Un copito de nieve cayó sobre mi libro, fruncí el ceño un tanto molesta por la distracción que había causado, alcé la mirada confundida cuando vi nieve caer sobre nosotros cuatro.
—Basta, Ron. —La reprimenda de Hermione llamó mi atención. —Provocas nieve. —En ese momento me percaté que el pelirrojo estaba con su varita en la mano, observando incómodo un punto detrás de nosotros.
Lo ignoré simplemente, agradeciéndole a Harry cuando limpió la mesa en nuestro perímetro. Tomé una manzana verde y la llevé a mi boca, dándole un gran mordisco que me deleitó con su sabor ácido.
—Cuéntame otra vez cómo terminé con Lavander. —Un comienzo de risa escapó de mi boca, pero la retuve antes que saliera por completo y seguí comiendo de mi manzana, viendo de reojo a la castaña mirarnos pidiendo ayuda.
—Bueno... ella fue a visitarte y hablaron. —Su nerviosismo era evidente, pero al parecer mi amigo ni siquiera lo notó. —No creo que fuera una conversación particularmente larga.
—No me malentiendan, estoy feliz de que se acabara, pero se ve muy enfadada. —Sin disimulo alguno, miramos a la ex de nuestro amigo, que estaba apretando con fuerza su cuchara y la presionaba contra la mesa, con los dientes apretados y respiración agitada.
—Sí... no creo que este enfadada. —Me giré para retomar mi lectura, pero Hermione me dio una fuerte patada en la canilla. —Auch. —Dije sin prestarle mucha atención a mi amiga.
—Es cierto, no está contenta.
No me digas.
"¡Hay que darle un premio!"
No te burles de ella, es mi amiga.
"Tú comenzaste, yo solo te seguí el juego"
Pero yo sí puedo hacerlo... ya lo dije; es MI AMIGA
"De acuerdo, ya entendí"
Rodé los ojos fastidiada, como deseaba que dejara de hablar tanta estupidez.
Sentí un fuerte impacto en mi costado, inundando mis fosas nasales con un fuerte olor a menta y manzana. Fruncí el ceño, volteando a ver quién era y me encontré la engominada cabellera rubia de mi pariente.
—Ten más cuidado, rubio oxigenado. —Le dije con molestia.
—Lo siento. —Susurró nervioso, saliendo a toda prisa del gran comedor.
Quedé extrañada por su actitud, pero simplemente lo ignoré y volví a enfrascarme en mi lectura. Miré de reojo a mi costado al no sentir el calor corporal de Harry e hice una mueca al no encontrarlo.
— ¿Y Harry? —Les pregunto a la parejita de la discordia.
—Fue a hablar con Katie. —Mi amiga apunto a mi derecha, pero al girar en esa dirección no lo encontré. —Y ahora ya no está... que extraño.
—No me quiero ver como una novia controladora, pero - -
—Es lo que eres. —Dice Ron divertido, pero cambio la expresión a una de dolor y dejó escapar un quejido cuando le di un punta pie en la canilla. —Era broma.
—Ajá. —Lo fulminé y después le sonreí, revolviendo su cabello efusivamente. —Estoy feliz que estés de nuevo con nosotros Ronald. —Le guiñé un ojo, cerrando mi libro para después pararme e ir donde Katie, dándoles la espalda a la pareja.
—Está loca y comienzo a creer que tiene serios problemas de bipolaridad. —Murmuró el pelirrojo a Hermione, quien rió suavemente.
— ¡Te escuché, comadreja! —Le grité sin voltear.
—Lo lamento, pero somos amigos y siempre tenemos que decirnos la verdad. —Dice riendo, retrocedí mis pasos y me acerqué a su oído para susurrar.
— ¿Entonces cuándo le dirás a Mione tus sentimientos? —Le pregunto risueña, corriendo lejos del tómate que ahora tenía de amigo para que no tomara represalias. —Katie, hola.
La tierna Gryffindor voltea a mirarme y me sonríe flojamente. —Hola ____.
— ¿Ya te sientes mejor?
—Sí, gracias por preguntar.
—Me alegra escuchar eso. — Le devuelvo la sonrisa que ella me estaba regalando con anterioridad, feliz de que estuviera bien nuevamente. Le devuelvo la sonrisa. —Disculpa si te agobio, pero ¿has visto a Harry? Sé que estuvo hablando contigo anteriormente.
—Oh. —Miró una de las puertas del gran comedor y me la apuntó. —Creo que salió por ahí, no estoy muy segura.
—Gracias Katie, no te quito más tiempo. —Nos despedimos y yo voy de vuelta donde mis amigos, encontrando a Ron todavía rojo por nuestra conversación anterior. —Iré a buscar a Harry, debemos coordinarnos para saber quién atacará primero en los duelos que preparó Snape.
—Creí que lo haríamos juntas. —Le sonreí a Hermione con culpa, a lo qué esta solo rodó los ojos. —Descuida... ya buscaré con quién hacerlo.
—Seamos juntos. —Ofreció el pelirrojo. —Será interesante.
—Sí, no tengo problema con eso. —Se encogió de hombros, Ron me miró con una ceja arqueada.
— ¿No puedes hablar con él en clases?
— ¿Quieres vernos besarnos delante de ti?
—Paso, muchas gracias. —Hizo una mueca de desagrado que me hizo reír.
—Nos vemos luego. —Les lancé un tronado beso que ellos ignoraron.
Salí del gran comedor con calma, preguntándole a algunas personas sí habían visto a Harry hasta que llegué a los baños del tercer piso, pero a medida que me iba acercando, los fuertes ruidos de hechizos siendo lanzados y quebrando cosas me alteraron.
Dudé en acercarme por miedo a que me llegara un hechizo y pensé seriamente en devolverme para llamar a algún profesor, pero no me dio tiempo a pensar mucho cuando escuché la voz de Harry gritando un hechizo que sin razón alguna me heló todos los huesos y tensó mis músculos por completo.
— ¡Sectumsempra!
"¡Con ese hechizo no se juega!"
No lo conocía, pero tal parece que mi otro yo sí, porque la sentí bastante alterada y agitada dentro de mí, empeorando su estado y el mío cuando los hechizos se detuvieron y solo se escucharon los jadeos de alguien dentro del baño.
"Entra ahora"
Obedecí la orden al instante, notando el baño inundado por completo y con algunos cubículos destrozados por la serie de maleficios que habían sido conjurados.
— ¿Harry? —Llamé confundida a mi novio cuando lo vi apoyado en una pared, con la mirada perdida y la respiración entrecortada. —Amor... ¿Qué pasó?
—Y-Yo no quise. —Susurró asustado y con la mirada perdida, en estado de shock por algo. —N-No sabía lo que hacía.
— ¿A qué te refieres? —Pregunté confundida, sintiendo un extraño aroma a...
"Sangre"
Mis ojos se abrieron en demasía al ver como el agua comenzaba a hacerse roja con rapidez a mis pies.
— ¿Qué hiciste? —Susurré nerviosa y asustada, su labio inferior tembló, mientras yo me acercaba con más rapidez a él, ahogando un grito al ver el estado de Malfoy en el suelo.
—Yo no quise.
— ¡Ayuda! —Grité ignorando lo que mi novio había dicho, me saqué mi túnica dejándome caer al lado del platinado. —Vamos Malfoy... no puedes morirte ahora, rubio oxigenado. —Susurré, ejerciendo presión con la túnica para intentar detener el exagerado sangrado. — ¡Necesitamos ayuda!
—De-Déjame mo-morir. —Por poco no escucho sus palabras, ya que hablada entre medio de jadeos de dolor y en un tono muy bajo.
—Cállate imbécil. —Dije molesta, un poco nerviosa al ver que no se detenía el sangrado. —Harry necesito que vayas a buscar a alguien o va a terminar muriendo desangrado. —El azabache no me respondió, ni siquiera se movió cuando le hablé. — ¡Harry! —Fui ignorada nuevamente. —Maldita sea... no te vayas a morir mientras regreso. —Le advertí al rubio con molestia, pero él tomó mi muñeca débilmente cuando intenté pararme.
—N-No... no te vayas. —Pidió probablemente delirando, mientras temblaba. —Tengo... tengo miedo.
Hice una mueca. —Debo buscar a alguien o te vas a morir. —Le digo suavemente acariciando su cabeza. —Volveré de inmediato.
Me levanté sin esperar respuesta de su parte y corrí en busca de ayuda, aunque no hizo falta correr mucho cuando vi al profesor Snape a medio camino yendo en dirección contraria a la nuestra.
— ¡Profesor! —Grite dirigiéndome a él, este se giró e hizo una mueca de horror al ver mi camisa ensangrentada.
—Black, ¿Qué te pasó?
—Necesito su ayuda. —Dije agitada, lo tomé de la muñeca y lo llevé a rastras al baño, dirigiéndose por sí solo donde Malfoy cuando lo vio. —fue un hechizo que no había escuchado antes, sonaba como - -
—Ya sé cuál es. —Dijo molesto, sacando su varita. —Vulnera sanentur. —El contra hechizo sonaba como una canción, que repitió unas cuantas veces más mientras movía la varita por sobre las heridas de Malfoy.
La sangre del Slytherine volvió lentamente a su cuerpo, cerrando sus heridas y dejando un rastro de sangre en su camisa blanca.
—Listo. —El profesor guardó la varita, ayudando al adolorido rubio a levantarse para después mirarme. — ¿Fuiste tú? —Negué de inmediato, él simplemente asintió y miró a Harry con frialdad, escaneándolo hasta detener sus oscuros ojos en el libro de posiciones que el azabache cargaba. —Black, lleva a Malfoy a la enfermería... tengo que hablar con Potter.
Asentí con una mueca y tomé uno de los brazos de Malfoy para transportarlo donde Madame Pomfrey. Llegamos a la enfermería con pasos lentos para no forzar al recién atacado, que soltaba quejidos cada cierto tiempo.
Lo dejé tendido en una camilla y me quedé con él hasta que Poppy me aseguró que todo estaba bien. Realmente no sabía porque estuve con él tanto tiempo, solo lo encontré necesario y sentí que debía hacerlo.
—Bueno... ya que sé que tus cabellos rubios están en perfecto estado, te dejo. —Me levanté de la silla, sintiendo su grisácea mirada fija en mí. —Espero que te recuperes.
—Gracias. —Murmuró decaído, como si algo lo estuviera atormentando y luego recordé lo que me dijo cuando estábamos en el baño. — ¿Puedo pedirte un favor, antes de que te vayas? —Asentí lentamente. — ¿Puedes quedarte hasta que me duerma? —Fruncí el ceño, pero accedí sin preguntar, ya que pude notar lo mal que lo estaba pasando. —Si dices algo de esto... juro que te haré la vida imposible.
Sonreí divertida. —Ya duérmete rubio, no le diré a nadie, tengo una reputación que cuidar después de todo.
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No les prometo seguir subiendo hasta por lo menos la próxima, próxima semana. Mañana comienzo de nuevo las clases (tuve una semana y dos días de "feriado", las de Chile entenderán) y realmente tengo muchas pruebas esta semana y la próxima, por eso decidí subirles tantos capítulos. Además que se los debía por tantos meses de ausencia.
Espero que estén bien y hayan disfrutado de este mega maratón que les acabo de hacer.
Nos leemos prontito.
Se me cuidan lindas <3
Las quiero mucho, mucho.
Bye :D