La idea de la navidad en Monaco se siente tan irreal desde que no estoy aquí. El primer año mamá tuvo que quedarse en llamada conmigo toda la noche porque me dió un ataque ansioso porque Max me mando regalos, haciendo que entrara en un trance porque sabía que yo estaba ahí.
Nunca supe como me encontró.
Aquí, vestida de verde y esperando la hora de abrir los regalos mi puerta es tocada y aunque estoy cansada emocionalmente acepto el ramo enviado por Max Verstappen con una nota de "feliz navidad a la princesita de Monaco".
Es como una maldita pesadilla hecha realidad.
—Hablaré con Max —Arthur toma las flores y las lleva a la cocina mientras Lorenzo me abraza para llevarme dentro de la sala para seguir viendo películas.
La puerta vuelve a ser tocada pero es Charles quien va, mientras estoy acostada con la cabeza en el regazo de Lorenzo en lo que llega Charlotte para irme con Charles quien ahora es completo soltero.
Charlotte Siné esta destrozada.
—A, te vinieron a ver —alzo mi mirada sin interés pero al ver a Lando me pongo de pie y me aviento a sus brazos—. Ni a mi me quiere tanto.
—Celoso —murmuro hacia mi hermano mayor—. ¿Cómo estas? ¿Cómo esta tu mamá?
Vamos a la cocina mientras me platica de como fue ir a casa para ver a sus padres. Sus padres están emocionados de tenernos en fin de año.
—¡Avery te toca escoger la película! —Arthur grita desde la sala haciendo.
—Ya saben cual quiero ver —todos hacen sonidos de quejas mientras Lando los ve un tanto confundidos.
—De verdad, hermano, no sabes con qué maniática te haz metido —Charles se queja tomando el mando y buscando en Netflix la película "un príncipe de Navidad"—. Avery es la típica persona que repite las películas mil veces.
—Mi psicóloga dice que es por la ansiedad —le hago burla—. Ya ponle play y cállate.
Lando se sienta conmigo en el sillón, alado de Charles pues Arthur esta con Carla en el otro mientras Lorenzo disfruta de estar sólo.
Mamá no esta para desgracia porque fue a ver a sus amigas de pilates. La gran cena de navidad. Tuve que ayudarla a hacer el postre.
Lloro con el final cuando le propone matrimonio y vuelvo a creer en el amor por eso. Puedo ver a Charles sonreír como un tonto texteando y los demás de alguna manera igual quedan felices.
—Bien, ya que Avery nos hizo perder casi dos horas de vida, ¿Qué tal si vamos a patinar? —Arthur se pone de pie ayudando a Carla y Lorenzo asiente.
—Invitaré a Alex —pronuncia Charles, yendo por su abrigo.
Alex y yo hicimos pijamada anoche. Por lo que sabía no quería estar envuelta en escándalos así que se mantendría al margen. Siendo únicamente su amiga.
—Iré por mi bolso —beso los labios de Lando por un milisegundo cuando los chicos se dan la vuelta y puedo ver un rubor en las mejillas de Lando—. No me extrañes.
—Imposible.
La ciudad de Monaco es fría en estas épocas pero no tanto como Londres, así que basta con un simple abrigo y botas. Me encanta la navidad, es de mis épocas favoritas del año, aparte de la primavera.
El primer día de primavera me visto de amarillo.
—Te ves linda —Lando sostiene mi mano, mientras paseamos por el centro de la ciudad con las luces como arreglos.
Los chicos vienen detrás de nosotros y platican sobre el plan de patinar sobre hielo. Nunca supe, pero siempre lograban convencerme para entrar a la pista para burlarse de mi.
Lan y yo entramos, y puedo escuchar como Lorenzo le advierte que si me deja caer lo golpea. Nos reímos porque Lando se lleva de bromas con Charles pero cuando Lorenzo le dice algo parece asustado.
—En serio, si me dejas caer la que va a golpearte seré yo —amenazado con miedo porque mis piernas tiemblan ante el miedo pero Lan me sostiene de las dos manos patinando hacia atrás.
No se como es bueno en todo.
La sensación que me da estar en la pista con Lando es inigualable, me siento tranquila después de un tiempo y por fin puedo patinar sin miedo.
Le imploro que no me suelte pero al final lo hace y como si de una niña en sus primeros pasos fuese, abre sus brazos para que patine hasta él.
Cuando lo hago me rio con fuerza y por fin me toma en brazos cuando llego a él.
—Ya puedes ser patinadora profesional —me felicita con un beso en la frente. En la posición en la que estamos, sus brazos me envuelven por la cintura y yo estoy mirándolo desde abajo.
—¿Tu crees? —me burlo, fingiendo que no estamos peligrosamente cerca. Es que nuestros están tan cerca que puedo sentir su nariz rozar con la mía—. Lan... quiero besarte.
Lo veo reprimir una sonrisa y me mira con esa picardía que siempre tiene en la mirada. El sabe lo que hace en mi y sabe que me mata que me vea como si fuera yo lo las hermoso que sus ojos han visto.
—Hazlo.
No lo pienso ni un minuto mas cuando uno mis labios con los suyos, estamos al ojo del público pero tenerlo conmigo en mi época favorita es imposible que no me haga sentir que estoy haciendo lo correcto.
Que estoy enamorada y no debo de tener miedo.
—Lan, una carrera —Charles llega a interrumpir sin querer y al vernos ruborizados se ríe pero le da una mirada de que vayas—. Te la dejo encargada.
Prácticamente me avienta a Alex que tampoco sabe patinar y agarradas de la mano intentamos ir hasta la orilla.
Sólo puedo escuchar un Avery de pánico antes de caer las dos al piso a unos cuantos centímetros de llegar. Nos reímos con fuerza mientras los chicos nos ayudan a levantarnos.
Regresamos a media noche a casa.
Mamá nos recibe con botas de dulces y empezamos a abrir los regalos. Al final voy yo porque soy la más pequeña, sólo porque Arthur nació 12 minutos antes.
—Este es de parte mía —Charles avienta una caja y al abrirla me doy cuenta que el uniforme completo de Slytherin, mi casa de Hogwarts—. Dejaste el otro en Maranello.
Lo abrazo agradeciendo. Lo siguiente es de Lorenzo quien me regala un libro de romance, Arthur me regala un suéter con mi nombre, pues el tiene el mismo pero con su nombre y mi mamá me regala un lindo collar.
Alex me regala un charms de la bandera de México porque dice que le recuerdo mucho a sentirse en casa.
—Este es el mío —Lando me entrega un sobre.
—¿Dinero? —bromeo mientras abro el sobre, pero tan pronto veo dos boletos de avión mi felicidad es enorme.
No sólo son los boletos, también viene incluida un all pass al Glamping de Nueva York más famoso. Hace días hable de lo mucho que me gustaría ver la un atardecer de una de las ciudades que he idealizado como perfectas.
Sólo pasaron tres días, y lo consiguió.
—¿Qué es? —Alex chismosea a mi lado porque estamos sentadas sobre la alfombra, en un círculo—. ¡Esto es hermoso A!
Me aviento a los brazos de Lando quien tímido me abraza porque mi mamá esta presente pero no me importa. Quiero abrazarlo toda la noche.
Yo le doy los regalos a mis hermanos, a mi madre y a Alex, pero estoy tan nerviosa cuando le entrego el regalo a Lando quien me mira complice mientras desgarra el cuadro con delicadeza.
—Es... es hermoso Avery —puedo verlo admirar el cuadro con detenimiento, mientras toca la pintura.
—Lo hice con mis propias manos.
—Es el mejor regalo de toda la vida —besa mi cabeza antes de mostrarle a los demás la pintura que hice para él—. Nuestro primera tarde juntos. Un atardecer de noviembre en 2017, cuando vine a Monaco y no sabía que hacer. Nos sentamos en unas bancas admirando la noche caer.
—Fue la primera vez que pude quererte como mi amigo.
—Y ahora no creo que seamos sólo eso.
—¿Qué dijo ese muchachito? —mamá pregunta con una ceja alzada haciendo que todos estallemos en risas.
—Perdón. Señora Pascale, quería saber si me da permiso de cortejar con su preciosa hija —mis mejillas se ruborizan por sus palabras como si fuera lo más simple del mundo.
Nadie dice nada y por alguna razón Lando se ve tan tranquilo. Pero yo me estoy muriendo por dentro. Miro a mi madre con miedo mientras Charles le traduce.
Todos respiramos con facilidad cuando ella asiente con una sonrisa antes de apretar el hombro de Lando.
—Mi niña es importante para todos, te la estoy confiando así que cuídala mucho —sonreí por eso, acercándome a Lando para recagarme con confianza en su pecho, sentada prácticamente entre sus piernas.
—¿Qué dijo?
—Que si le haces algo te vamos a golpear —Arthur dice con una sonrisa—. Y que si tienes permiso. Anda, toma vino que te hace falta color.
Mi hermano le sirve una copa de vino mientras empezamos a jugar Uno y poco a pocos todos empiezan a irse. Las parejas oficiales a sus respectivas habitaciones, Alex la lleva Charles a su casa y mi madre al final sube igual a descansar.
Lando y yo nos quedamos frente la chimenea apunto de apagarse, pues no pusimos mucha leña porque estaba la calefacción encendida.
Acurrucados sobre el sillón, nos damos un beso pequeño.
—Te quiero tanto, Avery Leclerc —murmura sobre mis labios, acariciando mis cabellos y mirándome con detenimiento—. No sabes cuanto me encantas.
—Te quiero tanto, mon amour.
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averymarie el amor no es rojo, es dorado y un poco naranja. feliz navidad a todos!🧡
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Estoy orgullosa de ti.
Feliz navidad pequeña Leclerc.
Pido ser padrino de bodas.
No te tengo en la lista de invitados.
Feliz navidad, guapo.
Capital Letters - Hailee Steinfeld, Bloodpop