pero una parte de mí quería creer que me estaba haciendo una estúpida broma.
Me quedé mirando, con el ceño fruncido, el perfil de la chica y su foto. Hija de puta, ¡Era bellísima!, ¿Cómo rayos iba a estar tranquila cuando una mujer como esa pasaría tiempo con mi novio? Esto no iba a poder ser posible. Estaba segura de que era una especie de confabulación de Niall para hacerme terminar con Zayn... Pero claramente no le iba dar oportunidad para siquiera pensarlo.
—¿Melissa?, ¿Has comprendido? —la rasposa voz de Ben me trajo a la realidad.
—Sí, sí. —asentí con euforia y me levanté del asiento—. Lo siento, Ben. Yo... Hmm... Recordé que debo hacer algo, con permiso.
Salí de su oficina en un dos por tres. Bajé las escaleras hacia el piso de la recepción preguntándome internamente por qué había sido tan poco comprensiva con Zayn y no le había hecho caso. Me había advertido por todos los medios que debía venir a trabajar porque Él sabía a lo que nos estábamos arriesgando. Él sabía y no le hice caso. ¡Diablos! Ahora esa hija de perra iba a estar varias horas con Él y... No. No quería llegar ahí. Necesitaba encontrar a Niall para aclarar esto ahora mismo.
Recordé que había llamado a todos al campo de fútbol, por lo que corrí hasta allá. Mi corazón latía frenéticamente y no sabía si era por la rápida carrera que había hecho o por la conmoción y la ira que sentía. Apostaba por la segunda. Definitivamente.
Lo encontré haciendo garabatos sobre un papel, absorto de todo lo que hacían mis compañeros y sus tutores, algo cabizbajo diría. Apuré aún más mi paso hasta Él, toqué su brazo con fuerza y, cuando me miró, conecté mi mano con su mejilla en una fuerte bofetada que atrajo más de una mirada.
Niall abrió los ojos con fuerza y llevó su mano a su, ahora, roja mejilla—: ¿¡Por qué hiciste eso!?
—Hmm... No lo sé, ¡Preguntémosle a Stephanie! —grité. A lo lejos noté que Zayn venía corriendo hacia nosotros, pero no me importó—. ¿Qué te pasa Niall?, ¿Tanto te molesta verme feliz al lado de otro hombre que no eres tú para, incluso, sabotear nuestro trabajo?
—Melissa, no... Lo estás entendiendo mal —apretó sus labios en señal de aprietos—. Traté de hablar con Ben sobre esto y decirle que no era necesario, pero...
—¡Pero qué! —otro grito (ahora algo más bajo) salió de mi pecho y lo miré apenada—. Estoy segura de que tú le dijiste a Ben que hiciera esto, no me vengas con excusas baratas...
—Lo hice, sí... —me observó con profundidad, como si de verdad estuviera arrepentido—. Pero luego no tenía sentido y traté de evitarlo. Sin embargo, no pude, Ben no dio su brazo a torcer.
Me quedé en silencio unos segundos más, observé a Zayn (quien había estado corriendo hacia nosotros), pero Liam lo había detenido y lo estaba relajando—: Sólo voy a decirte una cosa; si gracias a esto Zayn y yo terminamos... Te odiaré por el resto de mi vida.
**
Después de aquellos altos niveles de adrenalina que había expulsado por mis poros, decidí calmarme e ir a sentarme un par de minutos en la recepción. Minutos que terminaron convertidos en dos horas. Dos. Me quedé pensando acerca de todo lo acontecido el día de hoy, y a pesar de que no era algo de vida o muerte, el conflicto del cambio me había molestado de sobremanera. Sí, bueno, debía admitir que Zayn y yo pasábamos más tiempo conversando que haciendo las actividades y podía ser que me hubiesen llamado la atención varias veces, pero... ¡No era justo! Al menos podrían haber tenido la decencia de ponerlo con alguien menos... Atractiva.
Tiré mi cabeza hacia el respaldo del sofá en el que estaba y cerré mis ojos... Aunque tuve que abrirlos al instante porque mi teléfono había vibrado en mi pantalón. Lo tomé con rapidez y vi la pantalla: era un mensaje de Facebook.
—Creí que había eliminado esta mierda —fruncí el ceño y desbloqueé la pantalla.
"Hola, holaaa. Sólo quería enviarte este pequeño recordatorio sobre el evento al que te invité ;)"
Era de Ashton, claro. Y debía admitir que había olvidado por completo aquél evento, así que agradecía que me hubiese recordado de aquella manera tan... Peculiar.
Bloqueé el aparato y me dispuse a descansar la vista otra vez, pero en cuanto cerré mis ojos, sentí una presencia frente a mí que colocó sus manos en mis rodillas y me regaló un beso en la frente. Abrí mis ojos y sonreí.
—Te noté tensa hoy, Mel. ¿Todo está bien? —preguntó con el ceño algo fruncido.
—Para nada —suspiré y me levanté, apuntándolo con mi dedo índice—. Tenemos que hablar.
Los ojos de Zayn se abrieron más en un acto reflejo—: Nada bueno viene después de esa frase... ¿Hice algo mal?
—Esperaremos hasta llegar a casa.
Tenía que advertirle un par de cosas con respecto a esa tal Stephanie, y además, decirle que iba a salir con Ashton a ese evento de su hermana... Al cual me había comprometido hace tiempo y no podía sólo ir y cancelarle.
Dios, qué difícil era llevar por buen camino una relación.